Quitral : nueva opción en Boulevard Lastarria

Necesitaba cenar urgente, mi hambre me desbordaba y quería probar algo novedoso que rompiera la rutina laboral que ya excede las 12 horas continuas en estos días. Me dirigí al barrio Lastarria y por esas casualidades que celebro a menudo, me encontré frente a un nuevo sitio en ese exquisito boulevard de Lastarria 70. Enfrente de Peztoro, hay una nueva opción que esta noche pondría a prueba.

Un enorme lugar muy bien diseñado, harta madera y espacio, luminarias de filamentos incandescentes muy cool, un aire industrial pero con apego elegante. Dado que cuenta con varios espacios, me fui al más tranquilo y no menos espacioso en el fondo.

Inicié el experimento con una copa de espumante mientras disfrutaba una entrada de locos impresionante, tres locos de buen tamaño cortados por la mitad para contener una salsa de trozos de cebollas y especias a la manera de un ceviche que realmente estaba exquisito.

En la mesa, una caja de madera como metáfora de una panera y una salsa de untar deliciosa, además de una partida de sal en tres presentaciones Sal de mar al orégano, al jengibre y al romero. Un conjunto de posibles sensaciones traídas desde el salar de Atacama.

La carta abundante me dio tarea para elegir el plato de fondo, sobretodo porque la entrada ya era bastante abundante. No obstante ello, pedí un Salmón encostrado en especias acompañado de una base de quinoa, puré de aceitunas,  hojas de albahaca, salsa con tomate cherry y cebollin rostizado. Mientras esperaba el fondo, trajeron un sorbete limón de pica y jengibre para cambiar los sabores, algo que siempre se agradece.

Para acompañar mi plato de cena, incluí una botella de Pinot noir Montes Reserva el que pusieron, como corresponde, en una fuente con agua y hielo. El único detalle es que los mozos no se tomaron la molestia de vigilar cuando mi copa requería atención y finalmente decidí levantarme y traer la botella a mi mesa ya que me molesta mucho esperar.

Si bien es perdonable que en la partida de un restaurante de este nivel haya detalles de servicio, hay que hacer notar que el entrenamiento del personal de servicio es irrenunciable ya que al menos la mitad de la experiencia en un restaurante la construyen los mozos. Un buen café negro cerró la incursión gastronómica.

La comida buena, aunque no excelente, pero tiene gran potencial y espero volver a probar la madurez del local.

El Ancla : sigue siendo un disfrute

Si bien he regresado a este lugar muchas más veces de lo que relato, creo que es hora de hacer justicia y compartir las delicias de una nueva experiencia disfrutable en este especial sitio. Desde el 2011 cuando lo descubrí, quizás lo único que ha cambiado es que cada vez cuesta más conseguir una mesa

Tras una razonable espera, conseguimos una mesa en el primer piso, la carta y un rápido pedido de Kir Royale y Agua mineral junto a esa increíble entrada de Locos con papas mayo. Esto es un clásico y se ha convertido en nuestro fetiche. Saborear esos locos turgentes es una experiencia irrenunciable. Calmada el ansia, buscamos en la carta los platos de fondo, para encontrar un curanto en olla y mi albacora con salsa de mantequilla y alcaparras junto a unas papas salteadas, perfectamente acompañadas con un pinot noir Cefiro del Valle de Casablanca.

Una cena lenta y sensual a pesar del bullicio de la multitud de comensales que llega cada jornada a disfrutar esta buena cocina. Al cierre solo fuimos capaces de compartir una leche asada y esos ricos cafés negros que marcan el fin de una cena y el comienzo de una noche de más disfrutes.

Peumayen : un año después

Me agrada recibir comentarios acerca de restaurantes que tengo la fortuna de conocer y más aún cuando mis amigos lo hacen convencidos de haber hallado algo extraordinario. Este es el caso del exquisito Peumayén, restaurante de cocina ancestral ubicado en Bellavista.

Efectivamente hace casi un año que no regresaba a este lugar, ya que mi mayor placer es descubrir nuevos sitios. Sin embargo, los recuerdos de disfrutes siempre me hacen volver.

