Verde que te quiero verde : vegetariano gourmet

Una buena opción de restaurant vegetariano se asoma en el viejo barrio Yungay, un pequeño pero delicioso lugar en forma y fondo. En no más 30 metros cuadrados, este sitio cae bien desde la entrada.

El uso de pizarras y tiza para el menú, para la decoración del mesón-cocina y para los carteles callejeros, le da ese toque de lugar de barrio que se echa de menos en Santiasco. Adentro, se huele rico y se escucha un buen chillout al volumen correcto, solo cuatro mesas que dan cabida a unos 16 comensales en colectiva misión, más un pequeño living para un lounge de ocasión.

Todo un descubrimiento, a pesar que tiene un carta de café, cereales y postres, el fuerte es el menú del día. Un menú que depende de las compras de la feria del día y del buen humor y maestría del dueño y chef del lugar. Solo tres personas hacen la magia, el chef, su compañera que oficia de moza, inteligente, hermosa y amable y un ayudante de cocina. El resultado, genial!!

Partimos con una abundante sopa de champiñones (con fina cebolla y pimienta), para seguir con un chupe de zapallo italiano y un arroz a la canela con colifror y champiñones salteados en una salsa de curry verde, fantásticos!!. También existía hoy, la opción de una abundante ensalada de lechuga, zanahoria, apio y aceitunas más aderezos. Acompañamos con un jugo multivitamínico delicioso (la alternativa era una anaranjada)

Para los postres, una magnífica opción, una sopaipilla calientita con un trozo de pera al vino y almendras que sabía a maravillas. Un postre estupendo y muy bien presentado. Al final agregué un latte exquisito que marcó el cierre de un almuerzo gourmet en un ambiente de colectivo inusitado. Estuvimos sentados con personas desconocidas y fue increíble, todos no solo almorzábamos sino que disfrutábamos la complicidad de disfrutar un gran momento.

El barrio Yungay se arma poco a poco, pero la oferta gourmet la lleva!!!

Restoran Jofré : cocina chilena de autor

En un barrio antiguo y un poco a trasmano, aunque suficientemente cerca del centro de Santiasco, se encuentra este fantástico lugar gourmet.

Una casona antigua en donde se ha resaltado su interior con aplicaciones de adobe en algunos muros y con una cocina abierta que puedes ver y donde no hay olores que perturben, fue una verdadera sorpresa. Es como estar en una casona de campo chileno y donde la gracia es que hay buen cocinero, porque la oferta es reducida, varía mucho por lo que se comenta y es formidablemente deliciosa.

Partimos con unos ricos bellini royal de aperitivo, en su punto ideal. Nos servimos una corvina sellada a la albahaca con puré de porotos y verduras, una sopa espesa de corvina con almendras y especias, lo más sabroso y sorprendente que he probado este año, todo acompañado con un Alto Vuelo de William Cole delicioso. Para el postre un sorbete exquisito, que puso punto final a una comida notable.

Anotado como repetible.

Me robó el corazón : placer inesperado en Viña

Un restorán ubicado en calle Quillota cerca de 8 Norte, se transformó en el punto alto de un delicioso krretrekking de comienzo de año. Un sitio quitado de bulla, muy bien diseñado y ambientado. Estupendo.

Para partir, Bolitas de arborio apanadas en queso parmesano sobre salsa de tomate fresco y albahaca, un plato magnífico y gran acompañamiento para unos cócteles originales.

Luego, a pesar que la carta de vinos claramente es pequeña y de poca variedad (por suerte, la mejoran en estos días), el mozo se las arregló para conseguirnos un vino estupendo que ni siquiera estaba en la carta y que combinó exquisitamente con nuestros platos. Aquí destaco el Rissotto de Locos al Champagne, un verdadero acierto, todavía puedo saborear tan delicioso plato.

Néstor es el nombre del mozo que nos hizo la velada genial. Un profesional del buen servicio que se dio maña para atender a varias mesas de manera fina, oportuna y al 100% de calidad. Debieran premiar a personas como él, la notable experiencia de esta cena se debe en gran medida a Néstor. Aplausos!!!!

Claramente Viña del Mar se pone a tono con los mejores restoranes de Santiasco, porque de verdad, este sitio me robó el corazón.

Ascenso al Canoita : lindo paseo

Junto a los amigos del Club Malayo, hicimos un ascenso dominguero muy agradable. Como ya me he ido acostumbrando, me levanté a las seis de la mañana para poder armar mochila y salir a tiempo para encontrarme con David, quien gentilmente me transportaría en su auto. Al final, ibamos 4 invitados en dicho vehículo rumbo al sector de Lo Hermita camino a Farellones.

Alrededor de las 8:30 horas ya estábamos embetunados de bloqueador solar y caminando cerro arriba. Entretenidos por la hermosa vegetación, con muchas flores silvestres, el cerro se dejo visitar y disfrutar. Hicimos como dos horas y media hasta la cumbre. Salvo dos personas, todos llegamos a tiempo para disfrutar del banquete malayo. La parte menos light, pero más deliciosa de estos paseos.

