Santiago Colonial : interesante proyecto

Esta mañana decidí hacer un recorrido por los museos, mi querido tour de museos, pues ya habían suficientes muestras nuevas y tenía especial curiosidad por lo que encontraría en el Bellas Artes.

Caminando por el Parque Forestal, pasé primero a la exposición en Telefonica. Una muestra acerca del complejo arte de Juan Downey. Este arquitecto me sorprendió por lo vanguardista en su época. No solo aporta reflexiones verdaderamente poderosas acerca del hombre y la tecnología  sino que logró comprender de manera muy temprana el rol de las redes de comunicación y los formatos digitales. Fue un pionero en el uso del video como medio de arte y desarrolló un arte de tipo cibernético que aún puede sorprender. Gran exposición!!.

Me fui luego al MAVI, pero todavía no tocaban cambios, por lo que mis siguientes pasos fueron hacia el plato fuerte del día, el MNBA. Mucha gente llegó al museo para conocer la Historia de Chile a través de la fotografía. Una monumental selección de fotografías desde los pueblos originarios hasta la reciente historia política. Notable esfuerzo de síntesis y extraordinarias fotografías.

En el subterráneo, visité una interesante muestra de video arte y en el segundo piso, una selecta colección de pinturas de la pinacoteca de la Universidad de Concepción, con la generación del centenario. Muchas piezas que no conocía y que me dieron mucho disfrute visual.

Salí del museo a recorrer el barrio Patronato en donde encontré  algunos buenos grafittis y seguí hacia el barrio Bellavista en donde elegí para almorzar un nuevo local, el Santiago Colonial.

Esperé cerca de un mes desde que lo conocí para atreverme a ingresar. Normalmente las marchas blancas hacen saltar muchos detalles y por supuesto no es la excepción. Una casona antigua bonitamente decorada y una gran cantidad de moz@s para una oferta de gastronomía chilena.

La atención expedita a pesar que había bastante gente almorzxando en el lugar. El primer detalle es que aún no tienen patente de alcoholes, por lo que no hay carta de vinos. Que mal!!, pensé. Sin embargo, ello no fue impedimento para disfrutar más adelante una copa de vino de la casa.

Inicié mi disfrute con un arrollado con un puré de palta y cortes tostados de marraqueta con merquén. Aquí se notó la creatividad del chef Rodrigo Barañao. Un plato exquisito!!

Animado por mi rica entrada, pedí una corvina, pero no quedaba. Uff!!, pero rápidamente el mozo me ofreció reemplazar por congrio y así pedí el congrio con salsa de aceitunas y albahaca, acompañado con un pote de greda con daditos de tomate con queso de cabra derretido encima, Notable despliegue de sabores, al que añadí una copa de un ensamblaje, que era el vino de la casa. Gran combinación.

El postre fue un increíble turrón de vino espolvoreado con frutos secos, una tentación que no pude resistir. Estaba buenísimo.

En suma, el lugar es muy prometedor, la cocina sabrosa y solo hay que resolver el stock de ingredientes que considera la carta y agregar una oferta de buenos vinos.

Tour de museos post terremoto : la fragilidad

A sabiendas que nuestro terremoto-celebración del bicentenario había dejado serios daños en muchos importantes sitios del patrimonio cultural, no pude resistir la tentación de hacer mi quincenal visita por el territorio del arte.

Para partir, nada mejor que el MAVI en la Plaza Mulato Gil, previa degustación de unos ricos jugos naturales en el lindo Café del Museo. La muestra del MAVI  “Beuys y más allá – El enseñar como arte”, no me pareció tan sorprendente como el contrapunto de maestros chilenos cuyas obras definitivamente nos gustaron más. especialmente Eduardo Vilches y Mónica Bengoa. Lo que si fue un acierto delicioso, fue el espacio que destinaron a honrar al gran poeta de la sensualidad, Gonzálo Rojas, diseñado como un viaje por los territorios sagrados del poeta es extraordinaria.

Luego, nuestros pasos los dirigimos, algo temerosos por lo que podríamos encontrar, al Museo de Bellas Artes. Fuimos sorprendidos porque el edificio si bien presenta daños, está en condiciones adecuadas para operar. El techo de vidrio increíblemente resistió el megasismo y solo vi daños feos en la parte interna  superior que da hacia la calle.  En cuanto a las exposiciones, no había cambios desde mi última visita, lo que obviamente se explica por los sucesos acaecidos. No obstante ello, me repetí con gusto las fotografías de Gert Weigelt, el movimiento de la danza congelado en preciosas tomas.

La siguiente parada fue solo para constatar los daños en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC). El museo estaba cerrado al igual que su hermano en la sede de Quinta Normal. Los daños en la fachada del MAC son muy parecidos a los que dejó el anterior terremoto en 1985, lo que me hace especular acerca de algo más estructural en esa zona del edificio.

