Le Flaubert : un almuerzo muy tardío

Un fomingo como tantos otros cuando no puedo ir a la montaña, pero con el hambre desatada por ser muy tarde y la imperiosa necesidad de hallar un buen lugar para saciar el apetito desatado.

Salí a caminar por Providencia, varias cuadras sin destino, hasta que me acerqué a la zona de Pedro de Valdivia. Allí estaba El Huerto, llenísimo por lo que seguí más allá hasta Le Flaubert, un sitio que me fascina desde siempre.

Era un buen momento para disfrutar un commodity personal, un filete rossini, filete de vacuno  asado en su salsa, una porción deliciosa de pate de foie encima, verduras al dente y esa trozo de pastel de papas al gratín delicioso. Un plato 100% disfrutable, en un lugar especialmente acogedor cuando tengo hambre. Mientras esperaba, disfruté mi botella de agua mineral sin gas y pancitos calientes con mantequilla.

Un plato sabroso como ese, merecía un buen vino y de la carta elegí un Botalcura El Delirio, ensamblaje de syrah y malbec 2009, maravilloso.

Una vez disfrutado lentamente mi plato, elegí un postre que no había probado. Me refiero a un postre de membrillo y queso de cabra, una combinación impresionantemente deliciosa. Solo me quedaba gastar el cartucho final, mi café negro.

Un almuerzo delicioso y sobretodo tranquilo.

Pasto Seco en Jazz Bellavista

Esta es una banda muy especial y que conocí una noche de jazz en Thelonious. El hecho que sus bases rítmicas sean mapuches o cuequeras, les hace representantes legítimos de un estilo de jazz muy chileno. Si a eso se añade que los músicos son bastante veteranos, asombra el despliegue de energía y vitalidad en el escenario.  Prohibieron tirarles agua, porque incluso así se prenden, como dijo el gran Ernesto Holman, bajista consumado y recordado ex- Congreso, quien se acompaña  con Jonathan Gatica (maestrísimo saxo tenor) y Moncho Pérez (poderosa batería).

Un grupo con una simpatía y alegría desbordantes, que entusiasma y hace disfrutar con ganas con sus temas de raíz étnica. Llama la atención con Jonathan hace sonar en ocasiones el saxo como una verdadera trutruca, mientras la batería simula un cultrún. Gran ritmo y belleza para esta versión tan chilenísima de jazz.

Incansables, todos los temas son de larga duración incluyendo uno que duró casi 20 minutos. Una proeza de ritmos y buen gusto.

Gran recital!!

Una deliciosa cena en Le Bistrot

Para cerrar una agitada semana laboral, nada es más propicio que cenar tranquilamente en un lugar probadamente rico. Elegí este restoran francés que me trae buenos recuerdos, sobretodo los gastronómicos.

Pedí un kir royale mientras examinaba la carta y por esas casualidades, decidí consultar si tenían sopa de cebollas ya que en la carta no aparecía. Para mi agrado, claro que había y definitivamente deliciosa. Lo más reponedor que se puede probar una noche fría para calentar motores.

Francamente complacido, volví a revisar la carta para elegir mi plato de fondo. No pude evitar sentirme seducido por un filet de boeuf con salsa roquefort y acompañado por unas papas y champignones confitadas. Una maravilla que merecía un ensamblaje potente, el elegido de la linda carta de vinos fue un gran reserva Toro de Piedra 2009, mezcla exquisita de syrah y cabernet sauvignon de la región del Maule.

Para el postre, un clásico Creme Brulee que acompañé con un potente café negro. Gran cena para un buen cierre semanal.

Normandie : gran opción!

Un viejo lugar que había dejado en el pasado y que hoy se me apareció muy pertinentemente en esas horas tardías en que solo algunos salimos a almorzar y especialmente cuando hemos pasado hasta las 16 horas morfeando en la delicia de los sueños eternos. Un cansancio real y animado por un incidente emocional heavy con sonidos de dos años atrás, con energías que disfruté y que hoy me producen desasosiego.

