Cenando nuevamente en Bellavista Grill

Hace varios meses que no regresaba a este interesante restaurante en Patio Bellavista y me pareció oportuno avanzar en el conocimiento de su carta además de aprovechar su rica terraza en días extremadamente calurosos como los últimos.

Instalado en la terraza, una amable chica me acercó la carta y recibió mi habitual pedido de agua mineral. En la carta me llamó la atención un appetizer llamado calugas de queso de cabra. Imaginé cualquier cosa pero por atrevido no me quedo, sin embargo, fui sorprendido con una vasija de cobre conteniendo en envoltorios de papel mantequilla unas calugas calientes. Al desenvolver y probar la primera, quedé extasiado con el sabor de un rollito de queso de cabra derretido al interior de un jamón serrano. Exquisito!!!!

Tras devorar las calugas y conseguir que llegara una cubeta con agua y hielo para enfriar un poco la botella del ensamblaje que pedí, apareció mi segunda sorpresa. Mi plato de fondo era un strudel de cordero. Suena extraño, pero es una masa de strudel salada rellena con carne de cordero, verduras y especias. Simplemente, maravilloso.

Extasiado con mi deliciosa cena no quise siquiera postre, solo un café negro por ritual.

El Novillero : regreso inesperado

No recuerdo cuanto tiempo ha pasado, quizás unos 10 años, desde que estuve en este típico lugar de almuerzos de negocios del centro de Santiasco. Sin embargo, hoy pasaba por el lugar y decidí que era un buen momento para regresar.

El sitio no ha cambiado en nada, parece indiferente al paso del tiempo y hasta me parece que son los mismos mozos. El servicio, algo muy bien logrado en este lugar, extremadamente atento, fui conducido en segundos hacia una mesa en donde inicié el rito solicitando mi botella de agua.

Tal como recordaba, llegó el carrito con las ensaladas para elegir una rica mezcla de papas mayo, ensalada chilena y una buena porción de  guacamole, acompañamientos ideales para disfrutar el filete a la parrilla que me prepararían según mis deseos. Aunque la carta de vinos no es muy pródiga en mostos, pude encontrar un Corton Errazuriz cabernet sauvignon 2010, apropiado para mi plato.

Como tardaba un poco la cocción y yo francamente deliraba de hambre, el atento mozo trajo un brasero hasta mi mesa y completó el trabajo con el filete ante mi paciente mirada. Esta modalidad me permitió cortar el trozo de filete que cumplía mis expectativas y comenzar a almorzar, mientras se cocía el resto.

Una carne sabrosa, un almuerzo carnívoro de primera como en los viejos tiempos.

Los Corrales : una rica opción cerca del Municipal

En mis frecuentes incursiones al Teatro Municipal he tenido oportunidad de ver la rotación de restaurantes que han pasado por la hermosa casa de Tenderini 171. Desde el notable Hereford Grill, pasando por el Prego y ahora con esta nueva propuesta también basada en carnes y que vine a disfrutar hoy.

Como era un horario poco habitual por lo tarde, encontré con facilidad una mesa y solicioté una botella de agua mineral sin gas.

La carta muy hermosa y llena de seductores platos, mi selección resultó ser un  filete con papas hilo y queso azul. Esa  combinación de carne y queso azul la he cocinado en varias ocasiones y me fascina.

Para ese delicioso plato, de la carta de vinos, muy interesante por cierto, elegí un Cremashi Furlotti merlot 2006, un afortunado hallazgo.

Disfruté lentamente mi exquisito almuerzo especialmente porque quedaban muy pocos comensales y tenía toda la atención del mozo. Un servicio de primera.

Tras un negro café pude concluir esta incursión filetaria y regresar a mi oficina, sin stress y lleno de placer. Recomendable lugar.

 

Almorzando rico para romper la rutina

Nos concertamos con una antigua amiga para almorzar rico y celebrar la vida. Hay mucho que celebrar, la acaban de convertir en abuela al mismo tiempo que su padre, con un cáncer terminal, sigue sobreviviendo a pesar de los pronósticos en contra. La vida se abre paso siempre.

Un día especial porque sentía la necesidad de darle una alegría a sabiendas que ella porta una gran pena. Eso me iluminó rápidamente y la elección fue clara, comer rico en ese lugar que tiene dos caras deliciosas, La Cevichería y La Bifería.

Partimos con unos pisco sours y un ceviche de corvina que estaba exquisito y que compartimos en perfecta complicidad. Instalados en la pequeña terraza del lugar, estábamos a nuestras anchas en grata conversación mientras disfrutábamos el placer de comer.

