Providencia Jazz 2012 : dos noches disfrutables

Intentando navegar este enero repleto de actividad cultural, reservé dos noches para disfrutar el festival de jazz de Providencia. Tuve que sacrificar la primera sesión, para ver una buena obra de teatro en el Santiago a Mil, pero nada me impediría gozar las siguientes jornadas.

La segunda jornada y primera de nuestra incursión, abrió el grupo Vana Gierig Trío con el extraordinario pianista Vana Gierig y el guitarrista austriaco  Thomas Pfleger, una sesión redondita acompañados de un bajo y una batería.

Durante el corte, traté de encontrar a unos queridos amigos que saludé a la llegada y que perdí de vista, aunque igual me encontré con el gran Felipe Riveros. Así es que enfrentamos la segunda parte con el cuarteto estadounidense Reflections, en donde destaca con creces  el vibrafonista Dave Samuels, un maestro de nivel mundial, acompañado por el notable saxofonista Oscar Feldman. Delicioso show!!

En la salida, fue el momento de juntarnos todos e ir a disfrutar un rato de conversación, mientras devorábamos unas ricas tapas en De la Ostia de Orrego Luco. Un tiempo delicioso con grandes amigos y una camarera muy divertida que nos hizo reír todo el rato.

La última noche sería una sorpresa total. Llegamos cuando comenzaba el turno de Frick & Helbock Dúo, los sonidos que se escuchaban no correspondían a nada típico. me contacté de inmediato con algunas curiosas sesiones de free jazz en mi querido Thelonious. El violín virtuoso de Frick y el loquísimo y al mismo tiempo virtuoso piano de Helbock, dieron vida a la mejor sesión de música libre que haya escuchado en estos 11 años de festival.  manejando con soltura extrema la inclusión de sonidos electrónicos y un sentido extraordinario del sincronismo, fue la delicia de todos nosotros. David Helbock es un loco adorable, incluye percusiones, toca con los pies el piano, interviene las cuerdas del piano a su antojo y logra puras maravillas. Empatando a ese talento, Simon Frick usa samples, modifica a gusto el violín electrónico y ambos juegan con la música con una virtud asombrosa. lejos, lo mejor del festival!!!

Nuevamente nos encontramos con mis entrañables amigos y por cierto, quedó claro que iríamos al término del segundo grupo a disfrutar juntos un rato.

El siguiente grupo fue el  canadiense Dave Young Quartet, con el virtuoso del contrabajo homónimo y que dio una gran vuelta por piezas magníficas de los estándares del jazz y algo más.

A la salida, nos fuimos a cumplir la promesa y tras buscar un rato, ya que era un tanto tarde, terminamos en el Red Phone Box, comiendo y bebiendo un poco mientras agotábamos la garganta en entretenidas conversaciones.

Es posible que el festival esté perdiendo glamour, pero me doy por complacido por haber disfrutado estas dos noches de música nocturna y amistad.

 

Tres noches de jazz en Providencia : deliciosa música

Todos los meses de enero espero con ansias disfrutar la música en vivo de los invitados a este festival de jazz que ya se acerca a una década de antiguedad.

Recuerdo con cariño las primeras versiones en el Parque Forestal específicamente en el Parque Balmaceda, sencillas y gratuitas, pero enormemente disfrutables. Estas versiones más contemporáneas son muy comerciales, pero la calidad de los invitados sigue valiendo la pena.

La primera noche, con ritmos de jazz cubanos y mesoamericanos, deliciosamente rítmicos y hasta bailables. Yosvany Terry, cubano de nacimiento pero anclado en el pretensioso paisito del norte, nos deslumbró con la musicalización de un poema de un Premio Nacional chileno, cantado por Rossana Saavedra y que pasaría a constituir el primer himno del Bicentenario. Extraordinaria canción, a mi juicio un buen acierto y sobretodo en la partida del festival.

Los ritmos afrocubanos del grupo de Terry encantaron rápidamente y su show estuvo marcado por la euforia del público. Le siguió un compuesto Héctor Martignon, colombiano, gran pianista y compositor, mostró la calidad de un profesional al 100%, aunque menos taquilla que Yosvany, supo ganarse a un público mas bien tímido que no alcanzó a llenar el recinto.

