Cadaqués : lindo lugar

Aunque estuve el día de su inauguración (huí por el calor y la multitud), no había tenido ocasión de probar la cocina del lugar. Avanzada la noche, era uno de los pocos sitios que estaban atendiendo, por lo que era ocasión propicia para abordarlo.

La casona en donde antes estaba el exquisito Dalou, se mantiene básicamente igual salvo porque añadieron más color a las paredes, antes de religioso blanco. La música chillout muy bien y mezclada con un delicado lounge, hace muy agradable la estadía. Tenía en mente la terraza del segundo piso, pero nos quedamos en el salón del mismo nivel.

Por la hora, lo más razonable era alguna forma de picoteo y la solución estaba en la carta, una tabla cadaqués del mar, una deliciosa mezcla de anillos de calamar apanados, otro pote con camarones con toques de ají cacho de cabra y un recipiente con ostiones al queso crema caliente. Una combinación deliciosa que acompañamos con una botella de pinot noir Céfiro 2009, muy bien servida en temperatura.

Buena y oportuna atención, ricos cortes de pan acompañados de una ricota al cebollín, un pebre muy fino y mantequilla como opciones disponibles para calmar el hambre mientras llegaba el pedido.

Muy grato y tranquilo lugar que aprovecha la maravilla de la casona y su ubicación alejada del mundanal ruido. De verdad, lindo lugar!!

Le Flaubert : una terraza deliciosa

No cabe duda que la comida francesa es sabrosa, tampoco hay problemas en considerar que este restoran francés es un clásico, con calidad sostenida en el tiempo, pero cuando llega el calor, los placeres se agigantan si se puede almorzar en el pequeño patio del local. Eso es disfrute total!!

Fue un día de casualidades, debí ir  a ProviJazz para intentar por cuarta vez comprar entradas para el Festival de Jazz de Providencia (una década asistiendo y no quiero fallar), porque el maldito ticketmaster no funcionaba ya por dos días (ni se urgen, es el mejor negocio del mundo, cobrar el 10% por imprimir una entrada, independientemente del valor de ésta). Por supuesto, que tampoco resultó, pero ahí mi instinto disfrutador, me guió en total inconsciencia, hacia Le Flaubert.

Estoy entrando y me encuentro con una maravillosa persona, una amiga de tantos años que está pasando por un penoso trance relacionado con su padre. A pesar de la hora, ella tampoco había almorzado, por lo que no me costó nada convencerla que su mejor opción era almorzar conmigo.

Nos fuimos directo a la terraza, mi rincón preferido en el lugar y ahí, como casi siempre, estaba mi mesa disfrutable. Una botella de agua mineral sin gas para cada uno y volvimos a elegir platos que hemos disfrutado juntos muchas veces. La verdad es que la carta es la misma desde hace años, pero la calidad no disminuye, una carta segura. Qué curioso como se anclan algunos comportamientos.

Para ella el lomo Robespierre, para mi el filete Rossini, lo que acompañamos con una botella de reserva Chono un ensamblaje de Carmenere y Syrah 2009 del exquisito valle del Elqui. Mientras nos preparaban estas delicias, pedí un paté maison, una terrina casera (carne de cerdo, panita de ave, jamón y delicados condimentos)  maravillosa con tostadas que fue la delicia mientras conversábamos.

Un almuerzo conversado, reído y llorado, pero lleno de hermosa alegría por la vida, aunque sea la eventualidad de la  muerte el tema de conversación.

Es definitivamente adorable almorzar en esta terraza!!!

Ópera : un delicioso cumpleaños

Un gran y antiguo amigo estuvo de cumpleaños y como ya se ha convertido en tradición, nos juntamos junto a su pareja a celebrar en algún lugar rico que elijo para la ocasión.

Originalmente mi amigo se había entusiasmado con ir a un lugar sobre el cuál le había hecho más de algún comentario (Lucía Bistró), pero el azar nos llevó gratamente hacia los altos del restaurant Ópera, una de las ricas terrazas del barrio Bellas Artes.  Un atardecer delicioso que aprovecharíamos muy bien.

A esa hora, recién comenzaba la afluencia de clientes, por lo cual no fue complicado encontrar un buen sitio para celebrar en el tercer nivel. Para beber pedí una combinación de Absolut Pears con ginger ale, algo muy fresco para días cálidos, lo cual fue suficiente para tentar y que pudiera hacer una recomendación, Absolut Kurant con tónica y un tequila margarita con azul de curazao.

Unas deliciosas brochetas mixtas en porción duplicada fueron adecuado acompañamiento a la conversación y los tragos. Tanta animación acentuó la sed y fuimos por una segunda ronda que incluyó Absolut Mandarin y tónica, un Absolut Kurant y tónica, esta vez para mi amigo y un ron Matusalem 15 años para el que escribe.

Con ánimo de probar dulces, mis amigos disfrutaron una piña caramelizada con helado de platano y albahaca y un pastelito mil hojas con arroz con leche. Por sus caras de placer, adiviné que estaban deliciosos.

Pasadas las 23 horas marchamos de un repleto lugar (inevitable en esta época) con la satisfacción de haber pasado un muy buen rato juntos.

Nativo Bar : divertida opción en Tobalaba

Regresaba de una incursión gourmet en un día cándido, demasiado calor y actividad. Caminando, como es mi costumbre, llegué al sector de Tobalaba en donde me puse a elegir algún sitio para refrescar mi garganta, algo sedienta a estas alturas.

Hay varios sitios conocidos, algunos con particulares malos recuerdos, por lo que fueron omitidos de manera automática. Sin embargo, pude notar que ha aumentado la oferta de sitios en esta calle, lo cual me alegra especialmente.

En la deambulación, finalmente me topé con un lugar que tocaba exactamente 30 segundos de cada tema noventero que me gusta y no pude resistir la tentación de entrar.  Se trata de un lugar de sushies, pero que finalmente es un bar de nombre Nativo (estimulante no?). Bueno, me instalé en este sitio y pedí un mojito que estaba muy bueno, además de la oportunidad de practicar un deporte muy especial, el people watching.

Como sea, el lugar visitado está agradable, siempre agradezco las terrazas en esta época y la belleza de las chicas que llegan.

Se anota, Nativo, simple y divertido lugar!!