Una copa de espumante y agua mineral que generalmente prefiere mi partner fue el primer encargo de esta noche. La singular panera que para la mayoría se convierte en un vicio, pues es muy difícil evitar comerla entera (imaginen que así fuese en cualquier restaurante), literalmente es una degustación de panes o sustitutos de éstos ordenados de norte a sur de Chile.

Compleja la selección de fondos ya que todos evocan sabores especiales, pero hay que elegir y en esta ocasión, una merluza austral y un plato de róbalo fantásticos que acompañamos con una botella de pinot noir.

Para los postres, nada mejor que una degustación con la variedad de versiones gourmet de esos postres clásicos y de distintas culturas de nuestro país. Placer sobre placer, solo quedaba beber nuestro café negro prensado para completar esta deliciosa experiencia.

Valle del Elqui : un paseo notable

Un delicioso grupo de amigos que nació al alero de mi querido Club Malayo, cada cierto tiempo es el epicentro de disfrutables paseos con trekking y montaña por diversos lugares de Chile. En esta ocasión me avisaron con suficiente tiempo como para poder planificar algo y sumarme a la aventura.

Quedamos de juntarnos en Plaza Italia con mi gran amigo León, quién viajaba sin su Chinita y en consecuencia conformamos una cordada que sumaríamos a nuestros amigos Nilda y Roberto, la Rubia Soldavini y su hermano y Ale Gallo y su pareja. Un grupo dedicado a pasarlo bien en todo momento y que hace que estos paseos sean inolvidables. Una larga jornada en la camioneta de León para llegar al Valle del Elqui, destino que además de su aura mística tiene buenos cerros para subir. En el camino tras un infructuoso intento de llegar al lugar de alojamiento, decidimos ir a comer a una picada en donde una buena sopa y un plato de carne y arroz apaciguaron el hambre acumulada en las horas de tránsito.

Una vez que coincidimos vía telefónica logramos coordinación para llegar al lugar que Ale había reservado, nos encontramos todos en un maravilloso oasis pleno de naturaleza bajo la belleza sorprendente del cielo del valle. Nos instalamos en la cabañas, por cierto muy bien equipadas, y comenzamos a planificar la cena y la salida madrugadora hacia el cerro Porongo.

Creo que sobra decir la cantidad de exquisiteces que disfrutamos este atardecer mientras la noche pugnaba por asomar entre las nubes hasta que logro despejar y mostrar esa impresionante belleza que hace del Elqui el mejor lugar para divisar estrellas. Algo atolondrados por tantos placeres comestibles y bebestibles, fuimos hacia la oscuridad del camino para mirar con unos tremendos binoculares las más hermosas formaciones celestiales que pueden verse sin equipamiento profesional. Nebulosas, galaxias y cúmulos de estrellas maravillosos que disfrutamos por el tiempo que nuestro cuello resistió la pose. Es sorprendente el cielo del Elqui, un espectáculo que no he podido repetir en ningún otro lugar.

Si bien antes de la cena habíamos hecho una incursión para detectar el sendero que en la mañana nos conduciría al Porongo, la verdad es que no logramos dar con él y esta temprana mañana, tras desayunar, nos incursionamos con toda la incerteza y la curiosidad que era posible. Caminamos a través del pueblo y nos metimos al cerro por donde parecía mejor ruta. Afortunadamente, íbamos bien encaminados y el ascenso nos obligó a un buen ritmo mientras observábamos la huella de los mineros en el cerro, varios piques y prospecciones que hablaban de la actividad pirquinera de la zona. Varias horas después llegamos a un remanso que nos dió la verdadera perspectiva del ascenso, un desnivel de casi 2 mil metros, no era presa fácil para nadie y calculando los tiempos, decidimos que la aventura llegaba al punto de decidir volver.

Una nueva y deliciosa cena nos esperaba tras el regreso, cansados y contentos solo debíamos ducharnos para iniciar el asado que rápidamente armamos para el mayor disfrute de todos. Una larga noche de risas y buenos momentos, antes de ir a descansar.

