Tour de museos : un recorrido fantástico

Impedido de ir a la montaña por una prolongada convalescencia de una gripe que se ensañó conmigo, tuve que recurrir en compensación, a uno de mis placeres citadinos preferidos.

Partí viajando en metro hacia la Corporación Cultural de Las Condes en donde tenía previsto visitar una exposición muy especial del recientemente fallecido Claudio Bravo. Una exposición que si bien se había presentado antes, esta vez venía con bonus track con una cantidad de obras que no se habían mostrado antes. Es la etapa (década del 50)  en que el pintor se dedicaba principalmente al retrato y era el artista preferido de las familias ricas de este país, especialmente de sus mentores de Concepción en donde se refugió antes de irse del país hacia Europa.

Magníficos retratos, una delicia de trazos notables para dar con la caracterización experta de cada modelo, niños y mujeres preferentemente. Siempre me ha gustado el dibujo con grafito, pero el arte de Claudio Bravo supera todo límite, es demasiado perfecto. No solo con lápiz sino con óleo, los retratos de Bravo  son extraordinarios

En la misma Corporación es posible visitar la potente muestra de artistas chilenos de la colección de Mac Kellar, la fotografía de Ralph Bennett o las extrañas pinturas de Matías Acuña.

Nuevamente a bordo del metro, me fuí al Museo de Bellas Artes (MNBA), en donde encontré una retrospectiva compleja del belga Roger Raveel que no estoy seguro de haber entendido bien, pero me encantó la exposición de esculturas de David Cofré, así como la instalación del segundo piso Atlas in Fine de Emma Malig. En la sala Matta, subterráneo del Museo, estaba la enorme muestra de Patricio Court, Hecho en Chile. Impresionantes estructuras con tejidos, pinturas y formas geométricas. Muy interesante hasta aquí el recorrido.

Entusiasmado, enfilé mis pasos hacia el MAVI en el Barrio Lastarria, para encontrar otra muestra de trabajos del maestro Claudio Bravo. Me sentí afortunado por encontrar en un mismo día material artístico tan notable. En este mismo lugar, se presenta una impresionante muestra de Ruth Krauskopf, con sus variadísimas esculturas de arcilla nacidas en su taller Huara Huara y que la ha hecho famosa en todo el mundo.

No contento con el avance de mi krrtrekking, me fui al GAM, el imponente Centro Cultural, ex Diego Portales, ex Unctad III. En la sala de exposiciones asistí a una maravilla en fotografías históricas, de la famosísima Sara Facio. Allí encontré hermosas fotografías de tantos personajes históricos y especiales, desde un Carpentier, pasando por Borges, Allende, Cortázar y tantos más. Todos importantes protagonistas de la historia latinoamericana de los últimos 50 años. Imperdible!!

En otra ala del subterráneo, visité el museo de arte popular americano Tomás Lago, un sitio que no había conocido antes. Artesanías preciosas de diversos países de nuestra América, verdaderos tesoros de la estética artesanal latinoamericana. Quedé fascinado con un retablo peruano de autor desconocido que es un desafío a la habilidad, al conocimiento y sobretodo a nuestra capacidad de admiración.

Ya avanzada la hora, marqué el paso para visitar la sala de arte de Telefonica (hoy womistar) porque no podía permitirme perder una nueva versión del World Press Photo 2011. Fotografías del mundo, imágenes tremendas del horror y la realidad de muchos lugares, donde la violencia, el racismo, el machismo extremo y la guerra nos muestran que la barbarie aún existe y que si no fuera por la capacidad de denuncia que tienen estas fuertes imagenes, desconoceríamos que el ser humano, capaz de maravillas también puede ser un monstruo. Sobrecogedor espectáculo y especialmente concurrido, espero que no sea solo el morbo el aliciente para tal multitud.

Finaliza mi krrtrekking, cansado y al mismo tiempo fascinado por la diversidad de estímulos visuales en un recorrido virtuoso por las salas de Santiasco.

