Tears for Fears : noche de disfrutes

La vez anterior que estuvieron en Chile hace más de 15 años, no pude ir a verlos, así es que en esta ocasión compré mi entrada muy adelantado para asegurar mi disfrute.

Había elegido una excelente posición y eso me dio confianza para llegar a la hora límite, pero tamaña fue mi sorpresa cuando constaté que habían dividido en dos el Arena y mi asiento era «relativo». Si me sentaba en mi ubicación original quedaría detrás del escenario, pues la banda había pedido achicar el lugar. Que desagrado!!!!

Con maña, finalmente me ubiqué en un asiento (solo referencia) en un ángulo equivalente al original y pude observar que estaba llenísimo y que el promedio de edad de los asistentes era de los que gozamos a Tears for fears en los 80’s, con muchas excepciones desde  niños hasta adolescentes retro que aman el virtuosismo y las voces maravillosas de los artistas originales. Debo decir, artistas filete, sin lugar a dudas.

Un show muy íntimo, casi familiar en donde Roland Orzabal (el chascón) y Curt Smith (el pelado) volverían a deslumbrarnos con su virtuosismo vocal y sus guitarras. Además, trajeron una banda con batería (tremenda!!), una guitarra adicional, un virtuoso tecladista y un Pelado en el coro que se ganó todos los aplausos por su increíble voz.

Un repaso por los mejores temas de la banda, aunque me hubiera encantado el tema principal de Raoul, the King of Spain, que la multitud no apoyó cuando fue insinuado por Roland, en su alocución en perfecto español.

Grandes, a pesar de los detalles del sonidista (algunos ecos y un acople imperdonable), estos ingleses estuvieron a la altura de su talento, bailé la mayoría de sus temas increíbles y les aseguro que no fui el único. Esta banda es de culto!!

Prendido como soy, apenas terminó el recital partí presuroso a disfrutar de buen jazz a mi querido Thelonious, para escuchar a Moncho Pérez Cuarteto, una banda simpática y virtuosa capaz de emocionar con sus estándares de jazz ingeniosamente elegidos para sacar provecho de los maestros de la formación. Moncho Pérez en la batería, Jonathan Gatica en saxo, Jorge Díaz en guitarra y Rubén Urzúa en contrabajo.

Lo único reprochable fue el ruido desesperante de las conversaciones de un montón de maleducados que creían que estaban en un pub. Que desagradable la estupidez de quienes van a un club de jazz a conversar!!

Una noche deliciosa, buena música y además salí con una buena adquisición, un CD de la banda DAZ, jazz del bueno!!

Pasto Seco en Jazz Bellavista

Esta es una banda muy especial y que conocí una noche de jazz en Thelonious. El hecho que sus bases rítmicas sean mapuches o cuequeras, les hace representantes legítimos de un estilo de jazz muy chileno. Si a eso se añade que los músicos son bastante veteranos, asombra el despliegue de energía y vitalidad en el escenario.  Prohibieron tirarles agua, porque incluso así se prenden, como dijo el gran Ernesto Holman, bajista consumado y recordado ex- Congreso, quien se acompaña  con Jonathan Gatica (maestrísimo saxo tenor) y Moncho Pérez (poderosa batería).

Un grupo con una simpatía y alegría desbordantes, que entusiasma y hace disfrutar con ganas con sus temas de raíz étnica. Llama la atención con Jonathan hace sonar en ocasiones el saxo como una verdadera trutruca, mientras la batería simula un cultrún. Gran ritmo y belleza para esta versión tan chilenísima de jazz.

Incansables, todos los temas son de larga duración incluyendo uno que duró casi 20 minutos. Una proeza de ritmos y buen gusto.

Gran recital!!