La Mar : una cevichería antigua y famosa

Precedida por la fama del gran artífice de la gastronomía peruana, Gastón Acurio, este lugar sigue atrayendo a mucha gente. En mi caso, me había resistido por largo tiempo ya que en Nueva Costanera encontraba otros sitios que me atraían más. Sin embargo, en esta incursión al barrio me sorprendí con la desaparición del Sukalde (después que migró desde Av. Bilbao hacia Nueva Costanera) que se suma a la pérdida que significó la salida del exquisito restaurante Agua y el Tierra Noble (ahora en nuevo lugar). Caminando unas cuantas cuadras llegué a la inevitable conclusión que era el momento de ingresar a La Mar.

Partí como de costumbre ojeando la carta y refrescando mi garganta con agua mineral. También aprovecho estos momentos iniciales para observar el territorio, calibrar el tipo de comensales y sentir el ritmo del lugar. No tarde en descubrir mucho oficinista alargando su almuerzo de día viernes, madres con hijas adolescentes comiendo liviano, gente haciendo negocios, en fin mucha gente.

En la carta descubrí una buena entrada para calentar motores, se trató de un rollo crocante (panko relleno con camarón, centolla, palta, queso y salsa), un plato magnífico en sabores y contundencia. Para los fondos, que mejor que una merluza alocada que disfruté junto a una fresca botella de pinot noir casas del bosque reserva. Bocado a bocado, pude comprobar que hay una buena cocina en este lugar y que a pesar de los años, mantiene una gran clientela adicta a los sabores peruanos ya la creatividad gastronómica.

Un postre como se merece fue el crocante de maracuyá que  acompañé con un negro café, en señal de despedida.

Quitral : nueva opción en Boulevard Lastarria

Necesitaba cenar urgente, mi hambre me desbordaba y quería probar algo novedoso que rompiera la rutina laboral que ya excede las 12 horas continuas en estos días. Me dirigí al barrio Lastarria y por esas casualidades que celebro a menudo, me encontré frente a un nuevo sitio en ese exquisito boulevard de Lastarria 70. Enfrente de Peztoro, hay una nueva opción que esta noche pondría a prueba.

Un enorme lugar muy bien diseñado, harta madera y espacio, luminarias de filamentos incandescentes muy cool, un aire industrial pero con apego elegante. Dado que cuenta con varios espacios, me fui al más tranquilo y no menos espacioso en el fondo.

Inicié el experimento con una copa de espumante mientras disfrutaba una entrada de locos impresionante, tres locos de buen tamaño cortados por la mitad para contener una salsa de trozos de cebollas y especias a la manera de un ceviche que realmente estaba exquisito.

En la mesa, una caja de madera como metáfora de una panera y una salsa de untar deliciosa, además de una partida de sal en tres presentaciones Sal de mar al orégano, al jengibre y al romero. Un conjunto de posibles sensaciones traídas desde el salar de Atacama.

La carta abundante me dio tarea para elegir el plato de fondo, sobretodo porque la entrada ya era bastante abundante. No obstante ello, pedí un Salmón encostrado en especias acompañado de una base de quinoa, puré de aceitunas,  hojas de albahaca, salsa con tomate cherry y cebollin rostizado. Mientras esperaba el fondo, trajeron un sorbete limón de pica y jengibre para cambiar los sabores, algo que siempre se agradece.

Para acompañar mi plato de cena, incluí una botella de Pinot noir Montes Reserva el que pusieron, como corresponde, en una fuente con agua y hielo. El único detalle es que los mozos no se tomaron la molestia de vigilar cuando mi copa requería atención y finalmente decidí levantarme y traer la botella a mi mesa ya que me molesta mucho esperar.

Si bien es perdonable que en la partida de un restaurante de este nivel haya detalles de servicio, hay que hacer notar que el entrenamiento del personal de servicio es irrenunciable ya que al menos la mitad de la experiencia en un restaurante la construyen los mozos. Un buen café negro cerró la incursión gastronómica.

La comida buena, aunque no excelente, pero tiene gran potencial y espero volver a probar la madurez del local.