Tras esa maravillosa ducha caliente, salí a caminar buscando un lugar de delicias y de pronto estuve sentado en el salón de no fumadores del Normandie. Solo dos hermosas muchachas, hermanas a no dudar, eran mi única compañía cincunstancial. Una gran pantalla de plasma mostraba una película que reconocí de inmediato, Insomnia, del gran Christopher Nolan, director de grandes películas como Memento o Inception. Si bien no es una gran película, es tremendamente fiel a las curiosas psicologías del ser humano que Nolan sabe retratar con maestría.

Inicié el disfrute con mi indispensable agua mineral sin gas para sacarme el tedioso calor que sentía y pronto añadí una entrada exquisita, un chevre chaud, traducido como unos cortes de pan baguette con queso de cabra derretido, orégano y aceite de olivas sobre una cama de lechugas. Sabroso comienzo para mi viaje culinario. Mientras veía a Pacino desenvolverse en la película yo me entendía con facilidad con el mozo camerunés que me atendía. me di cuenta que a veces hablamos demasiado rápido y no todos nos entienden de la misma forma que Pacino no entiende que cometió un gran error al matar por accidente a su compañero y que ocultarlo era peor que confesarlo. Quizás un mensaje necesario.

Terminada mi deliciosa entrada, pedí mi plato de fondo, un tournedo (trozo de filete envuelto en tocino) con unas exquisitas pommes  rosti (papas ralladas, cebolla y panceta), delicia que no perdería la oportunidad de gozar con un buen malbec. Elegí una botella de J. Bouchon Las Mercedes 2008, perfecto para esta incursión a la que se añade la deliciosa música noventera que se disfruta al volumen adecuado.

La soledad casi silenciosa del lugar, las imagenes sin sonido de la película y el bonito diseño de paredes me acompañaron perfectamente mientras comía lentamente  mi sabroso almuerzo de weekend al estilo filetario. A la salida, pasé a comprar unas entradas para un filete en el teatro Noescafé.

Normandie, sigue siendo una gran opción!!!

La Forêt : exquisita experiencia!!

No debo simular que de verdad disfruto buscar nuevos sitios en donde pasar un buen momento. Hoy tenía una cita para almorzar con una buena amiga y me escaseaban opciones que no hubiésemos disfrutado antes. Ella tenía un dato de un colega de su trabajo, lo que nos dió espacio para caminar un poco en modo búsqueda. No dimos con el lugar, pero eché a andar mi «GPS intuitivo» (una curiosidad genética, un gift después de todo) y terminamos ingresando a un sitio en calle Esmeralda que ninguno conocía y que nos depararía grandes disfrutes.

Se trataba de La Forêt, un lugar de comida italo francesa que de verdad nos sorprendió. Da la casualidad que mi querida amiga está salvando el stress laboral con clases de interiorismo y que por mi parte, es uno de los temas que adoro, me encanta el diseño!. Pues bien, el sitio no podía ser mejor, un estilo ecléctico en la decoración, con muebles antiguos y de buen diseño, con aparadores llenos de objetos especiales y un salón interior con un comedor increíble, con variedad de diseños en muebles antiguos restaurados, un verdadero lounge, con una lámpara araña descomunal en el techo, sillones y sofás deliciosamente de estilo. Un piso de madera elevado, justo para permitir la incrustación de maceteros con plantas, con un aire de hotel boutique, un  sitio bello. Con vista a un patio interior, no se escucha nada del ruido santiasqueño, lo que se agradece infinitamente!!

Mi amiga estaba en su salsa y yo también, era justo el sitio que nos daba placer y además almorzaríamos en él. Revisamos la entretenida carta, llena de explicaciones divertidas acerca del origen de los platos, demasiado divertido!.

