Los Cuates : una cena al paso

Tras llevar mi cleta al taller y dejarla para todos los ajustes y mantenciones que pedía a gritos, me vino la tentación de comer rica comida mexicana y nada mejor para ello que Los Cuates, un buen sitio para comer en el barrio Manuel Montt.

Partí preparando mi paladar con un Cosmo Jimador, un buen tequila Jimador con arándanos y refresco de lima, delicioso. Luego fui por mi plato de fondo, unas fajitas de carne, carne salteada con cebollas y pimentones, que acompañé con una rica botella de syrah Santa Ema 2007.

Mientras cenaba me divertí observando la gran cantidad de extranjeros que llega a este sitio dateados por tratarse de un auténtico restaurante mexicano atendido por simpáticos mexicanos. De verdad, un imperdible sencillo y contundente en la oferta gastronómica del barrio.

Para cerrar esta incursión casual, pedí un rico café de olla, café hervido en greda con naranjas y chancaca, una especialidad insuperable.

 

Los Cuates : cena sabrosa

Hoy fue otro día en que no solo soy quien abre la oficina sino quien la cierra, es decir, brutalmente cansado. Por suerte eso me alienta a realizar algo distinto y particularmente disfrutable, ya que la vida debe tener compensaciones y no me permito fallar en eso.

Los Cuates es de los pocos restoranes mexicanos en donde hacen verdadera comida mexicana, con eso quiero relevar por ejemplo, que fabrican sus propias tortillas de maíz que venden a otros y que hay mexicanos atendiendo. Un detalle que se nota, según sea la capacidad de aventurarse en la oferta gastronómica del sitio.

Partí con un clásico tequila margarita con mango, una variante deliciosa que me vino de maravillas. Acompañé estos inicios con unas quesadillas tradicionales acompañadas del habitual guacamole.

Para los fondos, nada mejor que un plato típico del México profundo, un Alambre, puesto en sencillo es  carne a la plancha salteada con pimentones, cebolla, queso, tocino y las adecuadas guarniciones, porotos negros refritos y guacamole, además de las calientitas tortillas de maiz que cierran el circuito virtuoso de este exquisito plato.

La carta de vinos no es muy abundante, pero logré incluir en mi cena un carmenere de Viña Sutil Colchagua State, un acierto inesperado.

Para los postres, que mejor que una inyección dulce de crepes Los Cuates, o sea panqueques calientes con manjar,  chocolate, una  nube de nuez, algunas ricas almendras y helado de vainilla. Una delicia para el cierre de mi incursión.

No podía abandonar el lugar sin beber un cafe hervido mejor conocido como cafe de olla, especialidad de la casa, algo sin parangón en la oferta santiasqueña.

Sin ninguna ostentación, Los Cuates es un lugar delicioso!!

Día extenso : trabajo, cena mexicana y algo más

Estoy atravezando un periodo de trabajo definitivamente agotador, promedio 12 horas de jornada sin pausa y quedo muchas veces al debe. Es evidente que no es sustentable y debo compensarme de alguna forma. Para ello tengo un método infalible, hay que disfrutar en forma proporcional al esfuerzo desplegado.

Tras una de estas potentes jornadas, decidí que era un buen día para disfrutar una cena mexicana. Así que partí presuroso a un lugar sencillo pero sabroso. Me refiero a Los Cuates, un restoran antiguo del barrio Manuel Montt, comida rica y auténtico ambiente mexicano.

Inicié la cena bebiendo tranquilamente un kir royale, mientras revisaba la carta en búsqueda del plato que iba a gozar. Terrible tener tantas opciones, pero hace mucho tiempo que no comía unos buenos burritos mixtos. Así que mi plato quedó armado con burritos de res (deliciosa carne hilachada), de pollo y de champignones, tres sabores acompañados de doble ración de guacamole.

La carta de vinos estaba un tanto disminuida ya que no estaban los vinos de mi interés, así que pregunté cuales verdaderamente quedaban y para sorpresa mía, el barman tenía botellas de buenos vinos que no estaban siquiera en la carta ya que correspondían a cartas de vino anteriores. De esa forma, llegó a mi mesa un delicioso merlot reserva 2007 Tres Palacios Family Vintage. Notable!!

Tras el disfrute de mi plato, pedí la carta para elegir algo más, pero pasó algo divertido, el mozo entendió que le había pedido la cuenta. En fin, lo tomé con humor y como una oportunidad, pagué la cuenta y me dirigí al LunaPub, un restobar ubicado en el mismo sitio en donde funcionaron antes el Manifesto y luego el Muelle Montt.

El lugar, bastante tranquilo con personal muy atento y ágil, aunque hay que decir que  la música sonaba bastante mal. Lo importante es que mi tabla de empanaditas estaba deliciosa así como mi trago de cierre de este largo día.

Después de todo, ahora podía ir a descansar.

Los Cuates : buena comida mexicana

Cada cierto tiempo me dejo caer por este tradicional lugar, mexicano de punta a cabo. No es solo la ambientación, la música, los colores y la iluminación, también es atendido por mexicanos.

Venía con bastante apetito, así que no me hice de rogar y pedí de inmediato un plato de Carne a la Tampiqueña esperando calmar mi león digestivo. Solicité la carta de vinos y gran decepción, pues solo tenían un par de variedades. Que lástima, aunque igual conseguí un Casillero del Diablo Cabernet Sauvignon 2005, nada mal aunque su publicidad sobrestima sus cualidades.

El lomo a la plancha en una cocción 3/4, sabroso, acompañado de frijoles refritos, una enchilada y guacamole. Lo disfrute lentamente mientras un par de cuates tocaba sus rancheras de rigor en vivo. Sin embargo, mi hambre era mayor. Así que tuve que complementar con unas quesadillas, que estaban fantásticas.

Saciado el apetito, solo me quedaba lugar para un buen café hervido, Café de Olla, con canela, naranja y chocolate. Delicioso!!

La comida mexicana nunca defrauda, sabores y aromas increíbles.