Pintor : fantástico regreso a la montaña

Una vieja lesión lumbar que venía arrastrando por largos años finalmente se transformó en una hernia enorme que literalmente acabó con mucho  dolor mis habituales entretenimientos, especialmente los de cleta y montaña. Fueron casi 6 meses sin cerros y mi alma clamaba por volver a disfrutar un trekking de montaña hasta que a mediados de diciembre, estuve en condiciones de regresar.

Muy temprano estuve en el punto de reunión para encontrarme con mis amigos malayos e iniciar el ascenso hasta el andarivel de La Parva que nos dejaría en Tres Puntas, listos para comenzar a caminar por una ruta malaya hacia el magnífico Pintor.

Caminé midiendo como se comportaba mi cuerpo tras la operación de columna y con la decisión clara que si había asomo de dolor se acaba mi aventura. La verdad es que todo funcionó muy bien y salvo el esfuerzo adicional que significa hacer cerro tras 6 meses de inactividad, estuvo fantástico.

Ya en la cumbre celebramos con mis queridos malayos el reencuentro con la promesa de muchos cerros más para las siguientes semanas. Qué gran alegría se puede sentir en la montaña!!.

Ya de regreso, fuimos a celebrar con mis viejos y queridos amigos René y Luna al Lomit’s comiendo unos enormes sandwiches y bebiendo unas cervezas heladitas para recuperar la energía.

Por fin, de vuelta a los cerros!!!!

Algunos disfrutes destacados de diciembre 2013

Aunque normalmente prefiero hacer crónicas de nuevos descubrimientos, ocurre que la mayoría de los nuevos sitios tienden a aperturarse en sectores de Santiasco que no me agradan del todo, ni siquiera por la calidad de la gastronomía sino por el tipo de visitante. Me refiero a ese tipo de personas que van a un lugar solo por que es moda y «es necesario» estar ahí. En este escenario de auto-restricción, me resulta mucho más deseable re-visitar sitios que ya he probado y que me merecen buena y gustosa opinión.

Cerrando este año 2013, claro que he disfrutado hartos sitios especialmente a la hora de la cena, toda vez que sigo un tanto atareado en la jornada laboral. Por cierto, eso no es obstáculo para estar siempre atento a gozar algo rico sobre todo en sitios que ya conozco en detalle.

Partiré con el sabroso e inconfundible Guria, comida española de primera y que permanece ya por muchos años en mi lista de favoritos. Una cena tardía, bastante cerca de la medianoche, en que partimos preparándonos con agua mineral y eligiendo unos ricos platos, merluza austral con quinoa y un pollo relleno que acompañamos con una deliciosa botella de Botalcura El Delirio, un ensamblaje que siempre salva. Por lo avanzada de la hora, decidimos cerrar sin postre, solo el indispensable café negro.

Un imperdible para cualquier cena es el Olan, comida peruana irresistible.Pisco sour peruano para acompañar una exquisita causa de camarones. Luego, un seco de cordero con una botella de cabernet sauvignon Santa Ema, combinación que ya he disfrutado antes y que merece repetición. Para el postre una torta de maracuyá y el bienvenido café negro que cierra una rica cena.

Una salida imperdible con mi Club Malayo fue a la laguna El Morado y glaciar San Francisco, un paseo delicioso en un día nublado y muy concurrido. La belleza del glaciar al final del cajón es sorprendente a pesar que con los años sigue disminuyendo su tamaño. Estas fotografías son el registro de este lindo paseo.

Una noche de esas no pude resistir la tentación de volver al Su, ese restaurante del hotel boutique Su Merced enfrente del Parque Forestal. Inicié la cena con una croquetas de carne exquisitas, para luego ir por una albacora que acompañé con un pinot noir Casas del Bosque, que intenté disfrutar en medio del ruido de unos entonados pasajeros. Cabe destacar que el lugar es pequeño por lo cual no es posible abstraerse de las conversaciones en voz alta. La comida como recordaba es excelente, el servicio requiere pulirse sobre todo en cuanto a conocimiento de vinos y el buen servir. Al postre bien estuvo un pudding de chocolate y mi adorado café.

Días después, caminando por Providencia, me vino la tentación de pasar a probar el restaurante del Hotel NH, el cual siempre recuerdo por su talento para deconstruir platos de comida chilena. En esta ocasión, inicié la cena con un kir royale mientras elegía mi plato de fondo. Decidí probar el Quinoa Mar y Tierra, una suerte de risotto de quinoa con trozos de carne de res y pollo, camarones y cortes de diversas verduras de colores hermosos. Para acompañar este exótico plato, conseguí una botella de merlot select terroir de Santa Ema, un encantador acierto para el paladar. Al cierre, como acostumbro, mi taza de café negro.

