In Circle Club : gran comienzo

Comienzo de la marcha blanca, seguro que mucho nerviosismo y lleno de expectativas. Asi fue esta noche cuando llegamos a ver que tal se presentaba este lugar que inicia sus días en donde estaba otro sitio, el restopub 212 en barrio Manuel Montt.

De inmediato llama la atención el buen diseño del lugar, la presencia de una hermosa anfitriona, la distribución de mesas y la adecuada  iluminación. Una barra extraordinaria, mozas y mozos uniformados y atentos. Todo en un buen punto para comenzar a disfrutar.

Uno de los dueños amablemente nos da excusas porque no tiene la versión final de presentación de la carta, por ahora es un grupo de hojas de papel corcheteadas. Aprovecha de comentarnos el concepto de productora y de negocios asociados que les anima y que parece un emprendimiento muy interesante. Hojeando la carta, es posible constatar que es muy pretenciosa y completa, hay una gran cantidad de conceptos novedosos, marcando nuevas categorías en tragos, tablas y platos, ya que aquí no solo se bebe sino que se puede comer rico.

Hay tragos del tipo mojitos pero en combinaciones especiales, albacos una categoría para tragos con albahaca (mmmhh, deliciosos), sours variadísimos, destilados y cervezas de muchas marcas, pero lo más notable son los gigantescos tragos Incircle, creaciones muy particulares y francamente exquisitos.

Detalles por resolver, evidentemente hay hartos, pero considerando que recién parten, están increíbles!!!. En la barra un DJ pincha discos, mientras en una pantalla al fondo se muestran videos en silencio. la música muy marcada por el hip hop, poco pop y algo de acid jazz. La ubicación de los parlantes claramente no es la definitiva y lo corroboré conversando con el dueño a la salida. Pronto estarán en el lugar preciso para producir la experiencia adecuada.

De la carta, seleccionamos la deliciosa tabla Quinta Avenida, camarones, tutros de pollo adobados, trozos de pescado, algunas verduras, queso y una selección de salsas que incluían mostaza, macerado de cebollas y miel. Un conjunto de sabores muy bien acomodados.  Asimismo, de la carta seleccionamos varios tragos fantásticos, un sour de berries, un honey sour, incircle lambada y el incircle provocación (o algo así), todos con una hermosa presentación y sabores exóticos y extasiantes.

No todo lo que ofrece la carta estaba disponible y se echa de menos una carta de vinos, aunque nos prometieron que si formará parte de la oferta. Destaco que a pesar de la presencia de muchos fumadores, la extracción del humo es fantástica!!.

En el segundo piso hay un lounge en donde hay buena  música electrónica y posee su propio bar, dos ambientes claramente distintos y muy bien logrados. A menos de una hora de haber llegado, ya había gente esperando alguna mesa desocupada, notable!!

Me gustó el lugar, promete convertirse en una revelación en el barrio.

Bar 212 : happy hour de ocasión

En el barrio Manuel Montt sobran las opciones de bar, aunque lamentablemente una mayoría están dedicadas a Chela y Chorrillana (el mercado de los universitarios del sector). Sin embargo, se pueden encontrar excepciones que van un poco más allá del alcohol fácil y el relleno digestivo oportunista.

Un necesario descanso tras jornadas agotadoras, hace necesario por lo menos de una conversación, un momento de mayor intimidad con algún partner y colaborador.

El lugar, bastante sencillo, un negro completo en paredes y una iluminación intencionada en el bar y algunos accesos. La carta, claramente fuerte en los tragos, aunque pretenciosa en los acompañamientos. Nos inclinamos por un clásico, un pollo al pilpil, una maravillosa forma de sacarle un sabor increíble a un asqueroso pollo chilensis (hormonas, smog y química alimenticia).

Un buen vodka de sabores y una buenísima conversación, sin interrupciones, me dejó el sabor de un lugar con buen estilo. La chica que nos atendió hizo su arte sin agresión, para hacernos sentir que elegimos un buen lugar.

212, buen nombre para un lugar con la misma dirección.