Filetes del último trimestre : adiós 2017

Me siento obligado a confesar que he dedicado poco tiempo a escribir y no quiero pasar a otro año sin registrar algunos filetes disfrutados antes que queden sepultados en mi olvido. La memoria cada vez me es más esquiva y estos buenos recuerdos los necesitaré más adelante. Entonces, ahí vamos con un recuento breve de lo disfrutado.

Fue por el año 1997, 20 años atrás, que estuve en este concierto homónimo y casi no sentí el paso del tiempo. «El gusto es nuestro» es como una fiesta con viejos amigos que se turnan para cantar y conversar del tiempo pasado, de buenos recuerdos y sobretodo para celebrar la vida que aún nos queda. Disfrutamos cada canción, cada comentario y el prodigioso despliegue de imágenes que adornó el fondo del escenario y sumó más poder al espectáculo.

Poco tiempo después, por motivos laborales afortunados, me trasladé a la hermosa ciudad de  La Serena a una reunión de esas llamadas importante y que hice coincidir con días no hábiles para disfrutar unos días en el norte chico. Me alojé en un balneario del banco, mismo lugar en donde habría de ejecutarse la reunión. La gracia es que está a pocos metros de la costanera playera y en una zona de restaurantes que por supuesto no dejaría pasar sin disfrutar. En el tiempo libre que conseguí, realicé una intensa cacería de graffitis que me llenó el corazón.

Un espectáculo que no podía perderme fue la tocata del extraordinario grupo Santiago del Nuevo Extremo para celebrar 40 años. Ya casi todos mis grandes recuerdos tienen décadas de antigüedad y sin embargo, me siguen gustando tanto. Aquí les dejo unas fotos de esa exquisita revisita a otros tiempos de mi vida.

Si de emociones del pasado se trata, una fortuita congregación de teléfonos en el whatsapp generó que, en pocos días, me reencontré con mis compañeros de colegio, con quienes broma tras broma (además de esa inevitable adicción a las fotos hot) acordamos realizar una improvisa Junta de Ignacianos en la cava de la Confitería Torres (un delicioso subterráneo para encuentros notables en el clásico lugar de Alameda con Dieciocho). Si bien estamos próximos a cumplir 40 años desde que salimos del colegio, me sorprendí que el paso de décadas no nos cambiaron tanto (salvo las canas, la falta de cabello, las barrigas  y las historias personales). Por cierto, en los acalorados días de elecciones presidenciales, terminé por saturarme de opiniones no compartidas, entiendo la legitimidad de ellas y la evidencia clara que en Chile convivimos con visiones bien opuestas. Todo lo cual no me impide sentir un enorme cariño por mis viejos compañeros, ya nos veremos nuevamente.

Un espectáculo que esperaba ansioso fue el recital con nuevo disco del sorprendente maestro Sabina y como todo tiene plazo, llegó el ansiado día. No pude dejar de solidarizar con el título «Lo niego todo», pues cuando la vida es larga y productiva, es necesario tener la opción de negar, aunque sea en broma. Un recital formidable con un Sabina renaciente no solo en talento sino en presencia. Además del nuevo disco, Sabina con maña bien pensada, nos hizo disfrutar sus temas de antología, lo cual agradece todo mi ser.

Si bien, tuvimos la oportunidad de ver hartas obras de teatro en este periodo, no puedo dejar pasar una obra magnífica de Egon Wolff, revisitada por el gran Marcelo Leonart. Se trató de Flores de Papel, tan contemporánea como muchas, pero que ponen de forma mayúscula lo potente que puede ser el malentendido, la casualidad de los encuentros y las distancias que existen en la comunicación. No, no bastan las flores de papel para construir los puentes entre las personas, hay demasiado daño acumulado y  sin embargo, una vez más es necesario intentarlo. Emocionante!!

Finalmente, seleccioné un viaje a Iquique que realicé para estar con mi buena compañera y disfrutar ese norte playero que Chile prodiga con facilidad. Considerando que ella viajaba por trabajo, acordamos una combinación ingeniosa para poder disfrutar en común algunos días y romper esas rutinas que el sistema tanto empuja y que en nuestras vidas debemos cambiar.