El último día en la zona, lo destinamos a pasear y conocer la zona, nos sorprendimos con las ocupaciones del camino de decenas de ovejas y también de cabras como si no importara nada. Para nosotros solo fue una oportunidad de tomar fotografías y disfrutar el percance. Después, un buen almuerzo en el pueblo cercano y el inicio del inevitable regreso.

Un paseo exquisito que dejé registrado en estas fotografías para recordarlo muchas veces.

 

Restaurantes revisitados mientras huíamos del calor

Noche calurosa a pesar de ser casi medianoche, camino en búsqueda de algún sitio en donde cenar encontrándome de pronto sentado a una mesa en las afueras del Normandie dispuesto a probar alguna delicia francesa. Es curioso cuanto tiempo ha pasado desde que vine por última vez y sinceramente no tengo objeciones para este restaurante. Partí con mi necesaria agua mineral y de la carta elegí un bien recordado plato, Tournedos de filete acompañado con unas papas risti. Sumé una media botella de cabernet sauvignon de J. Bouchon para disfrutar una tranquila cena.

Otra noche canicular nos sorprende en las inmediaciones del Maldito Chef y la tentación fue irresistible. Partimos con unos pisco sour además de las botellas de agua de rigor. Acompañamos el aperitivo con un ceviche de culto y seguimos con esos sandwiches descomunales, una hamburguesa del chef y un chacarero además de una rica botella de malbec Botalcura. Fantástica conversación hasta el café negro de cierre, cuando ya era muy tarde.

Pensando en un sitio que mi partner no conociera, decidí volver al restaurante Su Merced enfrente del Parque Forestal. Las botellas de agua, seguidas de pisco sour y un vodka con sabores de berries, mientras dudábamos acerca de cual plato saciaría el hambre de una larga jornada. Una albacora con cous cous al limón salteado con almendras y manzana y para mí un arroz frito al estilo oriental con camarones al jengibre, salsa de soya, aceite de sésamo, dientes de dragón y cebollines. Delicias que acompañamos con un petit syrah Carmen reserva. No fuimos capaces de agregar postres por lo que fue bienvenido el buen café.

Un imperdible para cualquier noche es el Capperi y esta noche se nos antojó como la mejor opción para cenar. Instalados en la rica terraza, las habituales botellas de agua fueron seguidas con un pisco sour normal y uno con albahaca que es mi predilección. En esta ocasión decidimos un formato para compartir y pedimos un exquisito suppli al ragú romana y una provoleta y camarones, acompañados de un carmenere Tabalí reserva. Una noche fantástica de sabores que cerramos con el café negro acostumbrado.

Un almuerzo de fin de semana nos llevó al Huerto, restaurante que visito por décadas y que sigue gustándome. Partimos con unos pisco sour receta de la casa exquisitos con una porción de guacamole para compartir mientras llegaban los platos de fondo. Una enorme ensalada Islas Griegas y el contundente Nuevo México que acompañamos con una botella de syrah Chocalán selection.

La siguiente parada para una rica cena fue el maravilloso Peumayen, una verdadera delicia. El viaje ancestral comenzó con Sour palta piña y un Sour Huacatay, sorprendentes. La panera como siempre tan original y deliciosa que dudo que alguien se resista a comerla toda. Para los fondos, un plato de róbalo con salsa de mariscos ahumados y charquicán y para mí un garrón de cordero con papas nativas bien acompañados por una botella de Lagar Aluvión, un ensamblaje de syrah y cabernet sauvignon maravilloso. Para los postres una degustación de las especialidades de la casa, placer por doquier!. Solo nos quedó beber el rico café prensado para despedir esta incursión deliciosa.

Otro almuerzo que casi olvidaba fue en el Mulato del barrio Lastarria. Mi partner y su habitual pisco sour colegial, en cambio yo preferí el aperitivo de la casa llamado Mulato para acompañar un buen ceviche del mercado. Luego unos calugones de congrio y otro plato con blanquillo, el pescado del día, que lo acompañamos con una helada botella de pinot noir Tabalí. Para los postres compartimos un sabroso cheese cake y los cafés correspondientes.

