Conversaciones deliciosas en Le Bistrot

Juntarme con mi entrañable amiga Carlita es siempre un placer. Una abuela que aparenta 30 años, inteligente, divertida y por sobre todo una gran amiga con la cual intento almorzar cada vez que es posible.

Tras varios intentos fallidos en la agenda, logramos coincidir y pasé por ella a su trabajo y nos fuimos en busca de algo delicioso que disfrutar en esos escasos momentos que el laburo permite. Llegamos a un Le Bistrot bastante lleno, pero nunca tanto para que no nos quedara una mesa para nosotros. Una vez instalados, los atentos mozos, llegaron con las cartas, la habitual botella de agua fresca y unos deliciosos panecillos. Por la ventana, veo que me hacen señas y allí estaba un gran amigo de los 80’s que almorzaba con otro amigo, no me hice de rogar y acudí raudo a los abrazos y una breve conversación de reencuentro y actualización, por cierto, de nuestros punteros.

Retornado a mi mesa, ya habían llegado los aperitivos, pisco sour y mi kir royale, momento preciso para celebrar el encontrarnos y poder conversar. Para los fondos, tenté a Carlita con un magret de pato mientras yo me empecinaba con un filete a la pimienta que tanto me gusta. Carlita es una de las pocas personas con las que puedo compartir una botella de buen vino, sin tener que dejar o beberla casi solo, por lo cual elegí un buen exponente del malbec del Cachapoal. Una delicia que disfrutamos como corresponde.

Cuando terminábamos el almuerzo mi buen amigo Miguel, a quién había saludado anteriormente, se acercó a nuestra mesa para contarme del cumpleaños de otro gran amigo y de paso conocer a mi buena amiga. Poco después, sin tiempo para los postres, pedimos esos cafés negros que terminan deliciosamente un buen almuerzo.

Gran lugar Le Bistrot!!

Le Bistrot : rico como siempre

Hace un año que hice un relato de mis visitas a este restaurante y tengo la sensación que solo fue ayer. Había salido sin rumbo desde mi hogar solo con la idea de almorzar algo rico en un sitio tranquilo. La caminata me llevó de mágica forma hacia este boulevard en Providencia en donde siempre encuentro opciones incluso en días festivos. Ubicado enfrente del Rivoli, de la sanguchería La Superior y el Baco, Le Bistrot sigue siendo una gran opción, no solo por su exquisita gastronomía francesa sino también por el impecable servicio que valoro de sobremanera.

Inicié con una fresca botella de agua mineral mientras llegaba mi ansiada sopa de cebollas gratinada. Seguí con un filete de merluza austral con una cremosa y sabrosa salsa que acompañé con una botella de pinot noir del valle de casablanca. Una delicia que disfruté por largo rato mientras leía un nuevo libro que me acompaña estos días.

Para el cierre, por supuesto acudí al indispensable café negro. Qué rico es Le Bistrot!!

Algunos disfrutes destacados de diciembre 2013

Aunque normalmente prefiero hacer crónicas de nuevos descubrimientos, ocurre que la mayoría de los nuevos sitios tienden a aperturarse en sectores de Santiasco que no me agradan del todo, ni siquiera por la calidad de la gastronomía sino por el tipo de visitante. Me refiero a ese tipo de personas que van a un lugar solo por que es moda y «es necesario» estar ahí. En este escenario de auto-restricción, me resulta mucho más deseable re-visitar sitios que ya he probado y que me merecen buena y gustosa opinión.

Cerrando este año 2013, claro que he disfrutado hartos sitios especialmente a la hora de la cena, toda vez que sigo un tanto atareado en la jornada laboral. Por cierto, eso no es obstáculo para estar siempre atento a gozar algo rico sobre todo en sitios que ya conozco en detalle.

Partiré con el sabroso e inconfundible Guria, comida española de primera y que permanece ya por muchos años en mi lista de favoritos. Una cena tardía, bastante cerca de la medianoche, en que partimos preparándonos con agua mineral y eligiendo unos ricos platos, merluza austral con quinoa y un pollo relleno que acompañamos con una deliciosa botella de Botalcura El Delirio, un ensamblaje que siempre salva. Por lo avanzada de la hora, decidimos cerrar sin postre, solo el indispensable café negro.

Un imperdible para cualquier cena es el Olan, comida peruana irresistible.Pisco sour peruano para acompañar una exquisita causa de camarones. Luego, un seco de cordero con una botella de cabernet sauvignon Santa Ema, combinación que ya he disfrutado antes y que merece repetición. Para el postre una torta de maracuyá y el bienvenido café negro que cierra una rica cena.

Una salida imperdible con mi Club Malayo fue a la laguna El Morado y glaciar San Francisco, un paseo delicioso en un día nublado y muy concurrido. La belleza del glaciar al final del cajón es sorprendente a pesar que con los años sigue disminuyendo su tamaño. Estas fotografías son el registro de este lindo paseo.

