La Boheme : cocina francesa a la chilena

Un sitio en barrio Bellavista que confieso nunca me atrajo lo suficiente como para ingresar. Sin embargo, hoy me pareció un buen momento para probarlo.

A pesar de declararse como de cocina francesa, me costó notarlo y ya veremos por qué. Parti con una vaina mientras revisaba la carta de platos. En el intertanto, llegó a la mesa pebre, mantequilla y pan calientito de la casa. Un comienzo bastante tradicional.

Me costó decidir, pero finalmente pedi un filete del chef con puré picante que acompañé con un delicioso Morandé Terrarum 2009. Aunque el servicio siempre fue atento y oportuno, no pude dejar de notar la curiosa manera de descorchar la botella, claramente una improvisación graciosa por la cual nos reímos en conjunto.

Así como la comida no fue francesa, la música era totalmente chilena chilena, discos de  illapu y Quilapayun me acompañaron en mi cena.

Curioso sitio, bueno el servicio y la comida bastante sabrosa.

 

Cena de trabajo en Machu Picchu

Un interesante proyecto nos convoca (y justifica) para disfrutar una rica cena peruana. Este lugar ya lleva un largo periodo en el barrio Manuel Montt y casi siempre con gran cantidad de asiduos clientes.

Para comenzar disfrutamos un preciso pisco sour peruano mientras llegaban las entradas, esa maravillosa causa de atún y unas papas a la huancaína. Estaba tan contundente este inicio que por algún momento pensé que mi partner llegaría hasta ahí. Sin embargo, me las arreglé para mostrarle las delicias que habían para los fondos en esa extensa y exquisita carta del lugar. Gran variedad!!

Un risotto al azafrán con camarones salteados al vino blanco, con crema de langosta y queso parmesano,  fue la notable elección de mi partner. Para mí, algo que no había probado en este restoran, una mixtura de camarones Ruperto, esto es, camarones tamaño jumbo envueltos en láminas de carne, otros en pollo, otros en salmón y finalmente unos en c orvia. Eso es sabor!!!

Maravillas como nuestros platos se merecía un rico vino y la carta, aunque modesta en cantidades, tiene para todos los gustos, por lo que un pinot noir Terrarum de Morandé del 2008, bien helado y bien servido, estuvo perfecto.

Hasta ahí legó en el éxtasis mi partner, pero yo me tenté con un crocante de mango y asi cerré deliciosamente mi cena.

Machu Picchu, exquisita cocina.

Cumpleaños en Scena : entretenida cena

Un gran amigo cumple 50 años, si!!, la mitad de un siglo. Qué notable y eso es una excelente excusa para celebrar. Amigo entrañable y de buen gusto, suele organizar sus propios festejos cumpleañeros y quería juntarnos en el Olivié, un restaurant ruso cuya comida le trae ( a mi también) buenos recuerdos. Sin embargo, el cosmos había decidido algo distinto.

Esperamos sentados en el paradero de buses enfrente del restaurant por más de media hora a los otros comensales. El Olivié curiosamente cerrado y mi querido amigo algo incómodo por el trance, pero una animada puesta al día de nuestras vidas, hizo pasar el tiempo de manera vertiginosa. Después de todo, estábamos en el centro de un barrio gastronómico, por lo que opciones sobraban.

Tras completar la puesta al día, sentados en un paradero enfrente del cerrado Olivié, le invité a un lugar apropiado para disfrutar y cumplir con la restricción que suponía su  gastritis oportunista. Mientras caminábamos, Le Vieux Coq y pareja, otros grandes amigos  llegaban a la cita majestuosa.

Todos juntos entonces nos dirigimos al Scena, un sitio muy tranquilo del barrio Italia y que conozco muy bien. Estaba vacío a esa hora y elegí la mesa redonda con el sillón circular más grande que conozco.

La cena comenzó con unas cervezas, agua mineral y en mi caso con un bellini de mango. Pedimos también una tabla de rolls fantástica, una combinación deliciosa de sabores con rolls de palta, sésamo, merkén y hasta con pasta de ají amarillo.

La conversación fecunda no dió tregua, pero nos dimos tiempo para pedir los platos de fondo. Un filete de turbot grillado con un rico risotto de hongos, un medallón de filete en salsa de oporto sobre  papas, champiñones y gratinado de mozarella y el plato más elegido, un atún sellado acompañado con puré de camote. Como cortresponde, pedimos un par de botellas de pinot noir, ambas del valle de Casablanca y a la temperatura perfecta para hacer muy placentera esta cena.

La comida definitivamente deliciosa y agazajados de manera permanente por le bella y bien dotada  mesera. Algunos decidieron agregar postres, pero para mí era suficiente.

Pasada la medianoche, nos fuimos al departamento de Le Vieux Coq para seguir conversando, esta vez en la terraza mientras bebíamos un grandioso café.

Gran cumpleaños, el cual por cierto continuaría,  como es la tradición, en el Cajón del Maipo durante el fin de semana.

Confitería Torres : buena tradición, aunque…

Almorzar en este viejo aunque remodelado lugar siempre es grato. Una temperatura agradable, sencilla presentación mas bien ausencia de ostentación y un delicioso solo de piano, dan la bienvenida cuando llegamos desde el infierno caluroso de Santiasco.

Una rápida ubicación en una mesa lateral y ya estamos disfrutando nuestras aguas minerales sin gas. La carta está plagada de tentaciones, pero la idea es almorzar algo liviano, pero rico.

Un plato de Congrio con salsa de picorocos (un plato de sabores geniales) y la deliciosa corvina María Victoria, ambos platos acompañados con unas papas al vapor, son una maravilla del lugar. Sumamos un pinot noir Morandé Pionero (que llegó a temperatura ambiente!!!! ¿qué pasa con los restoranes?). Bueno, a fuerza de mucho hielo y agua, pudimos sincronizar los fantásticos platos con las copas de vino y hacer muy disfrutable el almuerzo.

Me estoy preguntando cada vez más seguido, porque buenos restoranes son tan descuidados con el servicio y me apena incluir a este conocido lugar en mi lista. Mozos descuidados, que olvidan los requerimientos, que no sirven el vino, que dan explicaciones absurdas para justificar que un vino no esté en su punto de servicio, etc.

En todo caso, volveré a esta Confitería Torres, porque un lugar así debe existir.