El Ancla : sigue siendo un disfrute

Si bien he regresado a este lugar muchas más veces de lo que relato, creo que es hora de hacer justicia y compartir las delicias de una nueva experiencia disfrutable en este especial sitio. Desde el 2011 cuando lo descubrí, quizás lo único que ha cambiado es que cada vez cuesta más conseguir una mesa

Tras una razonable espera, conseguimos una mesa en el primer piso, la carta y un rápido pedido de Kir Royale y Agua mineral junto a esa increíble entrada de Locos con papas mayo. Esto es un clásico y se ha convertido en nuestro fetiche. Saborear esos locos turgentes es una experiencia irrenunciable. Calmada el ansia, buscamos en la carta los platos de fondo, para encontrar un curanto en olla y mi albacora con salsa de mantequilla y alcaparras junto a unas papas salteadas, perfectamente acompañadas con un pinot noir Cefiro del Valle de Casablanca.

Una cena lenta y sensual a pesar del bullicio de la multitud de comensales que llega cada jornada a disfrutar esta buena cocina. Al cierre solo fuimos capaces de compartir una leche asada y esos ricos cafés negros que marcan el fin de una cena y el comienzo de una noche de más disfrutes.

Nueva cena en Nolita Lastarria : impecable experiencia

Salir a cenar en un buen lugar sigue siendo uno de mis placeres irrenunciables al menos 2 veces por semana. Sin embargo, debo confesar que en este periodo ha sido mucho más frecuente visitando varias veces el rico Olan, La Bifería, El Ancla y el Zocca. Bueno, esta noche los pasos fueron directo al Nolita, un lugar del cual solo tengo sabrosos recuerdos.

Llegamos bastante tarde tras una noche de buen teatro, lo cual nos beneficia con mayor disponibilidad de mesas. Una ágil maniobra del mozo y ya estábamos sentados y con la carta en las manos. Partimos con una entrada compartida de salmón ahumado relleno de ricota, mientras un agua mineral apoyaba a mi partner yo disfrutaba una fresca copa de espumante.

La temperatura muy agradable a pesar del frío que existía en el exterior, nos permitió una agradable conversación en la tranquilidad que se respira en este lugar. Seleccionamos nuestros fondos saboreando mentalmente como sería la grilla de pescados y mariscos que decidimos compartir acompañados de una fresca botella de pinot noir William Cole. Una sorpresa deliciosa de sabor y calidez que disfrutamos lentamente.

Para los postres, exigí esa maravilla que es el ciocolatino, mi postre favorito desde hace un buen rato y que a mi partner fascinó. Del éxtasis dulce pasamos al buen café negro, rito que cierra esta experiencia.

 

ProBoca : una sorpresa en Ñuñoa

En la búsqueda permanente de lugares disfrutables, esta noche nos encontramos con un nuevo sitio que ocupa el lugar de un restaurante del cual tengo buenos recuerdos. Me refiero al Doña Inés que claramente desapareció para dar vida a Proboca, lugar que probaríamos hoy.

El espacio físico se mantiene francamente inmodificado, prevaleciendo el color blanco y una distribución espaciosa de las mesas, lo cual es de mi especial agrado. Una rápida atención, lo que siempre agradezco, para iniciar con una cata de los pisco sours del lugar. Buenísimos.

Acompañamos el aperitivo con unos deliciosos trozos de pulpo grillado que estaban de campeonato, mientras nos preparábamos para los fondos. Hay que hacer la reflexión obvia si ya es posible sorprenderse con un nuevo sitio de gastronomía peruana habiendo decenas y la mayoría muy buenos. La verdad es que si me gusta sorprenderme y creo que seguiré probando por un buen tiempo.

Platos basados en pescado y esos deliciosos aderezos peruanos que le dan el toque maravilloso que nos hace volver una y otra vez a disfrutar comida peruana. Una buena botella de pinot noir fue la agradable compañía para esta cena exquisita.

Esperamos volver en otro momento a explorar más sabores ya que el sitio tiene todo lo necesario para seguir sorprendiendo.

