Majestic, una delicia dominguera

En Santiasco, pocos locales mantienen el nivel gastronómico y el servicio como mi querido Majestic. No solo es visitable en días hábiles sino también estos domingos fomísimos (fomingos) que detesto.

Fiel a algunos ritos comencé preparando mi cuerpo con una agua mineral sin gas, mientras pedía unos ricos appetizer, Mix Veg Snacks y samosas pakona paneer y tikki, unas increibles croquetas de papas.

Para los fondos, la tentación la puso un fish amarsari, filete de congrio frito marinado con anís y harina de garbanzos con un rico mutton biryani, arroz cocido con carne de cordero y especias indias. Goloso como acostumbro, pedía una porción de cheese nan, el delicioso pan con queso y una botella de pinot noir Viña Mar, servido a la temperatura correcta.

Un placer de dos horas de duración, una maravilla que solo un buen sitio puede dar. Majestic merece sobrevivir este 2012 pletórico de apocalípticos desastres.

Por cierto, no abandoné el lugar sin beber mi café negro de rigor, los ritos son siempre una entelequia.

Regreso a Majestic : delicias por doquier

Cuando pienso en comida india y especialmente en un día con muchas ganas de comer rico, entre varias opciones, me entusiasmo con este rico restoran Majestic. Debo confesar que mientras me dirijo a este sitio, mis jugos gástricos bailan de placer.

Venía de un largo krrtrekking, sediento y hambriento, por lo que partí por un gran vaso de agua mineral helada y luego pedí un Kima Nan, un exquisito pan indio relleno con carne molida de cordero y especias. Un preámbulo de los sabores que continuarían.

De la deliciosa oferta de Majestic, hoy decidí por un Fish Amarsari, exquisitos trozos de congrio frito marinados con anís y harina de garbanzos, con ese rojizo característico de muchos platos del lugar. Llegó sobre un plato de fierro caliente y sobre una cama de cebollas y pepinos. Mmmmhhh, que maravilla!!.

Para acompañar mi plato, nada mejor que un Ginga Biryani, una fuente de arroz con camarones ecuatorianos y especias, que venían a pedir de boca. Además, solicité una botella de Syrah Leyda Classic Reserva 2009 que estuvo magnífica con mi selección gastronómica.

Para los postres, no necesitaba mirar la carta, hay uno que me enloquece y es el Kulfi de Pistachos, divino!!.

Solo me quedaba beber un buen café negro y lentamente iniciar el regreso al merecido descanso.

Cenando rico en domingo : difícil en Santiasco

Después de un día que comenzó muy temprano para ir a la montaña y volver antes que la luz natural se acabara, me quedaba una deuda importante, comer rico para compensar una parte de las casi 4.000 calorías consumidas en mi periplo cordillerano.

El plan partía con el Liguria, de los pocos restoranes que abren los domingos por la noche, pero no cumplieron por lo que apliqué mi plan B y me dirigí al fantástico Majestic del centro de Santiasco, este nunca falla.

Partí con un Alu Tikki, unas croquetas rellenas de papas molidas, con garam masala, cilantro y pan rallado, una delicia que se acompañó muy bien con las salsas de cilantro y yoghurt. Un agua mineral sin gas, fue un temporal acompañamiento.

Para los fondos, algo potente, un Sheekh kabab masala, un delicioso cordero molido, asado y cocinado con una salsa de finas especies indias, que pedí término medio en picante (aunque debo reconocer que me hizo transpirar como diablos). Acompañé con un arroz con camarones llamado Ginga Biryani y un pan tradicional indio, un tandoori Kulcha (pan con cebolla y cilantro picado). El vino más propicio fue un Syrah 2008 de Leyda, valle de Colchagua que amenizó muy bien el festín de sabores.

Para los postres, mi deseo concedido, un Kulfi de pistachos y un café negro. Que maravilla!!!

Aunque sea dificil cenar un domingo en Santiasco, hay al menos un lugar extraordinario, el Majestic!!!.

Biketrekking de sábado : nueva fórmula

Hoy practiqué una variante a mi habitual krrtrekking, lo hice en bicicleta. Si bien deambulo en cleta muchas veces después de subir el cerro San Cristóbal, en esta ocasión fue un trance deliberado.