Muchos sabores y ricos lugares nos permitieron salvar esta parte del verano, que afortunadamente ya comienza a refrescar.

 

Algunos disfrutes destacados de diciembre 2013

Aunque normalmente prefiero hacer crónicas de nuevos descubrimientos, ocurre que la mayoría de los nuevos sitios tienden a aperturarse en sectores de Santiasco que no me agradan del todo, ni siquiera por la calidad de la gastronomía sino por el tipo de visitante. Me refiero a ese tipo de personas que van a un lugar solo por que es moda y «es necesario» estar ahí. En este escenario de auto-restricción, me resulta mucho más deseable re-visitar sitios que ya he probado y que me merecen buena y gustosa opinión.

Cerrando este año 2013, claro que he disfrutado hartos sitios especialmente a la hora de la cena, toda vez que sigo un tanto atareado en la jornada laboral. Por cierto, eso no es obstáculo para estar siempre atento a gozar algo rico sobre todo en sitios que ya conozco en detalle.

Partiré con el sabroso e inconfundible Guria, comida española de primera y que permanece ya por muchos años en mi lista de favoritos. Una cena tardía, bastante cerca de la medianoche, en que partimos preparándonos con agua mineral y eligiendo unos ricos platos, merluza austral con quinoa y un pollo relleno que acompañamos con una deliciosa botella de Botalcura El Delirio, un ensamblaje que siempre salva. Por lo avanzada de la hora, decidimos cerrar sin postre, solo el indispensable café negro.

Un imperdible para cualquier cena es el Olan, comida peruana irresistible.Pisco sour peruano para acompañar una exquisita causa de camarones. Luego, un seco de cordero con una botella de cabernet sauvignon Santa Ema, combinación que ya he disfrutado antes y que merece repetición. Para el postre una torta de maracuyá y el bienvenido café negro que cierra una rica cena.

Una salida imperdible con mi Club Malayo fue a la laguna El Morado y glaciar San Francisco, un paseo delicioso en un día nublado y muy concurrido. La belleza del glaciar al final del cajón es sorprendente a pesar que con los años sigue disminuyendo su tamaño. Estas fotografías son el registro de este lindo paseo.

Una noche de esas no pude resistir la tentación de volver al Su, ese restaurante del hotel boutique Su Merced enfrente del Parque Forestal. Inicié la cena con una croquetas de carne exquisitas, para luego ir por una albacora que acompañé con un pinot noir Casas del Bosque, que intenté disfrutar en medio del ruido de unos entonados pasajeros. Cabe destacar que el lugar es pequeño por lo cual no es posible abstraerse de las conversaciones en voz alta. La comida como recordaba es excelente, el servicio requiere pulirse sobre todo en cuanto a conocimiento de vinos y el buen servir. Al postre bien estuvo un pudding de chocolate y mi adorado café.

Días después, caminando por Providencia, me vino la tentación de pasar a probar el restaurante del Hotel NH, el cual siempre recuerdo por su talento para deconstruir platos de comida chilena. En esta ocasión, inicié la cena con un kir royale mientras elegía mi plato de fondo. Decidí probar el Quinoa Mar y Tierra, una suerte de risotto de quinoa con trozos de carne de res y pollo, camarones y cortes de diversas verduras de colores hermosos. Para acompañar este exótico plato, conseguí una botella de merlot select terroir de Santa Ema, un encantador acierto para el paladar. Al cierre, como acostumbro, mi taza de café negro.

El siguiente disfrute fue mi encuentro anual con Inti Illimani, esta vez con la participación de Claudia Acuña como invitada especial. Un teatro Noescafé repleto y una impaciente audiencia que cumplida la hora de la cita comenzó a manifestarse. Dos horas magníficas de recuerdos de esta agrupación musical chilena tan pródiga en temas hermosos y que en esta ocasión hacen un recorrido por sus grandes éxitos con temas de Víctor Jara, Patricio Manns, Violeta Parra y otros tantos del folclore internacional. Maravillosa sesión.

