Rico almuerzo en Círculo Español

Aunque la idea era ir a la Confitería Torres que estaba muy llena, cambiamos de opinión y nos fuimos al Círculo Español a metros de distancia. Este lugar de destino lo he visitado en varias oportunidades y siempre he quedado con la sensación de retroceder en el tiempo hacia una época extraña, de personas con mucho tiempo disponible y que se junta a conversar. Por cierto, el objetivo de este almuerzo era precisamente conversar con mi buen amigo Abdallah.

Ya que yo invitaba, decidí hacer la ocasión inolvidable y partimos con un par de exquisiteces,  pimentones rellenos y otro plato con jamón serrano y queso, mientras bebíamos agua mineral y mi especial kir royale. Un largo preámbulo de puesta al día, ya que si bien trabajamos en la misma empresa no siempre podemos intercambiar opiniones acerca de lo que sucede alrededor.

Siempre me sorprende, al igual que en la Confitería Torres, la avanzada edad de los mozos, me habla de gente que tiene tantas historias que contar y que me encantaría rescatar. ¿cuánta gente ha pasado por ahí? ¿cuántas historias se tejieron en un rico almuerzo?. Quizás nunca lo sabré, pero espero tener tiempo algún día para recogerlas.

Llegado el momento de elegir los platos de fondo, de la interesante carta se asomaron algunas delicias como el congrio donostiarra que elegí y la  chuleta de cordero, que mi amigo prefirió. Casi por reflejo, exploré la carta de vinos para elegir un merlot Gran Reserva Tarapacá, un justo medio entre los sabores en competencia.

Larga conversación, muchos acuerdos y por cierto, historias divertidas con las que reímos abundantemente. Terminados los platos fuertes, nos entusiasmamos con los postres y ahí la selección fue creme brulee y torta, que acompañamos con café negro para mí  y un buen té.

Que rico es el Círculo Español!!

Pantaleón : visitando una picada peruana del centro

He comentado en otras ocasiones cuanto me gusta la comida peruana y al mismo tiempo encontrarla en nuevos sitios. Una reunión almuerzo se transformó en ocasión propicia para hacer un recorrido de búsqueda y con apoyo del azar, llegamos a este sencillo pero sabroso lugar en el centro de Santiasco. Tiene el mismo nombre de otro restaurante peruano que conocí hace algún tiempo y quien sabe si es parte de la misma iniciativa.

Bastante lleno a esa hora, descubrimos que tenía un segundo piso y me fui directamente hacia allá. Un gran grupo en alguna celebración estaba a poco tiempo de terminar. Ya instalados en el amplio y un tanto insípido comedor (todavía están preparándolo), conversamos un rato pero rapidamente perdí la paciencia y bajé a buscar un mozo. Debe ser la edad, ya que me carga esperar.

Un atento mozo, disculpándose, llegó a prepararnos la mesa y tomar nuestra orden. No necesitábamos la carta, cada cual tiene sus preferencias. Mi colega eligió un típico salteado de res y por mi parte, un rico seco de res. Mientras llegaban los platos, llegó el pan y esa rica salsa con ají amarillo que tanto me gusta y además los pisco sours que habíamos encargado.

El trabajo se vió especialmente favorecido porque estábamos solos en el salón y con suficiente tiempo para tratar una infinidad de temas. Cuando llegaron los platos, aproveché de pedir una botella de vino. Afortunadamente pude conseguir un carmenere de Santa Digna, razonable compañía para disfrutar el rico almuerzo.

 

Conversando en Ambrosía : gran reunión

Debía reunirme con un amigo y colega laboral y la agenda no daba por ningún lado. Pero era posible almorzar y eso me obligaba a algo rico. Invité a mi amigo a mi restoran fetiche, el Ambrosía, en ese oasis del patio trasero de la Casa Colorada (hoy en día, en restauración post terremoto).

Una terraza magnífica, sin el ruido callejero y con la brisa húmeda generada por varios ventiladores estratégicamente ubicados para crear una atmósfera disfrutable.