Algunos disfrutes destacados de diciembre 2013

Aunque normalmente prefiero hacer crónicas de nuevos descubrimientos, ocurre que la mayoría de los nuevos sitios tienden a aperturarse en sectores de Santiasco que no me agradan del todo, ni siquiera por la calidad de la gastronomía sino por el tipo de visitante. Me refiero a ese tipo de personas que van a un lugar solo por que es moda y «es necesario» estar ahí. En este escenario de auto-restricción, me resulta mucho más deseable re-visitar sitios que ya he probado y que me merecen buena y gustosa opinión.

Cerrando este año 2013, claro que he disfrutado hartos sitios especialmente a la hora de la cena, toda vez que sigo un tanto atareado en la jornada laboral. Por cierto, eso no es obstáculo para estar siempre atento a gozar algo rico sobre todo en sitios que ya conozco en detalle.

Partiré con el sabroso e inconfundible Guria, comida española de primera y que permanece ya por muchos años en mi lista de favoritos. Una cena tardía, bastante cerca de la medianoche, en que partimos preparándonos con agua mineral y eligiendo unos ricos platos, merluza austral con quinoa y un pollo relleno que acompañamos con una deliciosa botella de Botalcura El Delirio, un ensamblaje que siempre salva. Por lo avanzada de la hora, decidimos cerrar sin postre, solo el indispensable café negro.

Un imperdible para cualquier cena es el Olan, comida peruana irresistible.Pisco sour peruano para acompañar una exquisita causa de camarones. Luego, un seco de cordero con una botella de cabernet sauvignon Santa Ema, combinación que ya he disfrutado antes y que merece repetición. Para el postre una torta de maracuyá y el bienvenido café negro que cierra una rica cena.

Una salida imperdible con mi Club Malayo fue a la laguna El Morado y glaciar San Francisco, un paseo delicioso en un día nublado y muy concurrido. La belleza del glaciar al final del cajón es sorprendente a pesar que con los años sigue disminuyendo su tamaño. Estas fotografías son el registro de este lindo paseo.

Una noche de esas no pude resistir la tentación de volver al Su, ese restaurante del hotel boutique Su Merced enfrente del Parque Forestal. Inicié la cena con una croquetas de carne exquisitas, para luego ir por una albacora que acompañé con un pinot noir Casas del Bosque, que intenté disfrutar en medio del ruido de unos entonados pasajeros. Cabe destacar que el lugar es pequeño por lo cual no es posible abstraerse de las conversaciones en voz alta. La comida como recordaba es excelente, el servicio requiere pulirse sobre todo en cuanto a conocimiento de vinos y el buen servir. Al postre bien estuvo un pudding de chocolate y mi adorado café.

Días después, caminando por Providencia, me vino la tentación de pasar a probar el restaurante del Hotel NH, el cual siempre recuerdo por su talento para deconstruir platos de comida chilena. En esta ocasión, inicié la cena con un kir royale mientras elegía mi plato de fondo. Decidí probar el Quinoa Mar y Tierra, una suerte de risotto de quinoa con trozos de carne de res y pollo, camarones y cortes de diversas verduras de colores hermosos. Para acompañar este exótico plato, conseguí una botella de merlot select terroir de Santa Ema, un encantador acierto para el paladar. Al cierre, como acostumbro, mi taza de café negro.

El siguiente disfrute fue mi encuentro anual con Inti Illimani, esta vez con la participación de Claudia Acuña como invitada especial. Un teatro Noescafé repleto y una impaciente audiencia que cumplida la hora de la cita comenzó a manifestarse. Dos horas magníficas de recuerdos de esta agrupación musical chilena tan pródiga en temas hermosos y que en esta ocasión hacen un recorrido por sus grandes éxitos con temas de Víctor Jara, Patricio Manns, Violeta Parra y otros tantos del folclore internacional. Maravillosa sesión.

A la salida del espectáculo, nada mejor que ir a cenar al Pad Thai. Confiado en mi buena estrella llegamos sin tener reserva y conseguimos una buena mesa. Partimos con agua mineral para preparar las gargantas y añadimos pisco sour Thai (con albahaca) y uno de maracuyá. Los platos, basados en curry y leche de coco, fueron un Kang Kari Camarón (curry amarillo) y un Kang Musaman Camarón (curry verde), exquisitos y abundantes. Naturalmente acompañamos con una buena botella de Syrah de Santa Carolina.

