El Capote : gran presentación de Bulgaria

Esperaba con ansias esta versión bicentenaria del Santiago a Mil, la que nunca más fue el teatro a mil que tuvimos a inicios de los 90’s (ahora realmente cuesta harto más de mil). Debo estar fuera de foco porque sigo recordando esa idealista idea de arte para todos (hay que reconocer que se compensa con maravillosos espectáculos callejeros gratuitos). En fin, llegó el bicentenario y hay que hacer opciones.

Pertenezco a la especie de los que definen con precisión lo que quieren y mis 12 abonos en esta versión del Santiago a mil, tratan de recoger mi sensibilidad por las artes escénicas.

Esta noche me tocaba una obra muy singular, una pieza de teatro que he gozado antes, pero que me engendra sentimientos encontrados. Cuando gocé la versión con títeres de Aline Kuppenheim, a pesar de la tragedia que cuenta la historia, me divertí como niño con la maestría de las marionetas y las voces. En este caso, la misma historia, es contada con misterio y especial humor en una representación genial al estilo clown.  La pareja de actores búlgaros no hablan español, pero prepararon la obra en un perfecto castellano asi como lo han hecho en otros tantos idiomas. Una maravilla de prodigios, manteniendo como base la universalidad del humor, el cual no necesita palabras para expresarse.

Un teatro UC lleno, acalorado como siempre (nadie habrá pensado que un aire acondicionado lo haría mejor lugar). En finh, una obra encantadora, literalmente hilarante y al mismo tiempo trágica. La magia de unos actores excepcionales y un formato de producción minimalista ensayado a ultranza. Es imperdible!!!

Maravilloso comienzo personal del santiago a mil es decir #stgoamil

Payasos de la esperanza y un final de jazz : buen final

Una obra del año 1977 definitivamente no puede ser de gusto actual, pero es una muestra de lo que fue nuestro país. Esta tarde fuimos a buscar un retazo del pasado en esta obra de teatro y nos quedó un retrogusto complicado.

En tiempos de la dictadura y en particular en esos años duros, esta obra de teatro debió ser formidable, sin embargo, es dificil trasladar ese contexto a estos días, pareció extraña, a veces un poco vacía, imagino que sin las vivencias de ese periodo de Chile, nadie podría entender mucho. Triste, estos payasos hablan de la desesperanza aprendida, del dolor cotidiano de quienes han sido castigados sistemáticamente, de quienes pueden pelear por un pucho para matar el hambre mientras elucubran acerca de como ganarse la vida.

Tras esta vivencia menos afortunada de lo que pensaba, me fui a gozar de una buena sesión de jazz. El maestrísimo Martin Joseph con su quinteto virtuoso daría lecciones de jazz en el Thelonious y no dudé un instante en asistir. Además del maestro Joseph, tres grandes del circuito jazzístico estaban presentes, por cierto sin desmerecer a los demás. Sebastián Jordán en trompeta, Agustín Moya en saxo y Daniel Rodriguez en batería, para una sesión destacada de buena música.

Una aventura musical que divirtió mis sentidos deliciosamente como espero haya sido para todos quienes repletaban Thelonious esta noche. Composiciones originales de Martin Joseph interpretadas por esos talentosos músicos que conforman los pilares formidables del jazz en Santiasco. Notables!!!

Si de música debe vestrise el final de todo, bienvenida es el final.