Biketrekking Embalse El Aromo : gran jornada

En marzo pasado me inscribí para este MounTainBike (MTB) en el lindo Embalse El Aromo, una promesa de bonitos paisajes y exigente itinerario de cleta.

No tuve muchas opciones de entrenamiento pero lo cortés no quita lo valiente y decidí que antes de enfrentar el despliegue de energía la mañana del sábado, debía darme un gusto energético la noche del viernes. Así, mi jornada de biketrekking se inicia en un pequeño pero gourmet lugar, Del Cocinero Bistrot en el sector de Pedro de Valdivia.

Elegí una mesa en la terraza, llena de extranjeros que gustan de la bohemia santiasqueña y partí con la usual botella de agua mineral que refresca mi garganta atribulada de largas jornadas laborales. La carta muy interesante, la hojeé en busca de pastas (comida indispensable para mi siguiente actividad) y encontré unos raviolones de albahaca rellenos de queso de cabra, que no dudé un instante en ordenar. Mientras solicité una copa de merlot (según conversamos con el mozo, la oferta en copas era harto mejor que las medias botellas disponibles), un Chateaux Los Boldos Reserva, de interesante cuerpo y especialmente ahumado, lo que me gustó de inmediato. Si bien el local es pequeño, llama la atención que los mozos sean tan poco proactivos, si no fuera por la calidad de la comida, nadie perdonaría el servicio.

El plato de ravioles, precioso, fue un manjar de sabores ya que no solo cumplía la promesa del queso de cabra sino que traía unos trocitos de nuez que quedaban magníficos en la combinación. Extasiado con los sabores, me entusiasmé  con un postre y elegí unas papayas rellenas con mousse de pisco sour, algo fresco y exótico. No me equivoqué, fue un cierre fantástico para mi cena previa al MTB.

Tras un sueño reparador, pasadas  las 7:30 horas me pasan a buscar y enrutamos hacia la quinta región con las cletas colgando en la parte trasera del vehículo. Tras diversas peripecias, logramos llegar media hora antes de la partida, con tiempo suficiente para embetunarnos con bloqueador solar (más de 25° celsius y totalmente despejado), adecuar nuestras cletas y ponernos en la línea de partida.

El circuito que recorrimos fue fantástico pero muy duro, muchas subidas y escalofriantes bajadas, demasiadas espinas (pinché dos veces), pero lleno de adrenalina. Fue increíble ese recorrido de 23 kilometros en medio de paisajes hermosos y flora silvestre. Cerca de dos horas de agotamiento delicioso para botar stress y todas las malas vibras que santiasco suele prodigar.

Una vez que estuvimos nuevamente juntos, entusiasmé a mi partner para ir a disfrutar de la quinta región y no costó mucho. Nos dirigimos hacia Con Con a comer empanadas en Las Delicias, empanadas de pino de locos, camarones con queso, aceitunas con queso y unas refrescantes chelas. Muy bien, pero como aperitivo, es que teníamos demasiado hambre!!.

Avanzamos por el hermoso camino costero y nos estacionamos en el restaurant Albatros (viejo conocido de mis tiempos horconinos) para disfrutar de la hermosa vista y comer como corresponde. No vendían ceviche, por lo que nos vimos obligados a saltarnos los pisco sours, luego pedimos albacora en distintas combinaciones y distintos acompañamientos, delicioso almuerzo que amenizamos con un fresco sauvignon blanc de Ventisquero en su temperatura ideal. Terminado el placer del almuerzo, no fue posible evitar pedir un postre, asi que uno de papayas para mi partner y unos panqueques celestinos para mi goce. Uuufff!!!

Nos vimos obligados a salir a caminar un rato, ya que con tantos placeres gastronómicos, literalmente no quedaba espacio ni siquiera para el aire.

En fin, tras una rica caminata bien conversada, volvimos al vehículo y retornamos a santiasco.  Gran día!!!!

Comiendo rápido en Santiasco

En el eterno afán de moler carne humana, Santiasco a veces no nos deja mucho tiempo para disfrutar un almuerzo y alcanzar a conversar. Solo 40 minutos disponibles, los pasos ansiosos nos llevan al Dominó, un sitio de sandwiches deliciosos (inolvidable el italia tomate abajo o una dinámica tomate abajo, exquisitos). Sin embargo, esa misma vorágine que nos consume a todos, hace sucumbir la calidad de atención de este sitio y tras unos minutos de espera, decidimos migrar a algún lugar en que el tiempo se valorase mucho más. Que mejor, nos fuimos al Rápido. Este sitio tiene su promesa de valor en el nombre, no alcanzamos a caminar un paso desde la entrada y ya nos vimos forzados a elegir, «una y una?», «cuántas quiere?». Oh!!, es vertiginoso. Nos deleitamos con unas empanadas de Barros Luco (carne y queso, fantásticas). Hay empanadas clásicas de queso, de pino, de mariscos, de camarón queso, en fin, mucha variedad.

La conversación fluyó rápida y amena y otra ronda de empanadas vino a saciar el gusto a poco que nos quedó. la verdad tuvimos una tercera ronda para poder finalmente salir del Rápido satisfechos. Excelente!!!!

Con algunos minutos de ventaja, decidimos visitar la sala de arte del edificio de Codelco. Ahí nos esperaba una exposición con obras de arte de 8 artistas chilenos notables. Bárbara de la Jara, Claudia Urzúa, Fernando de Calisto, Jaime Torres, Esteban Morales, Marcelo Guerra, María Isabel Badía y Cristián Castillo.

Esculturas de aluminio y bronce, pinturas al óleo, acuarelas, pasteles, acrílicos y quizás cuantas otras técnicas. Fascinantes las esculturas de cuerpos sensuales y de curiosas extremidades mutiladas de Bárbara, la expresividad de las formas que propone Fernando de Calisto, la pintura emocional de Esteban Morales y las deliciosas pinturas de figuras femeninas de Marcelo Guerra. Un arte diverso y nutritivo.

40 minutos bien invertidos, volvemos al trabajo.