Minga : a la hora del hambre bienvenido

Una noche estival deliciosa, conversaciones pendientes y hambre, dan la combinación perfecta para ir a comer algo rico a un buen sitio.

La selección del Minga fue rápida y la atención también, pues apenas ubicados en la terraza (estupendamente ampliada desde hace un tiempo) y ya habíamos elegido una pizza puttanesca. Las pizzas a la piedra son la especialidad del lugar y nay forma de equivocarse. De la carta de vinos, extraje un exquisito malbec gran reserva 2007 de Chamán, todo un acierto.

Como la conversación abundaba, fue necesario incluir otra pizza al disfrute, esta vez una Calabresa, con esa combinación de queso de cabra y rúcula que me fascina.

Está muy rico el Minga!!!

Retorno al Minga : buenas pizzas a la piedra

Habíamos decidido juntarnos a conversar después del trabajo, pero mi amigo y yo somos trabajólicos (buuhh), por lo que terminamos sentados en este rico lugar pasadas las 21:30 horas. Llegó con su compañera, tras 50 minutos de espera que yo amenicé con una cerveza artesanal Perra Brava rubia y una pizza basada en queso azul, mozarella, aceitunas negras y aderezos deliciosos. Llegaron justo a tiempo para compartir mi delicia y pedir una buena botella de vino, un ensamblaje de cabernet fran con carmenere que estuvo muy bien. Seguidamente, al tenor de la buena conversación, pedimos una pizza basada en queso de cabra y rúcula que me encanta y que a mis amigos les pareció exótica y disfrutable. Sin embargo, el hambre daba para más, pedimos una pizza marinera basada en camarones y calamares que fue una maravilla y pedimos otra botella de vino, un increíble ensamblaje de sauvignon blan con carmenere, insólito, una cepa blanca con tinta que Oveja Negra ofrecía y que me sorprendió. Extraordinaria combinación!!!

Grandes placeres en Minga, rico lugar!!!