Adiós 2017, ya viene un enero sobrecargado de buen teatro para disfrutar!!

Disfrutando arte musical y escénico en el verano extendido

Hace rato que no destinaba tiempo a este blog, lo cual no significa que he dejado de vivir disfrutes como a todos nos gusta. En pleno otoño seguimos viviendo un verano extendido más allá de lo deseable y hay mucho espacio entonces para salir de casa y disfrutar las opciones que Santiasco nos ofrece con fluidez.
Me voy a saltar comentarios de mis lugares fetiches que sigo visitando asiduamente como el Diversitas (demasiado rico!!), la Bifería (imperdible!!), esa especial picada de sandwiches abundantes (Dalai Lomo) y otros varios lugares que ya he comentado. Hoy voy a reseñar lo escaso, lo que marca la diferencia en la oferta cultural y que he tenido la fortuna de poder visitar estos días.
Quiero partir por el esperado recital que nos regaló el intachable Serrat bajo el título Antología Desordenada en el womistar arena a fines de abril.

Un recinto llenísimo, lleno de energía y ganas de una noche inolvidable. Cómo había comprado entradas con mucha anticipación no recordaba siquiera cuál era el sector en que estaban y equivocado me puse a disputar nuestros asientos con dos chicas que los ocupaban, con buena onda y uego que llegara un supervisor, caí en la cuenta que nuestros puestos estaban mucho más adelante, lo cual solo arrancó risas y el comentario de las chicas acerca de cambiarnos las posiciones ante la evidente ventaja. Ya situados en nuestro verdadera posición, muy privilegiada por cierto, contamos los minutos para ver aparecer a ese monstruo del canto poético que es Joan Manuel Serrat. Me encantó leer en el librillo que nos regalaron, la contratapa que decía «hace 50 años que tenemos 20 años» en abierta referencia a esa hermosa canción que inició la vida artística de Serrat cuando efectivamente tenía 20 años y que hoy, a medio siglo de distancia, nos volvería a cantar con su hermosa voz y su encanto sinigual.

Confieso que quién más disfrutaba esta ocasión era mi partner, llena de amor por este cantante y a quién regalé esta cita musical. Sería un año 1965 cuando comenzó Serrat a ser quién es hoy, acumulando canciones, conciertos y sobretodo encanto que miles de personas aprecian de este catalán virtuoso. El concierto fue un recorrido extraordinario por su música, sus anécdotas y su inalterable posición acerca de la libertad y la democracia. Qué hermoso regalo tras 50 años de vida artística.!!

Semanas después, el turno fue para el teatro. Una oportunidad única para disfrutar en el GAM  una obra de teatro clásica de Shakespeare llamada La Tempestad, pero en la virtuosa versión de Juan Radrigán. Una obra exquisita, el poder descarnado, el abuso y la posibilidad del perdón, llenan los textos en una experiencia sorprendente al visualizar el travestismo de Claudia Di Girolamo, en el papel de Próspero, el concienzudo despojado del poder y de sus tierras quién espera venganza para finalmente encontrar en el perdón, el verdadero sentido de su existencia y la de su hija Miranda. Una obra imperdible que todavía pueden disfrutar durante junio.

Pasaron algunos días y ya estábamos embarcados en un nuevo desafío actoral. Se trataba de la obra Las Tres Hermanastras, en abierta referencia a la obra de Antón Chéjov llamada Las Tres Hermanas. Se trató de un divertido diálogo entre teatro y musical en que las hermanas de la obra de Chéjov dieron paso a las parlanchinas Lágrimas (Olga), Dudas (Masha) y Celos (Irina) en una hilarante comedia en que estas divas de la canción llegan al exilio en la Unión Soviética para una reeducación política. Una sala del GAM repleta nos involucró con un público muy particular (que mi partner reconoció con rapidez) y que en la medida que transcurrió la obra concluí que era obvio. Un divertido espectáculo con música ochentera y sucesivos momentos de hilaridad extrema. Aplausos cerrados para Marcela Salinas, Manuela Oyarzún, María Paz Grandjean y Marcello Martinez, el maestro música.

Días filetarios muy disfrutados!!