Una noche de esas no pude resistir la tentación de volver al Su, ese restaurante del hotel boutique Su Merced enfrente del Parque Forestal. Inicié la cena con una croquetas de carne exquisitas, para luego ir por una albacora que acompañé con un pinot noir Casas del Bosque, que intenté disfrutar en medio del ruido de unos entonados pasajeros. Cabe destacar que el lugar es pequeño por lo cual no es posible abstraerse de las conversaciones en voz alta. La comida como recordaba es excelente, el servicio requiere pulirse sobre todo en cuanto a conocimiento de vinos y el buen servir. Al postre bien estuvo un pudding de chocolate y mi adorado café.

Días después, caminando por Providencia, me vino la tentación de pasar a probar el restaurante del Hotel NH, el cual siempre recuerdo por su talento para deconstruir platos de comida chilena. En esta ocasión, inicié la cena con un kir royale mientras elegía mi plato de fondo. Decidí probar el Quinoa Mar y Tierra, una suerte de risotto de quinoa con trozos de carne de res y pollo, camarones y cortes de diversas verduras de colores hermosos. Para acompañar este exótico plato, conseguí una botella de merlot select terroir de Santa Ema, un encantador acierto para el paladar. Al cierre, como acostumbro, mi taza de café negro.

El siguiente disfrute fue mi encuentro anual con Inti Illimani, esta vez con la participación de Claudia Acuña como invitada especial. Un teatro Noescafé repleto y una impaciente audiencia que cumplida la hora de la cita comenzó a manifestarse. Dos horas magníficas de recuerdos de esta agrupación musical chilena tan pródiga en temas hermosos y que en esta ocasión hacen un recorrido por sus grandes éxitos con temas de Víctor Jara, Patricio Manns, Violeta Parra y otros tantos del folclore internacional. Maravillosa sesión.

A la salida del espectáculo, nada mejor que ir a cenar al Pad Thai. Confiado en mi buena estrella llegamos sin tener reserva y conseguimos una buena mesa. Partimos con agua mineral para preparar las gargantas y añadimos pisco sour Thai (con albahaca) y uno de maracuyá. Los platos, basados en curry y leche de coco, fueron un Kang Kari Camarón (curry amarillo) y un Kang Musaman Camarón (curry verde), exquisitos y abundantes. Naturalmente acompañamos con una buena botella de Syrah de Santa Carolina.

Un restaurante que se ha ganado mi favoritismo es Le Bistrot, comida francesa extraordinaria y que además goza de un servicio excepcional. Instalado en la terraza, partí pidiendo un cardinal (vino tinto con crema de cassis), refrescante aperitivo, ideal para estimular el apetito. Continué con un plato de fettuccinni a dos salmones y crema que acompañé con una pot lyonnais de 460 cc con merlot, sabrosa combinación. Terminado el goce de ese plato que he probado ya varias veces, me fui directo a un postre de nougat glace et coulis de fraises au basilic (helado tipo turrón con frambuesas y albahaca, puro placer!!) y por supuesto mi café negro.

Para cerrar el año, nada mejor que una disfrutable salida a la montaña y especialmente al cerro Pintor (4.000 mts). Fue la ocasión inmejorable para que los malayos nos despidiéramos de un año fabuloso en logros personales y del club, con muchas nuevas cumbres alcanzadas por los más perseverantes miembros del club. Comparto las fotos de esta salida de celebraciones.

En mi lado más citadino, el último #juevesdeideas de Bancoideas lo realizamos en Thelonious, ocasión ideal para escuchar a nuestro amigo Felipe Riveros en formato Trío con Carlos Cortés y Rodrigo Galarce, un desfile de acordes maravillosos que nos llenaron de energías y ganas de continuar con nuestro amado proyecto.

Adiós 2013 y bienvenido 2014!!!!

Le Bistrot : almorzando tranquilo

Obligado por las circunstancias, debí ir de compras un sábado a Providencia. No tenía alternativa, pues como compro solo para reponer aquello que ya está demasiado gastado o no presentable, debo sacrificar tiempo en hacer shopping.

Tras las compras, era un buen momento para almorzar y estaba cerca de un cluster de restaurantes exquisitos, Rivoli, Baco, Le Bistrot, una triada exquisita. Elegí mi recordado Le Bistrot, fuente de placeres permanentes. me ubiqué en la terraza, hoy muy acalorada por la presencia de estufas debido al frío ambiente.

Instalado en la mesa más alejada de las estufas, comencé el disfrute pidiendo un Kir Royale, mientras hojeaba la conocida carta. Me entusiasmé con un Fettucine per deux saumons, algo así como un salmón fresco y ahumado, con crema y eneldo, un plato que hacía guiños fuertes con una copa de Terranoble merlot. Combinación deliciosa a pesar que me parecía extremadamente frugal e insuficiente.

