Regreso a Mexicana Restaurante

Esas noches en que a todos se les ocurrió ir a restaurantes, es la peor situación cuando quiero cenar tranquilo en el barrio Italia. Tras dar una larga vuelta por todos mis lugares conocidos y cuando estaba dispuesto a abandonar el barrio, me encontré con un viejo conocido, el restaurante mexicana.

Creo que han pasado unos 5 años desde que estuve ahí, nada ha cambiado. Es como un deja vu, camino observando paredes, muebles, adornos y todo es igual, incluida la sencillez. Apenas elijo una mesa, se acerca amable una chica con la carta. Rápidamente elijo una cerveza erdlinger negra y un plato de ajíes rellenos de puré de porotos negros y queso fresco. Estaban potentes y me consumí apresuradamente mi fresca cerveza.

No contento con el tremendo plato anterior, ordené una porción de burritos rellenos de carne, arroz, queso y porotos. A pesar de mi esfuerzo por prolongar el disfrute de estos sabores, una señal desde mi estómago que me decía que era suficiente. Demasiado rico!

Claramente no iba por el postre asi es que llamé a la chica y le encargué un café negro y la cuenta. Era necesario regresar a casa, caminando como corresponde.

Los Cuates : una cena al paso

Tras llevar mi cleta al taller y dejarla para todos los ajustes y mantenciones que pedía a gritos, me vino la tentación de comer rica comida mexicana y nada mejor para ello que Los Cuates, un buen sitio para comer en el barrio Manuel Montt.

Partí preparando mi paladar con un Cosmo Jimador, un buen tequila Jimador con arándanos y refresco de lima, delicioso. Luego fui por mi plato de fondo, unas fajitas de carne, carne salteada con cebollas y pimentones, que acompañé con una rica botella de syrah Santa Ema 2007.

Mientras cenaba me divertí observando la gran cantidad de extranjeros que llega a este sitio dateados por tratarse de un auténtico restaurante mexicano atendido por simpáticos mexicanos. De verdad, un imperdible sencillo y contundente en la oferta gastronómica del barrio.

Para cerrar esta incursión casual, pedí un rico café de olla, café hervido en greda con naranjas y chancaca, una especialidad insuperable.

 

Los Cuates : cena sabrosa

Hoy fue otro día en que no solo soy quien abre la oficina sino quien la cierra, es decir, brutalmente cansado. Por suerte eso me alienta a realizar algo distinto y particularmente disfrutable, ya que la vida debe tener compensaciones y no me permito fallar en eso.

Los Cuates es de los pocos restoranes mexicanos en donde hacen verdadera comida mexicana, con eso quiero relevar por ejemplo, que fabrican sus propias tortillas de maíz que venden a otros y que hay mexicanos atendiendo. Un detalle que se nota, según sea la capacidad de aventurarse en la oferta gastronómica del sitio.

Partí con un clásico tequila margarita con mango, una variante deliciosa que me vino de maravillas. Acompañé estos inicios con unas quesadillas tradicionales acompañadas del habitual guacamole.

Para los fondos, nada mejor que un plato típico del México profundo, un Alambre, puesto en sencillo es  carne a la plancha salteada con pimentones, cebolla, queso, tocino y las adecuadas guarniciones, porotos negros refritos y guacamole, además de las calientitas tortillas de maiz que cierran el circuito virtuoso de este exquisito plato.

La carta de vinos no es muy abundante, pero logré incluir en mi cena un carmenere de Viña Sutil Colchagua State, un acierto inesperado.

Para los postres, que mejor que una inyección dulce de crepes Los Cuates, o sea panqueques calientes con manjar,  chocolate, una  nube de nuez, algunas ricas almendras y helado de vainilla. Una delicia para el cierre de mi incursión.

No podía abandonar el lugar sin beber un cafe hervido mejor conocido como cafe de olla, especialidad de la casa, algo sin parangón en la oferta santiasqueña.

Sin ninguna ostentación, Los Cuates es un lugar delicioso!!

