Punto 8 : más disfrutes en Lastarria

Hace poco tiempo que abrió sus puertas el nuevo hotel Cumbres en Lastarria y ya da que hablar. En el primer piso y muy visible desde la calle, posee un bar de tapas. Un lugar hermoso que se extiende hacia el fondo de la construcción en una terraza extraordinaria. Libre del ruido ambiente, con buena sombra y adornadas sus paredes con una exposición fotográfica (en estos días fotos de viajes de María Gracia Subercaseaux). Una interesante carta de tragos, cocktails, vinos y cervezas y para acompañar una seductora lista de tapas  mediterráneas. De hecho, en otra oportunidad probamos trío de croquetas, tortilla española, camarones crocantes y unas albóndigas sorprendentes, todo rico!!.

No obstante lo anterior, la prueba de fuego siempre es el restaurante, por lo cual nuestro destino relevante era el piso 8 en donde se encuentra Punto 8, la apuesta gastronómica del hotel. Con la cocina a la vista, las mesas se distribuyen alrededor aprovechando la gran cantidad de ventanas que permiten disfrutar la vista de este lindo barrio Lastarria. Una terraza que da cabida a una pequeña piscina y zona de asolear, completa el lugar.

Fuimos recibidos amablemente y ubicados en una mesa con buena vista y espacio. Una carta de platos y otra de tragos, además de una exquisita carta de vinos organizados por valles. En fin todo dispuesto para elegir y disfrutar.

Pedimos una Sangría mediterránea y un Amareto sour para iniciar la sesión. Acompañamos con una Terrina de pato y naranja hecha en casa, con una reducción de vino oporto y compota cebollas. Exquisita!!

Para los fondos, nos entusiasmamos con el risotto de mariscos con crema de langosta y camarón y el plato de raviolis rellenos con  queso de cabra, ciboulette y ajo sobre una salsa de tomates y mandarina. Exquisitos sabores que merecían una buena botella de Montes Alpha carmenere 2013.

No podíamos dejar de probar los postres, así que nos embarcamos con una baklava con nueces y almendras griegas con sorbete al romero. Sumamos un souffle helado con grand marnier, salsa de chocolate amargo y naranjas confitadas, deliciosos!!

Un sitio agradable en todos los sentidos, un pequeño oasis que relaja y hace placentera de principio a fin la incursión. Tras el siempre bienvenido café negro, nos despedimos con la promesa de volver a disfrutarlo tan pronto sea posible.

Torano : un servicio impecable

Mi costumbre de salir a zigzaguear por algunos barrios tiene sus recompensas. Esta noche, me pareció buena idea ir al barrio Italia en busca de algo novedoso y me encontré abierto un sitio que tenía en la mira hace rato. Se trata del restaurante Torano ubicado en una preciosa casona del barrio y que nos sedujo rápidamente a ingresar.

Dada la canícula que invade Santiasco estos días y noches, nos ubicamos al lado de una ventana para recibir algo de la brisa nocturna y eliminar ese factor incómodo que es el calor. Un sitio sencillo pero pensado como un centro de eventos, tiene un formato moderno y algo que notamos rápidamente, se preocupan del servicio. Bien por eso!!

Partimos pidiendo Pisco sour y una botella de agua sin gas para mí, ya que estaba profundamente sediento. La oferta de comida mediterránea en la carta se adivinaba sabrosa y elegimos un Rissoto al pesto e pomodoro guarnecido con tomates deshidratados y el contrapunto que decidí fue un pescado a la plancha con mantequilla y salsa al limón sobre una porción de sabroso couscous.

Los platos impecablemente presentados llegaron en breve tiempo después de haber disfrutado un appetizer de regalo, una porción de ceviche de rica textura. El entusiasmo creció y ordenamos una botella de pinot noir Villard que llegó a la temperatura fresca que corresponde. Siempre agradezco que un restaurante sepa cual es la temperatura de servicio adecuada y me sorprendió que el mozo se disculpara por traerlo frío pues han tenido clientes que piden un pinot noir a temperatura ambiente. Plop!!

Para los postres, un piacceri y un peccato, un plato mixto con Tiramisu, crema damasco, volcán chocolate y otro con Creme brulée, torta  de naranja y bizcocho. Deliciosos!!

Al cierre, por supuesto buen café negro y la grata sensación de haber conocido un buen lugar que sabe de servicio.

