Rico almuerzo en Círculo Español

Aunque la idea era ir a la Confitería Torres que estaba muy llena, cambiamos de opinión y nos fuimos al Círculo Español a metros de distancia. Este lugar de destino lo he visitado en varias oportunidades y siempre he quedado con la sensación de retroceder en el tiempo hacia una época extraña, de personas con mucho tiempo disponible y que se junta a conversar. Por cierto, el objetivo de este almuerzo era precisamente conversar con mi buen amigo Abdallah.

Ya que yo invitaba, decidí hacer la ocasión inolvidable y partimos con un par de exquisiteces,  pimentones rellenos y otro plato con jamón serrano y queso, mientras bebíamos agua mineral y mi especial kir royale. Un largo preámbulo de puesta al día, ya que si bien trabajamos en la misma empresa no siempre podemos intercambiar opiniones acerca de lo que sucede alrededor.

Siempre me sorprende, al igual que en la Confitería Torres, la avanzada edad de los mozos, me habla de gente que tiene tantas historias que contar y que me encantaría rescatar. ¿cuánta gente ha pasado por ahí? ¿cuántas historias se tejieron en un rico almuerzo?. Quizás nunca lo sabré, pero espero tener tiempo algún día para recogerlas.

Llegado el momento de elegir los platos de fondo, de la interesante carta se asomaron algunas delicias como el congrio donostiarra que elegí y la  chuleta de cordero, que mi amigo prefirió. Casi por reflejo, exploré la carta de vinos para elegir un merlot Gran Reserva Tarapacá, un justo medio entre los sabores en competencia.

Larga conversación, muchos acuerdos y por cierto, historias divertidas con las que reímos abundantemente. Terminados los platos fuertes, nos entusiasmamos con los postres y ahí la selección fue creme brulee y torta, que acompañamos con café negro para mí  y un buen té.

Que rico es el Círculo Español!!

Regreso a Torano : confirmando la calidad

Hace un buen rato que tenía ganas de volver a este sitio cuyos recuerdos me eran especialmente disfrutables. Caminé como de costumbre por las calles que me llevaban hacia el barrio Condell y encontré el restaurante abierto.

Para iniciar la experiencia, solicité un kir royale mientras llegaba un interesante appetizer de arroz con especias y almendras, el regalo del chef. Para la entrada nada mejor que un buen tártaro de vacuno que disfruté lentamente. Me resultaba un poco difícil seleccionar el siguiente plato, pero recordé mis disfrutes anteriores en tantos lugares y decidí que un wagyu torano braseado en su jugo con puré de  papas con mostaza y rúcula, tendrían que colmar mis gustos y no me equivoqué. De paso, pedí la carta de vinos y tras un diálogo con el mozo, muy ingenioso y documentado, me decidí por una botella de gran reserva carmenere Junta del valle de Curicó 2010, que resultó ser un  91 puntos y de verdad, merecidos!!.

Este lugar de verdad me gusta, es poco pretencioso y muy bien atendido, lo cual se agradece y considerando la abundante concurrencia, solo se puede decir que está muy bien. Llegado el momento de los postres, de la carta extraje un torano piacceri zabaglione con dulce de damasco tuico, tiramisú y  tortino de chocolate, fascinante. Es muy rico el Torano!!!

Me retiré del lugr tras mi merecido café negro y esa grata sensación de una experiencia inolvidable.

 

Descansando con delicias españolas : que rico es Guría

Un periodo de trabajo especialmente intenso, 12 horas diarias sin interrupción, me convierten en un loco en busca de disfrutes intensos por justa compensación. Así,  hoy decidí que debía tener una disfrutable cena y con sabores entrañables. A mi mente vino rapidamente la idea de comida española y un lugar que me trae buenos recuerdos es el Guría.

Instalado en el segundo piso, mientras me acomodaba pedí mi habitual botella de agua mineral sin gas y hielo. recorrí la carta con ansiedad, Llegó mi pedido, junto a unos panecillos calientes, mantequilla y una sabrosa salsa, con lo cual pude recorrer la carta con más tranquilidad. Unos calamares a la romana fueron un buen punto de partida mientras decidía los fondos. Los comí lentamente mientras saboreaba un libro que me tiene entusiasmado, «A la luz de nuestras vidas pasadas» de la notable Amalia Estevez.

Vacilé por unos tres minutos entre carnes rojas o un buen pescado, pero me ganó la idea de una rica merluza a la parrilla con un risotto de camarones. Curiosa mezcla ya que el risotto es de origen italiano y la preparación de merluza es normalmente muy española. Como sea, un plato exquisito y cuyo sabor se magnificó al agregar una buena botella de pinot noir Céfiro, un reserva de Casablanca, exquisito.

Una cena anclada en el recuerdo, algo que me asalta el alma cada febrero y que supongo me seguirá ocurriendo, aunque la vida continúe su curso y cierre la cena con un buen café. Por cierto, buena música ambiental incluyendo unos deliciosos temas de Gotan Project.

Guría, gran opción para el placer y los recuerdos.

Txoco Alavés : un almuerzo exquisito

Hace dos años que descubrí este rico lugar y la verdad es que hace rato que deseaba volver a disfrutarlo. En todo este tiempo, cada vez que me había acercado, se encontraba extraordinariamente lleno, pero esta vez, la suerte me acompañaría.

En mi mente, recordaba un plato y no tarde en encontrarlo en la carta. El mozo, intentó entusiasmarme con un plato de cabrito asado, pero mantuve mi antojo y pedí el congrio al estilo Txoco.

Mientras esperaba me serví una botella de agua mineral sin gas y disfruté unos panecillos con una salsa de mayonesa y ciboulette. También aproveché de solicitar una media botella de Syrah de Chocalán, una exquisita cosecha 2008. La espera se suavizó con la rica música de piano que se escuchaba a prudente volumen.

Al fin llegó mi esperado plato, una maravilla de filetes de congrio adobados con ajo, perejil y aceite de olivas, además de unos toques de ají cacho cabra acompañado de un cremoso puré de papas. Mhhh, delicioso!!!.

Txoco Alavés, un lugar notable del barrio Bellas Artes.