Un restaurante que se ha ganado mi favoritismo es Le Bistrot, comida francesa extraordinaria y que además goza de un servicio excepcional. Instalado en la terraza, partí pidiendo un cardinal (vino tinto con crema de cassis), refrescante aperitivo, ideal para estimular el apetito. Continué con un plato de fettuccinni a dos salmones y crema que acompañé con una pot lyonnais de 460 cc con merlot, sabrosa combinación. Terminado el goce de ese plato que he probado ya varias veces, me fui directo a un postre de nougat glace et coulis de fraises au basilic (helado tipo turrón con frambuesas y albahaca, puro placer!!) y por supuesto mi café negro.

Para cerrar el año, nada mejor que una disfrutable salida a la montaña y especialmente al cerro Pintor (4.000 mts). Fue la ocasión inmejorable para que los malayos nos despidiéramos de un año fabuloso en logros personales y del club, con muchas nuevas cumbres alcanzadas por los más perseverantes miembros del club. Comparto las fotos de esta salida de celebraciones.

En mi lado más citadino, el último #juevesdeideas de Bancoideas lo realizamos en Thelonious, ocasión ideal para escuchar a nuestro amigo Felipe Riveros en formato Trío con Carlos Cortés y Rodrigo Galarce, un desfile de acordes maravillosos que nos llenaron de energías y ganas de continuar con nuestro amado proyecto.

Adiós 2013 y bienvenido 2014!!!!

Krrtrekking en Valparaíso : puros disfrutes

Antes que llegase el verano y la zona de Valparaíso y Viña se replete de gente debía hacer este disfrutable paseo. Me puse de acuerdo con mi partner y en la mañana de un sábado, salimos hacia Valparaíso dejando atrás el infernal calor de Santiasco y con un fin de semana completo de aventuras.

Viajamos en bus, como a mi me gusta pues la esclavitud de un auto impide disfrutar como se debe una ciudad de cerros. Desde el terminal comenzamos la caminata y el primer objetivo fue visitar el cerro Bellavista para recorrer el museo al aire libre. Pudimos admirar el lindo arte que importantes pintores regalaron a la ciudad y que se complementa con el arte callejero que abunda en esta ciudad. De hecho son muchos los  graffitis que fui cazando durante este viaje.

Fue unánime la decisión de la primera parada para almorzar rico, nos encontrábamos enfrente del exquisito restaurante Confieso que he comido, en donde nos ubicamos para admirar la increíble vista y disfrutar su cocina. Partimos con esa rica combinación de pisco sour mientras nos servíamos un ceviche Confieso, cortes de corvina adobados en limón, aceite de olivas, trozos de papaya y menta. Para los fondos, el Pescado Capital (filete de albacora con polenta cremosa, albahaca y tomatitos cherry) y una Merluza Austral a la plancha macerada en aceite de eucaliptus acompañada de pastelera de choclo. Estas exquisiteces las acompañamos con una botella de pinot noir de Leyda. Concluimos con un buen café, antes de proseguir la caminata.

Seguimos por las empinadas calles un poco al azar o donde se encontrasen graffitis pero en dirección al cerro Cárcel. En el camino aprovechamos de visitar la ex cárcel devenida en un fantástico centro cultural, que por supuesto recorrimos completamente. Brillaron los ojos de mi partner cuando finalmente arribamos al Hotel Ultramar, un hotel boutique fantástico que había reservado por internet días antes. Allí nos esperaba una suite de 50 m2 con la mejor vista que he tenido hasta ahora en mis numerosos viajes a Valpo.

Tras un descanso, nos dispusimos a reiniciar el krrtrekking, esta vez con dirección hacia el cerro Alegre. La idea era ir al menos a dos sitios esa noche a cenar, dividiendo la cena en dos partes. El primer lugar que nos tentó fue el restaurante Cocina Puerto. Una maravillosa casa decorada de manera perfecta para una gran experiencia. Ya ubicados en una mesa, llegaron unos appetizer que llamaron sopaipillas sureñas, en realidad una masa con especias crocante y frita exquisita que devoramos en instantes. Allí me vino a la mente lo que podría ser una cocina de autor a la chilena. Partimos con variedades de pisco sour  de piña para mi partner y uno de arándanos para mí, deliciosos!!. Nos tentamos con un curanto para dos, pero pensando en la siguiente estación, finalmente nos decidimos por una entrada de salmón ahumado con naranjas, alcaparras y un ají verde. Delicioso plato que nos avivó el hambre para continuar.