A la salida del espectáculo, nada mejor que ir a cenar al Pad Thai. Confiado en mi buena estrella llegamos sin tener reserva y conseguimos una buena mesa. Partimos con agua mineral para preparar las gargantas y añadimos pisco sour Thai (con albahaca) y uno de maracuyá. Los platos, basados en curry y leche de coco, fueron un Kang Kari Camarón (curry amarillo) y un Kang Musaman Camarón (curry verde), exquisitos y abundantes. Naturalmente acompañamos con una buena botella de Syrah de Santa Carolina.

Un restaurante que se ha ganado mi favoritismo es Le Bistrot, comida francesa extraordinaria y que además goza de un servicio excepcional. Instalado en la terraza, partí pidiendo un cardinal (vino tinto con crema de cassis), refrescante aperitivo, ideal para estimular el apetito. Continué con un plato de fettuccinni a dos salmones y crema que acompañé con una pot lyonnais de 460 cc con merlot, sabrosa combinación. Terminado el goce de ese plato que he probado ya varias veces, me fui directo a un postre de nougat glace et coulis de fraises au basilic (helado tipo turrón con frambuesas y albahaca, puro placer!!) y por supuesto mi café negro.

Para cerrar el año, nada mejor que una disfrutable salida a la montaña y especialmente al cerro Pintor (4.000 mts). Fue la ocasión inmejorable para que los malayos nos despidiéramos de un año fabuloso en logros personales y del club, con muchas nuevas cumbres alcanzadas por los más perseverantes miembros del club. Comparto las fotos de esta salida de celebraciones.

En mi lado más citadino, el último #juevesdeideas de Bancoideas lo realizamos en Thelonious, ocasión ideal para escuchar a nuestro amigo Felipe Riveros en formato Trío con Carlos Cortés y Rodrigo Galarce, un desfile de acordes maravillosos que nos llenaron de energías y ganas de continuar con nuestro amado proyecto.

Adiós 2013 y bienvenido 2014!!!!

Krrtrekking en Valparaíso : puros disfrutes

Antes que llegase el verano y la zona de Valparaíso y Viña se replete de gente debía hacer este disfrutable paseo. Me puse de acuerdo con mi partner y en la mañana de un sábado, salimos hacia Valparaíso dejando atrás el infernal calor de Santiasco y con un fin de semana completo de aventuras.

Viajamos en bus, como a mi me gusta pues la esclavitud de un auto impide disfrutar como se debe una ciudad de cerros. Desde el terminal comenzamos la caminata y el primer objetivo fue visitar el cerro Bellavista para recorrer el museo al aire libre. Pudimos admirar el lindo arte que importantes pintores regalaron a la ciudad y que se complementa con el arte callejero que abunda en esta ciudad. De hecho son muchos los  graffitis que fui cazando durante este viaje.

Fue unánime la decisión de la primera parada para almorzar rico, nos encontrábamos enfrente del exquisito restaurante Confieso que he comido, en donde nos ubicamos para admirar la increíble vista y disfrutar su cocina. Partimos con esa rica combinación de pisco sour mientras nos servíamos un ceviche Confieso, cortes de corvina adobados en limón, aceite de olivas, trozos de papaya y menta. Para los fondos, el Pescado Capital (filete de albacora con polenta cremosa, albahaca y tomatitos cherry) y una Merluza Austral a la plancha macerada en aceite de eucaliptus acompañada de pastelera de choclo. Estas exquisiteces las acompañamos con una botella de pinot noir de Leyda. Concluimos con un buen café, antes de proseguir la caminata.

Seguimos por las empinadas calles un poco al azar o donde se encontrasen graffitis pero en dirección al cerro Cárcel. En el camino aprovechamos de visitar la ex cárcel devenida en un fantástico centro cultural, que por supuesto recorrimos completamente. Brillaron los ojos de mi partner cuando finalmente arribamos al Hotel Ultramar, un hotel boutique fantástico que había reservado por internet días antes. Allí nos esperaba una suite de 50 m2 con la mejor vista que he tenido hasta ahora en mis numerosos viajes a Valpo.