El siguiente disfrute fue mi encuentro anual con Inti Illimani, esta vez con la participación de Claudia Acuña como invitada especial. Un teatro Noescafé repleto y una impaciente audiencia que cumplida la hora de la cita comenzó a manifestarse. Dos horas magníficas de recuerdos de esta agrupación musical chilena tan pródiga en temas hermosos y que en esta ocasión hacen un recorrido por sus grandes éxitos con temas de Víctor Jara, Patricio Manns, Violeta Parra y otros tantos del folclore internacional. Maravillosa sesión.

A la salida del espectáculo, nada mejor que ir a cenar al Pad Thai. Confiado en mi buena estrella llegamos sin tener reserva y conseguimos una buena mesa. Partimos con agua mineral para preparar las gargantas y añadimos pisco sour Thai (con albahaca) y uno de maracuyá. Los platos, basados en curry y leche de coco, fueron un Kang Kari Camarón (curry amarillo) y un Kang Musaman Camarón (curry verde), exquisitos y abundantes. Naturalmente acompañamos con una buena botella de Syrah de Santa Carolina.

Un restaurante que se ha ganado mi favoritismo es Le Bistrot, comida francesa extraordinaria y que además goza de un servicio excepcional. Instalado en la terraza, partí pidiendo un cardinal (vino tinto con crema de cassis), refrescante aperitivo, ideal para estimular el apetito. Continué con un plato de fettuccinni a dos salmones y crema que acompañé con una pot lyonnais de 460 cc con merlot, sabrosa combinación. Terminado el goce de ese plato que he probado ya varias veces, me fui directo a un postre de nougat glace et coulis de fraises au basilic (helado tipo turrón con frambuesas y albahaca, puro placer!!) y por supuesto mi café negro.

Para cerrar el año, nada mejor que una disfrutable salida a la montaña y especialmente al cerro Pintor (4.000 mts). Fue la ocasión inmejorable para que los malayos nos despidiéramos de un año fabuloso en logros personales y del club, con muchas nuevas cumbres alcanzadas por los más perseverantes miembros del club. Comparto las fotos de esta salida de celebraciones.

En mi lado más citadino, el último #juevesdeideas de Bancoideas lo realizamos en Thelonious, ocasión ideal para escuchar a nuestro amigo Felipe Riveros en formato Trío con Carlos Cortés y Rodrigo Galarce, un desfile de acordes maravillosos que nos llenaron de energías y ganas de continuar con nuestro amado proyecto.

Adiós 2013 y bienvenido 2014!!!!

Cerro Pintor : helado disfrute

A pesar de haber dormido muy poco por mi incursión nocturna al buen jazz, las ganas de pasar un domingo en la montaña son irrefrenables y siendo las 6 de la mañana estaba en pié preparando mi mochila. A las 7:05 horas (puntualidad británica) ya estaba con el gran David, presidente honorario de Los Malayos, quien amablemente nos recoge en la ruta con su auto para ir al punto de encuentro.

Veintún malayos se aparecen para el paseo. Increíble convocatoria en el kilometro cero del camino a Farellones. Nos redistribuimos en los vehículos 4×4 y nos vamos ansiosos al último andarivel de La Parva.

El cielo sobre la montaña no se veía muy despejado, pero había suficiente sol. El ascenso fue rápido y a medida que avanzábamos, comenzó a sentirse el frío. La temperatura bajó, pero la sensación térmica mucho más, pues el viento fue un acompañante permanente de la ruta. A medio camino, me tuve que poner guantes y una segunda capa de ropa bajo el cortavientos. (Debo reconocer que he aprendido a punta de errores a adivinar lo que necesitaré en cada ocasión y llevarlo en mi mochila). El último cuarto del recorrido fue sobre la nieve, una sorpresa para estas fechas.

Hicimos la cumbre un buen rato después que el escapado Hernán, que parece que se fue corriendo (broma). Mientras esperábamos al resto, el frío comenzó a sentirse fuerte y comenzamos a adelantar parte de la ingesta calórica, reservada para nuestro banquete. Finalmente, ya cerca del mediodía, decidimos bajar a un mejor sitio para que pudieramos estar todos mejor y de paso advertir y proteger a los menos experimentados de una zona con hielo que resultaba bastante peligrosa. De hecho, en ese tramo, los bastones resultaban inútiles con la dureza del hielo y me asusté un poco.

Ya instalados en la zona segura, comenzamos nuestro banquete malayo, la parte sibarita del paseo. Partimos con un aperitivo de salame italiano y aceitunas rellenas con jalapeño, frutos secos, galletas, huevos duros y sandwiches varios. Giovanni cocinó unos champiñones al ajillo y merkén que le quedaron deliciosos, mientras Poncho hirvió té con especias (canela, jenjibre, pimientas y quien sabe que más). Fantásticos aportes. Para el postre uvas y una selección de chocolates y arándanos, para concluir con el buen café brasileño y los turrones, esta vez argentinos, de maní y almendras. Quedamos chatos de comer, pero fue exquisito!!

Bien por los malayos y el montañismo hedonista.