Caminando por el precioso Parque Forestal, nos fuimos al Centro Cultural Estación Mapocho, otro edificio antiguo que resistió increíblemente el sismo. Aquí había una exposición de fotografías de Jorge Valenzuela, llamada Jungle Spirit. Fotografías obtenidas con gran talento en el Amazonas peruano, en Uganda (África) y en la isla de Borneo y que muestran maravillosas tomas de la selva y sus habitantes naturales, gorilas, orangutanes, bellísimas aves y reptiles que constituyen toda una experiencia de la hermosura de la naturaleza. Extraordinario trabajo!!!

Ya hambrientos, fue muy fácil terminar almorzando en el Mercado Central, sencillos y exquisitos platos de pescados y mariscos y una buena botella de vino, un merecido intermedio en este paseo dominical.

Para los postres, preferimos ir a tomar helados exóticos al Café del Ópera y cerrar el tour con un buen y conversado café.

Poco a poco, volvemos en Santiasco a una pretendida normalidad, pero fue una constante en todas las calles detenernos a observar las huellas que el terremoto dejó en todas partes, algunas son físicas y claramente visibles, otras están dentro de nosotros. La fragilidad es una emoción muy presente.

Atelier del Parque : una rica Casa Naranja

Cuando me aburro de la oferta gastronómica del centro pero tengo la necesidad de comer algo rico en la semana, no me queda alternativa que viajar un poco hacia la periferia del centro de Santiasco y revisitar buenos lugares.

Esta semana retorné a la llamada Casa Naranja, que en realidad se llama el Atelier del Parque, justo enfrente del MAC en la zona del Bellas Artes. Gran lugar, siempre sorprendente y disponible.

Basta ingresar al local para comenzar a sentirse bien, está fresco y espacioso. Los cuadros de pinturas en sus paredes inmediatamente desalojan el stress y si se añade la exquisita música que emana de un piano en vivo, fantásticos trozos de música de Chopin, definitivamente uno comienza a sentirse feliz.

Nos ubicamos cerca de una pileta de aguas interior, doble refuerzo para un relajo precoz, y solo atino a pedir un Kir como aperitivo, mientras llegan unos trozos de pan y un pebre de papayas increible junto a una mantequilla al merken. Exquisitos!!!

La carta, deliciosamente sensual, me tienta con los nombres de grandes artistas y mezclas de sabores que me resultan irresistibles. Me quedo con un Picasso, un filete de Tilapia con puré al queso de cabra y coulis de pimientos en mixtura de mariscos. Placer insólito!!!. Solo pude asegurar más disfrute, pidiendo que me entregaran una fría botella de Pinot Noir para acompañar mi merienda.

Para los postres, no pude evitar pedir una torta tres leches a la naranja, que si bien no llegó como yo esperaba, obtuve el compromiso del dueño, que mi próxima visita mi deseo no cumplido sería un postre gratis.

Exquisito lugar, aunque deben asegurar que su carta refleje la realidad de la cocina.

Auditoría de Ciclovías 3.0 : largo y nutritivo paseo

Planificado hace casi un mes, hoy fue el día adecuado para realizar esta travesía en cleta por la zona norponiente de Santiasco. La idea era recorrer las ciclovías y sus alrededores en una experiencia non stop de Krrtrekking.

Partimos en la ciclovía de Antonio Varas para ir a ensamblar en el Parque Forestal, un habitual recorrido personal, pero que esta vez nos llevaría más lejos. En Plaza Italia, enfilamos por la breve pero rotunda ciclovía de Pío Nono, la que acaba en Santa Filomena. Enfilamos por Purísima para profundizar en el barrio y luego nos fuimos por calles internas, Buenos Aires, Rio de Janeiro y Montevideo, buscando la ciclovía de Avenida La Paz. Esta novedosa ciclovía en una calle reparada tras quizás 30 años de hoyos interminables, nos llevó hasta los confines del Cementerio General.

Más de 80 hectáreas de mausoleos, criptas y singulares edificios mortuorios. Hace tiempo que no visitaba este lugar y fue muy especial este recorrido por los distintos patios, disfrutando la variopinta arquitectura, la ostentación y en los márgenes, la sencillez de la sepultura del pobre.

Retomamos la ciclovía de Avenida La Paz para llegar al Centro Cultural Estación Mapocho en donde pudimos disfrutar una exposición de la gente de diseño de la U. de Chile. Interesantes experimentos de reconocimiento de patrones visuales para configurar realidad virtual 3D, realidad aumentada y otras yerbas. Muy entretenido!!

Pasamos al Parque de los Reyes, una ciclovía natural que nos llevó disfrutablemente hasta los confines del sector poniente, a pesar de los desafortunados cortes en el trayecto debido a puentes en mal estado. Encontramos la ciclovía de general Bulnes por la cual es posible llegar hasta la Alameda, pero preferimos la escuálida y pintoresca ciclovía de la calle Rosas para acercarnos a Quinta Normal.