Tears for Fears : noche de disfrutes

La vez anterior que estuvieron en Chile hace más de 15 años, no pude ir a verlos, así es que en esta ocasión compré mi entrada muy adelantado para asegurar mi disfrute.

Había elegido una excelente posición y eso me dio confianza para llegar a la hora límite, pero tamaña fue mi sorpresa cuando constaté que habían dividido en dos el Arena y mi asiento era «relativo». Si me sentaba en mi ubicación original quedaría detrás del escenario, pues la banda había pedido achicar el lugar. Que desagrado!!!!

Con maña, finalmente me ubiqué en un asiento (solo referencia) en un ángulo equivalente al original y pude observar que estaba llenísimo y que el promedio de edad de los asistentes era de los que gozamos a Tears for fears en los 80’s, con muchas excepciones desde  niños hasta adolescentes retro que aman el virtuosismo y las voces maravillosas de los artistas originales. Debo decir, artistas filete, sin lugar a dudas.

Un show muy íntimo, casi familiar en donde Roland Orzabal (el chascón) y Curt Smith (el pelado) volverían a deslumbrarnos con su virtuosismo vocal y sus guitarras. Además, trajeron una banda con batería (tremenda!!), una guitarra adicional, un virtuoso tecladista y un Pelado en el coro que se ganó todos los aplausos por su increíble voz.

Un repaso por los mejores temas de la banda, aunque me hubiera encantado el tema principal de Raoul, the King of Spain, que la multitud no apoyó cuando fue insinuado por Roland, en su alocución en perfecto español.

Grandes, a pesar de los detalles del sonidista (algunos ecos y un acople imperdonable), estos ingleses estuvieron a la altura de su talento, bailé la mayoría de sus temas increíbles y les aseguro que no fui el único. Esta banda es de culto!!

Prendido como soy, apenas terminó el recital partí presuroso a disfrutar de buen jazz a mi querido Thelonious, para escuchar a Moncho Pérez Cuarteto, una banda simpática y virtuosa capaz de emocionar con sus estándares de jazz ingeniosamente elegidos para sacar provecho de los maestros de la formación. Moncho Pérez en la batería, Jonathan Gatica en saxo, Jorge Díaz en guitarra y Rubén Urzúa en contrabajo.

Lo único reprochable fue el ruido desesperante de las conversaciones de un montón de maleducados que creían que estaban en un pub. Que desagradable la estupidez de quienes van a un club de jazz a conversar!!

Una noche deliciosa, buena música y además salí con una buena adquisición, un CD de la banda DAZ, jazz del bueno!!

Maroon 5 y algo más

La venida de este popular grupo norteamericano en su mejor momento artístico y tras un largo periplo de conciertos en varios países, nos esperaba esta noche de media semana.

Llegamos muy cerca de la hora de inicio solo para constatar algo bastante inusual, el Arena Santiago prácticamente lleno y con un griterío ensordecedor de una miriada de jovencitas, adolescentes enloquecidas esperando ver a sus estrellas del momento.

Un poco atrasados, se asoman al escenario y el hormonal público enloquece. Levine y su banda se lanzan inmediatamente con un exitazo poniendo al 100% el ambiente. Levine canta bien y aprovecha su juvenil look para administrar a su antojo la adoración adolescente. Con un notable castellano saluda al público con su aguda voz y comienza una secuencia de canciones, todas top en los rankings, un pop de gran calidad.

Un show bien estructurado y producido, fue un verdadero disfrute a pesar de las adolescentes coléricas y gritonas.

Con una noche todavía expectante, salimos a buscar un buen restorán y nos dirigimos al Soul of India en Vitacura, que para sorpresa nuestra tenía cerrada la cocina desde las 23 horas. ¿cómo se entiende esto?. Noches cálidas de primavera y un restorán cierra a esa hora!!!!

Por suerte, en Providencia tienen más consideración por quienes disfrutamos de las noches de Santiasco. Nos fuimos al restorán francés Normandie a disfrutar la maravilla de una verdadera sopa de cebollas y unos crèpes mixtos de verduras, sabores intensos y reponedores, debidamente acompañados de un excelente vino.