La energía de Stomp : ritmo y percusiones

Una tarde disponible para disfrutar y terriblemente desconectado del mundo.

La mañana la había dedicado a un exquisito paseo en cleta por diversas comunas sumando kilómetros y paisajes, pero necesitaba algo distinto. Revisé la cartelera de espectáculos del día y encontré un algo conocido. Se trataba del vigoroso y juvenil show de la compañía Stomp que se presentaba a media tarde en el Teatro Municipal de Las Condes.

Este grupo británico se caracteriza por hacer música con objetos comunes acompañado de un delicioso despliegue de danza y mucho humor, todo lo cual me hizo tomar rápidamente la decisión de asistir. Fui a comprar la entrada y aproveché de pasar a comer algo rico al Maldito Chef.

Ubicado en una envidiable posición en el teatro, me dispuse a disfrutar. Aunque no pude evitar ser perturbado por un enano parlante e hiperquinético sentado a mi costado en compañía de su abuelo. En fin, Stomp es gusto de todas las edades y no podía reclamar.

Un despliegue de energía impresionante en un continuo de escenas simples, sin grandes guiones, solo música, movimientos virtuosos y percusiones sorprendentes. Cualquier objeto, desde un escobillón, hasta un basurero, pasando por bolsas, tubos de PVC y cuanto puedan imaginar, se transforman en instrumentos y sale música, música y buen humor.

Una muchachada virtuosa, mantiene la atención y sobre todo el disfrute de un teatro lleno. Stomp usa claves de la danza callejera, del clásico clown y la sonoridad de una batucada, sin embargo, siguen siendo originales.

Pasé un buen momento sin haber planificado nada, la energía de Stomp inundó mi tarde.

10° Festival de Jazz de Providencia : variopinta experiencia

La verdad que el festival de jazz que coincidía con el bicentenario de Chile daba para esperar algo extraordinario, estuvo bien pero no fue orgásmico.

Tres noches con el mismo formato de siempre el cual permite escuchar 6 propuestas de jazz, normalmente distintas para dar en el gusto a distintos públicos.

El primer día abrió el festival, Andrea Tessa. Solo vi una parte de su show pues estaba disfrutando una linda obra de teatro, sin embargo, aunque ella no es santo de mi devoción, hay que reconocer que tiene un trabajado inglés y le sale muy bien.  Destacable la preciosa Carlita Romero, impecable al piano.Le siguió una sesión deliciosa de smooth jazz a cargo de un extraordinario guitarrista, el canadiense Brian Hughes y su grupo. En este espectáculo se destacó por su virtuosismo y simpatía el percusionista afroamericano de la banda. Notable!!

El segundo día me vi obligado a perder la actuación de la gran banda argentina Escalandrum, un plato fuerte que afdortunadamente ya había tenido ocasión de disfrutar. La razón de esta pérdida, la estúpida situación de cada enero en santiasco, cuando se programan los mejores espectáculos culturales en solo este mes, en los mismos días y sin considerar en nada los topes horarios de teatro, danza, cine, música, cuentos, etc. ¿cuál es la maldita explicación para poner toda la oferta cultural en un solo mes del año??

Bueno, asistí a la obra belga Esta puerta es demasiado pequeña (para un oso), la más loca obra que he visto en todos los años del Santiago a mil. Completamente surrealista, absurda a cada rato, pero inteligente y comprometida, te mantiene en permanente suspenso, te cuestiona y te hace reír en otras. Una obra de larga duración, una verdadera maratón para los actores y las dos hermosas actrices asiaticas.

Llegué al festival de jazz cuando ya había partido el filete brasileño, Eliane Elías, fantástica pianista y cantante. Estupenda y sensual, hizo las delicias de una noche con el parque de las esculturas repleto, incluyendo la galería al otro lado del mapocho, en la zona paga y en los costados gratuitos de ésta.

Eliane, acompañada de baterista, un contrabajo excepcional y un gran guitarrista. Además, algunos temas los cantó su exquisita hija, linda voz y estupenda como su madre. Gran noche!!