Salimos del Cocina Puerto prometiendo regresar en otro momento y seguimos el paseo, ahora en busca de los platos de fondo. Después de unas vueltas de reconocimiento, fue la llegada de la noche lo que nos forzó a buscar la terraza preciosa del  Restaurante La Concepción, un imperdible de este cerro. Instalados en esa envidiable ubicación, disfrutamos un camarón al curry y un extraordinario filete acompañados de un gran reserva petit verdot. Regresamos al hotel muy tarde no sin antes de cazar una buena cantidad de nuevos graffitis que encontramos al paso.

El domingo partió con un rico desayuno en el estiloso comedor del hotel, bien diseñado y funcional, aunque ciertamente pequeño. Más tarde, salimos rumbo a La Sebastiana, la casa de Neruda que bien se merecía revisitar. Impresionante la cantidad de gente y sobretodo extranjeros que admiran al gran poeta.

De regreso al hotel, retiramos nuestros bolsos y decidimos movernos hacia el Museo Bellas Artes del Palacio Baburizza, pues sería mi primera visita después de ser reparado y reabierto. El palacio es magnífico y me atrevo a decir que sobresale más allá de las obras de arte que aloja.

Habiendo recorrido todos los niveles y un poco hambrientos, detectamos algo que no estaba disponible en mi anterior viaje. Nos encontramos enfrente de un nuevo restaurante llamado Alegre y perteneciente al hotel Palacio Astoreca. Completamente remodelado, el palacio aparentemente se ha constituido en un imperdible.

Bastante gente, pero conseguimos una buena mesa. Pronto comenzamos a fascinarnos con la oferta gastronómica de la carta,

Una vez que nos decidimos por unos kir royale de aperitivos, pedimos una entrada tentadora foie gras y queso de cabra caramelizada  con apio, manzana verde y helado de almendras. Sorprendente!!

Mientras llegaba nuestra entrada, llegó un appetizer de sopaipillas sopladas con puré de zapallo y pesto de aceitunas verdes. Después de nuestra entrada nos llegó otro appetizer, una pequeña pastelera con base de granola, espuma de choclo y cortes aceituna. Nuevamente fuimos sorprendidos.

Luego llegarían los fondos, mi partner optó por un congrio confitado con caldo de coco y curry rojo con unas virutas de calamar salteadas y yemas de espárragos con aceite de ajo. En mi caso, me decidí por una terrina de cochinillo de la araucanía con papas confitadas con una salsa romescu y alioli. Dado que solo yo consumiría vino en esta ocasión, elegí un malbec Renacer de viña Punto Final reserva 2011, una combinación perfecta.

Estábamos extasiados con los sabores por lo que era imposible no probar postres. Así llegaron a nuestra mesa un bizcocho al romero con helado de miel con una espuma de frutilla, queso de cabra y membrillo y una mozarella yogurt con una  nube de eneldo, helado frambuesa, salsa de berries y betarraga. Impresionantes!!!

Alegre es el mejor restaurante de este krrtrekking y evidentemente volveremos.

El disfrute de filetes nunca acaba : Resumiendo un mes

Como a veces ocurre, me pasa que el tiempo transcurre demasiado rápido y no me resulta viable escribir mis aventuras disfrutables con la frecuencia que ocurren y así, destempladamente, me enfrento a una acumulación severa de experiencias vividas y que no es fácil recordar en detalle y mucho menos comunicarlas a otros para sientan esa infinita tentación de salir de su comodidad y vivir la vida un poco más intensamente, un poco más completa de disfrutes y quizás, un poco más llena de intensidad.

