Encarnado : el sufrimiento de los demás

Una calurosa sala fue el espacio elegido para presentar esta obra brasileña. El teatro de la Universidad Católica bien se merece la instalación de aire acondicionado, dos ventiladores no resuelven el problema. El Teatro Municipal también debiera resolver lo mismo.

El calor finalmente no fue obstáculo para gozar de un gran trabajo de danza, coordinación y tremendas emociones.

Comienza con una compleja danza a la que convergen todos los bailarines en una coordinación casi imposible y al mismo tiempo perfecta. Se tocan las manos, se miran, se rozan una y otra vez, entran y salen y finalmente cada cual pasa a ocupar su espacio en los bordes. Cada escena que sigue hace explotar los sentidos, desde un grito desgarrador, hasta el desangramiento de una garganta, el forcejeo de cuerpos desnudos o el acogimiento maternal entre dos seres sufrientes.

Los actores entran y salen, con ropa y a veces sin ella, a veces escapan del escenario otras veces se arrastran dolientemente, explotan en sangre, se pintan con ella, se desfiguran o simplemente retozan en un festín de dolores sanguíneos.

Compleja obra, pero clara en sus emociones y en la complicidad que provoca.

Alaska : los pensamientos del cuerpo

El turno de Argentina en Santiago a (más) de Mil. Ya al ingresar a la sala, los bailarines se encuentran en el escenario. El único texto, cuelga del cuello de uno de ellos y versa «estoy desesperado». Un sonido vibrante, semejante a un poderoso motor, comienza a tensar el ambiente, mientras se acomodan los espectadores. De tanto en tanto, los bailarines cambian de posición en el escenario y observan quietos. Dos músicos en escena, un piano y un violín, anuncian que además de las bases electrónicas, habrá música en vivo.

De pronto comienza, una bailarina aletea y salta, mientras otro comienza a arrastrarse y contornearse. Es el frenesí, cada gesto es como si quisiera decir algo tortuoso, la angustia la ponen los brazos que no responden o que se convierten en sogas que apresan el cuerpo, cuerpos que no responden a las angustiosas órdenes y que al mismo tiempo combinan con los movimientos de los demás. El baile, el deseo, el candor de un beso, la complicidad van desfilando entre cuerpos en movimiento casi permanente. Saltos que son detenidos en el aire, como suspiros, como pensamientos que no deben expresarse. Juegos, solidaridad y ternura, más baile y tamborileos, simplemente extasiante. El acompañamiento musical es vital para reforzar las sensaciones que se comunican. Gran trabajo.

Una obra genial, desbordante de corporalidad, poesía y estética.

Philotas : por el honor

Esta es una reposición necesaria para el teatro, una obra de corte clásico, sesuda y moderna después de todo. Infaltable en Santiago a (bastante más) de Mil.

Philotas el príncipe impetuoso y guerrero es capturado por el rey enemigo de su padre. Sin embargo, es tratado como si fuese una importante visita, todo lo cual le enfurece porque no puede aceptar ser tratado así, pues lo deshonra como guerrero y le lleva al desmericimiento. Pronto descubrirá que hay una buena razón, el hijo del rey que lo tiene cautivo, fue atrapado a su vez por su padre, lo que lleva a un empate táctico y ambos principes son solo piezas de intercambio.

Philotas, apelando a los dioses y a un implacable razonamiento acerca de lo verdaderamente correcto y perfecto, urde una artimaña que puede poner a su padre en ventaja y a él permitirle una salida honrosa. Ante una vida en vergüenza, mejor es morir con honor.

La tensión de la obra es manejada inteligentemente por el incesante movimiento y despliegue físico del actor sobre el escenario, lo que hace un fuerte contrapunto con la quietud y parsimonia de sus captores. Buen recurso técnico.

La épica de Philotas es la de los valores universales, por los que vale el sacrificio. Gran obra y la pueden ver hasta el 19/01 en el Teatro Antonio Varas.

Arka : encantamiento público

Este día jueves era el esperado turno de Polonia en el Santiago a Mil. Un espectáculo callejero y gratuito, que como en otros años, atrae y encanta a multitudes. (será por el hecho que es gratis?).

Alrededor de las 20 horas ya había gente instalada en los alrededores del escenario, algunos incluso se sentaron en privilegiadas posiciones frente al escenario. Solo a las 21:15 anuncian, por los parlantes, a un ansioso y algo impaciente público que la obra comenzará exactamente a la hora planificada, a las 21:30 horas. Pues, dicho y hecho, a la hora señalada, los focos apuntaron a un jolgorio que por atrás del cansado público (deben estarlo ya que casi todos estaban sentados en el suelo de la Plaza Constitución), venía un cortejo con la novia. Mágicamente la gente enganchó con la fiesta y acompañó la alegría del festejo, mientras avanzaban entre el público los bailarines lanzando chorros de sus botellas de alcohol (lo apropiado para la ocasión). Cuando llegan al escenario, se inicia un rito de matrimonio, entre los hombres que acompañaban a la novia y las «mujeres» que acompañaban al novio, una contagiosa danza matrimonial con divertidos e insinuantes movimientos. El público baila y celebra el dichoso espectáculo. Cuando ya acaba el baile, el cansado público chileno ya casi todo está sentado. De paso presionan al resto para que lo haga. En fin, me senté.

