Dr. House : una expresión filosófica?

Cuando me regalaron este libro, pensé seriamemte que era un pasquín y que solo por decencia debía agradecerlo. Para partir, el formato era típicamente barato, poco prolijo y de evidentes desniveles de calidad. Sin embargo, me sostenía el hecho que quien me lo entregaba no era un individuo común. Después de todo, quienes escriben son filósofos de profesión, más de 18 profesionales.

Ese mismo día, mi irrefrenable curiosidad me llevó a leer algunas páginas del precario libro y me llevé una sorpresa mayúscula. Gregory House, el personaje de este texto, no sólo era un indeseable, ácido y asqueroso ejemplo del ser humano sino que era además un personaje adorado y odiado (al mismo tiempo, anótese) de la TV. Debo destacar que he cumplido 12 años desde que deje de ver TV (también he cumplido 14 desde que dejé de ser automovilista) por lo que estos trances me ponen  en jaque por falta de información.

House se convirtió al paso de las páginas en un representante sobrenatural del existencialismo y de la expresión más materialista o concreta de la filosofía moderna. No solo coincide con Sócrates, sino que con Heidegger, Sartre o Aristóteles. En este cojo indeseable (por sus comportamientos) hay más cordura, consistencia y contundencia que en muchos otros personajes de TV o reales, es fascinante su potencia intelectual, su indecencia y procacidad, pero es un personaje que cuestiona y me divierte de sobremanera. Algo de House me hace recordar la impresión que tuve con un texto de Erich Fromm que comenté tiempo atrás.

Me complica reconocer que nunca he visto un capítulo de la serie de TV, pero al mismo tiempo es fascinante saber que alguién como él puede resultar un éxito. Cuántos católicos de misa han visto la serie en TV sin darse cuenta de los cuestionamientos fundamentales que este House impúdico plantea, cuántos han estado de acuerdo sin saber que sus cuestionamientos y actuaciones son fundamentalmente ateos, sin apego a los estigmas y creencias burdas del católico sufrir.  Que tienes al alcance con tu actuar, si solo vale lo que haces en esta vida, la única que conoces y vives, versus la promesa de algo efímero y fantasioso que vendría después. ¿quién financia eso?

Me encantó la rudeza del planteamiento, la valentía de decir las cosas por su nombre, más allá de la procacidad del personaje, de su rudeza e incluso impertinencia.

Dr. House es un personaje notable, permite cuestionar el status quo y eso vale mucho!!!

Niño Rey : un adulto desagradable

Por esas casualidades propias de internet, caí en la lectura de un artículo que hablaba de un fenómeno que he visto y que es cada vez más frecuente. Me refiero a los llamados niños rey, especímenes de los cuales ya hay adultos viviendo con nosotros.

Cuántas veces hemos visto a un chico de no más de 4 años haciendo una escenita en la calle porque quiere algo y que tras un rato los padres terminan por comprarle. Cuántas veces hemos visto a pequeños de cara dulce, insultar a sus padres o darle órdenes, sin que ellos reparen en el hecho que no es correcto.

Algo está pasando en nuestra alocada vida moderna y no huele bien. Cuáles son los valores que se están cristalizando en las mentes de esos pequeños, convertidos en dictadores de sus padres y de todos los que ingresen en su círculo de “poder”. Esos pequeños en pocos años van a crecer y se transformarán en adultos insufribles, creyentes absolutos en que todos los demás existen exclusivamente para atenderles, completamente indolentes y sordos a las necesidades de los otros y “amaestrados” por sus padres para creer que todo lo que quieran lo obtendrán. Llegarán a adultos sin considerar siquiera la existencia de sus propias limitaciones y errores.

Para más detalles, vean el artículo en http://www.hacerfamilia.net/new/index.asp?pag=articulos&id=1003 y que recomiendo leer, pues expone técnicas muy sencillas para hacer frente a esta verdadera epidemia moderna.

Aunque suene cliché, la verdad es que la felicidad no está en la posesión de bienes materiales, tampoco en el exitismo, sino en la capacidad de crear y mantener vínculos estables y profundos con los demás y eso supone verdadera consideración por otros seres, lo cual pueden comprobar en cualquier texto serio de psicología y en las personas felices que conozcan (de verdad, existen).

Si vas con tu hijo (sobrino o lo que sea, en donde seas el adulto con autoridad) al supermercado y se le ocurre que quiere tener algo que recién ha visto, cuantas veces sales corriendo a dárselo en vez de pensar que tus actos pueden determinar sus conductas futuras. No será mejor enseñarle que se puede comprar aquello que es verdaderamente necesario o que existen otras prioridades que incluyen necesidades de otros miembros de la familia o incluso de terceros. O cuando demanda un helado justo antes de almorzar, no será el momento de indicarle que puede acceder al helado pero solo después de almorzar como corresponde y si muestra el comportamiento adecuado.

Si no cambiamos nosotros los adultos, con esas “enseñanzas” vamos diseñando inconscientemente el comportamiento del niño tratando de darle satisfacción inmediata a cualquiera de sus deseos. Puede que nos sintamos bien por poder darle todo lo que el niño dice necesitar, pero cuantas veces somos conscientes del comportamiento que estamos creando en él?. No somos solo proveedores materiales!!!. Somos cómplices de la construcción del Niño Rey, ese pequeño dictador que se transformará en un individuo incapaz de superponer a sus intereses algo noble que sea bueno para otros, alguien que no puede soportar el fracaso ni la posibilidad que algo o alguien le sea negado.

Porque estamos creando tantos niños rey?. Acaso el esfuerzo, la postergación personal por una causa noble, el respeto y la consideración por lo demás es una mala práctica?. El asunto complicado es que cada vez es más frecuente ver a estos pequeños dictadores actuando en la calle, con unos padres instrumentales que solo viven para satisfacerlo, en abierta compensación quizás del poco tiempo que les dedican, como si darle cosas pudiera equivaler al proceso educativo irrenunciable que los padres deben tener con sus hijos.

Lean el artículo, da para pensar y cuestionarse harto!!!