Patagón : un lugar para buenas reuniones

Siendo necesaria una coordinación de muchos temas contingentes, los pasos nos condujeron a almorzar en el Paseo Bulnes. Un almuerzo de trabajo para tres no siempre es posible de satisfacer en cualquier lugar, pero con paciencia y buena voluntad se puede hacer milagros.

Caminamos hacia el Paseo Bulnes y comenzamos a seleccionar opciones.Tras unos minutos de caminata, llegamos a este lugar, que no es un restoran propiamente tal, sino una popular fuente de soda pero tiene la gracia de ser sabroso, abundante y posee una deliciosa terraza en pleno Paseo Bulnes.

Uno de los comensales, eligió el menú del día, con una crema de tomates, un fondo con carnes y acompañamiento además de un postre. Otro, con aires de sano, seleccionó de la carta una pechuga de pollo asada y ensalada. Por mi parte, algo más hambriento que mis compañeros, me quedé con una escalopa kayser y pure y un rico jugo natural.

Almorzamos en la increible tranquilidad que posee este paseo público, aprovechando muy bien el tiempo para discutir los temas que nos convocaban y alcanzar buenos acuerdos.

Almorzar en el Paseo Bulnes es una grata opción en periodo estival y espero que algún día lleguen más y variados sitios de comidas, ya que el lugar lo merece.

Patagon : una picada en Paseo Bulnes

Ya casi es una obsesión, pero no dejo de buscar un nuevo lugar para el almuerzo típico de día laboral, intentando que no solo sea rica la comida sino que permita disfrutar una buena experiencia.

Inicié mi caminata considerando nuevas coordenadas, con el ánimo de ser sorprendido por algún sitio en el hermoso Paseo Bulnes, que bien se merece una oferta culinaria acorde a la expectativas que provoca.

Una rápida incursión me permitió sopesar lo que podría ser interesante y preseleccioné dos sitios, la Fuente Italiana y Patagon, ambos lugares en un formato más propio de fuente de soda, pero con el aliciente de tener mesas en el mismo paseo y al lado de una rica fuente de aguas.

La Fuente Italiana, un fiasco, a los cuatro minutos decidí abandonarla. No soporto la demora en el primer contacto, algo tan simple, ya que hubiera bastado que entregaran la carta y me habría quedado. Así que el destino decidió que Patagon era la opción del día.

Apenas me ubiqué bajo la deliciosa sombra de un paraguas, justo al lado de la fuente de agua, recibí la atenta visita de una muchacha con la carta en sus manos. Las opciones, un poco lejos de la cocina que más gusto, tenían la abundancia y la simpleza como atributos. Me preparé para una dosis extra de grasas y sabores intensos, pidiendo una escalopa kaiser con papas fritas y huevo frito. Uffff!!!, eso es colesterol puro, pero un desarreglo posible de gozar.

Francamente estaba muy rico, abundante y sobretodo enmarcado en la delicia del lugar, ese sonido de las columnas agua golpeando la superficie de la pileta, una pequeña brisa y la tranquilidad de un lugar sin automóviles. Un verdadero oasis para almorzar tranquilo y en pleno Santiasco.

Buena experiencia!!