Teatro Cinema : la magia del teatro

Aunque estuve en su estreno tiempo atrás, me había prometido volver a ver esta obra apenas volviera a los escenarios en Chile. Teatro Cinema, compañía heredera del talento desarrollado en La Troppa durante una década y que ha revolucionado las artes teatrales con su refinada simbiosis de teatro y cine.

En esta ocasión, mi partner sempiterno, mi hermano Rodo, fiel cómplice de tantas incursiones filetarias,  se acopló al goce asegurado de esta obra deliciosa. De hecho, era repetición para ambos.

Un  Teatro Municipal de Las Condes, llenísimo, un gran marco para recibir esta formidable experiencia de fusión visual. En esta ocasión podríamos poner atención en los textos, ya que la oportunidad anterior fue solo éxtasis en la técnica maravillosa que han desarrollado estos virtuosos actores.

Fuimos testigos del vértigo que produce en la mayoría, la precisión de relojería con la cual se desarrolla la obra. Linda historia y mejor ejecución, solo queda espacio para la admiración y los aplausos. Los textos son tremendos, hablan del sentido de la vida de lo verdaderamente importante versus lo urgente. Al final de cuentas, somos tan simples y vulnerables!!

Tras este filete, nos fuimos a continuar el disfrute comiendo unos exquisitos sandwiches en el Maldito Chef, un sitio de Carpentier adictivo, aunque el servicio deja mucho que desear. Van a tener que hacer algo para mejorar, ya que no cabe duda que las recetas de Carpentier son excelentes, pero el servicio es el 80% de la experiencia y eso no está a la altura.

Teatro Cinema, ídolos!!!

Teatro Cinema : maravillosa experiencia

Por tantos años fanático de La Troppa, no pude evitar ir al estreno de la segunda obra de Teatro Cinema, continuación natural del grupo. Aunque Jaime Lorca siguió su propio y notable camino en el arte de marionetas, que sigo y admiro, claramente Laura Pizarro y Juan Carlos Zagal continuaron con esa increíble búsqueda  de fundir el cine y el teatro en un todo virtuoso.

En el pasado comenté cuanto me maravilló la obra Sin Sangre y ahora era el turno de disfrutar el estreno de la obra El Hombre que Daba de Beber  las Mariposas.

Llegué con más de una hora de adelanto para asegurar las posiciones óptimas para ver esta obra. Oficio de obsesivo, pero es la forma de garantizar que nada quede al azar cuando se trata de ver algo filete. Desde el momento que formé la fila, cientos de personas comenzaron a sumarse y faltando media hora para el inicio de la función, ya era posible ver que la fila daba  vueltas alrededor del anfiteatro del Matucana 100. Mis acompañantes disfrutaron la ventaja de estar al comienzo de la fila y poder elegir la posición ideal, al centro y entre las filas cuarta y sexta. Seguro que en las otras filas se ve bien, pero en las que elegí están las mejores.

Estábamos ansiosos, asi que cuando se da inicio a la obra, nos arreglamos en nuestros asientos como si fueramos a partir en un viaje espacial. La obra parte como si fuera una película, con una proyección que de pronto muestra a los actores jugando con un escenario 3D formado por las prodigiosas proyecciones por delante y detrás, de ahí en adelante fue un vértigo de sucesiones de escenas que siendo propias del cine, nos daban claros signos de la presencia de esos actorazos de la Compañía. La obra transcurre como una sucesión interminable de escenas de una película, pero en donde claramente los actores de Teatro Cinema desplegaban un extraño y virtuoso talento, confundirse en las imagenes 2D y 3D que se proyectaban en vertiginosa secuencia. Los tiempos de la obra son los tiempos de una película, por lo que la rapidez y la precisión son fundamentales para mantener el hilo conductor de la obra. Maravilloso arte, son tan perfectos, que incluso el escuchar sus movimientos tras la pantalla hace que sea más admirable su arte.

El ensamble de las imagenes, la increíble música, los efectos especiales y la maestría de cada actor, hace que no pueda dejar de mantener mi boca abierta, de asombro, de encantamiento y admiración. Son increíbles, cada movimiento, cada palabra, cada gesto, está trabajado con perfección y en dos horas de duración, nadie notó como pasó el tiempo.

Esta obra de Teatro Cinema los pone a la vanguardia absoluta del teatro chileno, los más innovadores y maestros dignos  de ser imitados hasta el hartazgo.

Solo Teatro Cinema  puede superarse a si mismo y esta obra es una maravillosa oportunidad de demostrarlo. Idolos!!!