Día Mundial de Internet : disfrutando juntos

Como ya es una tradición, cada 17 de mayo invito a todo mi equipo a celebrar en grande este glorioso día. No solo es la oportunidad de disfrutar juntos sino agradecernos mutuamente el trabajar juntos en lo que más nos gusta.

Para este año, habían muchas ganas de salir afuera de Santiasco, pero ello era incompatible con los tiempos disponibles, por lo que tomé la buena idea de uno de los chicos acerca de ir a algún lugar con naturaleza visible y sentirse fuera de Santiasco. El lugar elegido, el Divertimento Chileno, un rico restoran de comida chilena y fusión que se encuentra en los faldeos del cerro San Cristóbal en el Parque Metropolitano.

Reservé con bastante anticipación para garantizar la mejor posición con una vista incomparable al verde formidable del cerro a lo que sumó la fortuna de un día asoleado y agradable.

Cerca de las 14 horas ya estábamos todos instalados en nuestro lugar y tras los aperitivos (jugos naturales, pisco sour, vainas, champaña, etc), comenzó la imparable celebración.  Machas a la parmesana fueron un delicioso comienzo mientras uno a uno se emocionaban eligiendo de la extraordinaria carta del Divertimento, el plato que haría realidad sus sueños gastronómicos. La variedad fue enorme, desde filetes al ají, financiero, al ajo,  pasando por pescados y pastas. Por las caras de felicidad supe que todos los platos estaban exquisitos. Acompañamos con unas botellas de un delicioso ensamblaje de cuatro cepas (aegurando que combinara con todos los platos).

Después fue el turno de los ricos postres, ponderaciones, marquise de chocolate, flan al oporto, creme brulée y otros que no recuerdo. Un festín dulce ideal para la ocasión.

Tras unos ricos cafés expresos, tuvimos una larga sobremesa riéndonos de nuestras propias fotos y cuando ya tenían cara de siesta, les invité a caminar por el Parque. Nos fuimos en divertida procesión hacia el lindo Jardín Japonés, que varios no conocían. Bromas y recuerdos simpáticos nos acompañaron por un buen rato, hasta que la luz solar comenzó a disminuir y comenzamos el descenso hacia Santiasco.

Una parte del equipo debía atender sus exámenes en la universidad, asi que con los que quedaban y muy ganosos, los llevé al siempre disfrutable Café del Patio, a continuar la celebración.

En este último sitio, vivimos una constante rotación de contertulios, unos llegaban mientras otros se iban. Con los últimos dejamos cerca de medianoche el lugar tras nuestra extraordinaria jornada de celebración.

Viva el día de internet!!!

Sanguche-trek : un nuevo formato de disfrute

En la medida que han aparecido mayores opciones de lugares que ofrecen sandwiches deliciosos, me he ido tentando con la idea de hacer un recorrido gourmet, habida cuenta de evitar los tradicionales Dominó y Fuente Alemana, los clásicos del rubro.

Una mañana después de la lluvia, una delicia que pocos saben disfrutar, me llevó a recorrer el Parque Metropolitano en cleta, para gastar energías y prepararme para un día de gula.

Después de convencer a mi partner fiel y habitual, nos juntamos en Plaza Italia con el hambre acumulada y las ganas de pasar un día excepcional.

El primer lugar fue uno ya conocido, especialmente por sus sours con sabores tan ricos como el pisco sour con albahaca, pero esta vez con la mala (pero sana)  intención de probar sandwiches golozos y quizás escandalosos.

Me tenté con un sandwich (Marino) en pan pita (tortilla) lleno de salmón ahumado, queso de cabra y rúcula, mientras mi partner se engolonizaba con una grosería llamada Arriero (mmmhhh, exquisito), un pan italiano que ocultaba lomo, queso, tocino y pebre de pimientos, magníficos!!- Acompañamos con una botella de Merlot Reserva Tres Palacios.

Un poco extraviados por tanto placer, caminamos y nos fuimos a la Ciudad Vieja, un lugar especialista en en divertimentos envueltos en pan, en donde seguimos el disfrute.

Pedimos para partir unas ricas cervezas Volf Daam, y Tripel Karmenliet, extraordinarias!!.  Carnitas en pan integral (carne deshilachada con frijoles negros, guacamole, lechuga, crema y maiz) y un Gran Pilón (hamburguesa casera cubierta con queso azul, mermelada de cebolla, pepinillos y tocino), una dieta increíble, que requirió más bebestible, así que llegó una cerveza belga Kwak y un schop Golden Dreak. Los sanguches descomunales, por lo que debimos asumir que aquí terminaba el periplo de disfrutes, estábamos a tope!!!

Algo cansados, decidimos hacer un cierre adecuado, por lo que fuimos a visitar un nuevo lugar, se trata del Domo, en el sector de Manuel Montt, un restobar que promete y que lleva muy pocos días de vida. Disfrutamos unos tragos, vodka absolut kurant con menta y un viejo horcón quemado con coca light, mientras terminábamos nuestra tertulia.

Hay que intentar un nuevo sanguche-trek, estuvo magnífico!!!

Santiago Colonial : interesante proyecto

Esta mañana decidí hacer un recorrido por los museos, mi querido tour de museos, pues ya habían suficientes muestras nuevas y tenía especial curiosidad por lo que encontraría en el Bellas Artes.

