Bluseros Muertos : la delicia de un nuevo disco

Aunque tuve el privilegio de conocer las canciones del grupo en forma anticipada, en diversos estadios de avance de la grabación  y siempre con el entusiasmo y talento desbordante de Gatillo, gran amigo y cómplice, nada puede compararse a asistir a un lanzamiento en vivo de la banda.

Tengo una larga historia con esta banda deliciosa y me daré el gusto de contarles mi disfrute de esta noche especial. Partiré más de un mes atrás en que me llega la invitación a este espectáculo en la SCD de Bellavista, lugar de buena música y de lindos recuerdos. De la banda original solo queda su alma mater, Gatillo Gerard, aunque los espíritus de los otros integrantes están de una u otra forma siempre presentes (eso incluye la explícita referencia a cada uno  en un tema del  nuevo disco). Los nuevos integrantes, derrochan habilidades aunque todavía  no tienen la soltura escénica de la banda original.

La estupenda sala de la SCD comenzó poco a poco a recibir a los convocados, la gran mayoría amigos entrañables, todos entusiastas seguidores del talento que destila este grupo, pues a pesar de los cambios de músicos mantiene la impronta creativa y la infinita capacidad de hacer buena música, con letras potentes a veces divertidas y otras simplemente humanas y emocionantes. Después de todo, el blues es lo más cercano a la poesía de lo cotidiano, lo triste y depresivo que puede llegar a ser enaltecedor de la capacidad del ser humano de salir siempre adelante.

Este lanzamiento contó con la participación de varios poderosos músicos amigos de Gatillo que dieron los toques de diversidad y belleza musical a algunos temas del disco. Las armónicas bluseras y el saxo fueron un gran y hermoso detalle en la atmósfera del recital.

Me gusta este grupo porque más allá del talento instrumental de todos los músicos y la voz extraordinaria de Gatillo, se busca y muchas veces se consigue más que una canción sino una verdadera performance en el escenario, en donde lo histriónico, el virtuoso uso de los espontáneo y donde lo casual se transforma en una palanca para ofrecer más diversión y sobretodo más complicidad con el público.

El tema Cenicero no solo tiene un buen ritmo sino muy pegajoso que invita a cantar, de ahí el contrapunto de  la dulce balada Nada es Eterno reconforta el alma para luego pasar a un enfoque clásico y exquisito de Bluseros con el tema Las Paredes de Dios. Me reí mucho cuando escuché Yo Me Hago El Sordo, porque sé que se originó en un juego con el público en una vieja tocata del grupo y me emocioné más con el tema Estoy Pensando en Cambiar de Corazón, que contiene un verso de un poema que escribí hace un par de años y que Gatillo valoró y transformó en un temazo.

La poesía tremenda aparece en Soy mi Propio Asesino y el tema Esto es Sanidad, que da nombre a este disco y que resume finalmente  la historia del grupo.

No cabe duda, hay power para rato y eso reconforta el cuerpo y el alma. Bluseros Muertos, sigue siendo underground pero una vez que los conoces no puedes sino rendirte ante el talento y la fuerza de quienes dan lo mejor de si mismos para el deleite universal. Algo que me gusta demasiado es como se suma bellamente la música y otros artes en un mismo cometido y todo de la mano de la amistad, la carátula del nuevo disco es una pintura de un artista excepcional y amigo común, me refiero a Hijo Ra. Espero que también puedan disfrutar su increíble arte.

Fue una noche genial en el mejor lugar y con las mejores personas, me alegro de ser un fanático de esta banda. Dejé algunas fotos para el recuerdo.

Refresco musical dieciochero : jazz en el Club

En un país sometido a sus propias fiestas patrias, encontrar una alternativa a veces resulta difícil. El único club de jazz con una propuesta atrevida por no ser dieciochera, fue el viejo y bien querido Club de Jazz de Santiasco.

Como era de esperar, un Club semivacío, pero no menos entusiasta. Somos pocos pero somos los mejores!!!. Nos vamos a divertir.

Más tarde de lo acostumbrado, un inspirado Marcos Reyes, contrabajista excepcional, con la guitarra de Diego Riedemann y la extraordinaria batería de Luis Mora, le dan tensión creativa y rítmica al Club. Temas exigentes que obligan a cada músico a entregar lo mejor de su talento.

Son piezas rápidas, de gran ritmo y complejidad, para hacer aplaudir a las 1o mesas que tienen ocupantes. pocas veces he visto el Club tan desocupado, pero estoy sorprendido de la armonía, la complicidad y el disfrute.

Un pequeño intermedio y aparece la segunda banda, la lleva Hugo Rojas un habitué del Club, un bajista de corazón y que toca en raro rictus corporal, una nueva guitarra a cargo de Francisco Saavedra y la indispensable presencia del batero Luis Mora, un filete!!!

Continúa el despliegue de talentos, cada vez más propios de maestros, una delicia para los oyentes. Todo conduce indefectiblemente a la jam session en que todos los virtuosos tienen cabida.

Gran noche de jazz!!!

Jam session : jazz de media semana

No es un misterio que soy adicto al jazz en vivo y especialmente en mi lugar favorito, el Thelonious. Pero más me gusta los miércoles porque esas noches se puede disfrutar el talento de muchos músicos chilenos de campeonato.

El grupo base lo forma el guitarrista Mauricio Rodriguez (La Marraqueta), el baterista Carlos Cortés y el contrabajo de Rodrigo Galarce, quien fue reemplazado en esta ocasión por Pablo Vidal, con mucho acierto.

Los primeros temas fueron creando el ambiente en el club, el cual estaba muy lleno, lo cual me alegra mucho pues muestra que un buen espectáculo se puede exhibir a media semana, en vez de concentrarlo todo en viernes y sábado, como suele ocurrir.

A medida que avanzó la noche, fueron rotando otros músicos en la batería, en el contrabajo y el aporte notable de Cristián Gallardo en el saxo.

Excelente trabajo y un aplauso adicional a Erwin, el gran poeta anfitrión de este club y mejor amigo.