Recorriendo barrios en cleta : un pseudodeporte delicioso

Aunque la noche anterior esperaba haber asistido a un espectáculo de danza moderna, finalmente terminé pasando la pena de su fatal y sorpresiva suspensión disfrutando blues en el Pata Negra, aprovechando de comer algunas tapas y beber un buen vino. Pedí un surtido ibérico, una tabla con jamón serrano, chorizo español, salchichón y cortes de lomo embozado. Además unos calamares a la romana con salsa tabasco, para acompañar una botella de carmenere reserva de Las Niñas 2010. Una compensación por lo que no pude ver, pero buena oportunidad para conversar y pasarlo bien.

Dormí con ganas, de hecho desperté tres veces y en dos  oportunidades decidí dormir un poco más hasta que me asaltó el impulso de salir a pasear en cleta. En mi mente se aparecieron muchos panoramas interesantes, así que después de una reponedora ducha, preparé mochila y cleta para salir a pasear.

Ya en mi cleta salí rumbo al cerro San Cristóbal por la entrada de Pedro de Valdivia Norte, una subida marcada por una muchacha hermosa en una  antigua cleta que pasó muy rápido hacia el cerro mientras yo me preparaba en la entrada del cerro haciendo algunas elongaciones (la semana laboral de verdad que deja huellas en el cuerpo, estaba demasiado tenso). Comencé a subir unos minutos después que ella y  pronto comencé a a disfrutar la serotonina y la adrenalina que tiene el desafío del cerro. En las cercanías de la piscina Tupahue la alcancé, pero aunque ya había sobrepasado a tres, ella se alejaba parada en su cleta como si nada. En fin, seguí pedaleando mientras bebía mi botella de jugo isotónico, hasta que la alcancé en el «cuesta de los afligidos», una curva y camino de gran pendiente, que he logrado dominar tras años de subir el cerro. La sobrepasé sin problemas, constatando que era una veinteañera estupenda, pero que nada me detendría hasta llegar a mi mote con huesillos, el premio que obtengo cada vez que subo  el cerro.

Instalado en mi sitio favorito, sequé mi transpiración y luego de comprar mi vaso del «elixir del cerro», me puse a leer el libro que me tiene entusiasmado en estos días -La civilización inconsciente de John Ralston- un ensayo sociológico acerca de la manipulación de la sociedad para la prevalencia corporativista del poder, el individuo inexistente y sin valor a menos que sea parte de un grupo de poder en la «democracia» al estilo moderno y empresarial.

Un buen rato leyendo hasta que el hambre me advirtió que era adecuado ir por un buen lugar para almorzar. Bajé con el vértigo que trae aparejada la pendiente del cerro y me fui hacia el barrio Bellavista, barrio que recorrí por un buen rato hasta llegar al Teatro Mori en donde disfruté de una exposición de fotografía del Fotocine Club. Lindas fotos que disfruté mientras pensaba en donde almorzaría. Seguí pedaleando y me fui hacia la zona norponiente de Santiasco. Pasé por el Centro Cultural Estación Mapocho y me puse a zigzagear entre las calles del sector para visitar la Peluquería Francesa, el boulevard Maturana, el Buenos Aires y el exquisito Juan y Medio de Plaza Brasil, además del Teatro Novedades, todos deliciosas paradas de otros tiempos y que ahora decidí dejar atrás.

Tras muchas vueltas pesquisando nuevos lugares, decidí volver hacia el oriente y en algún punto di con el Parque Forestal, para acercarme al barrio Lastarria. El hambre estaba claramente inflacionado, asi es que decidí almorzar en el Zabo.  En la Plaza Mulato Gil, este lugar de cócteles, sushi y platos peruanos me sedujo lo suficiente como para finalmente detenerme. Partí con un jugo de maracuyá, mientras elegía de la carta un trío de causas como entrada, un plato divino, con tres variedades de causa limeña, camarones, pulpo y anguilas.

