Torano : un servicio impecable

Mi costumbre de salir a zigzaguear por algunos barrios tiene sus recompensas. Esta noche, me pareció buena idea ir al barrio Italia en busca de algo novedoso y me encontré abierto un sitio que tenía en la mira hace rato. Se trata del restaurante Torano ubicado en una preciosa casona del barrio y que nos sedujo rápidamente a ingresar.

Dada la canícula que invade Santiasco estos días y noches, nos ubicamos al lado de una ventana para recibir algo de la brisa nocturna y eliminar ese factor incómodo que es el calor. Un sitio sencillo pero pensado como un centro de eventos, tiene un formato moderno y algo que notamos rápidamente, se preocupan del servicio. Bien por eso!!

Partimos pidiendo Pisco sour y una botella de agua sin gas para mí, ya que estaba profundamente sediento. La oferta de comida mediterránea en la carta se adivinaba sabrosa y elegimos un Rissoto al pesto e pomodoro guarnecido con tomates deshidratados y el contrapunto que decidí fue un pescado a la plancha con mantequilla y salsa al limón sobre una porción de sabroso couscous.

Los platos impecablemente presentados llegaron en breve tiempo después de haber disfrutado un appetizer de regalo, una porción de ceviche de rica textura. El entusiasmo creció y ordenamos una botella de pinot noir Villard que llegó a la temperatura fresca que corresponde. Siempre agradezco que un restaurante sepa cual es la temperatura de servicio adecuada y me sorprendió que el mozo se disculpara por traerlo frío pues han tenido clientes que piden un pinot noir a temperatura ambiente. Plop!!

Para los postres, un piacceri y un peccato, un plato mixto con Tiramisu, crema damasco, volcán chocolate y otro con Creme brulée, torta  de naranja y bizcocho. Deliciosos!!

Al cierre, por supuesto buen café negro y la grata sensación de haber conocido un buen lugar que sabe de servicio.

Plan D en acción

Almorzar un día viernes en un buen restorán en el sector céntrico de Santiasco puede ser una empresa de compleja gestión. En esta ocasión, por primera vez en muchos años debí acceder a mi Plan D para poder almorzar con mi delicada y maravillosa compañía.

Partimos tratando de llegar a un restorán tradicional japonés en calle Merced, pero ya no existía (yo no confiaría en mi memoria). Rápidamente fuimos por una buena comida vasca y en el lugar hacían filas de espera por una mesa. Ooooppsss!!! Sorprendido pero jamás confundido, partimos a un excelente restorán japonés moderno en calle Monjitas y para nueva sorpresa (ya era el Plan C!!!) el lugar estaba repleto. En ese momento, apliqué un sano filtro, había que ir a un restorán suficientemente caro como para que existiese espacio. Así, mi plan D se convirtió en un delicioso almuerzo en el Opera, barrio Bellas Artes.

Agua mineral para refrescar nuestras gargantas, seguidamente unos deliciosos y calientes panecillos con mantequilla, mientras ordenábamos un increible ceviche con leche de tigre, paltas y acompañamientos y por mi parte un congrio con salsa de ostras en una cama de lentejas rojas y hierbas. Fantásticos platos, sabores únicos, un contraste genial de lo frío y caliente, maridado magníficamente con un pinot noir de Viña Villard, que superó con creces nuestras expectativas.

Esta delicia de almuerzo se premió con un postre compartido, cuyo nombre no recuerdo, pero que se componía de un delicioso kuchen, chirimoyas, helado y adorno de chocolate blanco, absolutamente repetible.

El tiempo disponible no nos permitió seguir disfrutando, pero quedó claro que el centro de Santiasco posee opciones a la hora de almorzar filete.