La ventaja de ser cliente frecuente, se nota en cada detalle. Traen mi agua helada sin necesidad de pedirla y aprovechan de comentarme que hay un festival de vinos 2×1 y que incluye un rico pinot noir como a mi me gusta. Qué delicia, tanto regaloneo.

Mi amigo llega con retraso, justo cuando ya había sobrepasado mi paciencia y me disponía a ordenar. Por fortuna coincidimos rapidamente en el menú más delicioso. Partimos con un tártaro de filete envuelto en jamón de wagyu (algo que ya había disfrutado antes y que se merecía un bis).

La conversación de pega fluyó sin molestias y pasamos de un tema a otro, mientras esperábamos nuestros fondos, un exquisito plato de oil fish con salsa de alcaparras, espárragos salteados (al dente) y un puré rústico a la finas hierbas. Toda esta maravilla la acompañamos con una botella bien helada (en una cubeta con agua y hielo) de pinot noir de Leyda 2009.

Para los postres, nada mejor que unos crepes suzette a la naranja y un delicioso café negro. Mmmhhh, que rico almuerzo!!!

Mi amigo se vio gratamente beneficiado cuando le entregué la botella de vino de la promoción más algunos consejos para disfrutarla con su señora.

Almorzando en Jofré : un lugar sencillo y delicioso

Hace un par de años que no venía a mi mente la buena idea de volver a probar un lugar del cual tengo ricos recuerdos. Se trata del restoran Jofré en la calle homónima cerca de Lira. Hogareño debería decir al describir el sitio con su gran cocina integrada en el comedor y en donde se preparan a la vista de todos los platos y que a pesar de ello, ningún problema con los olores y la acogedora sensación de estar en casa.

En días marcados por las altas temperaturas, no lo pensé demasiado para dirigirme a la terraza en el patio lateral del local, en donde estaba una mesa esperándome. Hoy tenían dos menús con dos opciones de platos cada uno y preparados como siempre de acuerdo a los insumos frescos que se eligen temprano cada mañana para cocinar.

Tanta era mi sed, que partí con una helada cerveza con la cual recuperaría el estado de armonía indispensable para disfrutar lo que comería a continuación. Decidí mis platos y me quedé con una entrada de ensalada chilena y un fondo de reineta al ajillo con arroz al curry y ensaladas verdes. Una combinación exquisita de sabores que acompañé con una copa de un sabroso carmenere.

Fue un almuerzo tranquilo y bajo la sombra de los quitasoles que dan el agrado en esa rica terraza, finalmente para el postre, ricos y fríos trozos de sandía.

Me gustó regresar al Jofré, buena y sencilla cocina ysobretodo  buen lugar!!

Amaranto : almuerzo gourmet que no falla

Esta es una opción imperdible del centro de Santiasco, no solo por la calidad de sus platos sino porque hay cierto arte para hacer que la experiencia del cliente sea agradable. Lo he visitado en muchas oportunidades y la nota siempre ha sido alta.

En esta ocasión acompañado de una buena amiga, llegamos a disfrutar el lugar para un almuerzo de media semana. Como siempre, existe la posibilidad de un rico menú con al menos dos opciones para cada plato, sin embargo, preferimos revisar la carta.

Mi amiga prefirió algo bastante estándar, un bife de chorizo y ensalada, pero yo necesitaba algo bastante más apetitoso y provocador. Me incliné rapidamente por un tapenade de salmón, (tapenade típicamente es  una pasta de aceitunas, alcaparras y anchoas) un filete de salmón cubierto con puré de aceitunas, ajo y perejil acompañado de unas papas con semillas salteadas. Un plato fantástico!!!.

Como beber vino era solo mi opción, decidí pedir una copa de pinot noir. El problema es que no era parte de la oferta en copas. En ese momento vino la magia, el mozo diligentemente me indica que no me preocupe, que él lo soluciona. Y así fue, llegó con mi copa de un buen pinot noir a la temperatura correcta. Eso es servicio!!!

En fin, un almuerzo rico, un lugar plenamente disfrutable.