Django : el clásico de las picadas del centro

Hace más de 12 años que no volvía a este pintoresco lugar céntrico. Dos pisos en que solo encuentras personajes especiales, esos que no temen engordar y que gustan de platos grandes con exceso de proteínas y grasas pero verdaderamente a la chilena.

Llegamos con la expectativa de conversar, pero esto fue puro comer!!!. En los comienzos, una pichanga para compartir, el pernil delicioso, las cebollas en escabeche imprescindibles, el queso, las aceitunas (tardías) y los cortes de ají, fueron la delicia. Obligadamente, un varietal (en fin!!) de Concha y Toro, un «exportación» (que hace aquí?). En todo caso, el vino es lo más apropiado para lo que venía.

Mi plato solo eran cuatro prietas con papas cocidas y ensalada chilena, enormes!!!. Mi socio, un poco temeroso, se matriculó con un lomo de vacuno de buen tamaño con papas cocidas y ensalada chilena (bueno, los acompañamientos no son tan variados).

Bueno, una picá, es ciertamente un lugar pintoresco, hasta las chicas que atienden son sacadas de alguna obra de teatro a-costumbrista, un espectáculo de «chilenidad»

Django, es un gran sitio, me gusta su comida, me gusta su onda arrabalera, desprejuiciada y sobretodo su arraigo chileno. Estuvo exquisito, incluidos los bajativos atómicos.

(todavía me pregunto como mi higado resiste).

Recomendable para sistemas digestivos muy desarrollados. Filetón grasoso.

Cocina chilena de autor : NH gran opción

Mucho tiempo reservé esta incursión gastronómica, pero nadie sabe de verdad cuando es el momento adecuado de nada. Hoy estuve casi 7 horas caminando en una linda excursión por las montañas de la Cordillera Central y les garantizo que eso da hambre. Evidente, ya tenía una buena excusa para darme un buen regalo gastronómico.

Unn lindo hotel y el acceso al restaurant directo desde la entrada. Me sorprendió ver que solo había un pequeño grupo de personas cenando, lo demás vacío. Buena oportunidad para elegir la mejor mesa y prepararme para disfrutar algo bueno.

Como de costumbre solicité mi agua mineral sin gas, mientras hojeaba la linda carta menú que me ofrecieron. Llegó un atento joven con un aperitivo (una minúscula sopaipilla con pebre en una pequeña cuchara de porcelana, exquisita), mantequilla y pan caliente. La carta abundante en tentaciones, entradas, ensaladas, cortes de carne, clásicos del mar, pastas y sopas. La lectura de la carta me sedujo, un atún sellado a la grilla con ensalada de alcachofas y camarones con un puré de palta. Mmmhhh, tal vez un cuadril de cordero braseado con napoleón de berenjenas al pomodoro y rica mozarella con espárragos y champignones salteados o quien sabe, ese charquicán del bicentenario (ohh, charquicán el único plato verdaderamente chileno).

Agobiado de sabores, me atreví con un lenguado a la plancha sobre un risotto de palta y salsa de papayas a la crema y un crispi de jamón serrano. Si, definitivamente quería eso.

Ante la ausencia de lenguado (maldita suerte), rapidamente me ofrecen la opción de reemplazo por un congrio a la plancha, lo que finalmente quedó ampliamente compensado. El plato sabía increíble, lo gocé de inicio a fin, el risotto de película con sus trocitos de palta mezclados milagrosamente con el arroz, queso y toques de vino. Delicioso!!!

El lugar de diseño moderno, espacioso, mucha madera, con una preciosa cava a la vista en un mueble muy bien diseñado; la música deliciosa, un jazz vocal con una fémina de voz maravillosa. Tranquilo y bien atendido, este lugar promete.

Es increíble la combinación del pescado con el manjar de una papaya, no imaginé cuan rico podía ser. Sabores chilenos y universales, un plato notable.

Para acompañar esta maravilla, nada mejor que una copa del reserva pinot noir Céfiro, un delicioso vino de Casablanca. Exquisita combinación.

Para los postres, decidí experimentar con una mixtura culinaria, una trilogía al carmenere, con un navegado, un helado de carmenere y un borrachito. Sorprendente, nunca había probado juntos estos chilenísimos sabores.

Gran acierto, NH sabe de comida chilena

Bar Nacional 3 : la vencida

A mediados del 2008 el tradicional y conocido restoran Bar Nacional abrió un nuevo local en el centro de Santiasco. Con tanta historia y ricos sabores chilenos, es un agrado que este restoran disponga de esta opción en medio de la selva grasienta de la comida rápida que repleta las calles centricas.

En la puerta del local, los mozos ansiosos se pelean por llevarte al sector que cada cual atiende. El lugar es espacioso con un segundo piso y un increible subterráneo, luminoso y a muy buena temperatura. Es fantástico para mi que las mesas estén bastante separadas unas de otras (se siente que tienes un espacio privado y no hay desconocidos mirando dentro de tu plato o participando en tu conversación).

La comida, claramente con el sello del viejo Bar Nacional, abundante, sabrosa y rapidamente servida. La escalopa nacional con puré picante y la cazuela de vacuno se sacan nota muy alta.

Pienso que dieron por fin con la fórmula perfecta, todo lo bueno del bar nacional pero en un sitio estupendo. Revisitable!!!!!

Comida Chilena en Hotel Galerías

En la zona más contaminada de Santiasco, se puede encontrar un remanso de paz y comida chilena de primera. Me refiero al restoran Vichuquen en el Hotel Galerías, calle San Antonio con Moneda.

Partimos con agua mineral para preparar las bocas y el sistema digestivo para el menú de comida chilena.

Este hotel del conocido Cardoen, muy lindo y ambientado a la mejor tradición chilena, ofrece delicias de alto impacto. Decidimos compartir un plato de camarones y ostiones tiernamente condimentados al picante, oficialmente un pilpil de camarones y ostiones en sopa de merquén ahumado. Exquisitos.

En el intertanto, nos preparaban nuestros deliciosos platos de fondo, una corvina dorada con algas marinas, puré de garbanzos (gran detalle) y verduras salteadas. En mi caso, un lomo de salmón grillado con pilpil de pulpos y risotto de trigo mote. Deliciosos, llenos de texturas y sabores.

El vino, por cierto, un Pinot Noir EQ de Matetic, fantástico como siempre. Cabe destacar que aunque lo tenían a temperatura ambiente, hielo mediante, lo dejaron perfecto en tiempo record.

Los postres marcaron la diferencia, un mousse de piso sour muy ácido pero rico y lo mejor, un pie con zapallo dulce y helado que me dejó maravillado.

Bien por la comida chilena!!