Ya embalado en el placer de comer, decidí por un buen vino, un syrah reserva de Chocalán 2008 que sería fiel compañía para mi lomo saltado, un plato peruano delicioso, algo especial en un sitio de sushi que lo emparenta con la comida nikkei. Disfruté mi almuerzo tardío, mientras continuaba leyendo mi libro del momento. La música maravillosa con Diane Krall al piano y voz.

Finalmente, tras un rico café negro decidí volver a casa atravezando el Parque Forestal hasta mis territorios  personales en un paseo que marcó 35 Km de placer.

Buen día de disfrutes!!!

Almorzando en Ópera : un disfrute clásico

Enfrenté este día con la convicción que si no tenía un buen almuerzo, no habría valido el esfuerzo de levantarse temprano y acometer la intensa jornada que me esperaba. Aceleré a tope para generar una ventana de tiempo apropiada para mi propósito y a la hora adecuada, estaba sentándome en una mesa del rico Ópera en el barrio Bellas Artes.

Confieso que era mi plan B, porque iba a llegar sin reserva a Les Assassins, un lugar esquivo ya que casi siempre está lleno por los asiduos y fieles clientes que posee. Por supuesto, que no había cupo en el pequeño restoran francés y seguí sin problemas a mi segunda mejor opción de este día.

Ubicado en una mesa con vista a ese portentoso edificio en forma de barco que hay enfrente, pedí mi botella de agua mineral sin gas y me dispuse a recorrer la carta. Mi primera tentación fue una omelette de locos, en realidad trozos de locos y trufa, con un cestito de jamón de pierna lleno de hojas de rúcula, que sinceramente combinaban de manera exquisita. De la carta de vinos, elegí un malbec gran reserva Chamán de Viña Santa Cruz cosecha 2006, una delicia que acompañaría mi plato de fondo. Un Lapin farce au pate de lievre, o sea, unos rollitos de finas láminas de conejo, rellenos con un paté de liebre, una guarnición sabrosa de papas dauphinoise, berenjena asada y salsa de ajo chilote. Una maravilla que disfruté lentamente mientras mi mirada se perdía en el ir y venir de tantos transeúntes que deambulan por el barrio en una curiosa danza de colores y gestos furtivos al ritmo de esas baladas francesas antiguas que se escuchaban en el restoran.

Para el postre, no resistí encantarme con un biscuit de arándanos acompañado con helado de durazno, una maravillosa combinación de sabores y preciso cierre, en conjunto con mi infaltable café.

Qué rico es el Ópera!!!

La Forêt : exquisita experiencia!!

No debo simular que de verdad disfruto buscar nuevos sitios en donde pasar un buen momento. Hoy tenía una cita para almorzar con una buena amiga y me escaseaban opciones que no hubiésemos disfrutado antes. Ella tenía un dato de un colega de su trabajo, lo que nos dió espacio para caminar un poco en modo búsqueda. No dimos con el lugar, pero eché a andar mi «GPS intuitivo» (una curiosidad genética, un gift después de todo) y terminamos ingresando a un sitio en calle Esmeralda que ninguno conocía y que nos depararía grandes disfrutes.

Se trataba de La Forêt, un lugar de comida italo francesa que de verdad nos sorprendió. Da la casualidad que mi querida amiga está salvando el stress laboral con clases de interiorismo y que por mi parte, es uno de los temas que adoro, me encanta el diseño!. Pues bien, el sitio no podía ser mejor, un estilo ecléctico en la decoración, con muebles antiguos y de buen diseño, con aparadores llenos de objetos especiales y un salón interior con un comedor increíble, con variedad de diseños en muebles antiguos restaurados, un verdadero lounge, con una lámpara araña descomunal en el techo, sillones y sofás deliciosamente de estilo. Un piso de madera elevado, justo para permitir la incrustación de maceteros con plantas, con un aire de hotel boutique, un  sitio bello. Con vista a un patio interior, no se escucha nada del ruido santiasqueño, lo que se agradece infinitamente!!