PezToro : disfrutando acompañado

Cómo ya había tenido la oportunidad de disfrutar este sitio, hoy que andaba acompañado fue una buena opción elegirlo para cenar.

Mi partner algo inapetente se decidió por una ensalada peztoro (con trozos de salmón y abundante lechuga). En cambio, yo me fui directo a algo sabroso y abundante y pedí una piadina dello chef con jamón crudo, queso y tomates.

Con propiedad puede decirse que es una cocina mediterránea y bastante creativa, además de su fantástico servicio y una cava de primera. De hecho, hoy había un sommelier atendiendo en la rica terraza, quien estuvo excepcional compartiendo con nosotros datos de vinos y comparando perspectivas acerca de la temperatura adecuada para nuestro pinot noir Casablanca Matetic Corralillo que habíamos elegido para nuestra cena.

PezToro se perfila como un lugar de buen comer a pesar de una carta orientada a la comida al paso, pero de una calidad extraordinaria.

 

Cenando y conociendo : nuevo placer filete

Esta noche decidí cambiar de formato, aburrido de tener que cenar en un solo lugar -lo estándar- me pareció mejor idea cenar por tramos, en distintos lugares, al menos dos. Tenía que hacer algo distinto para romper la melancolía que me embargaba, a un año de distancia de mi mayor desilusión sentimental. Uhh!!, en fin, soy humano y hay cosas que duelen demasiado.

Me dirigí al sector de Avenida Italia y seleccioné un sitio que me gusta bastante. el Mucca, un enorme «loft» con buena música y gentil atención.  Aunque no había mucha gente, el lugar es atractivo, tiene buena onda y me pareció excelente para partir esta noche. Un ceviche mixto (mariscos y pescado trozado) con mucho limón, una gran porción de intensa acidez que solo podía acompañarse de un buen pisco sour a la peruana. Aunque quizás ya lo haya comentado, esta es la única combinación adecuada para el pisco sour en cuanto aperitivo.

Mientras gozaba el lugar, con la excelente selección de  música 90’s del  DJ de turno, apareció mi amiga Evelyn con sus padres, a quienes había invitado a cenar. Divertida situación, ya que le debe resultar muy extraño que a mi me guste cenar solo y ella necesite compañía para atreverse a salir a un restoran.

Hay que alabar la rápida y buena atención, confieso que casi caí en la tentación de comer un plato llamado Salmón Verde, un filete de salmón relleno de ostiones y cubierto con pistacho acompañado de rúcula y champignones, pero me contuve, ya que mi plan era salir pronto del aperitivo e ir a otro lugar.

Mientras lloviznaba en el exterior, bendita lluvia, el local estaba a una temperatura muy agradable y tuve que armarme de valor para salir a mi siguiente parada.

Salí a pasear nuevamente, zigzagueando por las calles para aumentar mis probabilidades de hallar algo novedoso en el menor tiempo posible. Me encontré con un sitio que no debe tener más de 3 meses, se llama Puerto Pradera.

Una hermosa casona de color anaranjado y de riguroso blanco interior, que alberga un sitio que se declara de cocina gourmet y con foco en carne orgánica. Interesante!!!

Posee un 2° piso aunque no está habilitado aún, pero hay que reconocer que ya tiene onda y la cantidad de comensales testifica ello.

Mientras me instalaba, el chef me hizo llegar un apetizer, un trozo de pulpo envuelto en salmón ahumado sobre un corte de champignon, delicioso!!!. Gran arte, con eso era imposible pensar que esto no funcionaría.

Una carta basada en carnes, todas bajo riguroso control de crianza orgánica, según reza el local. Finalmente, pedí un risotto de cordero, un risotto con trozos de cordero, alcachofa y queso parmesano, que me llenó el gusto. Un plato de fondo de maravillas.

Acompañé la delicia con una botella de Cabernet Franc Reserva Chocalán 2007, demás está decir que gran año el 2007 para los tintos!!.

Puerto Pradera, atendido con elegancia y conocimiento, se anotó en mi libreta con varias estrellas. hay que volver en otro momento.

Siendo ya bastante tarde, elegí como postre un tiramisú de murtillas, francamente extasiante. Por la hora, decidí que debía armar un cierre y solicité un buen ron Matusalem con coca light, el gran ron de dominicano. Buena decisión!!

Mejor ejercicio!!