10° Festival de Jazz de Providencia : variopinta experiencia

La verdad que el festival de jazz que coincidía con el bicentenario de Chile daba para esperar algo extraordinario, estuvo bien pero no fue orgásmico.

Tres noches con el mismo formato de siempre el cual permite escuchar 6 propuestas de jazz, normalmente distintas para dar en el gusto a distintos públicos.

El primer día abrió el festival, Andrea Tessa. Solo vi una parte de su show pues estaba disfrutando una linda obra de teatro, sin embargo, aunque ella no es santo de mi devoción, hay que reconocer que tiene un trabajado inglés y le sale muy bien.  Destacable la preciosa Carlita Romero, impecable al piano.Le siguió una sesión deliciosa de smooth jazz a cargo de un extraordinario guitarrista, el canadiense Brian Hughes y su grupo. En este espectáculo se destacó por su virtuosismo y simpatía el percusionista afroamericano de la banda. Notable!!

El segundo día me vi obligado a perder la actuación de la gran banda argentina Escalandrum, un plato fuerte que afdortunadamente ya había tenido ocasión de disfrutar. La razón de esta pérdida, la estúpida situación de cada enero en santiasco, cuando se programan los mejores espectáculos culturales en solo este mes, en los mismos días y sin considerar en nada los topes horarios de teatro, danza, cine, música, cuentos, etc. ¿cuál es la maldita explicación para poner toda la oferta cultural en un solo mes del año??

Bueno, asistí a la obra belga Esta puerta es demasiado pequeña (para un oso), la más loca obra que he visto en todos los años del Santiago a mil. Completamente surrealista, absurda a cada rato, pero inteligente y comprometida, te mantiene en permanente suspenso, te cuestiona y te hace reír en otras. Una obra de larga duración, una verdadera maratón para los actores y las dos hermosas actrices asiaticas.

Llegué al festival de jazz cuando ya había partido el filete brasileño, Eliane Elías, fantástica pianista y cantante. Estupenda y sensual, hizo las delicias de una noche con el parque de las esculturas repleto, incluyendo la galería al otro lado del mapocho, en la zona paga y en los costados gratuitos de ésta.

Eliane, acompañada de baterista, un contrabajo excepcional y un gran guitarrista. Además, algunos temas los cantó su exquisita hija, linda voz y estupenda como su madre. Gran noche!!

La tercera y última noche, partió con el talentoso y divertido Javier Malosetti, de look motoquero y acompañado con músicos muy jóvenes. El baterista de 22 años, increíble, se roba la escena. El bajista de la banda no solo toca bien sino que tiene una fantástica voz, lo cual Malosetti aprovecha muy bien.

Malosetti desplegó no solo su gran simpatía sino que su virtuosismo en esa M2, una curiosa guitarra de dos mástiles con bajo y guitarra eléctrica en un mismo cuerpo.

Después de Malosetti, el latin jazz se entronizó en la noche de cierre. El gran Dave Valentine, flautista extraordinario, acompañado de puros maestros, piano, batería, percusiones, bajo, trompeta, trombón y caracoles (si, caracolas gigantes que suenan increíbles). Fantástico desempeño.

Así terminó el festival, sinceramente con menos brillo que otros años (he estado 10 años y puedo comparar a mis anchas). Como normalmente me instalo en la platea golden veo directo el escenario y se escucha bien, pero quienes ven por medio de las pantallas gigantes, es una lata el retardo de imagen y sonido. Escuché hartas críticas por el sonido en las otras zonas del parque. Para celebrar me fui al Liguria de Pedro de Valdivia a disfrutar un filetazo, una mechada luco en marraqueta y un buen merlot. Gran final!!

Como sea, tres días de buena música y dejé fotos para el recuerdo.

Krrtrekking en Punta Arenas : delicioso paseo

Este viaje a Punta Arenas lo armé a principios del año, cuando en un afortunado evento, LAN remató pasajes a muchos lugares de Chile. Ahí aproveché de comprar varios boletos y uno de ellos me llevaba al fin del mundo en junio.