Mi amiga estaba en su salsa y yo también, era justo el sitio que nos daba placer y además almorzaríamos en él. Revisamos la entretenida carta, llena de explicaciones divertidas acerca del origen de los platos, demasiado divertido!.

Los platos finalmente, un angelotti de chupe de jaiba en salsa de camarones para ella y un risotto al azafrán y frutti di mare para mi, ambas delicias que disfrutamos plenamente y que compartimos como buenos compañeros de placeres. El único y enorme defecto del sitio es que no poseen patente de alcoholes, por lo que el vino indispensable para gozar estos platos NO EXiSTE!!!

Una experiencia deliciosa, que traté de prolongar a pesar del escaso tiempo disponible. Finalmente pedí un café con menta, una exquisita preparación en que se podía ver el color de la menta al fondo, un café intenso al centro y luego un cafe difuminado hasta el tope de la taza. Linda preparación y exótico sabor.

Este lugar merece ser revisitado!!!

Paseo matinal en cleta y merecido desayuno

Desperté muy temprano a pesar que no tenía intenciones de hacerlo. Las mañanas del sábado suelo dormir hasta que me de hipo, salvo compromiso previo. Este fortuito hecho, me animó y decidí que había que aprovechar la oportunidad.

Preparé mi cleta y mi mochila y me lancé a recorrer las calles rumbo al sector de Plaza Italia con la intención de subir el Cerro San Cristóbal por el acceso de Pio Nono. Poca gente en las calles, incluso pocos vehículos, lo cual se agradece ya que el paisaje citadino se hace mucho más agradable.

Tendré que hacerle mantención a mi bólido de dos ruedas pues constaté que estaba pegado un cambio y tuve que hacer el recorrido en una combinación 2x, lo cual significó que llegué más rápido pero más cansado que de costumbre a la cumbre del cerro. Tras mi premio al esfuerzo, en la forma de jugo de mote con huesillos, dediqué un rato a la lectura de Pessoa y una vez que mi camiseta se secó lo suficiente, emprendí el regreso. Bajada a gran velocidad por el acceso Pedro de Valdivia Norte y posterior recorrido hacia el barrio Bellas Artes.

No tardé en llegar al sitio que vino a mi mente cuando imaginé que tipo de desayuno quería para hoy. Instalado en la pequeña terraza que habilitó el Café del Ópera en la calle, ubiqué mi cleta a mi costado y me rendí a los disfrutes.

Para partir, pedí una rica cerveza belga Maredsous, ideal para quitarme el calor e hidratarme. Mientras la disfrutaba lentamente, me armé carta en mano, el sandwich que me tentaba. Elegí un pan piccolo (la otra opción es un baguette), puse como base jamón serrano y añadí anchoas, huevo duro y palta. Sobre ello, me la jugué con una salsa de ajo. Debo reconocer que me gustan las transgresiones gastronómicas y ésta fue una rica opción. Un sabor intenso y fantásticamente logrado.

Extasiado de sabores intensos, cerré la incursión con un rico café Moka y regresé a casa zigzagueando al azar con mi cleta por las calles de Providencia. Por cierto, aproveché de pasar al Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) para visitar la exposición fotográfica de Koen Wessing, una muestra impactante de fotografías que el connotado fotógrafo tomó en Chile y otros países. Hay un fotograma tremendo con las grabaciones de los mandos militares del 73 como música de fondo, en donde se recorren las fotografías de esos sucesos siniestros y profundamente inhumanos que vivió Chile en esa época en que las dictaduras y las violaciones a los DDHH eran la moda de la política internacional de EEUU.

Rico paseo y mejor desayuno!!