Comenzamos con unas machas a la parmesana formato malayo (tarro de machas, jugo de limón y espolvoreado de queso reggianito), notable!!!!. Papas fritas, galletas rellenas con salsa de frambuesa. De postre, salió de una mochila un enorme melón tuna heladito, el cual trozado en medialunas, alcanzó para todos. Verdaderamente un acierto. Finalmente, ricos trozos de turrón, café del bueno acompañado de unos sticks de chocolate con sabor a naranja.

Gran disfrute gastronómico, buen paseo y hasta alcanzamos a volver para almorzar en casa.

Puerto Fuy : otra deliciosa opción

Entre los restoranes que aparecen en Nueva Costanera, comuna de Vitacura, se encuentra Puerto Fuy. Barrio cuico y turístico, pero interesante.

Armado en una amplia casa del sector, este lugar se distingue claramente por su cocina, pues la decoración es profundamente minimalista.

La primera sorpresa es que cada pausa gastronómica se acompaña con un bouquet de degustación. En buen chileno, un bocado de algo sorprendente que no sabes que es hasta que lo comes. Lo dejo a la imaginación ya que es una nota de distinción del local.

Partimos con un pulpo glaceado en salsa de anguila sobre una papa rosti con panceta y coulis de tomate emulsionado en aceite de oliva, divino. Rica textura, adecuada temperatura y un sabor agridulce extraordinario. Pausa.

Aunque el maridaje de vinos no es el fuerte del lugar, el ensamblaje de cabernet sauvignon-syrah, no estaba nada mal, seguimos con un Mero con alcachofas barigoule y coulis de tomates (un cuadrante de pasta de aceitunas que encierra un batido de tomates) en un plato que parece una pintura de Joan Miró. El desplante visual se agradece, ya que el goce es multisensorial.

El postre, magnífico, en un plato gigante se conjugan sabores de helados, mouses, chocolates y mermeladas. Gran trabajo del chef

Luego, solo queda tomar un buen café y saborear un cigarrillo (zona de fumadores pueh!)

Gran lugar, merece ser conocido.

Blue Jar : deliciosa opción

Hoy fui invitado a almorzar en el microcentro de Santiago. El lugar lo conocí bajo el nombre Frederik’s y guardo muy buenos recuerdos de mis visitas. Desde el punto de vista de infraestructura es básicamente el mismo restorán que conocí antaño. Sin embargo, me sorprendí con un menú de campeonato.

Partimos con una colorida sopa fría libanesa de langostinos, yogurth, tomate y pepinos. Muy equilibrada y sabrosa. Buena preparación para el paladar. Enseguida, una atención muy rapida (que se agradece), llegó una bruschetta grillada con habas (peladas y partidas por supuesto), hojas de menta, una buena ricotta y prosciutto crocante, magnífico el juego de sabores. Finalmente, el plato mayor, un pescado ricamente marinado a la plancha sobre una salsa de pomposo nombre que llevaba verduras y especias exquisitas. Con tanta efervescencia de sabores, solamente quedaba probar que vendría de postre y resultó ser una copa con trozos de mango, piña y naranjas, finamente combinados y alguna semillas que matizaban el amarillo fulgor de tan rico postre.

Como es obvio, una copa de vino acompañó el deleite y un cierre de buen café, para este almuerzo céntrico.

Completamente repetible, volveré!!!!

Palmas de Ocoa : gran paseo dominguero

Levantarse a las 6 de la mañana un domingo no suena a buen carrete, pero si valió con creces el esfuerzo. A las 8 de la mañana en la Copec después del primer peaje rumbo a la quinta región, comenzaron a llegar Los Malayos. Gran convocatoria, llegamos 25 entusiastas excursionistas.

A menos de 100 Km de Santiago, en la Cordillera de la Costa, se encuentra este Parque verdaderamente precioso. Palmas centenarias, peumos y muchos arbustos, dan marco vegetal a senderos de muy fácil tránsito y el hermoso Cerro La Campana proporcionó un fondo ideal.

En menos de dos horas ya estabamos, con nuestras linternas, recorriendo una vieja mina de cuarzo. Extraordinaria sensación, afuera un calor tremendo y adentro, húmedo y frío y en la más completa oscuridad. Al respirar salía vapor y en poco rato ya teníamos los bolsillos llenos de piedras. Claramente ibamos a descender con más peso que cuando subimos. Que simpático.

Una vez que llegó todo el grupo, iniciamos un descenso para enrutarnos hacia otro sector en donde hay una cascada sensacional. Ese sería el paisaje que tendríamos enfrente del mirador en donde almorzaríamos.

Comenzó el desfile gourmet, aceitunas rellenas de pimiento, pasta de salmón, queso azul, paté de emú, en fin, exquisito. Solo faltó el vino que torpemente olvidé llevar. No volverá a ocurrir, se necesitaba un rico vino para tantos manjares. Después de los postres, ciruelas, turrón uruguayo y frutas, tomamos un buen café de grano y descansamos.

Tras las fotos de rigor, comenzamos a regresar. Pasadas las 16:30 horas, ya estabamos en el estacionamiento, para despedirnos y volver a Santiasco.

Gran paseo!!!!