Tras algunas incursiones en diversos sitios, finalmente nos decidimos por la Biblioteca de Santiago, en donde asistimos a una exposición llamada «Con los monos en la mesa» que resultó muy divertida. bajamos al subterráneo a servirnos un refrigerio y pronto continuamos nuestro periplo en dirección a la Alameda.

La ciclovía que va por el centro de la Alameda es verdaderamente divertida. Claramente no hubo ningún esfuerzo por hacer placentero el recorrido para el ciclista, sino que se le obliga a adaptarse a un recorrido definitivamente diseñado para peatones. Hay tramos en los cuales hay curvas en 90º, sorpresivos giros e incluso zonas que han sido invadidas por otros intereses, como un paradero para buses y taxis y en donde ni siquiera se tomaron la molestia de redibujar la ciclovía, simplemente la ocuparon y que el resto se joda. Mal, muy mal.

La ciclovía por Alameda, como ya comenté en otra oportunidad, termina en Teatinos y ahí hay que hacer un poco de magia para tomar por el paseo Bulnes para llegar a la ciclovía de Santa Isabel, la que muere en el Parque Bustamante.

De ahí, solo fue un zigzaguear por veredas hasta llegar a mi casa nuevamente. Puchas que falta harto para que exista una verdadera carretera de ciclovías en Santiasco!!

Lo bueno, es que tanta precariedad, permite la improvisación y hay muchos lugares disfrutables e interesantes que conocimos o reconocimos en esta incursión.

Biketrekking : auditoría 2.0

Hace unas semanas atrás inicié un nuevo tipo de disfrute que llamé biketrekking y que me permite disfrutar Santiasco en mi cleta. Una variante que me gustó es hacer un chequeo vivencial de las ciclorutas y de ahí que relato a continuación mi segunda auditoría.

Partimos el paseo por la linda ciclovía de Pocuro, probablemente la mejor lograda de todas las existentes en Santiasco. Conduce rápida y disfrutablemente hasta Tobalaba, cruzando miradas con muchos usuarios de la ruta y hasta un pequeño percance con una hermosa chica en patines que se cae estrepitosamente (sin daños) enfrente nuestro.

Cruzamos Tobalaba y allí nace otra ciclovía por Isabel La Católica (lo sería?), esta vez por la calle pero bien señalizada y con una protección de topes de goma. Allí vi el primer semáforo para ciclistas en este recorrido, que lindo!!. Un detalle que te hace sentir considerado.

La cicloruta termina en Américo Vespucio, pero allí en forma natural se dispone de una ciclovía por dentro del parque central. Gente corriendo, otros aprovechando las barras de ejercicios o simplemente caminando en un día soleado y hermoso. salvo por el cruce en avenida Colón, es un trayecto seguro y bien señalizado que nos lleva hasta el sector de la Pirámide. En este sector ya no existe ciclovía, pero con un poco de ingenio y cierto arte de evitación de obstáculos, nos lleva a la entrada del maravilloso Parque Metropolitano.

Nos adentramos en el Parque, ascendiendo por sus lindos caminos y deteniéndonos para tomar fotografías de las flores y árboles en primaveral esplendor. Un mote con huesillos, fresco intermedio y descendemos rápidamente (51.6 Km/hr marcó mi velocímetro) hacia el sector de Pedro de Valdivia Norte.

Ya en el plano, enfilamos hacia el sector de Bellavista, deambulando libremente entre sus calles hasta encontrar en Santa Filomena con Pío Nono, un nuevo segmento de ciclovía. Bastante práctico, nos dejó en el Parque Forestal y allí enrumbamos hacia el Bellas Artes. Cada día está más lindo este parque, uno de mis favoritos.

En el taquillero sector de Bellas Artes, un nuevo stop, ya que las cervezas belgas y alemanas son una delicia que no dejo pasar. Nos bebimos una cerveza alemana exquisita en el Psicosis, antes de seguir hacia calle Carmen. En la intersección con calle Curicó, nos separamos y decidí continuar mi auditoría por la ciclovía que ahí comienza.

Quedé francamente sorprendido de la falta de educación de los automovilistas que sin asco, se estacionan en la ciclovía. me divertí fotografiando a la mayoría de los autos que encontré. El caso más patético y broche de oro de la oligofrenia de algunos, fue un tarado y amigotes haciendo una parrillada en la ciclovía (imagino que para no ahumar su casa). No pude sacar la fotografía porque corría riesgo mi integridad física. En fín, hay algunos ejemplares interesantes no?.

La cicloruta, bastante buena salvo por la necesidad de esquivar árboles, letreros y autos me llevó hasta la avenida Las Industrias en la comuna de San Joaquín. Si bien había una continuación, el hambre pudo más y decidí regresar.