Revisitando El Toro : rico almuerzo

Aunque normalmente este sitio ha sido estación intermedia en diversos disfrutes, hoy me pareció muy atractivo revisitarlo a la hora del almuerzo como una forma de ampliar opciones para el almuerzo en Santiasco laboral.

Un día atroz por el calor tremendo directo desde del sol y de sus reflejos en el pavimento santiasqueño. La caminata que hice hasta este lugar fue un verdadero sauna, pero bien animado por los recuerdos de su interesante gastronomía. Muchas veces lo que significa la meta para cada uno, define los sentimientos de la ruta hacia ella. Es mi caso!!.

Instalado en la terraza por calle Loreto, partí con una botella de agua sin gas bien helada y por si acaso con abundante hielo. Debo reconocer que si no fuera por los potentes ventiladores que tienen activos en esa zona, me moriría de calor. Gracias a todo, poco a poco recuperé la tranquilidad y comenzó el disfrute.

Entre los atractivos platos que ofrece esta picada, resalta para mí el Lomo Liso Saltimboca, una delicia compuesta de dos enormes trozos de lomo liso envueltos en un delicado filete de tocino en salsa al vino y que acompañé con unas papas gratinadas. Como era merecido revisé la oferta de vinos y me pedí una botella de Santa Ema Cabernet Sauvignon, la cual fue una deliciosa  compañía para mi rico plato.

El Toro es una picada que despierta amores y odios con facilidad, ya sea por el servicio (depende de quien te toca) o por los precios (no siempre se ven adecuados, ya que dependen de la experiencia), pero para almorzar es rico aunque en la noche tenga mucho de oscuridad (yo no iría).

Para los postres, un crème brulèe o crema catalana que siempre me excita quebrar su dura superficie para descubrir el postre cremoso bajo ella. Demasiado rico!!

Buen regreso!!

Opera Catedral : un lugar muy disfrutable

Este es un sitio que he disfrutado de manera curiosa, visitando el restorán del primer piso que me fascina y en muchas otras ocasiones el tercer piso, más informal y apropiado para un after office. También he visitado el Café del Ópera y especialmente sus ricos helados. Sin embargo, nunca había probado el segundo piso y hoy fue la ocasión precisa.

Me instalé en una mesa que tiene vista directa al cerro Santa Lucía y al ajetreado tráfico de vehículos y extranjeros que pululan en esta época en el barrio Bellas Artes. Partí urgente con mi botella de agua mineral sin gas y una buena porción de hielo, única forma de estabilizar mi temperatura y prepararme para un buen disfrute.

Decidí probar una entrada que me atrajo de inmediato en la carta, se trató de un tártaro de salmón, delicioso y original. Para los fondos, otro plato encantador, un estofado belga.  Ricos cubos de carne de res estofada a la cerveza con papas fritas y un pote de delicada mayonesa. Una pequeña bomba de fantástico sabor y que acompañé con una botella de un reserva Malbec de J. Bouchon.

Salvo por unos detalles en el servicio al comienzo de la experiencia, fue un almuerzo espectacular con buena música ambiente, grata temperatura y buena atención. En este piso es habitual que haya conciertos de música en vivo por las noches, por lo que es muy recomendable para un buen relax.

Definitivamente, el Ópera Catedral es una rica experiencia en cada uno de sus ambientes.

Ópera : un delicioso cumpleaños

Un gran y antiguo amigo estuvo de cumpleaños y como ya se ha convertido en tradición, nos juntamos junto a su pareja a celebrar en algún lugar rico que elijo para la ocasión.

Originalmente mi amigo se había entusiasmado con ir a un lugar sobre el cuál le había hecho más de algún comentario (Lucía Bistró), pero el azar nos llevó gratamente hacia los altos del restaurant Ópera, una de las ricas terrazas del barrio Bellas Artes.  Un atardecer delicioso que aprovecharíamos muy bien.