Tras instalarme en un lindo hotel en Avenida Colón, partí a buscar un buen almuerzo.  Lo encontré en  el restoran La Luna, un bonito y acogedor lugar atendido por sus propios dueños. Tras un aperitivo exquisito, el calafate sour (un sour basado en un berrie endémico de la zona), me fui por la especialidad de la casa, el chupe de centollas, que estaba increíble y mejor aún con la botella de pinot noir (Cono Sur Reserva 2007) que elegí para la ocasión. Se sumó al placer el rico pan amasado calientito y las salsas de untar. Cabe destacar la buena selección de música blues brasileños y Caetano Veloso, con blues y bossa. Una buena copa de helado de chocolate cerró esta incursión. Exquisito!!

Por la noche, auspiciado con una luna llena maravillosa, me fui al Santino, un restopub ondero, con buena música,harta gente a pesar del frío (algo permanente, pero manejable con buena ropa). En la música sorprende la selección  de gotan project y la evidencia de muchas mesas con solo mujeres. Es extraño el fenómeno, pero mi hambre se saciaba con un enorme Barros Luco y un combinado con ron. Fantásticos!!.

Como era relativamente temprano, me fui al Club Madero un bar en donde habían DJ’s en vivo. Buena música y buenos videos. Además del jugo que daban varias mesas, tanto de hombres y mujeres, pronto decidí que no estaba disponible para los mensajitos de las minas, asi que decidí terminar esta incursión nocturna e irme al hotel-

Partió un nuevo día con un delicioso desayuno en el último piso del hotel, un gran mirador de la ciudad y del Estrecho de Magallanes. Inicié un periplo delicioso visitando el Museo regional de Magallanes, un maravilloso Palacio de la familia de pioneros  Braun-Menéndez que de verdad sorprendió.

Continué el paseo visitando el famoso museo maggiorino Borgatello de la comunidad religiosa salesiana, una maravilla de conocimientos y calidad de presentación de la historia de la zona. Seguí por Avenida Bulnes hasta encontrar el famoso monumento de bronce que recuerda al ganadero de la zona y caminé varios kilometros por el parque precioso. Los restos de nieve y hielo fueron un contrapunto magnífico para mi incursión y alimentaron el hambre que pronto iría a satisfacer.

La visita al cementerio fue increíble, pocas veces había encontrado un lugar tan hermoso, a pesar que he sido visitante asiduo de cementerios en muchos lugares, algo me atrae y no se que es. Los árboles tan deliciosamente recortados que hacen una delicia del parque y cuesta darse cuenta que estás en un cementerio.

De regreso, hambriento como casi siempre, me fui al almuerzo en Sotito’s Bar, un sitio estupendo en la zona cercana al puerto de Punta Arenas. En la partida, un rico kir royale, tras revisar la extensa carta, me definí una entrada de buen nivel, 3 locos grandes sobre un colchón de lechuga cortada al hilo (como a mí me gusta). En la música Vangelis, así es que elegí para los fondos un filete magallánico,  un filete relleno con centollas con salsa al romero, ajo y papas Loreto. Acompañé con un syrah Barrica Selección de Santa Carolina, para formar un conjunto armonioso y disfrutable.

Para el siguiente día, un desafío interesante. Me levanté a las 4 AM para ser recogido a las 5 AM e iniciar un periplo delicioso hacia Puerto Natales y Torres del Paine. Un grupo bastante variopinto cuyo único norte era visitar la belleza, algo que siempre comparto. Tras varias horas de viaje por un camino lleno de nieve y hielo,  llegamos a Puerto Natales y tras cargar combustible nos fuimos directo a la Cueva del Milodón. Que lindo espectáculo, una cueva abierta por la acción de un glaciar y que fue residencia de un animal extraordinario como el Milodón. La cueva es de proporciones sorprendentes y no es difícil imaginar todo lo que pudo ocurrir en esas épocas.