Caminando por el Parque Forestal, pasé primero a la exposición en Telefonica. Una muestra acerca del complejo arte de Juan Downey. Este arquitecto me sorprendió por lo vanguardista en su época. No solo aporta reflexiones verdaderamente poderosas acerca del hombre y la tecnología  sino que logró comprender de manera muy temprana el rol de las redes de comunicación y los formatos digitales. Fue un pionero en el uso del video como medio de arte y desarrolló un arte de tipo cibernético que aún puede sorprender. Gran exposición!!.

Me fui luego al MAVI, pero todavía no tocaban cambios, por lo que mis siguientes pasos fueron hacia el plato fuerte del día, el MNBA. Mucha gente llegó al museo para conocer la Historia de Chile a través de la fotografía. Una monumental selección de fotografías desde los pueblos originarios hasta la reciente historia política. Notable esfuerzo de síntesis y extraordinarias fotografías.

En el subterráneo, visité una interesante muestra de video arte y en el segundo piso, una selecta colección de pinturas de la pinacoteca de la Universidad de Concepción, con la generación del centenario. Muchas piezas que no conocía y que me dieron mucho disfrute visual.

Salí del museo a recorrer el barrio Patronato en donde encontré  algunos buenos grafittis y seguí hacia el barrio Bellavista en donde elegí para almorzar un nuevo local, el Santiago Colonial.

Esperé cerca de un mes desde que lo conocí para atreverme a ingresar. Normalmente las marchas blancas hacen saltar muchos detalles y por supuesto no es la excepción. Una casona antigua bonitamente decorada y una gran cantidad de moz@s para una oferta de gastronomía chilena.

La atención expedita a pesar que había bastante gente almorzxando en el lugar. El primer detalle es que aún no tienen patente de alcoholes, por lo que no hay carta de vinos. Que mal!!, pensé. Sin embargo, ello no fue impedimento para disfrutar más adelante una copa de vino de la casa.

Inicié mi disfrute con un arrollado con un puré de palta y cortes tostados de marraqueta con merquén. Aquí se notó la creatividad del chef Rodrigo Barañao. Un plato exquisito!!

Animado por mi rica entrada, pedí una corvina, pero no quedaba. Uff!!, pero rápidamente el mozo me ofreció reemplazar por congrio y así pedí el congrio con salsa de aceitunas y albahaca, acompañado con un pote de greda con daditos de tomate con queso de cabra derretido encima, Notable despliegue de sabores, al que añadí una copa de un ensamblaje, que era el vino de la casa. Gran combinación.

El postre fue un increíble turrón de vino espolvoreado con frutos secos, una tentación que no pude resistir. Estaba buenísimo.

En suma, el lugar es muy prometedor, la cocina sabrosa y solo hay que resolver el stock de ingredientes que considera la carta y agregar una oferta de buenos vinos.

Django : el clásico de las picadas del centro

Hace más de 12 años que no volvía a este pintoresco lugar céntrico. Dos pisos en que solo encuentras personajes especiales, esos que no temen engordar y que gustan de platos grandes con exceso de proteínas y grasas pero verdaderamente a la chilena.

Llegamos con la expectativa de conversar, pero esto fue puro comer!!!. En los comienzos, una pichanga para compartir, el pernil delicioso, las cebollas en escabeche imprescindibles, el queso, las aceitunas (tardías) y los cortes de ají, fueron la delicia. Obligadamente, un varietal (en fin!!) de Concha y Toro, un «exportación» (que hace aquí?). En todo caso, el vino es lo más apropiado para lo que venía.

Mi plato solo eran cuatro prietas con papas cocidas y ensalada chilena, enormes!!!. Mi socio, un poco temeroso, se matriculó con un lomo de vacuno de buen tamaño con papas cocidas y ensalada chilena (bueno, los acompañamientos no son tan variados).

Bueno, una picá, es ciertamente un lugar pintoresco, hasta las chicas que atienden son sacadas de alguna obra de teatro a-costumbrista, un espectáculo de «chilenidad»

Django, es un gran sitio, me gusta su comida, me gusta su onda arrabalera, desprejuiciada y sobretodo su arraigo chileno. Estuvo exquisito, incluidos los bajativos atómicos.

(todavía me pregunto como mi higado resiste).

Recomendable para sistemas digestivos muy desarrollados. Filetón grasoso.

Persa BioBio : el mundanal ruido popular

Hace mucho tiempo que no dedicaba una mañana de domingo a pasear por el barrio Franklin. Estación del metro Franklin, dos breves cuadras de caminata y comienza la diversión.

Una zona popular, llena de signos y multitudes. Enormes galpones con ropa de todo tipo, con marcas famosas y otras desconocidas, con bicicletas y repuestos, con muebles, muchos pero muchos muebles de todos los tipos y dimensiones. También con equipos computacionales para todos los gustos y bolsillos, electrodomésticos, radios y TV. Impresionante!!!

Ropa para tribus urbanas, zapatillas, zapatos y botas, cachureos por doquier y lo mejor : gastronomía callejera. Empanadas de todas las categorías, pizzas, envueltitos, bebidas y dulces de la más variada alcurnia. Olores y ruido, de mucha gente, de muchos jovenes equipando un nuevo hogar, de padres comprando juguetes y muebles, de muchachos comprando o haciendo trueque de juegos computacionales. Todo un universo de interacciones y de gustos.

Tres horas muy disfrutadas, recorriendo galpón tras galpón y finalmente di con mi objetivo, un enorme lugar de música, buena música en donde obtuve respaldos de originales prodigiosos.

Si pienso que desde la década de los 30 del siglo pasado existe este lugar, no puedo evitar sentir mucho placer de haber sido parte, una vez más, de su bullicio y esa mezcla de pueblo pequeño y de esperanzas grandes. Lindo lugar.