A esa hora, recién comenzaba la afluencia de clientes, por lo cual no fue complicado encontrar un buen sitio para celebrar en el tercer nivel. Para beber pedí una combinación de Absolut Pears con ginger ale, algo muy fresco para días cálidos, lo cual fue suficiente para tentar y que pudiera hacer una recomendación, Absolut Kurant con tónica y un tequila margarita con azul de curazao.

Unas deliciosas brochetas mixtas en porción duplicada fueron adecuado acompañamiento a la conversación y los tragos. Tanta animación acentuó la sed y fuimos por una segunda ronda que incluyó Absolut Mandarin y tónica, un Absolut Kurant y tónica, esta vez para mi amigo y un ron Matusalem 15 años para el que escribe.

Con ánimo de probar dulces, mis amigos disfrutaron una piña caramelizada con helado de platano y albahaca y un pastelito mil hojas con arroz con leche. Por sus caras de placer, adiviné que estaban deliciosos.

Pasadas las 23 horas marchamos de un repleto lugar (inevitable en esta época) con la satisfacción de haber pasado un muy buen rato juntos.

BikeTrekking: conociendo en mi cleta

Un feriado a media semana es una especial invitación a hacer cosas diferentes y por cierto a disfrutar los espacios urbanos que muchos dejan para permanecer estáticos enfrente de su TV.

El día muy bonito era especial para salir a recorrer en mi cleta y tras un rico desayuno en casa mientras terminaba de leer una revista, me preparé para el disfrute. En primer lugar, me fui hacia el Parque Balmaceda, para luego internarme en el sector del Bellas Artes. Poca gente en las calles y un casual encuentro con un conocido que regresaba en cleta desde el cerro San Cristóbal. Me advirtió que estaba cerrado el acceso Pio Nono y que habían multitudes en la cumbre por la celebración religiosa. Buen dato.

Me interné por el sector de Patronato para comprobar que casi todo estaba cerrado, de hecho pasé por ese exquisito restorán llamado Vietnam Discovery, una maravilla que volveré a visitar otro día. De ahí me fui zigzagueando por las tranquilas callecitas y llegar al sector de Avenida Perú, por donde hice una larga travesía, hasta que el paisaje comenzó a tornarse un poco distinto y tal vez algo amenazador, por lo que rapidamente decidí proteger mi integridad y regresar.

Me metí por algunas calles que me llevaron hacia Recoleta, di una vuelta al Cerro Blanco y luiego de varias incursiones al azar, regresé a Recoleta y me dirigí hacia el Centro Cultural Estación Mapocho (CCEM). Una parada obligada, pues desde los años noventa, este lugar siempre tiene algo atractivo para disfrutar.

Nada mejor para mis placeres, desde el 26 de noviembre hasta el 12 de diciembre, era la sede de la 4° Bienal de Diseño. Gran oportunidad, así que llevé mi cleta al estacionamiento que posee el CCEM y luego de pedir un ticket de entrada a la exposición (gratuita por cierto), dediqué la siguiente hora a recorrer la interesante muestra en la nave central del lugar.

La muestra de diseño, que no se hacía desde 1996,  incluía enfoques académicos, proyectos profesionales y una retrospectiva notable. Para partir uno ve un dinosaurio, me refiero a ese increíble engendro a la chilena llamado yagán, un ícono del pasado automotriz que existió en Chile, asimismo la Motochi, una motocicleta chilena. También admirar una gran cantidad de muebles incluyendo esa fantástica y famosa silla Valdés, un verdadero aporte al mundo del diseño mundial.  En un costado está una especial muestra del MIM (Museo Interactivo Mirador) con una invitación deleitosa para los sentidos. Sensacional!!