Disfruté cada bocado hasta terminar, momento en que rápidamente elegí mi postre, unos profiteroles a la glace vanille, una mezcla deliciosa!!!

Para la salida, un habitual café negro y mi sentimiento de estar en el lugar correcto sin la compañía adecuada.

Como siempre, Le Bistrot, un placer fantástico!!!

 

Una deliciosa cena en Le Bistrot

Para cerrar una agitada semana laboral, nada es más propicio que cenar tranquilamente en un lugar probadamente rico. Elegí este restoran francés que me trae buenos recuerdos, sobretodo los gastronómicos.

Pedí un kir royale mientras examinaba la carta y por esas casualidades, decidí consultar si tenían sopa de cebollas ya que en la carta no aparecía. Para mi agrado, claro que había y definitivamente deliciosa. Lo más reponedor que se puede probar una noche fría para calentar motores.

Francamente complacido, volví a revisar la carta para elegir mi plato de fondo. No pude evitar sentirme seducido por un filet de boeuf con salsa roquefort y acompañado por unas papas y champignones confitadas. Una maravilla que merecía un ensamblaje potente, el elegido de la linda carta de vinos fue un gran reserva Toro de Piedra 2009, mezcla exquisita de syrah y cabernet sauvignon de la región del Maule.

Para el postre, un clásico Creme Brulee que acompañé con un potente café negro. Gran cena para un buen cierre semanal.

Le Bistrot : cumpleaños con mucho estilo

Debe ser una práctica universal y multiespecie el disfrutar una y otra vez algo que nos es delicioso. En este caso, comer comida exquisita, en una rica terraza, muy bien atendida y resguardada del molesto ruido ambiente de Santiasco.

Le Bistrot nació hace muy poco tiempo (ver) con un local pequeñito y ahora ya tiene interesantes proporciones ya que se ha ampliado casi al doble. Mejor aún, el lugar se repleta y si no hubiese reservado (por suerte tengo ese buen hábito), habría que haber esperado por una mesa.

La carta con una diversidad de platos franceses (no todos), demasiado apetitosa. Bueno para partir,una deliciosa Terrine de foie gras maison, compotée d’oignons au vin rouge et toasts (que lindo suena). Nada más rico que untar una tostada con esa paté y poner unos hilillos de cebolla al vino tinto encima, un verdadero manjar que compartimos con gran placer, mientras bebía un suave kir royale.

Para los fondos, claramente la opción iba por las carnes. Para la cumpleañera, un enorme Entrecôte poivre noir, es decir, un rico trozo de lomo vetado con salsa de pimienta. Para mí, un Filet de boeuf sauce roquefort, o sea, un rico filete de vacuno con salsa roquefort. Ambos acompañamos con Pommes de terres confites et champignons (de verdad que me gusta como suena el francés). Esas papas confitadas mezcladas con champiñones estaban divinas. El vino, toda una sorpresa, pues aunque la carta era abundante en ricos exponentes del buen vino chileno, había la opción de un vino especial, algo que me interesó de inmediato. Se trataba de un reserva de carignan (una cepa que cada vez me gusta más) de una desconocida viña en la zona de Lolol y que había sacado una pequeña partida de este vino, con el nombre Villalobos. Fantástico, llegó bastante frío como claramente habría que tomarlo, pues este delgado vino de origen artesanal trajo a mi mente un increíble pinot noir, con un aroma endemoniadamente rico. Gran acierto, el vino era perfecto para nuestros platos.

No hubo tiempo para postres así que decidimos beber un buen café negro y concluir el festejo, retornando a la realidad.

Le Bistrot, una maravilla de lugar!!!

Le Bistrot : un acierto gastronómico

Esta noche iba a celebrar el cumpleaños de un buen amigo y al mismo tiempo quería probar un nuevo restoran. Nada mejor para mi gusto, por lo que considerando tiempo disponible, ubicación y delicias por probar, decidí invitarlo a un pequeño pero delicioso lugar en Providencia. Se trata de un formato boutique, pero con pretenciones bien ganadas de restoran francés de alto vuelo. Le Bistrot.

Como ya era un poco tarde, me adelanté en llegar y tomar posición en una buena mesa. Pedí una copa de espumante para preparar el paladar para el festín posterior, mientras degustaba ese rico pate foie que siempre viene bien.

Una vez que llegó mi amigo, ordenamos la cena. Un pato a la naranja (canard a l’orange) con un acompañamiento de zanahorias, un fettuccini de dos salmones (fresco y ahumado), acompañados de una botella de un delicioso merlot Terranoble 2007 gran reserva. Deliciosa cena!!

Para los postres, la clásica Creme Brulée y un Tarte Tartin con helado de vainilla. El café aromático fue el cierre perfecto para una noche fría pero muy placentera.

Le Bistrot, gran opción en Providencia!!