Los platos finalmente, un angelotti de chupe de jaiba en salsa de camarones para ella y un risotto al azafrán y frutti di mare para mi, ambas delicias que disfrutamos plenamente y que compartimos como buenos compañeros de placeres. El único y enorme defecto del sitio es que no poseen patente de alcoholes, por lo que el vino indispensable para gozar estos platos NO EXiSTE!!!

Una experiencia deliciosa, que traté de prolongar a pesar del escaso tiempo disponible. Finalmente pedí un café con menta, una exquisita preparación en que se podía ver el color de la menta al fondo, un café intenso al centro y luego un cafe difuminado hasta el tope de la taza. Linda preparación y exótico sabor.

Este lugar merece ser revisitado!!!

Baco : siempre delicioso

Cuando se vive la canícula espantosa del verano santiasqueño, hay pocos sitios que pueden darte agrado. Mi fórmula probada incluye la terraza exquisita del Baco, un restoran de Providencia que se ha preocupado de hacer agradable el lugar. Mientras me acerco, puedo observar como han montado mangueras aéreas para proveer un rocío húmedo sobre su divina terraza, un detalle que agradezco con aplausos.

Me instalé en una buena mesa disponible y clamé por una botella de agua sin gas para refrescarme. Algo que por supuesto lo tienen previsto, ya que siempre te reciben con una botella de agua helada y delicadamente cítrica, para pasar el calor tremendo de este santiasco. Poco a poco recuperé el control sobre la temperatura de mi cuerpo y fui capaz de escudriñar la siempre disfrutable carta de platos de este rico lugar.

Estuve tentado de probar aves exóticas, algo propio de la cocina francesa, pero por pudor, decidí que comería res. Pedí un plato que he gozado muchas veces y no me cansa, Se trata del filete con salsa bernaise con papas pont neuf, una delicia que siempre me hace delirar. La carne del filete la pedí jugosa (puede ser sellada, jugosa o rosada), lo cual implicó que recibí una maravilla de carne que jamás sangró y que mantenía su sabor y jugosa perfección hasta el final. Acompañada de unas papas fritas a la francesa y esa deliciosa salsa bernaise en un pote y que disfruté hasta que se extinguió.

Un plato de ese calibre requirió dos experimentos con copas de vinos. Primero decidí por un cabernet franc Gillmore 2007 y luego añadí un delicioso ensamblaje de Parcela 7 también del 2007, maravillosas compañías para esta exquisitez.

Extasiado de sabores, me atreví con un buen postre y la tentación fue un Fondant au Chocolat, por favor imaginen un bizcocho de chocolate, relleno de salsa de chocolate caliente y una porción de helado. El contraste de temperaturas es exquisito!!

Por cierto, un buen café negro es un buen cierre para esta ocasión placentera.

Le Flaubert : una terraza deliciosa

No cabe duda que la comida francesa es sabrosa, tampoco hay problemas en considerar que este restoran francés es un clásico, con calidad sostenida en el tiempo, pero cuando llega el calor, los placeres se agigantan si se puede almorzar en el pequeño patio del local. Eso es disfrute total!!

Fue un día de casualidades, debí ir  a ProviJazz para intentar por cuarta vez comprar entradas para el Festival de Jazz de Providencia (una década asistiendo y no quiero fallar), porque el maldito ticketmaster no funcionaba ya por dos días (ni se urgen, es el mejor negocio del mundo, cobrar el 10% por imprimir una entrada, independientemente del valor de ésta). Por supuesto, que tampoco resultó, pero ahí mi instinto disfrutador, me guió en total inconsciencia, hacia Le Flaubert.

Estoy entrando y me encuentro con una maravillosa persona, una amiga de tantos años que está pasando por un penoso trance relacionado con su padre. A pesar de la hora, ella tampoco había almorzado, por lo que no me costó nada convencerla que su mejor opción era almorzar conmigo.

