Santería : cena latinoamericana

Un lugar en Bellavista que he podido disfrutar unas cuantas veces, siempre animado por el buen diseño del lugar, la exquisita selección de música que siempre tienen y por lo prometedores platos.

Hace bastantes meses que no me aparecía de noche por este sector, ya que dejé de ir al club de jazz El Perseguidor por la mala atención y precios excesivos. Sin embargo, hoy deseaba probar este tipo de cocina latinoamericana.

Una nocha fría que me impidió quedarme en la terraza, mi lugar favorito en este sitio; por lo que me fui al salón en donde está la barra y en donde se distribuyen unas pocas mesas privilegiando el espacio libre, algo que siempre agradezco.

Solicité un agradable kir royale mientras revisaba la carta en busca de un plato que me sedujera. La carta es breve pero atractiva y tardé muy poco en elegir mi cena. Un camarón bahiano, esto es, camarones ecuatorianos en una salsa de leche de coco con ají piri piri y guarniciones de moros y cristianos (arroz y porotos negros mezclados sabrosamente).  Para acompañar esta delicia, encontré una botella de reserva syrah La Joya que vino estupenda a la cena.

El plato francamente delicioso, muy bien presentado en un plato de fino diseño. El único detalle que le reproché al mozo es que siempre deben sacar completo el exo-esqueleto del camarón, para evitarle la molestia al comensal.

En fin, plato rico y mejor cena, la que concluí con un buen café negro, ya que a esa hora, ya debía estar en otro sitio.

Santería, rico lugar.

Los Formidables : blues y jazz en El Perseguidor

Extrañaba una noche con tocata de jazz, por lo que no pude resistir la tentación de ir a disfrutar a este grupo, cuyos integrantes son todos ex-Swingatos (gran banda ya desaparecida).

Alrededor de las 23 horas llegué a instalarme en una central mesa de un local con pocos asistentes todavía. En menos de 15 minutos ya estaba disfrutando un rico trago con vodka, (mi nuevo favorito, tras comprobar sistemáticamente que el ron se puso de moda y a todos los comercios se les ocurrió que pueden cobrar lo que se les plazca) y comenzó la tocata.

Parte con su habitual simpatía y calidad como guitarrista, Tomás Gumucio, acompañado por Jaime «Black» Villalobos en el bajo y un delgado y no menos virtuoso Fernando Costa en batería. Gumucio es mejor guitarrista que cantante, pero igual lo hace muy bien. La irrupción del maestro Gonzalo Araya en armónicas dió rienda suelta al ritmo y a ese sonido notable del blues.

Primer corte y ya me dio hambre, asi que probé un delicioso plato de machas y ostiones a la parmesana, servidos en sus propias conchas. Sensacional!

El local que había mantenido las puertas abiertas, comenzó a invitar solo por el arte de la buena música, a varios nuevos comensales que terminaron por llenar el lugar.

Hubo dos cortes más, fiel reflejo de la entretenida y placentera sesión de música. Definitivamente hay mucho futuro para Los Formidables.

Melissa : jazz y belleza

Melissa Aldana regresa de vacaciones a Chile, ya que se encuentra disfrutando de una beca en Berklee College of Music en Boston y financiada por el gobierno chileno.

Deliciosa, en las tres salidas de este noche, lo hizo magnífico. No hay problema, bien acompañada por un virtuoso Alvaro Zavala en guitarra, un Contrabajo de campeonato y una estupenda batería.

Buen jazz, buena ejecución y sobretodo buena onda. Temas clásicos y otros de Zavala, hicieron la noche muy disfrutable, para la gran cantidad de público que llegamos al club El Perseguidor.

El jazz sigue teniendo opciones, mientras existan intérpretes tan potentes

Un sábado intenso

Este sábado partió relativamente temprano, ya que sin necesidad de mis tres despertadores, antes de las 11 de la mañana estaba en pié y desayunando. Hice los preparativos básicos para asegurar que todos quienes iban a participar del cumpleaños de mi madre, tuvieran los punteros de la cita.

Partí al cerro San Cristóbal y antes del mediodía ya estaba al pié del cerro por Pedro de Valdivia Norte. Desde el día 15 de agosto que no subía y de verdad que necesitaba sentir el cuerpo y hacer mi meditación del ascenso. No sólo subí hasta la cumbre, sino que después me fui hacia La Pirámide e hice todas las combinaciones que pude incluyendo una segunda cumbre y también algunos senderos en donde hasta pasé susto debido a que mi bici resbala en las bajadas.

Lo concreto es que volví a casa a las 14:45 horas y mi hermano me esperaba sentado en las escaleras, aprovechando las redes inalámbricas del edificio. Increible hay más de una docena de redes habilitadas, aunque casi todas con seguridad.