Lo primero que recuerdo es una cita poco habitual con un arte milenario, se trata de ver danza japonesa kabuki en el GAM, partiendo con la más impresionante demostración de ritmo electrónico de tres bailarines japoneses en un drama solemne y trágico llamado Sambaso. Con los códigos de la modernidad, es difícil sospechar lo sagrado y ancestral de la representación, pero estoy seguro que nadie quedó indiferente. Tras un pequeño intermedio, se dio inicio a una obra mucho más compleja para nuestra cultura, una verdadera danza kabuki  de nombre Musume dojoji. Compleja y bella, no deja de impresionar en cada momento con la sutileza y la profundidad de la tragedia.

Unos días después, me puse de acuerdo para un rico almuerzo con Carlita, mi querida amiga y asistente de tantos años, con quien acordamos juntarnos en el Park Lane, un restaurante de hotel exquisito que me sigue encantando a pesar de los años. Partimos con unos frescos kir Royales, para seguir con los fondos, un filete bordado y  un medallón de jabalí, que acompañamos con un delicioso carmenere Tres Palacios 2007. Una puesta al día amenizada con los ricos sabores y esa rica sensación de atemporalidad que vivimos cada vez que nos juntamos. Nuestra cita concluyó con un buen postre, texturas de chocolate compartidas y, pos supuesto, buen café negro.

Algunas noches más adelante, me junté con otra entrañable amiga para ir a probar la cocina del Opera Catedral, un sitio que siempre me ha resultado delicioso. La partida fue innovando en tragos, un bitter batido y un Gin Hendrick, deliciosos. De ahí fue natural pasar a disfrutar una Queue de Lotte y un exquisito Turbot, acompañados de un indispensable pinot noir tabali, una delicia del valle de Limarí, helado como debe ser. Para los postres, nada mejor que un  volcán de pistacho y un  rhubarbe, una crema de queso cubierta con ruibarbo. Deliciosos!!. El cierre predecible fue con unos cortos de café ristretto.

La cartelera de danza del mes se venía nutritiva y así elegimos revisar una obra llamada A dance Tribute to the art of football en el  GAM. Esta obra noruega sorprende por lo ajustado y prototípico comportamiento de los masculinos representantes jugadores de fútbol. Todos los arquetipos se dan espacio en el escenario. Los machos desatados en la pasión por la pelota y las búsquedas de sentido de la damisela, poco a poco revelan los estereotipos tras la farsa masculina y que alcanza su clímax cuando uno de los machotes se revela por descuido que es una mina exquisita infiltrada en esa corte masculina. Buen humor y sobretodo desmitificación de los patrones culturales que hacen posible este deporte de multitudes.

Pocos días después, decidimos ir a ver una obra simpática e inquietante, Mens&Mahler, en donde más allá de los representantes masculinos está la pesquisa de una damisela por entender que hay detrás de este comportamiento rudo y normalmente considerado masculino. La chica se interroga una y otra vez si esa masculinidad es un comportamiento o una pose que oculta los verdaderos deseos de los personajes. La narradora es un gran personaje que hace claridad entre tantos gestos superfluos.

Seguidamente, una cena merecida en el Mulato Restaurante, nos condujo por un maracuyá sour y un kir royale. Luego elegimos unas chuletillas de cordero y un lomo de res, que serían deliciosamente acompañados de un syrah tabali, mientras comentábamos nuestras impresiones acerca del espectáculo de danza que habíamos disfrutado antes. Para los postres, nada mejor que unos canelones de manzana compartidos y buen café.

Pronto llegó el día de la ópera, y ahí estábamos viendo esa maravilla titulada El Barbero de Sevilla en el Teatro Municipal de Santiago. Lleno total para esta avant premiere que cada cierto tiempo nos invita a disfrutar este antiguo arte de música vocal, teatro, coros y belleza inigualable. Un clásico imperdible para todas las edades.

Aunque más frías, las noches de Santiasco merecen ser celebradas y esta noche nos fuimos a conversar al Casa Lastarria. Allí partimos con unas copas de champaña Valdivieso Brut, para acompañar un gratin de machas. Seguimos con mineral y una copa Botalcura El Delirio, con un compartido pollo picante. Finalmente, un sabroso crumble de manzana y  café, cuando la hora ya pasaba para el otro día.

