Casa Luz : exquisita nueva opción en barrio Italia

Tras un prolongado cierre del restaurante De Cangrejo a Conejo, finalmente amaneció un nuevo lugar de disfrutes. Se trata de Casa Luz, un sitio que hoy visitamos para disfrutar su oferta.

Un sitio perfectamente diseñado para el disfrute estético y por supuesto gastronómico. Mucho ladrillo a la vista, grandes espacios, iluminación bien pensada y sobretodo oportuna y diligente atención.

Por esas curiosas circunstancias de la vida, fuimos los primeros en llegar, aunque solo por minutos de diferencia. Ubicados en donde nos pareció más cómodo, comenzamos el disfrute con una Provoleta con chorizo picante junto a los aperitivos Casaluz sour (vodka sour) y un  amaretto sour.

Mientras nos dejábamos regalonear por la buena música de guitarras y baladas, revisamos la carta y nos inclinamos por un filete con papas puente, huevo de campo pochado, aceite de trufa y unas increíbles entrañas a la parrilla con risotto de mote y calabaza. Ambos platos se merecían una delicia como es el increíble ensamblaje Parcela 7 de Von Siebenthal.

Para los postres, nada mejor que un Tarte Tatin y un Parfait de chocolate y cardamomo, delicias que cerramos con un buen café arábigo.

Gran lugar!!!

Regreso a Paladares : gran cena de degustación

Hace mucho tiempo, tal vez dos años, que no regresaba a este lugar del Barrio Italia. Por extrañas razones cada vez que me interesaba visitarlo, el local (muy pequeño por cierto) siempre estaba lleno. Como soy aplicado con mis disfrutes, intenté una vez más y conseguí una mesa al lado de una ventana, que es una de las mejores ubicaciones del sitio.

El formato gastronómico de este restoran es el menú de degustación, periódicamente inventado por el dueño y connotado chef Juan Pablo Moscoso. A él se une un equipo estable de colaboradores que lo acompañan por varios años y que hace posible que uno sienta que todos están involucrados y comprometidos con el resultado.

Partí con mi aperitivo, un kir royale, fresco y adecuado, para enfrentar las entradas conformadas por un carpaccio de res a la mostaza Dijon y berros, seguido por un ceviche de champiñones y camarones. Una copa de carmenere reserva fue un ameno compañero de la degustación. Debo añadir que al comienzo pusieron unos ricos panecillos, mantequilla y un fantástico paté de foie, que por supuesto saboreé.

Seguí con mi elección, entre tres opciones, del blanquillo relleno de queso de cabra, jamón y puerros con una salsa de pimientos asados y acompañado de papas asadas y verduras al dente (un bouquetiere exquisito). Nuevamente acompañado de otra copa del rico carmenere sugerido.

Para los postres una combinación de crema catalana (creme brulée), suspiro limeño y frutas con crema, una delicia que se acompaña con un buen café negro.

Que rico es Paladares, lo extrañaba!!

Da Noi : tradición y sabores a la italiana

Este restaurant debe tener por lo menos 20 años en este lugar y la verdad es que no solo ha sobrevivido sino que ha consolidado su prestigio de excelentes pastas italianas y una relación de precio calidad fantástica.

Este fue un día que comencé tarde, ya que decidí no ir a la montaña y dormir hasta que se me quitaran las ganas. Eso implicó que desayuné alrededor del mediodía y luego preparé mi mochila y cleta para dar un buen paseo.

Inicié mi periplo tomando la ciclovía de Antonio Varas, luego la de Pedreros con la cual llegué al Parque Bustamante y de ahí, a subir el cerro San Cristóbal por Pio Nono. Llegué a la cumbre bastante transpirado ya que la temperatura ambiente era un horror, claramente más de 30° celsius a la sombra y muchos más fuera de ella. Compré una botella de agua mineral bien helada y gran parte de ella me la vacié en mi cabeza, que rico!!!

Mientras descansaba continé con la entretenida lectura del libro El Gran Diseño de Stephen Hawking, uno de los libros de física más divertidos que he leído. La posibilidad de una teoría única que explique todo, es un desafío notable.

La bajada del cerro es un placer que solo conocen quienes lo hacen, el placer vertiginoso de bajar a todo dar. Hoy alcancé 54.4 Km/h, algo exquisito!!

Ya en la ciudad, me dirigí hacia el sector de Plaza Ñuñoa, pero no había nada que me llamara la atención, exploré calles hacia Plaza Egaña y finalmente me devolví por el sector de José Domingo Cañas. Calles solitarias y el sempiterno calor de este asoleado día.

Finalmente, llegué al barrio Italia y de pronto el Da Noi, el único restaurant atendiendo pasadas las 16 horas. No lo dudé, estacioné mi cleta y me dirigí al patio del local, una terraza interior deliciosa, con una pileta de agua y la agradecida sombra de los paraguas.

Pedí una botella de agua mineral helada y una provoleta para comenzar. Mientras tanto llegó la cesta de panes calientitos y la tradicional salsa de tomates y carne para untar. Deliciosa forma de prepararme para disfrutar un buen plato. Espolvoreé pimienta fresca sobre la provoleta para incrementar sus sabores y la disfruté hasta que llegó mi plato, un agnolotti de atún, cebollín y ricota cubierto con una salsa rosa (tomate y crema) que fue una delicia mientras bebía una botella de merlot gran reserva Santa Helena, de los pocos vinos que quedaban en el local (me pidieron disculpas por estar un tanto empobrecidos en la oferta de vinos).