Mientras me duchaba, llegaron los viejos junto a mi hermana mayor que anda de paso por la capital. Intuyendo el derrotero de dicha tarde, les convencí tomar unos taxis y nos fuimos a ese tradicional y rico restorán Omar Khayyam en Av. Perú. Llegamos cerca de las 16 horas, aprovechando la ventaja de un restorán cuya cocina los sábados no cierra.

Fue un festín de sabores árabes, pedí la mayor variedad de platos que pude para que fuera un almuerzo gozoso, contundente y novedoso para la cumpleañera. Acompañamos con unas botellas de Los Mareados 2004, muy buen ensamblaje e ideal para este almuerzo. Tras los postres unos ricos bajativos y mucha conversación, facilitada por tener el segundo piso casi exclusivamente para nosotros.

Retornamos a mi departamento para finalmente retirarse todos, excepto mi hermano, alrededor de las 19 horas.

Si bien mi hermano regresaba a Viña el mismo sábado, me di maña para seducirle con un filete de jazz imperdible. Así es, reservé y alrededor de las 10 de la noche nos fuimos a El Perseguidor en Bellavista. La cita era con Christian Gálvez Cuarteto (Félix Lecaros en batería, Roberto Lecaros en Contrabajo, Andrés Pérez en Saxo y lo increíble un muchacho ciego al piano, un talento).

Una jornada de jazz inolvidable, al virtuosismo de cada músico le acompañó la tremenda ovación de quienes tuvimos la oportunidad de disfrutar tanta maravilla. Un espectáculo de primer nivel.

Antes que partiera el show, llegó nuestro primo Luis, también de paso por Santiago, quien no podía creer que hubiese música así. Fue tanto el placer que tuvimos con la música, que quedamos muy prendidos y tuvimos que irnos a otro sitio. El lugar elegido, Piso 33 en Alameda, música electrónica a toda potencia. Tres DJ animaron la noche, en la que bailamos hasta que nos dió hipo, eso fue pasadas las 4:30 de la madrugada. No nos dimos cuenta como pasó el tiempo, realmente entretenidos.

Regresamos al departamento y ahí mi hermano decidió migrar a la casa de una amiga por lo que, fiel a mi hambre compulsiva, invité a mi primo a comer a la Casa de Cena. Por más de una veintena de años, a cualquier hora, este restorán ha sido mi salvación. Pero ahora no lo fue, ¡estaba cerrado!!!!!.

Desesperado, partimos a otro sitio que normalmente está abierto toda la noche en los fines de semana, El Prosit de Plaza Italia y decepción!!!, también estaba cerrado. Al borde del colapso, decidimos caminar por Alameda hacia el poniente y por suerte encontramos un abarrotado sitio enfrente del Diego Portales, que aparentemente era lo único abierto, ya que todos los trasnochadores hambrientos estaban ahí.

Tras comer un par de sandwiches y beber unas gaseosas (a esa hora es lo que hay), decidimos que era suficientemente tarde (más bien temprano, casi las 7 de la mañana) y calabaza, calabaza, cada uno para su casa.

Ufff, que sueño!!!

Angel Parra y sus demonios

En el barrio Bellavista el club El Perseguidor fue escenario de un exquisito espectáculo. Angel Parra, Titae Lindt y Andy Baeza dieron vida y ritmo a una noche espectacular.

Lleno total para ver, tras casi dos años de ausencia, al nieto de la Parra más prolífica y talentosa de Chile. Jazz sincopado y una guitarra veloz y libertaria, dieron vida a una secuencia de música deliciosa. A medida que avanzó la noche el jazz se fue convirtiendo en rock, del mejor. Tres salidas a escena fueron un rotundo éxito.

El ego de Parra hizo contrapunto con la simpatía de Titae y el silencio virtuoso de Baeza, para crear una atmósfera de placer en un local abarrotado de cuicos y algunos comensales adictos a la buena música.

La tabla de carnes no tuvo gran sabor excepto por el acompañamiento de un buen Reserva Cabernet Sauvignon 2005 De Martino, rebosante de frutos negros y rojos (la carta anunciaba muchos vinos mejores que no estaban disponibles,…, que mal no?). Hubo que esperar por un buen ron Havana Añejo para ver que pasaba con una tabla de quesos y frutos secos y asi equilibrar el paladar.

Acompañó la velada un buen desfile de hermosas mujeres directo al baño (también fue posible observarlas de regreso). ¿porqué van tantas veces al baño?

En fin, ya era hora de tener de vuelta a Parra, hace bien tanto talento exorcizando demonios de modernidad.