La segunda noche, traía un plato garantizado, Joey De Francesco, un organista de Hammond excepcional, un filete de jazz que hizo las delicias de todos, claramente un maestro. Había tenido la oportunidad de disfrutar su arte en otro festival y estoy seguro que supero con creces las expectativas. Solo con el acompañamiento de un guitarrista y un batero, ambos buenísimos, De Francesco dió una lección de buen jazz.

Otro plato fuerte, esta vez desde Brasil, fue Joao Bosco un artista excepcional que mezcla virtuosamente el jazz y el bossa, cálido y terriblemente simpático, fue una maravilla su despliegue musical. Exquisita segunda noche!!

La tercera y última noche de Festival, partiría con el consagrado coquimbano Cuturrufo, virtuoso trompetista y tremendo controlador obsesivo de todo, hasta intentaba definir cuando debía aplaudirse. Gran show, aunque Cuturrufo, pienso, debe aterrizar en la realidad.

El último artista, consagrado en muchos escenarios, fue el increíble Richard Bona, camerunés y virtuoso hasta el espasmo, derrochó simpatía, talento y por sobre cualquier consideración, una sencillez digna de un genio del bajo y de la interpretación vocal. Su espectáculo fue definitivamente delirante, maravilloso.

Gran Festival!!!!

Festival de Jazz Providencia 2009

Estos tres días de enero de cada año en los últimos 8 años, se ha convertido en una maravillosa oportunidad para disfrutar buen jazz y en toda su increible diversidad.

El primer día, mientras atardecía lentamente, los acordes mágicos del piano de Felipe Riveros junto al contrabajo de Pablo Menares y la notable batería de Félix Lecaros presentando el trabajo Santiago (grabado en Thelonious) dieron un inicio de calidad premium al Festival. Esa música me trae al recuerdo a la increible banda E.S.T. (el trío sueco de jazz Esbjorn Svensson Trio), un jazz suave, moderno y exquisito. Tras el intermedio, el intérprete de jazz y compositor brasileño Ivan Lins dió una lección de corte internacional con ritmos de bossa jazz y más de un tema famoso.

Para el segundo día, el italiano Emanuele Cisi nos brindó una gran performance de jazz de calidad, preciso y profesional, mientras que después del intermedio, aparece ese portento jazzístico chileno, la chilena radicada en Nueva York, Claudia Acuña, gran voz y un desempeño maravilloso en la fusión de lo latino e incluso chileno en el jazz.

El último día, el cubano Yosvany Terry, un saxofonista de campeonato con una banda de latinoamericanos virtuosos hizo bailar a más de un asistente. El colombiano percusionista se robó la película, jamás había visto unas manos más rápidas tocando los tambores, formidable!!!. El cierre estuvo a cargo de una agrupación extraordinaria, los mejores jazzistas chilenos jovenes reunidos en el grupo Quintessence, un deleite para los amantes del buen jazz.

Esta fue la versión más latinoamericana del Festival y quedé con la sensación que fue un acierto. En este lado del mundo también se hace jazz de primera y es increiblemente disfrutable.

Providencia Jazz primera noche

Una noche un poco más fresca, algo de viento, en Santiasco. Buen ambiente para la primera sesión de este Festival de Jazz.

A las 21 horas se da inicio al espectáculo con un cuarteto norteamericano de excepción. Se trata del Western Jazz Quartet, formado por eximios instrumentistas en piano, contrabajo, batería y saxo. Un despliegue formidable de calidad y simpatía, los gringos originarios de la Universidad de Michigan, deslumbraron con su arte. Con temas propios y una maravillosa adaptación del Felicidade de Jobin, arrancaron aplausos a rabiar. Fascinante el contrabajo, de lo mejor que ha pasado por Chile así como la batería, cuyo músico brilló por su naturalidad y buen humor.

Tras 15 minutos de intermedio, le tocó el turno a una megabanda, Tito Puente Jr & Band, también venidos de USA, pero todos centroamericanos, un arcoiris de nacionalidades para dar vida a una fiesta de mambos, chachachá y ritmos sabrosos. No les costó mucho para encender a la gente y hacerlos tararear, cantar, hacer palmas y hasta bailar. Fue una suerte de homenaje de Tito Puente Jr. a su padre homónimo, conocido como el rey del timbal y que habría pasado por Chile con Celia Cruz muchos años atrás.

Salvo por algunos incidentes técnicos, fue una primera noche estupenda y buen augurio de las dos siguientes. No se lo pierdan.