Para los fondos, mi querida amiga se atrevió con mi sugerencia de un Vacío Centro mientras yo elegía mi fetiche, el filete de este lugar, el más rico que he probado en Santiasco. Acompañamos con puré de papas con queso de cabra y rúcula y un vino notable que me llamaba desde la carta, un ensamblaje Cordillera de Miguel Torres, una maravilla que rara vez me pierdo si está disponible.

Tanto placer nos hizo olvidar que el tiempo pasa y de pronto mi teléfono se llenó de llamados, era requerido en una importante reunión que había olvidado.

En fin, un almuerzo demasiado rico!!

Bariloche : otra terraza para disfrutar

Caminando en la noche por el barrio El Golf, observé la cantidad impresionante de gente que disfruta las terrazas de diversos locales en calle Isidora Goyenechea, lo cual me produce mucha simpatía, ya que es uno de mis deportes favoritos.

Busqué un sitio que no hubiese  probado antes y así terminé instalándome en el Bariloche, un lugar de carnes y que ofrecía una rica terraza, ideal para mi incursión.

Por fortuna, la noche algo más fresca que el tórrido día veraniego de santiasco y poco tráfico vehicular, con lo cual se presagiaba una buena cena.

Partí como es mi costumbre con una botella de agua mineral sin gas y hielo, para sacarme el calor y los anteriores sabores del día. Buen ritual!!

La carta, bastante abundante en appetizers, ensaladas, pescados y especialmente carnes fungidas de estilo Bariloche. Me tenté con una plateada Bariloche acompañada de ñoquis al pomodoro a lo que añadí una copa de un ensamblaje delicioso, el Quatro de Montgras (cabernet sauvignon, carmenere, merlot y malbec). Una combinación deliciosa con una carne bien preparada, sabrosa y blanda y esos fragantes ñoquis.

Fue una cena en extremo lenta y tranquila, me sirvió para pensar, evaluar algunos proyectos y hacer algo de people watching.

Para el postre, no encontré nada mejor que una copa de helado de chocolate africano (sería porque era chocolate amargo, es decir chocolate de verdad), nueces y pasas al ron, una maravilla!!!.

Cerré con un café antes de emprender una rica caminata de regreso al hogar. El Bariloche requiere una mejora en la calidad del servicio, básicamente oportunidad y conocimiento, ya que en amabilidad no hay reclamo.

La Bifería : rico y reflexivo

Me encantó!!!!

De esos pequeños lugares que se ha ido llenando el sector de Pedro de Valdivia entre Providencia y Costanera, me faltaba probar uno. Hoy era el día ideal para satisfacer mi siempre atenta y urgente hambre por nuevos sabores, por lo que mis pasos fueron directos y presurosos hacia La Bifería.

No sólo es un local pequeño y pretencioso, sino que se da maña para tener una parte del local como Cevichería. Eso es arte!!

Un número de comensales mediano para un día de media semana, lo que no fue molestia para conseguir una mesa en la terraza (mi predilección) dando la espalda a la calle. Esto me permitió tener una panorámica del lugar y hacer algo dem people watching..

Habitualmente prefiero un buen filete antes que sacar trozos de grasa de un lomo liso y peormente de uno vetado. Sin embargo, este lugar se refiere a si mismo como un lugar de alta y fina selección de carnes y no quise dudar de ello. Así que tras revisar la carta, me entusiasmé con un lomo liso que acompañé con un puré rústico (eso significa que es de papas de verdad) con queso de cabra y rúcula (maravillosa combinación que me enloquece).

Pedí la carta de vinos y no pude evitar fijarme en un vino apropiado y que no había probado antes . Se trató de un ensamblaje de cabernet sauvignon y syrah, llamado Toro de Piedra de la Viña Requinoa en el valle de Maule (maravillosos syrahs). Una verdadera sorpresa, ya que sus taninos y ese sabor a nuez me fascinó.

Mientras tanto, un pote con paté foie y cebolla morada más panecillos, hicieron la delicia de una pequeña espera, ya que más pronto de lo que creía, vino la cena. El plato llegó suntuoso y deliciosamente disfrutable, la carne en el punto que me gusta (como lo pedí), dejando jugos increíbles tras cada corte. El puré, maravilloso con trozos de papa sin moler, rúcula evidente y algo de aceite de olivas, dieron un marco de disfrute inolvidable a mi comida.

Con ganas de seguir disfrutando, pedí la carta para elegir mi postre y me encontré con algo notable, un suspiro de lúcuma. Maldita buena suerte, era una maravilla untuosa y fragante, que me llenó el paladar y solo fue necesario mi indispensable café negro para cerrar una cena perfecta.

La Bifería, un sitio 100% repetible!!!!!