Diseños en cerámica, en cartón, en mimbre y hasta revolucionarios productos como el saco de dormir con forma humana de Rodrigo Alonso, el envase biotecnológico de uvas, una iniciativa de alcance mundial, o bien ese dispositivo que se añade a la cleta y guarda energía eléctrica que luego puede ser usada como impulsor de la cleta. Ingeniosos e innovadores productos que abarcan casi todas las temáticas de nuestro Chile, varios de ellos financiados con capitales de Corfo. Linda feria!!

Antes de abandonar el CCEM, me fui al segundo piso a revisar una exposición de fotografías Premio Rodrigo Rojas Denegri, ese joven fotógrafo chileno quemado vivo por los militares en 1986. Fotos de muy diversos géneros con eclécticas miradas sobre el nuestro país y su gente.

Volví a mi cleta para iniciar un lindo recorrido por el Parque Los Reyes hacia la zona poniente. Tan lindo este parque y tan poca gente que lo disfruta. Una vez que llegué al final de dicho parque, comencé el regreso que me llevaría hasta el cerro San Cristóbal por la entrada de Pedro de Valdivia. Una breve sesión de estiramientos y me lancé hacia la cumbre. Sin embargo, solo pude llegar hasta el sector de Tupahue, pues había una cantidad gigantesca de gente que impedía el ascenso. En fin, creo que fue señal precisa para dar por terminado este periplo de 40 kilometros en mi cleta. Gran paseo!!!.

Krrtrekking dominguero : intensa jornada

Cuando no puedo hacer trekking en la hermosa montaña, tengo esta versión citadina que me arroja muchos placeres a pesar de quedarme en Santiasco.

Partí caminando al metro para llegar a la estación Quinta Normal, en el barrio Matucana, para disfrutar varios sitios culturales que abren en domingo. El MAC de Quinta Normal estaba cerrado, pero a pocos metros estaba Matucana 100 (M100), un sitio siempre disfrutable y todo un ícono de la calidad en cultura.

A la hora de mi visita no había obras en vivo, pero pude asistir a dos exposiciones. Agosto 2026, una premonitoria  muestra arqueológica de un mundo ya desaparecido, el nuestro (Una ficción sobre el futuro posible). Y una secuencia de fotografías llamada Dios bendiga nuestro hogar, donde se explora el espacio hogareño como sustento identitario.

Cruzando la calle, me fui a la Biblioteca de Santiago, esa monumental y a veces desconocida (para muchos) residencia cultural, en donde visite también dos exposiciones (me gustó Anamnesis)  y fui testigo de la ocupación que algunas comunidades hacen de los espacios definitivamente públicos que allí esperan ser usados. Un grupo de baile ensayando y otro grupo trabajando con niños. A veces pienso que habiendo lugares como éste, es triste que a veces cierran como hoy,  una exposición hermosa porque no llegó nadie. A través de las vidrieras gocé en silencio y a la distancia lo que no pude vivenciar de cerca.

Mis pasos los enrumbé hacia el Museo de la Memoria, reabierto en agosto pasado luego del terremoto. Es un lugar sorprendente, un acceso en el primer piso adornado por el hermoso y tremendo  poema que Victor Jara escribió preso y antes de ser brutalmente asesinado por la dictadura. El primer piso muestra en fotografías los distintos memoriales que se han creado en nuestro país para recordar (no olvidar) los injustificables y sangrientos hechos vividos entre 1973 y 1990 en nuestro país. También están rescatados los esfuerzos similares en otros países del mundo que viven o han vivido situaciones equivalentes. En el segundo piso hay una impresionante recopilación de los sucesos del 73, con imagenes, documentos y audios de la época, donde se muestra en toda su magnitud la vileza y siniestra elaboración que tuvo el golpe militar y la cruenta seguidilla de asesinatos y masacre de chilenos. Cuesta ser objetivo y revivir todo esto, pero es muy cierto que no olvidar es la única forma de evitar que se repita. En el siguiente piso se muestra como el pueblo chileno de distintas formas y por diversos métodos poco a poco confronta a la dictadura y la pone en situación de tener que ceder. Me emocioné mucho al ver a muchos amigos y compañeros de esos tiempos, del Sebastián Acevedo, del Interuniversitario Andrés Bello, de la Agrupación de DD y tantas otras organizaciones. A veces uno cree que todo se supera, pero las emociones no tienen tanto control de la mente y se hiela la sangre y se detiene el corazón sin que la mente pueda hacer nada. Profundamente remecido, visite la oscuridad del subterráneo para ver la obra de Alfredo Jaar , la geometría de la consciencia. Tuve la suerte de ingresar solo y fue un encuentro profundo con el pasado, con mi pasado. Ufff, remecerse es una forma de saber que estamos vivos!!!!