Tras un descanso, nos dispusimos a reiniciar el krrtrekking, esta vez con dirección hacia el cerro Alegre. La idea era ir al menos a dos sitios esa noche a cenar, dividiendo la cena en dos partes. El primer lugar que nos tentó fue el restaurante Cocina Puerto. Una maravillosa casa decorada de manera perfecta para una gran experiencia. Ya ubicados en una mesa, llegaron unos appetizer que llamaron sopaipillas sureñas, en realidad una masa con especias crocante y frita exquisita que devoramos en instantes. Allí me vino a la mente lo que podría ser una cocina de autor a la chilena. Partimos con variedades de pisco sour  de piña para mi partner y uno de arándanos para mí, deliciosos!!. Nos tentamos con un curanto para dos, pero pensando en la siguiente estación, finalmente nos decidimos por una entrada de salmón ahumado con naranjas, alcaparras y un ají verde. Delicioso plato que nos avivó el hambre para continuar.

Salimos del Cocina Puerto prometiendo regresar en otro momento y seguimos el paseo, ahora en busca de los platos de fondo. Después de unas vueltas de reconocimiento, fue la llegada de la noche lo que nos forzó a buscar la terraza preciosa del  Restaurante La Concepción, un imperdible de este cerro. Instalados en esa envidiable ubicación, disfrutamos un camarón al curry y un extraordinario filete acompañados de un gran reserva petit verdot. Regresamos al hotel muy tarde no sin antes de cazar una buena cantidad de nuevos graffitis que encontramos al paso.

El domingo partió con un rico desayuno en el estiloso comedor del hotel, bien diseñado y funcional, aunque ciertamente pequeño. Más tarde, salimos rumbo a La Sebastiana, la casa de Neruda que bien se merecía revisitar. Impresionante la cantidad de gente y sobretodo extranjeros que admiran al gran poeta.

De regreso al hotel, retiramos nuestros bolsos y decidimos movernos hacia el Museo Bellas Artes del Palacio Baburizza, pues sería mi primera visita después de ser reparado y reabierto. El palacio es magnífico y me atrevo a decir que sobresale más allá de las obras de arte que aloja.

Habiendo recorrido todos los niveles y un poco hambrientos, detectamos algo que no estaba disponible en mi anterior viaje. Nos encontramos enfrente de un nuevo restaurante llamado Alegre y perteneciente al hotel Palacio Astoreca. Completamente remodelado, el palacio aparentemente se ha constituido en un imperdible.

Bastante gente, pero conseguimos una buena mesa. Pronto comenzamos a fascinarnos con la oferta gastronómica de la carta,

Una vez que nos decidimos por unos kir royale de aperitivos, pedimos una entrada tentadora foie gras y queso de cabra caramelizada  con apio, manzana verde y helado de almendras. Sorprendente!!

Mientras llegaba nuestra entrada, llegó un appetizer de sopaipillas sopladas con puré de zapallo y pesto de aceitunas verdes. Después de nuestra entrada nos llegó otro appetizer, una pequeña pastelera con base de granola, espuma de choclo y cortes aceituna. Nuevamente fuimos sorprendidos.

Luego llegarían los fondos, mi partner optó por un congrio confitado con caldo de coco y curry rojo con unas virutas de calamar salteadas y yemas de espárragos con aceite de ajo. En mi caso, me decidí por una terrina de cochinillo de la araucanía con papas confitadas con una salsa romescu y alioli. Dado que solo yo consumiría vino en esta ocasión, elegí un malbec Renacer de viña Punto Final reserva 2011, una combinación perfecta.

Estábamos extasiados con los sabores por lo que era imposible no probar postres. Así llegaron a nuestra mesa un bizcocho al romero con helado de miel con una espuma de frutilla, queso de cabra y membrillo y una mozarella yogurt con una  nube de eneldo, helado frambuesa, salsa de berries y betarraga. Impresionantes!!!

