Patacón : nueva opción en Bellavista

En el mismo local en que dio sus primeros pasos la rica pizzería Waldini, se instaló este restaurante. El lugar luce exactamente igual a como lo conocí excepto por el cambio de nombre y el origen del personal. De hecho, con un chef dominicano, claramente se nota el cambio de los sabores y la carta de platos fue por completo sorpresiva.

Partí por solicitar una tabla de patacones que nunca llegó, pues uno de los mozos se confundió y las llevó a otra mesa y cuando trae mi plato de fondo, cae en cuenta del error y yo le suspendo la orden. De todas formas prefería dedicarme al plato que ya estaba en mi mesa.

Mi elección resultaba novedosa comparada con platos de restaurantes de otros países. Se trataba de una  suprema de pollo marinada en coco y especias,  apanada en panco de maní y escamas de coco con un rico puré rústico de yuca como acompañamiento. Para este plato pedí la carta de vinos, pero no encontraba algo adecuado. Cuando le expliqué al caribeño mozo que me interesaba un syrah, comenzó a hurgar en el bar y de pronto llegó con una botella que no estaba en la carta, una impresionante botella de Las Casas del Toqui Syrah reserva del 2006. Fantástico descubrimiento y al precio de las que estaban en la carta.

Un plato escandalosamente sabroso que disfruté lentamente mientras bebía ese notable vino. Para el postre, no resistí la tentación de probar uno 100% dominicano, un  plátano al caldero con helado. Una delicia aunque algo empalagosa.

Interesante la oferta de este lugar, debe mejorar el déficit atencional de los mozos pero la cocina está muy buena.

 

Gala de estrellas : 50 años de ballet

Esta gala de ballet que esperaba con ansias, no pudo tener mejor comienzo que el elegido por Marcia Haydée, una obra (Iniciales R.B.M.E.) del gran coreógrafo sudafricano John Cranko, el padre de la danza teatro. Un despliegue de talentos con mínima escenografía y la deliciosa música de Johannes Bramhs.

Después siguió una coreografía del Ballet Nacional de Beijing, dos bailarines increíbles, con una estética precisa y sensual, ataviados de túnicas blancas que brillaban en la oscuridad del teatro. Siguió el dúo «in the middle somewhat elevated» con representantes del Royal ballet de Flanders, sustentados en una música sorprendente, una verdadera sesión de bella gimnasia.

Cuando tocó el espacio de los Pas de Deux, Don Quijote en donde participó el gran Luis Ortigoza, nos dejó boquiabiertos con unos pasos en altura sobrehumanos, verdaderamente genial.

El Pas de Deux Giselle fue el turno para que los increíbles bailarines de Beijing mostraran lo bello que puede ser un ballet, impecables!!!

El Pas de Deux Cisne Negro del lago de los Cisnes, fue un remate formidable con la participación de los bailarines del ballet de Flanders.

La Orquesta Filarmónica de Santiago bajo la dirección prodigiosa de José Luis Dominguez, se robó los aplausos en la despedida. Gran orquesta, mejor director.

Esta gala fue una verdadera fiesta del ballet.