Retorné hasta encontrar la ciclovía que va por el parque central de avenida Matta, una ruta bastante bien lograda y que termina en Vicuña Mackenna, aunque me puso rápidamente en el Parque Bustamante, en donde pude comenzar la última fase de mi biketrekking.

Comencé a zigzaguear por las calles, disfrutando la diversidad arquitectónica de este sector entre Providencia y Ñuñoa, hasta que conseguí ensamblar en la ciclovía de Antonio Varas y llegar a casa.

Conclusiones de la auditoría : no existe conectividad entre las ciclovías (bueno, ya lo sabíamos), el principal problema es la falta de educación (de los motorizados y otros) y que a veces la ciclovía, es más un discurso políticamente correcto que una realidad funcional para el ciclista. Con todo, igual es disfrutable el paseo.

C-i-c-l-o-v-í-a-s : ………..tarea inconclusa

En el plan de descontaminación de santiasco, está incluida una promesa de más de 600 Km de ciclovías, sin embargo, la realidad está lejos de eso.

Hoy decidí hacer una pequeña auditoría y de paso hacer un buen paseo en mi cleta. Tomé la ciclovía de Antonio Varas y me dirigí hacia Avenida Grecia. El tramo de la cicloruta hasta Diagonal Oriente es de muy buen nivel, señalizada y en buen estado. Salvo por los infaltables y maleducados automovilistas que ocupan con sus tarros la vía o los peatones que creen que es una calzada más, se ve bien.

A partir de ahí, el tramo se incorpora a la pista de autos con unas barras de goma como defensas y se puede llegar sin mayores dificultades hasta Irarrázaval. En ese punto, la mentada ciclovía desaparece y mi paseo debe continuar por Campo de Deportes, por la calzada de peatones hasta Grecia. En esta avenida, en donde se supone debería haber una cicloruta prometida, no hay nada, salvo las vías segregadas para el Transantiasco. Mi viaje continúa hasta Ramón Carnicer, en donde esperaba otro tramo de la ciclovía, pero nueva decepción. Debí ir saltando en mi cleta para encaramarme en los distintos bandejones, ya que ni siquiera se puede circular facilmente por los tramos de parque. En cada esquina, saltar y volver a encaramarse en el siguiente. Ufff, que latón.

Recién una cuadra antes de Bilbao, aparece por fin una ciclovía, la del Parque Bustamante, por la cual se puede circular bastante bien hasta la Plaza Italia. Aquí, nuevamente el desconcierto, demasiadas calles, demasiado tráfico, incluyendo una manifestación política que me impidió seguir por Pío Nono. En fin, plan B en acción y tomé el parque Forestal en dirección oriente y me fui directo hasta la zona de Manuel Montt en donde pude retomar un tramo (después de esperar harto y lograr cruzar la costanera) por la ribera del Mapocho hasta llegar a Pedro de Valdivia. Sin haber ciclovía, por suerte el sector es apto (por ocupación e insistencia) para ciclistas así que pude llegar, como habitualmente lo hacen cientos de cleta-adictos) al acceso del Parque Metropolitano de Pedro de Valdivia Norte.

Veinte minutos de subida para llegar a un delicioso mote con huesillos que me espera, dulce y heladito, cuando vengo por estos lados. En fin, ya cerca de las 13 horas, decido bajar disfrutando la deliciosa brisa que me acaricia mientras la fuerza de gravedad se encarga de empujar mi cleta, rápida y económica hacia mi hogar.

Cuando tendremos una verdadera red de ciclovías en Santiasco???

Lechugas por ver

Hoy viví la aventura de ir a ver un departamento como posibilidad de cambio. tengo hasta fin de año para encontrar un nuevo lugar en donde vivir.

En este caso, un departamento en Patronato, casi frente al Bellas Artes. La verdad, precioso, 150 m2 de buen diseño, amoblado con inteligencia y buen gusto. El sector sigue preocupándome, pero al interior del departamento ni ruidos ni problemas se sentían.

Me atrae el buen gusto de los dueños, cada cosa en su lugar, buenos muebles, buena distribución, lindos detalles y un perro con pulgas.

Para llegar a este lugar en un día de trabajo, pasé por el Café de las Artes, a engullir un buen plato de ensalada y un jugo natural (compensando un fin de semana, francamente tóxico). este café sigue siendo rico pero con una calidad de atención definitivamente l e n t a, muy lenta. cada vez que he ido a ese lugar, me digo, cuando atiendan bien, va a ser muy bueno. En fin, están al ritmo de las estatuas del museo.

En fin, me gustó comer lechugas para después de un par de horas, morirme de hambre pero extasiado de haber visto un lugar en donde me gustaría vivir.

Seguiré buscando mi nuevo refugio, pero comeré mejor en la próxima