Marisquería Catamarán : deliciosa cena

Este lugar se anunció sin aspavientos mientras ocurrían movimientos en el barrio Manuel Montt, salía Don Peyo, entraba El Camarón de Gorbea. Varios paseos en cleta me acercaban al lugar sin poder concretar y esta noche decidí ir a la segura.

Partimos con un amaretto sour y un sorpresivo catamaran pinot noir, un aperitivo encantador por ser un sour pero con la sutileza de un vino exquisito como es ese vino.. Acompañamos con un carpaccio de pulpo y unos locos mayo, delicias que saben mejor compartidas.

Para los fondos, ella selecciona un atun sellado con rissoto con palta, genial selección y yo un salmon salsa pomodoro y papas chaucha, deliciosos platos que merecían un vino de campeonato, un Casa Silva pinot noir 2007, espectacular!!.

Un sitio amplio, con la elegancia de la sencillez estética y con un servicio de 5 estrellas. Prometenconvertirse en un imperdible del barrio Manuel Montt y me alegro haberlo disfrutado tempranamente.

El hambre y el placer fue suficiente para aceptar los postres, una torta hojarasca manjar y un creme brulée, que bien acompañados con unso fragantes y potentes cafés, completaron la incursión de placer de este día.

Está muy rica esta Marisquería, merece ser revisitada muchas veces!!!

 

 

Camarón de Gorbea : rico almuerzo

En el mismo sitio en que estuvo algún tiempo el Don Peyo en barrio Manuel Montt, comenzó hace un par de meses a funcionar el Camarón de Gorbea, un restaurante antiguo del sector centro y que incursiona ahora en Providencia con sus ricos sabores.

Llegamos relativamente tarde por lo que había poca gente y pudimos ubicarnos bien en el comedor del primer piso. Partimos con los habituales kir royal y agua mineral, mientras llegaba nuestra entrada, un plato de locos apanados deliciosos.

Si bien la tentación del lugar claramente son los camarones, igual es posible seleccionar variedades del mar como una albacora sellada y ensaladas de mi partner y mi congrio al ajillo con puré que me devoraría junto a esa exquisita reserva de pinot noir de Montes 2010. reservamos para otra ocasión el disfrutar esas enormes porciones de camarones que sirven en este lugar.

Para los postres, una torta tres leches y un puré de castañas sumados al rico café negro de rigor.

Rico lugar, un potente reemplazo para Don Peyo.

Almorzando tarde en Don Peyo : delicias chilenas

Tras una rica incursión por el cerro San Cristóbal pasado el mediodía, me encontré de regreso después de las 15 horas en casa. Hambriento como siempre o casi siempre, me duché pausadamente pensando en donde calmaría mis ganas de comer algo rico y a mi mente se vino el recuerdo de un sitio de comidas chilenas que suele atender hasta tarde en fomingos como hoy.

Mis pasos seguros solo se detuvieron cuando estuve instalado en la rica terraza del segundo piso de Don Peyo, lugar que he disfrutado muchas veces, especialmente en fines de semana.

Inicié el placer con una vaina, mientras disfrutaba las sopaipillas calientitas y pebre de tomate que constituyen la bienvenida habitual de este sitio. Procedí a revisar la carta para elegir una rica plateada al horno (la especialidad) con salsa a la pimienta, un acompañamiento de papas cocidas y un puré de paltas.

Las papas cocidas se sienten mejor con un toque de aceite de olivas y luego con unos toques de pimienta fresca cortada (no molida). Un almuerzo abundante y que se merecía un rico vino, un Quatro de Montgras 2009 (delicioso ensamblaje de cabernet sauvignon, syrah, carmenere y malbec).

Almorcé junto a familiones de 5 o más integrantes, varios de ellos en divertido trance, lo que me hace siempre preguntar si para ser entretenido debemos destronar las máscaras con alcohol. Porque no ser divertidos simplemente porque es rico?-

Estuvo exquisito este almuerzo y sobretodo por la excelente atención de Eduardo, un gran mozo del lugar. El cierre fue promocionado por él, con una pequeña copita de un licor que me agrada mucho, Araucano, basado en 23 hierbas medicinales y considerado el único bitter realmente digestivo. Después de tantos años probándolo, yo lo creo.

