Ascenso al cerro Manchón : gran experiencia

Este lindo cerro es quizás el  menos conocido de aquellos que se encuentran en la zona de Yerba Loca. De hecho constituye un punto de observación entre los cajones de Yerba Loca y la Disputada, con una vista en primer plano de los cerros La Paloma y El Plomo.

Originalmente ibamos a ascender el cerro Minillas con los malayos, pero por esas cosas de la vida, terminé acordando una salida distinta con un malayo amigo.

Nos juntamos a las 7:00 AM y partimos rumbo a Farellones, específicamente hasta el estacionamiento de la Mina Disputada, en donde iniciamos el disfrute de montaña alrededor de las 8:15 AM.

Partimos con un día soleado, aunque con una temperatura algo baja. El ascenso se inicia con una gran pendiente, por lo que a los 15 minutos ya nos estabamos desabrigando, pues ya transpirábamos abundantemente. El sendero se pierde rápidamente y hay que guiarse por referencias más globales y algunos hitos que van apareciendo.

Tras un par de horas, las nubes comenzaron a nublar todo. Un fenómeno muy especial, ya que parecían nacer del valle que da hacia la mina y como si fuera broma, las nubes se estacionaron exactamente encima del nuestro destino, el cerro Manchón.

Cinco horas y fracción de paseo para lograr la cumbre y comenzar nuestro pequeño banquete malayo, inscribirnos en la libreta de cumbre y dejar un presente para los próximos visitantes.

El regreso fue la oportunidad de tomar lindas fotos del paisaje de montaña, pues aunque no pudimos disfrutar de la vista de los otros cerros (nuestro objetivo), igual el paisaje es notable.

Muy cansados regresamos a Santiasco, pero profundamente alegres por el logro conseguido.

Cascada en Santuario Yerba Loca

Un domingo que llamaba al paseo en la montaña, se configuró con esa agilidad que solo los Malayos poseen. Unas cuantas llamadas telefónicas el sábado por la tarde y a las 8:05 de la madrugada del domingo ya estabamos embarcados rumbo a las curvas de Farellones. Son poco más de 20 kilometros para llegar a la curva 15 que da acceso (a las 9:00 de la mañana, ¿porqué abren tan tarde si además lo cierran a las 17 horas???) a este hermoso Santuario de la Naturaleza.

Llegamos 8 personas a la cita y tras los preparativos de rigor (embetunarse de protector solar es inevitable con días de cruel e implacable sol), comenzamos la caminata hacia el glaciar.

Es un sendero muy fácil de seguir y poco empinado, por lo cual tuvimos la oportunidad de filosofar a viva voz gran parte del recorrido. A medida que se asciende desde Villa Paulina, va desapareciendo la flora, abundante al comienzo, y aparecen grandes rocas en un valle cercado de portentosos cerros. El estero de la Yerba Loca nos acompaña a nuestra izquierda todo el camino, con los rojizos colores de las piedras y rocas, cruzamos el Agua Larga y llegamos a una zona de pastos, en donde pudimos gozar de un espectáculo prodigioso, una manada de caballos y dos crías de corta edad. La sesión de fotos fue larga, porque era precioso y afortunado lo que vimos.

Tras caminar algo más de cuatro horas, llegamos al lugar elegido para el banquete malayo. Frente al cerro Altar Falso y más allá el Cerro La Paloma y al costado derecho, una enorme cascada que cae desde la altura en tres fases con una abundancia de aguas increíble. Perfecto escenario. En invierno esta cascada se congela y según me cuentan se pueden hacer unas escaladas en hielo extraordinarias. Que gran lugar!!.

El almuerzo, comenzó tímido pero se desató en sabores, unas aceitunas con alcaparras, trozos de chorizo, aceitunas rellenas de pimentón, machas al natural, pistachos y castañas de caju. Después de compartir tan magníficos aperitivos, cada cual sacó su merienda personal y algunas rodajas de tomate y cortes de palta fueron a dar a sandwiches de jamón y queso, dando nuevos sabores a cada cual. Manzanas, duraznos y ciruelas deshidratadas, además de galletas terminaron por acercarnos al cierre sabroso. El buen café brasileño y el turrón uruguayo, exquisitos!!.

El retorno fue bastante rápido y aún así, llegamos muy cerca de la hora de cierre del lugar. Un par de malayos que se atrasaron más de la cuenta, nos obligó a esperar y rogar al guardaparque que nos esperara para salir del lugar.

Lindo lugar, aunque el criterio para definir el horario dista de ser cuerdo.