Unos instantes después, comienza a desarrollarse la tragedia, desde un costado atrás, aparece un carro con guerreros lanzando fuego y aterrorizando a todos, se lanzan contra la gente que presurosa debe pararse y hacerse a un lado (algunos comienzan a entender que deben estar de pié). Dan una gran vuelta y vuelven, los giles que se habían vuelto a sentar, por fin entendieron que no era posible, el escenario era toda la Plaza. Se incendia el pueblo y las ventanas ardientes avanzan, entre medio de todos, hacia el fondo, un Palacio de La Moneda al calor del fuego (metafórico no?). De ahí, el pueblo debe viajar al exilio, maletas en ristre, caras desencajadas, miradas perdidas. Abordarían un barco, si un barco de velas de metal, de cuerpo de metal, un «arka» que los conduciría a un nuevo destino. Todo es tragedia.

El barco comienza su viaje, pasando entre el público con una música triste de fondo y los lamentos de quienes van hacia lo desconocido. Más tarde unos pájaros alados encendidos de rojo, vuelan entre el público (el mar) y las alas terminan incrustadas en el barco que ahora vuela en el mar para ir a un mejor lugar. La música deliciosa recrea la esperanza y el festivo mundo que comienzan a descubrir.

Una obra simple y encantadora, llena de magia, ritmo y complicidad.

La pueden ver hasta el lunes 14 de enero a la misma hora y recuerden estar de pié, ojalá al centro o bien ubicarse en los costados de las torres de sonido e iluminación. Cuidado con los niños pequeños. Que lo disfruten!!!

BR#04 Bruxelles : círculo de provocación

Exactamente cincuenta y cinco minutos de irracionalidad y provocaciones. Una obra extraña en el MAC con lleno absoluto, encajonada en un mausoleo de mármol (eso parece) con una iluminación poderosa y manipulada para crear atmósferas complejas y un manejo del sonido casi aterrador.

Si el objetivo de la obra era inquietar, incomodar, creo que lo logra con creces. Especialmente una escena extremadamente larga, que consiste en un apaleo de un indefenso individuo por parte de policías en una orgía de sangre, en donde cada golpe es exacerbado al máximo por los sonidos estridentes que hacen vibrar la sala.

A medida que se desarrolla la obra se va haciendo más clara su circularidad, se inicia con la limpieza del lugar que será ensangrentado, se inicia también con un bebé que llora en la soledad y que una suerte de robot le enseña a deletrear posteriormente en forma cadenciosa y rítmica. Seguidamente un viejo, demasiado viejo, enlaza con la escena de los policías, para avanzar sangrientamente hacia la muerte balbuceante y religiosa, un rito casi satánico y finalmente, hacer desaparecer al anciano en una cama enfrente de todos.

Loquísima, de tan irracional nos convence de su lógica.

Sure, shall we talk about it? : ironías, baile y música

En enero y en Santiasco, se concentra la mayor cantidad de actividad artística del año y Santiago a Mil está a todo dar.

Hoy estuve triste, así es que elegí esta obra porque la danza y la música en vivo me llena de alegría y eso es lo que necesitaba.

En el Teatro Antonio Varas, Alemania se hace presente hasta mañana martes 8/01 con esta obra deliciosa. Original en muchos detalles, parte con una declamación musicalizada acerca del valor de las cosas en abierto parafraseo a Carlos Marx, en formato de improvisación con guitarra en el hall de entrada, antes de abrir las puertas al público. Sorpresivo!

Mientras la gente se ubica en sus asientos (ubicación ideal, al centro, filas F y G), una hermosa bailarina hace una perfomance con su gracil cuerpo mientras se proyecta un paisaje urbano «en vivo» en una gigante pantalla al fondo del escenario.

Con buen cálculo, apenas comienzan a silenciarse bocas y celulares, los músicos, una multi-instrumentista (guitarra, batería, vibráfono y diversos instrumentos de percusión), un guitarrista (el único hombre en el escenario) y una chica violinista y de buena voz, comienzan a tocar con un sonido impecable (bien por el sonidista y los músicos) y gran potencia.

De ahí en adelante, un espectáculo vibrante, lleno de gracia y expresión corporal, además de cantos en vivo y textos en diversos idiomas. Se pasean por el universo plástico de los patrones de belleza femeninos y los clichés acerca de sus «preocupaciones». Divertido el uso del micrófono cableado, un verdadero castigo disruptivo, el uso transgresor de la ropa, los tacones altos, las mascotas y los modismos del género femenino. Por cierto, la música es excelente.

Una obra estupenda para ser disfrutada de punta a cabo.