La última aventura que tengo hoy tiene que ver con uno de mis fetiches, la Compañía de Teatro Cinema, herederos de la magnífica Compañía La Troppa. El nuevo estreno se llama Historia de amor y fue el gancho para visitar el Teatro de la UC en Plaza Ñuñoa. Nuevamente, esta virtuosa compañía con la segunda generación de actores en escena, nos deleita con la magia del cine aplicado al teatro, aunque con una historia escalofriante, un tanto perversa y sobretodo intensa. Observé que mucha gente se retorcía en sus asientos de forma impaciente en la medida que la trama se agudizaba y ponía en relieve la potencia emocional y discutible de la obra. La verdad es que sigo disfrutando la impecable técnica, que me parece impresionante, pero el tema es duro, muy duro.

Bien, no fue fácil resumir tantas experiencias disfrutables considerando el tiempo transcurrido, pero me siento contento de saber que siempre hay algo nuevo que vivir en Santiasco.

Torano : un servicio impecable

Mi costumbre de salir a zigzaguear por algunos barrios tiene sus recompensas. Esta noche, me pareció buena idea ir al barrio Italia en busca de algo novedoso y me encontré abierto un sitio que tenía en la mira hace rato. Se trata del restaurante Torano ubicado en una preciosa casona del barrio y que nos sedujo rápidamente a ingresar.

Dada la canícula que invade Santiasco estos días y noches, nos ubicamos al lado de una ventana para recibir algo de la brisa nocturna y eliminar ese factor incómodo que es el calor. Un sitio sencillo pero pensado como un centro de eventos, tiene un formato moderno y algo que notamos rápidamente, se preocupan del servicio. Bien por eso!!

Partimos pidiendo Pisco sour y una botella de agua sin gas para mí, ya que estaba profundamente sediento. La oferta de comida mediterránea en la carta se adivinaba sabrosa y elegimos un Rissoto al pesto e pomodoro guarnecido con tomates deshidratados y el contrapunto que decidí fue un pescado a la plancha con mantequilla y salsa al limón sobre una porción de sabroso couscous.

Los platos impecablemente presentados llegaron en breve tiempo después de haber disfrutado un appetizer de regalo, una porción de ceviche de rica textura. El entusiasmo creció y ordenamos una botella de pinot noir Villard que llegó a la temperatura fresca que corresponde. Siempre agradezco que un restaurante sepa cual es la temperatura de servicio adecuada y me sorprendió que el mozo se disculpara por traerlo frío pues han tenido clientes que piden un pinot noir a temperatura ambiente. Plop!!

Para los postres, un piacceri y un peccato, un plato mixto con Tiramisu, crema damasco, volcán chocolate y otro con Creme brulée, torta  de naranja y bizcocho. Deliciosos!!

Al cierre, por supuesto buen café negro y la grata sensación de haber conocido un buen lugar que sabe de servicio.

Diversitas : la nueva cara de El Templo del Inka

Paseando por calle Seminario esta noche encontré un nuevo restaurante peruano, una tentación irresistible para mi cuerpo. Instalado en el sitio, muy acogedor y espacioso, me informé que era una nueva versión de un viejo conocido, el Templo del Inka, un sitio que me trae lindos recuerdos.

La casona corresponde al antiguo local del Barcelona, el cual fue intervenido fusionando estilos con buena música y una llamativa  y enorme pantalla proyectada  con imágenes y mensajes en portugués, español e inglés.

Instalado en la generosa terraza, partí con mi botella de agua mientras repasaba la carta en busca de algo especial. Gran cantidad de platos que fusionan sabores peruanos y que sospecho provienen de un creativo chef.  Tomé la decisión de mi cena cuando encontré un pulpo en salsa anticucho y lo acompañé con un pinot noir Viña Mar del valle de Casablanca, una combinación realmente deliciosa.

Cené lentamente disfrutando la agradable brisa nocturna y la música de buen acompañamiento. Tras un café bien negro, decidí regresar a casa ya que la hora avanza demasiado rápido.

Se anota un nuevo lugar para disfrutar comida peruana.