Alegre es el mejor restaurante de este krrtrekking y evidentemente volveremos.

Cenando en NH Hotel : una experiencia deliciosa

Este lugar lo tengo seleccionado como un buffer, es decir, uno de esos sitios a los que acudo cuando mis otras opciones de disfrute no están disponible. Hay que aclarar que es bueno tener un plan B sobre todo si se va acompañado. En este caso, la fórmula solo me serviría a mi mismo, pero igual es tranquilizador saber adonde acudir cuando se necesita.

Instalado en el amplio comedor del hotel, partí solicitando un fresco kir royale mientras disfrutaba la rica música lounge y ocasionalmente chillout del repertorio. Lentamente revisé la carta con ansias de novedades para descubrir un plato de merluza pochada sobre guiso de habas, estofado y vegetales, lo cual me llevó rápidamente a elegir una botella de William Cole 2011 pinot noir como el acompañamiento perfecto de mi cena

Entusiasmado con los sabores, me puse ingenioso en la búsqueda de mi postre y encontré un italiano clafoutis de berries y queso azul con helado de bocado que me fascinó. Lentamente lo disfruté hasta que llegó el momento de pedir mi cierre, el merecido café negro.

Debo confesar que este lugar jamás me ha decepcionado y seguirá siendo uno de mis planes B preferidos.

Regreso a Peumayen : sigue el disfrute

Hacia inicios del año hice mi primera incursión a este sitio que hoy en día se ha convertido en una sensación entre los turistas y la gente, que como yo, disfruta experimentando sabores y buena gastronomía.
Si bien para mi primera visita, el restaurante no poseía patente de alcoholes, asumí que para estos días el tema estaría resuelto. Por lo tanto, dirigí mis pasos con total seguridad para servirme un almuerzo como me lo merecía.
Partí con un appetizer de pulpo al ajo y plátano, regalo del chef a lo que siguió esa peculiar panera que distingue a este lugar. Hablo de una panera con la muestra de 8 opciones de "pan", desde milcao, pan amasado, chancho en piedra, un recorrido geográfico de norte, centro y sur incluyendo isla de pascua y chiloé.
Con esta fantástica bienvenida, ya podía revisar en detalle la carta y seleccionar el disfrute de este almuerzo. Pedí un Filete de caballo con un asado de vegetales y puré, un plato impresionante que acompañé con una botella sellada con cera de un exquisito syrah Starry Night del Valle del Maipo costa 2010. Una delicia que disfruté lentamente mientras escuchaba la excelente selección de música, otro acierto del local.
Para el postre, evidentemente debía buscar algo novedoso y en la carta abundan opciones como un rico helado de frambuesa y apio y el chapalele en salsa de chancaca con helado de manzanilla. El cierre, como acostumbro, fue con un rico café negro para filtrar.
Qué rico es el Peumayén, se merece la fama que ha ganado estos meses.

La Superior : sanguchería exquisita

En visitas anteriores al boulevard en donde están los exquisitos restaurantes Rivoli y Le Bistrot, había observado la existencia de este local de sandwiches, pero ésta sería la primera vez que lo probaría. Sospechaba que era muy exitoso pues siempre lo veía muy lleno y hoy, un domingo de paseos, había espacio para disfrutar.

Hacer el pedido es todo un rito, tres pasos que debes seguir al dedillo, partes por el tipo de carne o ingrediente principal, sigues con los acompañamientos y finalmente seleccionas el pan. Todo en la lista es llamativo y preparado al estilo gourmet para un deleite superior.

Mientras me entretenía haciendo selecciones en mi mente, pedí una cerveza negra de Flandes la que llegó rápida y fría a mi mesa. Para asegurar que mi prueba tuviera una referencia adecuada, decidí por una mechada, a la italiana y en una rica marraqueta.

Un sándwich delicado, abundante  y sobre todo sabroso. Superó con creces la prueba y dejé anotado para varias otras incursiones el venir a disfrutar el resto de la carta. Volveré, de todas maneras volveré!!.