Nuevamente usando el metro me fui al Parque Forestal, para disfrutar la ingeniosa Foto Maratón que organizó el Arcos y que ocupaba una gran extensión del parque con las fotografías participantes, algunas verdaderamente adorables. Ingresé al MAC por la puerta lateral (desde el terremoto que destruyó la fachada, es la forma de entrar). Una muestra de fotografías de gran formato, retratos de la ciudad (miradas de ciudad), que nos retrotraen visualmente a parte del pasado de varias ciudades. Me evocan lindos recuerdos.

Paso al Museo de Bellas Artes (MNBA) que me sorprende en el hall con una representación de un refugio precordillerano trasladado a la ciudad, la suciedad y la precariedad insertas en el mármol del palacio de bellas artes. Tremenda contradicción!!. En el entrepiso, una muestra de videos sobre artistas chilenas notables y en el segundo piso, una increíble muestra audiovisual en donde definitivamente me extasié con un par de ellas. El video de Mariana Vassileva (Alemania/Bulgaria) en donde muestra un par de polícias de tránsito en México que son una delicia de performance casual, parecen estar bailando miesntras dirigen el tránsito (al menos eso ellos creen). El otro video, Tango con Obama del uruguayo Martin Sastre, es una sátira notable en donde baila con un doble exacto de Obama para representar las nuevas formas del control de USA sobre América Latina. Un acierto!!

Mis siguientes pasos fueron para llegar al MAVI en barrio Lastarria, una deliciosa muestra de Cabeza de Ratón (mejor que cola de León supongo), una muestra de creadores jóvenes que nos hace sonreir y evaluar que todavía queda creatividad en Chile. Muy disfrutable!!

Este krrtrekking habría quedado incompleto sino hubiera ido al  Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), sede por estos días de Pulsar 10, el primer mercado de la música, una iniciativa extraordinaria que se ejecutó por tres días en este lindo sitio. Creo que nunca me hubiera enterado de la gran cantidad de productores de discos y estudios de grabación , además de carreras de música en Chile sino hubiese visto esta feria. Estoy asombrado, parecemos otro país.

Francamente asombrado, recorrí uno a uno los stands de tantos actores de la producción musical en Chile, algunos definitivamente artesanales (Ailín Producciones) pero enjundiosos como el de Miguel Barriga (el gran eje de Sexual Democracia), otros increíblemente producidos como Sony, Mimix (la modelo, mmmmhhh lo más rico del lugar), Bazuca, RockaXis, en fin, una enorme cantidad de emprendimientos que me dejó boquiabierto. Salí al final con un doble CD de Transubhiriano, Gira Trip, que escucho fascinado mientras escribo esta crónica.

Para cerrar mi krretrekking nada mejor que un espectáculo en vivo, la presentación de Congreso, la banda que por más de 40 años ha musicalizado mi vida. Una presentación fascinante, llena de complicidad y de esa fascinante capacidad de encantar a todos. Bailé y disfruté como me gusta y disfruté mucho más, ver tanta gente, muy joven y más vieja que yo, haciendo lo mismo. Eso es arte!!!!

Bien, aunque aquí no terminó el paseo, ya que me fui a cenar rico, el relato de eso es otra historia.