Llegar al mirador de la cumbre del cerro, beber un rico mote con huesillos y descansar un poco, fue el preámbulo de espera para que llegara mi partner (supuestamente iba a llegar a esa hora). Como me resulta difícil esperar mucho rato, le avisé telefónicamente que me iba a pasear hacia La Pirámide (ahora que está abierto el paso, tras la construcción del famoso tunel que se perforó en nuestro lindo cerro). Tras recorrer toda la ruta, insistí en llamar sin resultados, así es que decidí volver a subir a la cumbre (hay mala señal para celulares). A medio camino, me encontré con una pareja de amigos que se inicia en los paseos por el cerro. Iban con Cata (una chiquitita de 4 meses) metida en una mochila. Los acompañé hasta dejarlos instalados en el mirador de la cumbre, momento en que supe que mi partner se había ido a su casa. Buena la coordinación!!!!

Acordamos un nuevo punto de reunión y bajé raudo hacia el barrio Bellavista y curiosamente llegamos juntos al Ocean Pacific. El trámite fue un fracaso, no nos podían arrendar el lugar que queríamos para las bodas de oro de los viejos. MMMhhh!!!. Plan B en ejecución.

Nos fuimos ruteando por las calles del barrio Bellavista, pasamos al barrio Recoleta y el hambre me llevó a una picada que conozco hace más de 20 años, El Toro, en calle Loreto. Un lugar propicio para disfrutar un aperitivo. Pedimos un ceviche de salmón (especialidad de la casa) y unos pisco sours. Un plato con piso de lechugas, unos cortes de alcachofas, alcaparras, los trocitos de salmón y palta. Exquisito!!!. Una armonía cítrica acompañada de una maravillosa selección de música lounge.

Tras el aperitivo, nuevo destino, el barrio Brasil. Un vertiginoso paso por el Parque Forestal, luego por el medio del centro de Santiasco, saludamos al paso al siempre filete Majestic y seguimos hacia el Ocean Pacific, en calle Cumming.

Trámite exitoso y unos minutos después, ibamos rumbo al barrio Santa Isabel. Ahí logramos conectar con la ciclovía (la gran deuda del país con sus ciclistas) y admirar la vieja arquitectura del sector y esos entrañables lugares como la feria de libros que hay en la intersección con calle San Diego.

Por fin, llegamos al barrio de Avenida Italia, en busca de unos nuevos sitios que se han instalado. La sorpresa de esa hora, casi todos cerrados (bueno, era un poco tarde).

Se ejecuta de inmediato plan C. Llegamos en cleta hasta el Olivié, un restorán ruso que me encanta y que siempre está abierto cuando se le necesita.

Partimos con agua mineral como de costumbre y tras una insidiosa mirada a la carta, salió la selección perfecta de platos. Beef Stroganoff (carne de res cortada en juliana con champiñones, salsa de tomate, crema, vino blanco y arroz) para mi compañero y para mi hambre atroz una Buzenina (carne de cerdo en láminas, literalmente para cortar con el tenedor, cocida en finas hierbas, con trozos de repollo y salsa de ciruelas) maravillosa!!.

A la selección le pusimos un vino syrah reserva de Casa Silva año 2005 delgado y potente, que nos dio un delicioso placer en la combinación. Realmente, muy rico!!!

Para los postres elegimos una torta Olivié (un bizcocho ruso con crema de leche al limón y chocolate) y una pequeña grosería un Blichiki (crepes rellenos con ricota y salsa de cítrico y menta).

Gran biketrekking, tendrá que repetirse!!

Majestic : delicioso cumpleaños

A pesar que no me gusta comentar acerca de actividades laborales, hoy disfrute un almuerzo de cumpleaños en un lugar adorable, al cual asisto hace varios años.

Se trata del Majestic, restorán del hotel homónimo, que es una muestra de buen gusto, de excelencia gastronómica, hindú o más propiamente india, del mejor nivel de servicio y exquisita atención. En todos los años que visito este lugar, jamás he salido con la sensación de haber pagado más de lo recibido. Es exquisito¡¡¡

Un grupo bastante grande, pero tan bien atendido que bien podría haber pensado que era un almuerzo gozoso con mi pareja. Oferta rápida de aperitivos, señas para la frente de las damas (recuerden la seña roja es para las casadas, el resto no), un menú basado en carnes de cordero y pollo, tandor mediante, especias, salsas variopintas, espinacas y camarones, todo en un espectáculo de sabores y aromas. Acompañamientos de arroz con las combinaciones más sabrosas, frutas, verduras y especias, servidas a buena temperatura en fantásticas presentaciones y porciones.

Un festín al que no podía faltar un buen vino, aunque no todos aprecian el aporte del bendito líquido de uvas, un Syrah de miedo. Definitivamente, un banquete de sabores fuertes pero concretos y disfrutables.

Para el postre, una variada muestra en la que sobresale el helado de pistacho, magnífico!!

Absolutamente recomendable, Majestic es notable en almuerzos y mejor aún en las cenas. Disfrútenlo, apenas puedan