bikekrrtrekking : una rica experiencia

Hace tiempo que no acudía a este formato de disfrute y fue un acierto. Tomé mi cleta muy temprano, animado o quizás obligado por el calor. Habia que salir al aire libre a desayunar.

Me fui esperanzado hacia el barrio Lastarria, donde muchas veces disfruté un buen desayuno, pero me encontré con una ocupación monstruosa en el café del museo de la plaza Mulato Gil y cerrado mi querido café en calle Rosales

Después de unas vuelta en cleta llegue al cafe Lastarria en donde pedi un rico jugo de mango (primero fue uno de maracuya), ésta fue la primera parada de este viaje de disfrutes

Seguí el paseo zigzagueando por el barrio Recoleta tomando fotografías de los hermosos grafittis que adornan muchas paredes del barrio. Di muchas vueltas atrapando imágenes esplendorosas del arte callejero.

Culminado el proceso me fui a la entrada Pío Nono del cerro San Cristobal y ascendí a marcha forzada por este camino. Resoplando con gusto pude llegar a la cumbre del cerro en donde bebí gustoso un buen vaso de de jugo de mote con huesillos, sin mote y sin huesillos como a mi me gusta.

Tras un breve descanso me dispuse a descender hacia el cruce que lleva hacia La Pirámide. En la plazoleta Antilén aproveché de beber un jugo natural de melón y plátano (cada cual elige la combinación que le apetezca) y continué hacia mi siguiente destino.  Fui a dar una vuelta al solitario camino que lleva al cerro La Buitrera y luego me devolví para conectar con la salida que me permitió llegar a la ciclovía en Escrivá de Balaguer (polémico patrono del grupúsculo opus dei). Una ruta deliciosa que me llevó por la ribera del Mapocho hasta Santa María de Manquehue, un territorio de otro mundo. puros 4×4 y autos de marcas europeas, signos visibles de la personalidad de los chilenos atrapados en su interior,

Regresé por el mismo camino con la idea de almorzar en alguna de las terrazas de Borderio,  pero no me sentí cómodo y  preferí seguir de largo y apuntar hacia el barrio Bellavista. Un lindo recorrido por el parque Bicentenario y algunos senderos que finalmente me dejaron conectado con la Costanera.

Raudamente viajé por el parque y me desvié, animado por el hambre, hacia Providencia en donde recorrí muchas calles en busca de algún buen lugar, idealmente uno nuevo. Para mi desgracia, encontré abierto un Dominó, la máxima tentación frente a mí y me vi obligado a comer un «Italia tomate abajo».

Fueron 45 kilómetros de reconocimiento ciudadano, sano ejercicio y disfrutes por montón!!!

Zanzíbar : diversidad y belleza

Hace mucho tiempo que estaba incluyendo en mi lista de lugares que quería disfrutar, al restorán Zanzibar. Ubicado en el corazón de Borderío, desde la puerta de entrada se nota la fusión total de estilos. Cerámicas recortadas en el piso con lindas formas y colores, muchos tules y lámparas hermosas distribuidas por todas partes, mucha originalidad y buen gusto. Mezcla de restorán, lounge y carpa de algún jeque. Mozas y mozos de riguroso lino blanco y una rica música chillout y ambient de fondo.

Llegamos cerca de los 20 horas y nos instalamos en la terraza, un poco pequeña, pero muy bien armada bajo una carpa preciosa. La carta fue una sorpresa, 18 países representados en platos divinos, delicada selección y presentación. La carta de tragos, toda una sorpresa, pocas veces encuentro una selección tan variada de ron, coñac y champañas además de una fina selección de vinos, pese a la rigurosa multiplicación por 2 de los precios de mercado. Estupenda oferta.

Como no había apetito de cena, las selecciones para picar fueron la tentación y resultó un acierto. Una triada de sabores en cada una de las dos selecciones disponibles. Las delicias del oriente fueron mis preferidas, hummus marroquí, pasta de berengenas (babaganush sirio), unos cortes de pepinos con una salsa al yoghurt y menta extraordinaria. Sabores por doquier, todos acompañables con pan pita. La otra triada tenía pinchos de ave y carnes adobadas con elegancia, unas ricas empanaditas y salsas. Más estándar, pero igualmente exquisito.

Zanzíbar, un lugar que hay que conocer y gozar.