Boulevard Maturana : genial idea

En el barrio Brasil, revisité un sector que conocí hace pocos años y que ahora forma parte de una sorpresiva oferta en forma de boulevard.

El rico restorán Per Piacere, el primer wine bar del sector y exquisita cocina italiana en un formato muy moderno y estiloso, ahora forma parte de un cuarteto delicioso, con un restorán de pescados y mariscos, un bar a la europea y un fantástico lugar de comida mexicana.

El Bar Austral, un restorán con estilo, muy bien ambientado, con una carta de platos de mar, una buena oferta de tragos y una música exquisita, hasta Portishead se puede escuchar. Conectado por dentro, se llega al Eurohappy, un bar de vinos, cervezas artesanales y extranjeras, en donde encontramos mis favoritas, cerveza de lujo unas delirium tremens, mmmhh!!!!.

Tras seleccionar nuestras cervezas, muy bienvenidas en un caluroso día, pasamos también por dentro del local al Burrito, un lounge mexicano precioso, lindos colores y espacios pequeños pero perfectamente logrados para disfrutar un aperitivo o bien un happy hour. También alguien podría comer, pero nos resultó más atractiva la oferta del Bar Austral y regresamos.

La oferta de platos, deleitosa y demasiado seductora. No se hizo esperar la selección de rissoto de locos, un rissoto austral (con una gran variedad de mariscos) y unos fantásticos ravioles rellenos de locos. Esas maravillas se domesticaron placenteramente con una botella de Las Chilcas, un pinot noir que siempre sorprende.

No puedo dejar de destacar la exquisita música, el último disco de Sting, unos remixes sabrosos de Madonna y mucho más.

Este Boulevard está de miedo y lo mejor es que uno disfruta en cualquiera de los locales y la cuenta la pides donde quieras, todo conectado como debe ser. Aplausos!!!

La Diablesse : gran acierto en barrio Yungay

El barrio Yungay poco a poco ha ido poblándose de oficinas, lofts y nueva gente. Aprovechando las grandes casas del lugar, unas pocas lucas para reforzarlas y adaptarlas a la vida moderna sin descuidar mantener la preciosa arquitectura de muchas construcciones de un barrio venido a menos por mucho tiempo y que ahora renace.

Ya había ensayado otros krrtrekkings por este barrio y algunas notas compartí del Santiago Lounge, del Per Piacere un restoran italiano delicioso, la increible decoración y calidad gastronómica del Boulevard Lavaud (más conocido como la Peluquería Francesa), la exquisita y moderna cocina del Metropolitana y ahora un nuevo disfrute, un restoran de comida francesa de primera.

La Diablesse está armado en una casona de blancas paredes y preciosa arquitectura. Una intervención en el piso para darle color e incluso mostrar bajo la superficie algunas imagenes muy iconográficas, las paredes adornadas con lindas reproducciones de fotografías de Robert Doisneau como ese magnífico y famoso beso de una pareja en la calle y otras que bien vale la pena disfrutar. Un sitio sencillo, espacioso y muy bien atendido.

Llegamos algo tarde, pero tras las consultas al chef, nos preparan la mesa enfrente de la gran barra y podemos ordenar. Para picotear pedimos una tarte millefeuille au coulis de tomate-parmesan, anchois et d’olives, que en buen castellano es un lindo plato en que además de una combinación de lechugas coloridas y bien aderezadas, una masa exquisita (millefeuille) que cerraba una pasta increible, una pasta compuesta de tomate, aceitunas, anchoas y parmesano. Deliciosa!!!

Con este buen comienzo, pedimos platos de fondo ya calculando algo bueno. Mi partner eligió un Faux-filet de boeuf au demiglace da ratatouille (es decir, un rico trozo de lomo liso en una salsa demiglace acompañado de un perfecto ratatouille). En mi caso, entusiasmado con la cocina francesa más tradicional solicité un Canard sauce bigarra accompagné d’un gratin dauphinois (o sea pato trozado sobre un exquisito gratin de papas corte chaucha con crema y tocino) y todo ello nadando en una fantástica salsa con vino dulce. Maravilloso, no solo en sabores sino en la delicada presentación.

Estos magníficos platos se merecían un buen maridaje y oh sorpresa, la carta de vinos muy bien hecha y con todas las cepas relevantes para combinar. Mi primera opción fue un malbec que justo no tenían, pero por fortuna ya que el reserva La Roncière Syrah del valle de Rapel año 2005, quedó impecable con la comida. Un vino extraordinario, lleno de fruta, profundo, de gran cuerpo y con un toque de humo genial.

Era imposible salir del lugar sin probar un postre y al unísono elegimos un Marquise au Chocolat, totalmente recomendable.

Siendo los únicos comensales, el chef se retiró y pasó a consultar que tal nos había parecido, demás está decir que solo podíamos felicitarlo, gran trabajo!!

La Diablesse dará mucho de hablar.