Nos fuimos directo a la terraza, mi rincón preferido en el lugar y ahí, como casi siempre, estaba mi mesa disfrutable. Una botella de agua mineral sin gas para cada uno y volvimos a elegir platos que hemos disfrutado juntos muchas veces. La verdad es que la carta es la misma desde hace años, pero la calidad no disminuye, una carta segura. Qué curioso como se anclan algunos comportamientos.

Para ella el lomo Robespierre, para mi el filete Rossini, lo que acompañamos con una botella de reserva Chono un ensamblaje de Carmenere y Syrah 2009 del exquisito valle del Elqui. Mientras nos preparaban estas delicias, pedí un paté maison, una terrina casera (carne de cerdo, panita de ave, jamón y delicados condimentos)  maravillosa con tostadas que fue la delicia mientras conversábamos.

Un almuerzo conversado, reído y llorado, pero lleno de hermosa alegría por la vida, aunque sea la eventualidad de la  muerte el tema de conversación.

Es definitivamente adorable almorzar en esta terraza!!!

Le Petit Chateau : rico descubrimiento

En la misma casa de calle Bilbao con Avenida Italia en donde estaba hasta hace poco Sukalde (hoy en Nueva Costanera), me encontré con una grata sorpresa.

En un formato sencillo pero con prestancia, considerando que el lugar es muy pequeño y muchas veces poco visible desde las pistas, este restoran de estilo francés lleva menos de una semana al aire. Necesitaba un nuevo lugar para mis placeres y aquí estaba a la mano.

Pocos contertulios, algo evidente para un sitio en marcha blanca, pero hay una ambientación ecléctica, un restaurant francés, con pinturas muy chilenas en las paredes, con asomos de elegancia en el mobiliario y música variada entre baladas de jazz y disrupciones de rock and roll. Extraña mezcla, pero grata al fin.

Me ubiqué en una mesa que recuerdo con cariño, ya que fue parte de mi vida cuando este lugar era el Sukalde. no alcancé a pedir nada cuando el mozo me sorprende con una copa de espumante de bienvenida. Muy bién, eso me gustó. La carta provisioria es bastante abundante y dificil de leer porque la letra es extremadamente pequeña y a estas alturas la presbicia existe. No obstante ello, pude detectar claramente la entrada que me gustaría probar. Pues bien, un carpaccio de pulpo me apetecía y fue mi elección. Qué gran detalle, la carne de pulpo tibia en ese carpaccio, una delicia!!!

En el intertanto, me llegó un panecillo (trozo de baguette) y una selección de caseras mantequillas con especias. Pude probar mantequilla con merkén, con orégano, con ciboulette y algo más. El regaloneo llegó al éxtasis cuando me llegó un plato de canapés con salmón ahumado y alcaparras, así como camarones con base de mayonesa y verdor. Ciertamente, me estaban seduciendo y estaba exquisito. El detalle mortal fue cuando me ofrecen pimienta fresca y atienden mi petición de no moler sino que cortar la pimienta. Excelente!!!

En la carta encontré varios platos apetitosos, pero me concentré con rapidez en un Pato Olives, una pechuga de pato horneada con aceitunas sevillanas, mantequilla y vino blanco; todo lo cual acompañé con unas papas duquesa cargaditas al queso que fueron disfrutes eternos, además de las verduras salteadas al dente que adornaban esta maravilla.

Me di maña para sortear las carencias en la carta de vinos, ya que mi Marqués de Casa Concha Carmenere se transformó en un Caliterra Tributo  Carmenere, que afortunadamente conocía y venía perfecto a mi plato seductor.

Una cena maravillosa con una atención de primera. Me encanta esta etapa de los restoranes, cuando dedican sus mayores esfuerzos en encantar al cliente para que vuelva y recomiende el lugar. Sin tapujos, el sitio es muy recomendable, fascinante!!!