Excelente atención, a pesar de la hora, pues hasta  pude disfrutar una copa lombarda, helado de limón al agua con licor de menta y un rico café de cierre.

Da Noi, un gran lugar!!!

Eccolo qua : delicioso retorno

Hace mucho tiempo que no volvía a este lugar. En esta ocasión como me ocurre a menudo estaba con mucho apetito y las pastas claramente me vienen bien.

El periplo comenzó con la búsqueda de un buen lugar en el barrio Italia, que tras unas vueltas de pronto se hace evidente, ya que tengo claro donde está el sabor aunque no estoy seguro que coincida con la experiencia perfecta. Así que me voy al Eccolo Qua.

Es un lugar sencillo, sin grandes pretenciones de diseño, pero acertado en su foco, las pastas son su fuerte.

Partí con una Bruschetta Capri, unos cortes de baguette horneado con aceite de ajo, pesto y tomate asado además del queso mozzarella de ocasión. Todo ello mientras bebía mi botellas de agua mineral sin gas y examinaba la carta del lugar.

Calibrado mi apetito decidí por una Pasta Mista, tres porciones de lo mejor, una porción de lasagna, otra de gnocci della mamma y fettuccine puttanesca. Una muestra de la maestría de la cocina italiana. Una mezcla maravillosa!!!

Para ese potente plato pedí un merlot de Carmen Reserva 2009, un merlot con toques ácidos desacostumbrados pero que revelaban un origen singular, ya que provenía del valle de Casablanca. Sorprendente combinación!!

Para los postres, un sorbetto di gelato al limone, en sencillo, un helado de limón con jarabe de frambuesa y licor de cassis con marrasquinos.

Una cena exquisita, contundente e inolvidable.

Le Petit Chateau : rico descubrimiento

En la misma casa de calle Bilbao con Avenida Italia en donde estaba hasta hace poco Sukalde (hoy en Nueva Costanera), me encontré con una grata sorpresa.

En un formato sencillo pero con prestancia, considerando que el lugar es muy pequeño y muchas veces poco visible desde las pistas, este restoran de estilo francés lleva menos de una semana al aire. Necesitaba un nuevo lugar para mis placeres y aquí estaba a la mano.

Pocos contertulios, algo evidente para un sitio en marcha blanca, pero hay una ambientación ecléctica, un restaurant francés, con pinturas muy chilenas en las paredes, con asomos de elegancia en el mobiliario y música variada entre baladas de jazz y disrupciones de rock and roll. Extraña mezcla, pero grata al fin.

Me ubiqué en una mesa que recuerdo con cariño, ya que fue parte de mi vida cuando este lugar era el Sukalde. no alcancé a pedir nada cuando el mozo me sorprende con una copa de espumante de bienvenida. Muy bién, eso me gustó. La carta provisioria es bastante abundante y dificil de leer porque la letra es extremadamente pequeña y a estas alturas la presbicia existe. No obstante ello, pude detectar claramente la entrada que me gustaría probar. Pues bien, un carpaccio de pulpo me apetecía y fue mi elección. Qué gran detalle, la carne de pulpo tibia en ese carpaccio, una delicia!!!

En el intertanto, me llegó un panecillo (trozo de baguette) y una selección de caseras mantequillas con especias. Pude probar mantequilla con merkén, con orégano, con ciboulette y algo más. El regaloneo llegó al éxtasis cuando me llegó un plato de canapés con salmón ahumado y alcaparras, así como camarones con base de mayonesa y verdor. Ciertamente, me estaban seduciendo y estaba exquisito. El detalle mortal fue cuando me ofrecen pimienta fresca y atienden mi petición de no moler sino que cortar la pimienta. Excelente!!!

En la carta encontré varios platos apetitosos, pero me concentré con rapidez en un Pato Olives, una pechuga de pato horneada con aceitunas sevillanas, mantequilla y vino blanco; todo lo cual acompañé con unas papas duquesa cargaditas al queso que fueron disfrutes eternos, además de las verduras salteadas al dente que adornaban esta maravilla.

Me di maña para sortear las carencias en la carta de vinos, ya que mi Marqués de Casa Concha Carmenere se transformó en un Caliterra Tributo  Carmenere, que afortunadamente conocía y venía perfecto a mi plato seductor.

Una cena maravillosa con una atención de primera. Me encanta esta etapa de los restoranes, cuando dedican sus mayores esfuerzos en encantar al cliente para que vuelva y recomiende el lugar. Sin tapujos, el sitio es muy recomendable, fascinante!!!

Al momento de los postres, me dejé entusiasmar con una piña al cognac con salsa de arándanos,  increíble, eso si es un acierto!!!. Solo me quedó espacio para pedir un buen café negro y pagar la cuenta.

Casualmente me convertí en el primer individuo que se chequea en foursquare para este rico lugar, lo que considero un honor, porque seguro que muchos lo van a visitar.