Haciendo proyectos en el Minga, una reunión diferente

Como todos los jueves desde hace dos años, nos juntamos a trabajar nuestro proyecto fetiche, pero ahora sería en un formato mucho más lúdico y con invitados fortuitos.

El lugar elegido, el Minga, un bar&pizzería estupendo para reunirse con amigos y como en nuestro caso, pasarlo bien mientras avanzamos en el largo proceso de hacer realidad un querido proyecto que nos mantiene entusiasmados y vitales.

En esta reunión, estaban presentes dos amigos adicionales, compañeros de aventuras en Santiasco y en la quinta región, lo cual nos consumió un buen tiempo para ponernos al día, reirnos de la vida y soñar futuros imperfectos pero disfrutables como deberían ser siempre.

La cordura llegó en algún momento y comenzamos la sesión de trabajo, tras beber algunos tragos y comer las exquisitas pizzas a la piedra imperdibles de este lugar. Partimos por compartir un logro que nos pone muy contentos, lanzamos un primer vídeo de nuestro proyecto que, por cierto, es parte de una secuencia propia del avance de nuestros devaneos creativos.

Avanzamos en diversos frentes tomando acuerdos que tendremos que hacer realidad luchando contra el tiempo que siempre es menos que el necesario, pero como hacemos proyectos para divertirnos, seguiremos adelante.

Las pizzas claramente son la marca del lugar, definitivamente deliciosas y preparadas en tiempos brevísimos, lo cual finalmente abre más el apetito. Que rico es el Minga!!!

Pz sandwichería y pizzería : rica opción

Hace un mes aproximadamente que divisé este local en Santa Beatriz, en mis habituales incursiones en cleta rumbo al cerro San Cristóbal. Hoy me juntaba con una gran amiga, quien disfruta mi afición por experimentar nuevos sitios y yo disfruto su entretenida charla y el anecdotario interminable que ella posee.

Nos juntamos a ponernos al día, ya que no nos favorece lo ocupado de la agenda, pero las ganas de pasar un buen rato juntos es suficiente aliciente para que hagamos el esfuerzo. Partimos chequeando la carta de tragos, la hermosa chica que nos atendió no la dominaba del todo pero derrochó simpatía y lindas sonrisas hasta que dimos con lo que queríamos.

Un tequila 100% de ágave y un buen ron añejo dieron inicio a nuestra conversación. Pronto el hambre se hizo presente y revisamos la extensa lista de sandwiches, muy interesante. Elegimos para compartir dos potentes opciones, un Mr. Bull, jamón serrano, queso de cabra, rúcula, aceitunas negras y un estiloso Chronic, un churrasco con queso mozarella, champignones salteados, cebolla confitada, tocinon y un «saludable» huevo frito. Para asegurar el placer, pedimos que nos distribuyeran mitades en nuestros platos, así asegurábamos probar las dos opciones sin mayor dificultad.

Estaban magníficos, suculentas porciones y sobretodo sabrosas (aunque hayan cambiado la rúcula por lechuga), con lo cual tuvimos para largo rato el disfrute y por cierto, mereció una repetición de tragos mientras las historias y anécdotas fluían en nuestra grata conversación.

Tras cuatro horas de disfrute, llegó la hora de volver a la realidad y nos despedimos en el paradero en que mi gran amiga marchó a casa.

Una revisión poderosa y completa  de política, economía, libros interesantes (conversamos largo rato  acerca de mi lectura actual La Economía Azul de Gunter Pauli, fascinante), de amigos y sobretodo de sueños como siempre.

Gran junta, lo pasamos de miedo!!!

Bar 212 : happy hour de ocasión

En el barrio Manuel Montt sobran las opciones de bar, aunque lamentablemente una mayoría están dedicadas a Chela y Chorrillana (el mercado de los universitarios del sector). Sin embargo, se pueden encontrar excepciones que van un poco más allá del alcohol fácil y el relleno digestivo oportunista.

Un necesario descanso tras jornadas agotadoras, hace necesario por lo menos de una conversación, un momento de mayor intimidad con algún partner y colaborador.

El lugar, bastante sencillo, un negro completo en paredes y una iluminación intencionada en el bar y algunos accesos. La carta, claramente fuerte en los tragos, aunque pretenciosa en los acompañamientos. Nos inclinamos por un clásico, un pollo al pilpil, una maravillosa forma de sacarle un sabor increíble a un asqueroso pollo chilensis (hormonas, smog y química alimenticia).

Un buen vodka de sabores y una buenísima conversación, sin interrupciones, me dejó el sabor de un lugar con buen estilo. La chica que nos atendió hizo su arte sin agresión, para hacernos sentir que elegimos un buen lugar.

212, buen nombre para un lugar con la misma dirección.

Caesar Business : gran terraza

Más conocido por el rico restorán Amaranto que se encuentra en este hotel céntrico, ahora añade un nuevo placer para los que gustan un poco de paz en el centro de Santiasco. Me refiero a la terraza que posee el hotel en el piso 5.

El lobby bar es un sitio ideal para ir después del trabajo, cuando comienzan a verse las estrellas (si, detrás del smog hay estrellas) y de verdad sorprende. Espacioso, con pocas mesas y muy espaciadas (eso me encanta), plantas, una pequeña piscina, música en vivo y una gratísima y atenta servicialidad.

Lo increible es que se encuentra frente a la Biblioteca Nacional, con vista al Cerro Santa Lucía y no se escucha el ruido terrible de la Alameda. Es un verdadero remanso.

Posee happy hour de cervezas (bastante variedad de éstas) y tablas o bien uno clásico con tragos largos y una generosa tabla. Calamares apanados, fruta, canapés gourmet que mezclan deliciosamente tonos dulces y salados además de texturas, algunas masitas con pasta, bolitas de carne y un inolvidable pote con una salsa tipo César. Una tabla exquisita!!!!

Bienvenida esta opción filete.