Al momento de los postres, me dejé entusiasmar con una piña al cognac con salsa de arándanos,  increíble, eso si es un acierto!!!. Solo me quedó espacio para pedir un buen café negro y pagar la cuenta.

Casualmente me convertí en el primer individuo que se chequea en foursquare para este rico lugar, lo que considero un honor, porque seguro que muchos lo van a visitar.

Le Bistrot : cumpleaños con mucho estilo

Debe ser una práctica universal y multiespecie el disfrutar una y otra vez algo que nos es delicioso. En este caso, comer comida exquisita, en una rica terraza, muy bien atendida y resguardada del molesto ruido ambiente de Santiasco.

Le Bistrot nació hace muy poco tiempo (ver) con un local pequeñito y ahora ya tiene interesantes proporciones ya que se ha ampliado casi al doble. Mejor aún, el lugar se repleta y si no hubiese reservado (por suerte tengo ese buen hábito), habría que haber esperado por una mesa.

La carta con una diversidad de platos franceses (no todos), demasiado apetitosa. Bueno para partir,una deliciosa Terrine de foie gras maison, compotée d’oignons au vin rouge et toasts (que lindo suena). Nada más rico que untar una tostada con esa paté y poner unos hilillos de cebolla al vino tinto encima, un verdadero manjar que compartimos con gran placer, mientras bebía un suave kir royale.

Para los fondos, claramente la opción iba por las carnes. Para la cumpleañera, un enorme Entrecôte poivre noir, es decir, un rico trozo de lomo vetado con salsa de pimienta. Para mí, un Filet de boeuf sauce roquefort, o sea, un rico filete de vacuno con salsa roquefort. Ambos acompañamos con Pommes de terres confites et champignons (de verdad que me gusta como suena el francés). Esas papas confitadas mezcladas con champiñones estaban divinas. El vino, toda una sorpresa, pues aunque la carta era abundante en ricos exponentes del buen vino chileno, había la opción de un vino especial, algo que me interesó de inmediato. Se trataba de un reserva de carignan (una cepa que cada vez me gusta más) de una desconocida viña en la zona de Lolol y que había sacado una pequeña partida de este vino, con el nombre Villalobos. Fantástico, llegó bastante frío como claramente habría que tomarlo, pues este delgado vino de origen artesanal trajo a mi mente un increíble pinot noir, con un aroma endemoniadamente rico. Gran acierto, el vino era perfecto para nuestros platos.

No hubo tiempo para postres así que decidimos beber un buen café negro y concluir el festejo, retornando a la realidad.

Le Bistrot, una maravilla de lugar!!!

All inclusive : cena y jazz en Le Fournil

Aunque a este sitio solo vengo cuando tienen buen jazz, no deja de ser interesante que el restoran ofrezca delicias que vale la pena disfrutar.

Invité a una querida amiga a disfrutar de la experiencia, por supuesto que llegó atrasada con las típicas excusas de mina, pero que se perdonan por caballerosidad y porque me interesa lo disfrutable y no el conflicto. Es un comportamiento universal, ya que ella vive en Europa, además participa activamente  del parlamento verde, pero al final ella es ella y me cae muy bien.

Instalado en la mesa que reservé, partí con una buena botella de agua mineral sin gas, para asegurar disfutar los siguientes sabores. Cuando llegó mi amiga, ya había revisado profusamente la carta, interesantes entradas, ensaladas, crepes, omelettes, muchas delicias posibles.

Nos concentramos en un rico Pato a la naranja acompañado de zanahorias y un fettuccini de dos salmones que estaban fantásticos y que acompañamos con un Terranoble 2007 del valle de Maule gran reserva, que nos regaló delicias.

Para los postres, un clásico créme brulée y el tarte tartin con helado de vainilla que tanto disfruto. Seguidamente nos fuimos al subterráneo a disfrutar la sesión de jazz, que fue encantadora y que ella celebró filmando interminablemente en su cámara.

Exquisita jornada!!