La Diablesse : gran acierto en barrio Yungay

El barrio Yungay poco a poco ha ido poblándose de oficinas, lofts y nueva gente. Aprovechando las grandes casas del lugar, unas pocas lucas para reforzarlas y adaptarlas a la vida moderna sin descuidar mantener la preciosa arquitectura de muchas construcciones de un barrio venido a menos por mucho tiempo y que ahora renace.

Ya había ensayado otros krrtrekkings por este barrio y algunas notas compartí del Santiago Lounge, del Per Piacere un restoran italiano delicioso, la increible decoración y calidad gastronómica del Boulevard Lavaud (más conocido como la Peluquería Francesa), la exquisita y moderna cocina del Metropolitana y ahora un nuevo disfrute, un restoran de comida francesa de primera.

La Diablesse está armado en una casona de blancas paredes y preciosa arquitectura. Una intervención en el piso para darle color e incluso mostrar bajo la superficie algunas imagenes muy iconográficas, las paredes adornadas con lindas reproducciones de fotografías de Robert Doisneau como ese magnífico y famoso beso de una pareja en la calle y otras que bien vale la pena disfrutar. Un sitio sencillo, espacioso y muy bien atendido.

Llegamos algo tarde, pero tras las consultas al chef, nos preparan la mesa enfrente de la gran barra y podemos ordenar. Para picotear pedimos una tarte millefeuille au coulis de tomate-parmesan, anchois et d’olives, que en buen castellano es un lindo plato en que además de una combinación de lechugas coloridas y bien aderezadas, una masa exquisita (millefeuille) que cerraba una pasta increible, una pasta compuesta de tomate, aceitunas, anchoas y parmesano. Deliciosa!!!

Con este buen comienzo, pedimos platos de fondo ya calculando algo bueno. Mi partner eligió un Faux-filet de boeuf au demiglace da ratatouille (es decir, un rico trozo de lomo liso en una salsa demiglace acompañado de un perfecto ratatouille). En mi caso, entusiasmado con la cocina francesa más tradicional solicité un Canard sauce bigarra accompagné d’un gratin dauphinois (o sea pato trozado sobre un exquisito gratin de papas corte chaucha con crema y tocino) y todo ello nadando en una fantástica salsa con vino dulce. Maravilloso, no solo en sabores sino en la delicada presentación.

Estos magníficos platos se merecían un buen maridaje y oh sorpresa, la carta de vinos muy bien hecha y con todas las cepas relevantes para combinar. Mi primera opción fue un malbec que justo no tenían, pero por fortuna ya que el reserva La Roncière Syrah del valle de Rapel año 2005, quedó impecable con la comida. Un vino extraordinario, lleno de fruta, profundo, de gran cuerpo y con un toque de humo genial.

Era imposible salir del lugar sin probar un postre y al unísono elegimos un Marquise au Chocolat, totalmente recomendable.

Siendo los únicos comensales, el chef se retiró y pasó a consultar que tal nos había parecido, demás está decir que solo podíamos felicitarlo, gran trabajo!!

La Diablesse dará mucho de hablar.

Santiago Lounge : precioso lugar

Llegamos alrededor de las 21 horas a este lugar. Por fuera una casa grande como muchas en el sector del barrio Brasil, sin embargo, ya mirando por ese acceso de vehículos (seguramente lo fue), sorprende el lujo de los detalles. Unos vitreaux al fondo comienzan a hablar de belleza arquitectónica.

Ingresamos y quedamos boquiabiertos, es un verdadero palacio, con maderas finas en las paredes, vigas al aire hermosas y bien cuidadas, dos salones gigantes perfectamente ambientados con sillones y mesa de centro para recrear pequeños ambientes personalizados para cada grupo. Aplicaciones de marmol con representaciones en relieve, ventanas en vitreaux por doquier, dan preámbulo para una barra de bar extraordinaria y bien dotada y pasos más allá, otro salón para bailar con DJ incluído (jueves a sábado), varios pequeños livings para quienes quieren más privacidad e incluso otro salón en que los sillones son tan grandes que parecen camas, increíbles. Los parlantes por todas partes y los equipos de música muestran dedidación por lo profesional, la música a esa hora bastante adecuada, ambient y house.

Entusiasmados, volvimos a uno de los salones cerca del bar y pedimos la carta. Nueva sorpresa, una carta con tablas diversas, sandwiches, ensaladas y algunos platos más fuertes. Una variada muestra de cepas de vinos, tragos varios y listado de ron, vodka y wiskhy para regodear.

La conversación inevitablemente partió por la admiración que causa tan singular y preciosa arquitectura. El lugar verdaderamente exquisito, bien atendido, todo bien.

Ya más tarde, comenzó a cambiar el tipo de comensales y claramente eran configuraciones de parejas que iban a derechamente a bailar. Ahí se puso incómodo el asunto, ya que rapidamente la música que se escuchaba en todo el palacio, pasó a manos del DJ y el regaetton comenzó a golpear nuestros oídos. Hasta ahí el disfrute, soportamos casi 20 minutos más y chao. Por momentos pensé que el DJ haría un pase con Thievery Corporation y de ahí ir poco a poco hacia un buen lounge o bossa. En fin, no ocurrió.

En cualquier caso, imagino (lo probaré en otra oportunidad) que solo los días de baile pasará esto con la música. Bueno, siempre hay opciones. Así partimos raudos a una buena sesión de jazz.

Esta noche en Thelonious, el gran Cristián Gallardo Quinteto nos regaló una tocata de lujo. Una nueva formación de la banda pues incorporó a los notables hermanos Manusevich (batería y Saxo), junto a Tomas Krumm en Piano, Juan Saavedra en Trombón y Cristián Orellana en Contrabajo.

Un buen cierre para el krrtrekking en Santiasco.