Ciudad de México : un nuevo sitio para disfrutar

Ocupa la misma casa de un antro al que nunca quise ingresar, la Picada de Lucho Jara, siempre me pareció inaceptable aunque estuviera al frente del La mitad del mundo. Sin embargo,  desde hace un mes aloja a un restoran decente y mexicano, una de las delicias gastronómicas que me gusta disfrutar.

Un local nada ostentoso, pero ambientado muy a la mexicana, con colores cálidos, cuadros acerca de la cotidiana relación entre la vida y la muerte (algo iconográfico de la pintura mexicana), además de los típicos adornos tradicionales de papel picado. El lugar definitivamente bien ambientado.

Para llevar menos de dos meses al aire, sorprende con bastante gente y una pertinente atención de amables mozos. Mientras se escuchan sabrosas baladas mexicanas, pido mi tequila blue de la casa para comenzar el disfrute.

Partí con unas quesadillas que imaginaba un plato sencillo y frugal y de pronto me encontré con un enorme plato de quesadillas mixtas (pedí una combinación con carne de res, pollo y camarones completamente fuera de la carta), magnífico!!.  la combinación de tomate, aceitunas y salsa mexicana me extasió.

La carta del sitio es sencilla pero linda y fascinante,  por ejemplo, tiene fajitas para armar en tres pasos, ideal para cuando se va en grupo. Pedí una botella de vino de un buen ensamblaje, un Montes Limited Selection 2010, una rica mezcla de cabernet sauvignon y carmenere, un vino de apreciable acidez y gran volumen.

Hambriento como siempre, o casi siempre, me entusiasmé con otro plato. Pedí un taco al macho, un tremendo plato con pollo, tocino, pimentón, queso fundido y cebolla, que fue una delicia de sabores.

Desbordado con tantos ricos sabores y la abundancia de esta cena, intenté pedir un postre, pero me arrepentí a tiempo ya que era demasiado y solo había espacio para un café negro.

Rico lugar, sencillo, sabroso, abundante y bien atendido, merece ser revisitado!!

Día extenso : trabajo, cena mexicana y algo más

Estoy atravezando un periodo de trabajo definitivamente agotador, promedio 12 horas de jornada sin pausa y quedo muchas veces al debe. Es evidente que no es sustentable y debo compensarme de alguna forma. Para ello tengo un método infalible, hay que disfrutar en forma proporcional al esfuerzo desplegado.

Tras una de estas potentes jornadas, decidí que era un buen día para disfrutar una cena mexicana. Así que partí presuroso a un lugar sencillo pero sabroso. Me refiero a Los Cuates, un restoran antiguo del barrio Manuel Montt, comida rica y auténtico ambiente mexicano.

Inicié la cena bebiendo tranquilamente un kir royale, mientras revisaba la carta en búsqueda del plato que iba a gozar. Terrible tener tantas opciones, pero hace mucho tiempo que no comía unos buenos burritos mixtos. Así que mi plato quedó armado con burritos de res (deliciosa carne hilachada), de pollo y de champignones, tres sabores acompañados de doble ración de guacamole.

La carta de vinos estaba un tanto disminuida ya que no estaban los vinos de mi interés, así que pregunté cuales verdaderamente quedaban y para sorpresa mía, el barman tenía botellas de buenos vinos que no estaban siquiera en la carta ya que correspondían a cartas de vino anteriores. De esa forma, llegó a mi mesa un delicioso merlot reserva 2007 Tres Palacios Family Vintage. Notable!!

Tras el disfrute de mi plato, pedí la carta para elegir algo más, pero pasó algo divertido, el mozo entendió que le había pedido la cuenta. En fin, lo tomé con humor y como una oportunidad, pagué la cuenta y me dirigí al LunaPub, un restobar ubicado en el mismo sitio en donde funcionaron antes el Manifesto y luego el Muelle Montt.

El lugar, bastante tranquilo con personal muy atento y ágil, aunque hay que decir que  la música sonaba bastante mal. Lo importante es que mi tabla de empanaditas estaba deliciosa así como mi trago de cierre de este largo día.

Después de todo, ahora podía ir a descansar.