La tercera y última noche, partió con el talentoso y divertido Javier Malosetti, de look motoquero y acompañado con músicos muy jóvenes. El baterista de 22 años, increíble, se roba la escena. El bajista de la banda no solo toca bien sino que tiene una fantástica voz, lo cual Malosetti aprovecha muy bien.

Malosetti desplegó no solo su gran simpatía sino que su virtuosismo en esa M2, una curiosa guitarra de dos mástiles con bajo y guitarra eléctrica en un mismo cuerpo.

Después de Malosetti, el latin jazz se entronizó en la noche de cierre. El gran Dave Valentine, flautista extraordinario, acompañado de puros maestros, piano, batería, percusiones, bajo, trompeta, trombón y caracoles (si, caracolas gigantes que suenan increíbles). Fantástico desempeño.

Así terminó el festival, sinceramente con menos brillo que otros años (he estado 10 años y puedo comparar a mis anchas). Como normalmente me instalo en la platea golden veo directo el escenario y se escucha bien, pero quienes ven por medio de las pantallas gigantes, es una lata el retardo de imagen y sonido. Escuché hartas críticas por el sonido en las otras zonas del parque. Para celebrar me fui al Liguria de Pedro de Valdivia a disfrutar un filetazo, una mechada luco en marraqueta y un buen merlot. Gran final!!

Como sea, tres días de buena música y dejé fotos para el recuerdo.

Inti Illimani : más de 40 años de calidad musical

Tengo recuerdos desde niño de la música de este grupo, de aquellos tiempos de la música comprometida, después recuerdo  la música fusionada en el exilio, la maravilla del tema Vuelvo (de Patricio Manns y Horacio Salinas), cuando regresan del exilio y finalmente de diversas presentaciones en vivo que agradezco haber presenciado. Hoy tuve una nueva oportunidad de ver al Inti, el histórico como hoy se llaman (sin los hermanos Coulon) y fue fascinante.

Un teatro Noescafé lleno, con personas de avanzada edad, muchos jovenes y también niños, una muestra que la buena música chilena traspasa generaciones y modas. Si a ello unimos la cantidad de personas que conocíamos la lírica de las canciones, no puedo dejar de considerarlo increíble.

Las voces notables de Seves, Salinas y Ball, con el placentero aporte de Horacio Durán y los «nuevos» y talentosos integrantes Camilo Salinas, Danilo Donoso y Fernando Julio, construyen un espectáculo de precisión  matemática en los acordes, la magia armónica de sus notas y letras. Qué lindo suenan!!!

Fue un recorrido por viejos y famosos temas, de antes, durante y después. Incluyó un pasaje por el nuevo disco Travesuras, un disco con canciones para niños, maravilloso!!. Un punto alto, fue la inclusión del violinista Freddy Varela, joven chileno concertino (primer violín) de la orquesta del Teatro Colón (Buenos Aires). un gran acierto!!

Hace tiempo que no me agotaba de cantar y palmotear tanto y eso que yo no canto ni palmoteo. Es que Inti Illimani es una conexión profunda con mi humanidad y eso puchas que se disfruta.

Richard Bona & band

Pocas veces voy al Centro Montecarmelo, pero siempre es por un buen filete. Esta vez acudí a ver al bajista camerunés Richard Bona, acompañado por un baterista, un percusionista colombiano increible, un guitarista, un trompetista de competición y un buen tecladista.

Una sesión deliciosa, llena de magia y sonidos. Bona tiene una voz que es un prodigioso instrumento, me provoca recuerdos de sus dúos con Bobby Mc Ferrin, maravillosos. En esta santiaguina ocasión, sabe encantar al público, hace vibrar a todos con percusionados ritmos que en el extremo se asemejan a cumbias, sin olvidar mantener la distancia, para que se deleite su arte.

El colombiano percusionista nos da una sesión exquisita de ritmos, mientras Bona recupera su voz, muy sincronizado interludio, ya aparece otra vez y nos maravilla con su show.

Dos horas de exquisita música, con la simpatía y talento de Richard Bona.