Nueva visita al BocaNariz : deliciosa experiencia

A mediados del 2012 visité por primera vez este rico lugar y moría de ganas de repetir la incursión. Esta noche fue propicia en tiempo y compañía para poder asistir a una nueva sesión de degustación. Cabe destacar que no teníamos mucho hambre pero ganas de disfrutar de todas maneras.

Elegimos una Ollita de corvina para compartir, un plato sorprendente que sería especial justificación para los vinos que habríamos de probar. Pedimos una variada selección de copas de degustación de cepas tintas carignan, syrah, cabernet franc. De lo que recuerdo, eran cepas de las Chilcas Single Vineyard, Santa Carolina Barrica Selection, Syrah Koyle Royale. Todas fantásticas y afortunadamente apropiadas para el plato que compartimos.

Aprovechamos de probar postres y pedimos un Crumble de manzana y unasFrambuesas al vino, postres que acompañamos con una buena copa de late harvest Tabalí reserva, una maravilla!!!

Sin mucho más que exigir dado el placer recibido, solo cerramos con un buen café negro.

 

Ambrosía : siempre delicioso

Retornaba caminando hacia el centro tras unos trámites inevitables de último día hábil de la semana y la casualidad me puso una vez más en calle Merced y a menos pasos que un antojo de este disfrutable restaurante.

Hurgué mi memoria por si tenía alguna reunión pronto y listo, la decisión estaba tomada : almorzaría en Ambrosía.

Como ya me conocen en demasía, rápidamente llegó un vaso de agua fresca de regalo, la carta y un cenicero.

De la carta elegí sin pensar demasiado, ya que conozco la buena mano de la chef, un mahi mahi con rissoto, una delicia que merecía la compañía de un pinot noir Montes reserva.

Almorcé lento, tanto como pude, ya que es la forma de aprovechar este oasis en mitad del centro de Santiasco y que pronto desaparecerá. Según me comentaba la chica que me atendía, pronto migrarán de barrio ya que en este sitio no pueden abrir de noche y eso incide en sus ingresos. Una lástima enorme me produce perder uno de los pocos lugares del centro en que se puede comer bien y tener una experiencia completamente grata.

Decidí cerrar los goces con un postre ácido mejor que el pie de limón, un invento culinario que agradezco pues estaba delicioso y que acompañé con un rico café negro.

Si se va Ambrosía del centro, los días serán más oscuros y los disfrutes tendrán que tomar vacaciones esperando los fines de semana.

Zully : lindo y rico como siempre

Salí a caminar en busca de un rico lugar y mágicamente los pasos me llevaron hacia el sector poniente, un imán que me decía que era hora de volver al Zully. Enmarcado en ese paraíso arquitectónico del barrio Concha y Toro y nada menos que en una casa de 4 niveles, monumento nacional, ya que según entiendo fue la casa del increíble poeta Vicente Huidobro. Una casa espectacular, un lujo de la arquitectura, el buen gusto y sobretodo de la belleza olvidada de Santiasco (en muchas visitas que anoto a este lugar, he visitado sus terrazas, su patio, la increíble cava subterránea, la pileta interior, es un espectáculo!!)

Un horario tardío, propio de mis jornadas laborales extensas y que compenso con un gran disfrute. Sin embargo, a pesar que era día de pago en Zully y que no había empleados, el gringo dueño en persona me atendió y me convenció en gracioso spanglish que mejor que la carta, estaba el menú del día y confieso, que tenía mucha razón. Fue exquisito!!!!

Para los comienzos, un quiche de champignones delicioso además de un refrescante jugo de mango. Luego un fetuccini con una salsa de mariscos, ostiones y camarones, adornados de queso y algo de crema, que me fascinaron el paladar. Solo agregué algo de pimienta fresca y sal, ya que tiendo a los extremos en sabores. Una copa de un merlot reserva fue el acompañamiento perfecto a esta incursión en la cocina fusión del lugar.

Considerando que a esta hora era el único cliente en el lugar, me sentí a mis anchas. Todos operaban para atender mis antojos y eso es mucho regaloneo!!! La música étnica fue variando hacia blues viejos que me mantuvieron el disfrute todo el tiempo.

Para los postres, una panacota de arroz, con miel y unas frutillas embebidas en chocolate me extasiaron mientras bebía ese café negro que es mi señal de fin del delirio gastronómico.

Este Zully, no termina de extasiarme!!!