Plaza Garibaldi : delicias mexicanas

Me gusta la comida mexicana y me gusta más cuando puedo volver a este antiguo lugar del barrio Brasil.

Cualquier día es un buen día para disfrutar, así que entusiasmé a un amigo para ir a  almorzar al Plaza Garibaldi. Llegamos a buena hora para elegir la mejor mesa (después se llena) y partimos con unos cócteles margarita, en mi caso elegí una variante Blue. Compartimos una porción de totopos con un mix de carne, frijoles negros refritos y una porción del pebre mexicano (pico de gallo). Muy buen comienzo!!

Para los fondos decidimos compartir unas fajitas de lomo, pollo y camarones, acompañadas por todos esos potes de ingredientes mexicanos deliciosos, guacamole, frijoles, crema, salsa pico de gallo, salsa de tomates picante y queso. Un festín de sabores irresistible!!!. Acompañamos con una botella de syrah que quedó estupenda en la combinación.

Satisfechos pero con ganas de probar algo más, dimos con un postre demasiado rico, un pie de coco. Demasiado rico!!!

Garibaldi, sigue siendo mi lugar mexicano favorito.

Bar Panchito : un acierto mexicano

Cenar algo rico y en un sitio nuevo es una tentación que pocas veces resisto y esa noche quería cocina mexicana, por lo que mis pasos fueron directo al barrio Condell en donde hace pocos meses vi nacer este bar restorán.

Si bien se presenta como bar, en realidad es un buen lugar para comer. Una casa de dos pisos que antes ocupó la interesante cocina de autor del restorán Suquet (duró muy poco, no?), fue delicadamente ambientada para dar vida a este nuevo lugar.

En la entrada un bonito juego de aguas, en las paredes murales, dibujos en papel de envolver y muchos soles de greda y madera. Rápida atención y ya tenía mi aperitivo, un Sunrise (tequila, naranja y granadina) acompañando un pote de guacamole y nachos. Sobre la mesa, papel de envolver y un conjunto de lápices de cera, para rayar a gusto.

La carta con muchas variedades de tequila, cocktails, sangrías y cervezas. Entradas desde guacamole, pasando por ceviche, ensaladas, tacos, platos fuertes, enchiladas, fajitas y un gran etcétera. Nada de Tex-mex, comida mexicana de verdad.

La cocina al fondo tras una vidriada vitrina, la música llena de baladas y artistas mexicanos y otros no tanto (Beto Cuevas). Pedí unos tacos del pastor (carne marinada con mucho picante y piña) y unos tacos bistequeso (carne asada con queso y pimiento). Potentes platos que merecían un rico vino y la carta de vinos traía una sorpresa, un syrah Tuniche 2007 del valle de Cachapoal, exquisito!!!.

Cené al calor del ají y la música hasta la hora del postre, un pastel de elote (maiz) con coulis de fresa, delicioso. Fue necesario un buen café negro para cerrar esta potente cena.

Qué rica es la comida mexicana!!!

Los Cuates : buena comida mexicana

Cada cierto tiempo me dejo caer por este tradicional lugar, mexicano de punta a cabo. No es solo la ambientación, la música, los colores y la iluminación, también es atendido por mexicanos.

Venía con bastante apetito, así que no me hice de rogar y pedí de inmediato un plato de Carne a la Tampiqueña esperando calmar mi león digestivo. Solicité la carta de vinos y gran decepción, pues solo tenían un par de variedades. Que lástima, aunque igual conseguí un Casillero del Diablo Cabernet Sauvignon 2005, nada mal aunque su publicidad sobrestima sus cualidades.

El lomo a la plancha en una cocción 3/4, sabroso, acompañado de frijoles refritos, una enchilada y guacamole. Lo disfrute lentamente mientras un par de cuates tocaba sus rancheras de rigor en vivo. Sin embargo, mi hambre era mayor. Así que tuve que complementar con unas quesadillas, que estaban fantásticas.

Saciado el apetito, solo me quedaba lugar para un buen café hervido, Café de Olla, con canela, naranja y chocolate. Delicioso!!

La comida mexicana nunca defrauda, sabores y aromas increíbles.