Guerreros de terracota : preciosa exposición

Anunciado profusamente en la prensa y otros medios, la muestra más importante que se ha hecho de un tesoro de la humanidad en el Centro Cultural Palacio La Moneda (CCPLM) es la que muestra a las dinastías Qin y Han, especialmente a los guerreros de terracota. Irresistible!!!

Durante las mañanas hay entradas gratuitas (un número acotado), por lo que ni siquiera hay que gastar un peso para disfrutar algo tan increíble.

Qin Shi Huan, fue el emperador que unificó la china feudal y que gracias a su autodivinización recreó una nación con leyes sagradas, una moneda y una escritura única, además de la famosa muralla china. Todo un prodigio de autoridad y por años planificó lo que sería la más fantástica tumba de un emperador. Imaginen 8.000 soldados de terracota, cada uno distinto a los demás, con sus atuendos propios de su rango militar y sus especialidades guerreras. De hecho, hay un conjunto de figuras originales y un número similar de replicas, todas imponentes y maravillosas. Además, la producción del CCPLM acompaña con proyecciones en las murallas en un espacio en semipenumbra que genera una atmósfera sorprendente. Verdaderamente emocionante!!.

Un pabellón está dedicado a Qin y el otro a Han, este último es quien consolida el imperio y hace el desarrollo comercial de China. Sin necesidad de la divinización introduce funcionarios civiles a la administración del imperio. Todo un visionario.

Realmente esta exposición es un filete imperdible.

I Ching : almuerzo rápido

Almorzar en un lugar como el I Ching es una buena opción para los días de semana. Este restorán chino de calle San Martín, cerca de la Alameda, ofrece comida sabrosa y barata, además de una adecuada decoración y atento servicio.

Arreglamos un poco el mundo con mi amigo Miguel, mientras gozamos un chapsui de carne y un delicioso arrollado de mariscos (que, como deben saber, es de pescado). Como había poco tiempo, solo bebimos agua mineral, aunque todo indicaba que habría sido buena una copa de vino.

Salimos con el tiempo justo para conversar un rico café en el Café de Luna (San Martín con Moneda) y fumar un par de puchos.

De regreso, pasé por la galería del Chileno Norteamericano para ver Operación Deisy (no Daisy aunque de eso se trataba). Raro, raro. En fin, no era mi día de apreciación del arte.