El viaje continuó hacia Cerro Castillo en donde desayunamos en un café precioso (el típico monopolio turístico al que todos llegan sin proponérselo), un barros luco y un café con leche eran necesarios en mi cuerpo. De ahí en adelante fue una avalancha de sensaciones, estuve a metros de guanacos salvajes, ariscos ñandús y paisajes maravillosos. Perdí la cuenta de los lagos que disfruté, algunos sorprendentes como el Lago Sarmiento, la Laguna Amarga, el lago Nordenskjold, las Mellizas y el increíble Lago Pehoé. Nota aparte tienen el lago Grey, el Salto Grande, el río Paine  y el Lago Toro, las cuales disfruté bajo condiciones extremas, varios grados bajo cero, un viento de miedo y la nevazón interminable. Maravilloso!!!

Al regreso de este paseo de casi 1000  km, necesitaba una buena cena. Así es que fuí al restoran Puerto Viejo para comer algo típico. Allí partí con un rico bitter batido, para luego saborear un cordero al ruedo  en tres cortes, paleta, costilla y pulpa con un acompañamiento de papas al perejil, un formidable chimichurri y un Montes Reserva malbec que sintonizó al 100% con la comida.

El siguiente día me enfrentó con el almuerzo en Jekus, un pretencioso lugar, casi tanto como el rico restorán que probé con la familia de mi hermana que vive en Punta Arenas, llamado Status.

Aún con luna llena, decidí una cena en mi hotel, con ese mirador que hace que toda la ciudad esté a la vista y sobretodo esa hermosa luna. Me gusta demasiado disfrutar y dejé algunos registros de esta aventura aquí

Punta Arenas, la lleva!!!

Comiendo rápido en Santiasco

En el eterno afán de moler carne humana, Santiasco a veces no nos deja mucho tiempo para disfrutar un almuerzo y alcanzar a conversar. Solo 40 minutos disponibles, los pasos ansiosos nos llevan al Dominó, un sitio de sandwiches deliciosos (inolvidable el italia tomate abajo o una dinámica tomate abajo, exquisitos). Sin embargo, esa misma vorágine que nos consume a todos, hace sucumbir la calidad de atención de este sitio y tras unos minutos de espera, decidimos migrar a algún lugar en que el tiempo se valorase mucho más. Que mejor, nos fuimos al Rápido. Este sitio tiene su promesa de valor en el nombre, no alcanzamos a caminar un paso desde la entrada y ya nos vimos forzados a elegir, «una y una?», «cuántas quiere?». Oh!!, es vertiginoso. Nos deleitamos con unas empanadas de Barros Luco (carne y queso, fantásticas). Hay empanadas clásicas de queso, de pino, de mariscos, de camarón queso, en fin, mucha variedad.

La conversación fluyó rápida y amena y otra ronda de empanadas vino a saciar el gusto a poco que nos quedó. la verdad tuvimos una tercera ronda para poder finalmente salir del Rápido satisfechos. Excelente!!!!

Con algunos minutos de ventaja, decidimos visitar la sala de arte del edificio de Codelco. Ahí nos esperaba una exposición con obras de arte de 8 artistas chilenos notables. Bárbara de la Jara, Claudia Urzúa, Fernando de Calisto, Jaime Torres, Esteban Morales, Marcelo Guerra, María Isabel Badía y Cristián Castillo.

Esculturas de aluminio y bronce, pinturas al óleo, acuarelas, pasteles, acrílicos y quizás cuantas otras técnicas. Fascinantes las esculturas de cuerpos sensuales y de curiosas extremidades mutiladas de Bárbara, la expresividad de las formas que propone Fernando de Calisto, la pintura emocional de Esteban Morales y las deliciosas pinturas de figuras femeninas de Marcelo Guerra. Un arte diverso y nutritivo.

40 minutos bien invertidos, volvemos al trabajo.