Comida bien chilena : disfrutando Don Peyo

Este día decidí dormir hasta que me diera calambres y eso ocurrió alrededor de las 14 horas. Con mucho hambre desperté y en vez de tomar un tardío desayuno, me pareció mejor opción darme un gustoso almuerzo en algún buen lugar.

Tras una rica ducha, barajé opciones y me pareció que era el día adecuado para comer comida típica chilena, algo exótico, entendiendo que salvo por un plato, toda la comida chilena no es chilena. Salvado el discurso académico, hay un lugar que puede ser un buen representante de los sabores «chilenos», así que mis pasos fueron presurosos sorteando  la canícula para llegar al Don Peyo en el barrio Manuel Montt.

Por la hora, la gran mayoría que suele llenar este local, ya se había ido a tomar su siesta, lo que me dejó solitario y muy ventajoso en la terraza del segundo piso. Partí con una vaina, mientras llegaba el pan amasado y el pebre, algo indispensable para ir tomando el ritmo de lo que viene.

Pedí unas machas a la parmesana, que menos para iniciar el disfrute. Conseguí pimienta fresca para hacer unos cortes deliciosos de pimienta sobre las machas y el abundante queso, ante la mirada un tanto curiosa del mozo. Nada más delicioso que mascar esos trocitos de pimienta que te sorprenden mientras saboreas tu plato.

Acto seguido, el único plato verdaderamente chileno, un charquicán con huevo frito. Mmmmhhh, maravilloso!!!. Añadí una botella de Malbec Reserva de Montes 2009, para amplificar el placer.

Tuve una simpática conversación con el mozo, quien estaba profundamente extrañado por mis ritos de degustación, lo que dió espacio para un agradable intercambio de opiniones acerca de vinos y comidas.

Grande Don peyo, un baluarte de la comida chilena.

Don Peyo M. Montt : gran opción dominical

Aunque ya en mis tiempos de universitario visitaba el viejo local de Don Peyo cerca de Avenida Grecia, no había probado visitar la sucursal en el barrio Manuel Montt.

El local es claramente más pequeño que su homónimo, pero tiene una distribución de espacios muy agradable, especialmente la terraza del segundo piso, en donde me instalé casi al llegar al lugar.

Si bien la atención no es rápida, es atenta y efectiva. Por ser domingo, el local se llenó rapidamente con familiones en busca de almuerzo fuera del hogar. Eso no fue obstáculo para que el mozo a cargo de la terraza, se diera maña para atender a todos sin que se notara demasiado el paso del tiempo.

Partí con una tradicional vaina, la que pronto se vio acompañada de la cesta con pancitos calientes y las habituales sopaipillas, además de la mantequilla y el siempre bienvenido pebre.

En la carta, una multitud de opciones de comida casera chilena, desde entradas hasta golozos postres. No me hice de rogar mucho ya que tenía un hambre descomunal y añoraba proteínas animales. Pues bien, decidí por un enorme filete a lo pobre, que rico!!!!

Para acompañar mi delicioso plato, encontré en la carta de vinos, una fantástica sorpresa, un Calyptra Vivendo, un reserva ensamblaje de cabernet sauvignon y merlot del 2004, que sinceramente estaba de miedo.

Almorcé lentamente disfrutando la brisa de la temprana tarde y las simpáticas conversaciones de familias a mi alrededor (esa simpática mixtura de las familias chilenas en que van primos, concuñadas, pretendientes y pololos de las hijas además de la madre y quizás que otra combinación).

Mi cincunstancial glotonería alcanzó el éxtasis cuando al postre solicité sin pestañear una torta de tres leches y un café negro. Para el cierre, un trago Araucano, regalo de la casa. Notable!!!

Delicioso y abundante almuerzo, con la única condición de llegar relativamente temprano (antes de las 14 horas).