Opera Turandot : la tragedia de amar

La ópera inconclusa de Giacomo Puccini es sin duda alguna una pieza formidable y esta noche fue mi turno de disfrutarla en el Teatro Municipal con un increíble reparto internacional.

Una historia ubicada en la China legendaria, en donde una princesa (Turandot), portadora de una impronta trágica, impone a los hombres que la aman (o la pretenden) la solución de tres enigmas y en caso de fallar, son decapitados. Esa es su venganza por algo que ocurrió a un antepasado. El noble (Calaf) que finalmente la vencerá es justamente aquel que resolviendo los enigmas y al no lograr el amor de la princesa, en último término le regala su vida y la desarma con un beso. El personaje de la esclava Liu, acoge toda la ternura de alguien que ama sin pedir nada a cambio y da su vida suicidándose para salvar la vida de quien ama en secreto. Ella es el contrapunto femenino de Turandot, quien solo reclama las vidas de quienes la aman.

Una escenografía maravillosa con figuras descomunales (cuales guerreros de barro), sedas y relucientes metales. Los trajes preciosos y el más grande reparto que he visto en escena. Casi 80 personas en el escenario, cantando al unísono. La verdad es que varias veces durante los tres actos de esta ópera, la piel se me puso como de gallina. Extraordinaria obra!!!

La precisión de los detalles, la fantástica Orquesta Filarmónica de Santiasco a cargo del notable maestro José Luis Dominguez, hicieron la delicia de un público extasiado.

A la salida me quedé pensando en aquellas personas que poseen un afán similar a Turandot, destruyendo a quienes les aman y que incluso ni siquiera son conscientes de que se están vengando como es el caso de Turandot. En el universo psicológico de los personajes, están los que aman incondicionalmente, los que aman como desafío a su destino y los que solo buscan la venganza y la destrucción del otro. Lo interesante es que Puccini logra resolver el dilema y hace caer en el amor a Turandot en manos de Calaf y la felicidad llegó al reino. Notable!!

Como muchas otras veces, mis aplausos para el gran trabajo del Teatro Municipal.

La Bohème : la tragedia de un gran amor

La obra más conocida y celebrada de Puccini era hoy el plato fuerte del menú cultural de Santiasco. La ópera para mí se ha convertido en un verdadero espectáculo y una delicia para los sentidos.

Un Teatro Municipal repleto, mucho «pintamono producido» (trajes de gala y eso), aunque solo es un dato del lugar y puede considerarse un ruido visual que desaparece en la oscuridad, cuando comienza la obra.

Orquesta filarmónica, coros en escena (de adultos y niños) y el despliegue formidable de las escenografías. Es mágico como consiguen en pocos minutos transformar el escenario del teatro en vívidas escenas arquitectónicas, donde amanece, es de día o noche o puede nevar, en fin, mis aplausos sostenidos a los magos del Municipal.

La historia es fuerte, hermosa y trágica a la vez. Un poeta, un pintor, un filósofo y un músico, pobres como ratas, unidos en la miseria y la alegría de ser libres en la sociedad, viven en una buhardilla sucia y fría. Tan fría que incluso deben quemar los textos del poeta para calentarse un poco.

Por esas casualidades que la vida siempre nos da, el poeta Rodolfo conoce a Mimí y en menos de lo que se cuentan sus vidas, se enamoran perdidamente. Rodolfo le dice que es un poeta, que se dedica a escribir, que vive simplemente viviendo y que su alma es millonaria. Mimí, una sencilla costurera, gusta de las cosas que saben a hechizos, que hablan de amor y de primaveras, de sueños y poesía. Que linda no?

En un tomar de manos, las heladas manos de Mimí, se enamoran y Rodolfo sale con su Pequeña a juntarse con sus amigos. El segundo acto es notable, una plaza y un café (Momus) con mucha gente, bullicioso, llena de niños, vendedores, parejas y curiosos. Hacia el final del acto, la mezcla de todas las voces llega a erizar los vellos, es el bullir de la vida y la alegría de amar.

El tercer acto, es el que más me tocó, ocurre en un zona de aduana en el amanecer. Mimí, muy enferma (tose sangre) llega buscando a Rodolfo quien se refugió en la casa en que el pintor (Marcelo) está viviendo con su amante. Allí le cuenta a Marcelo que ella necesita a su amor y éste le rehuye. De pronto, aparece el poeta Rodolfo y Mimí se esconde. Rodolfo desnuda su verdad a Marcelo, ha dejado a Mimí porque el no puede evitar, en su pobreza, que el frío acelere la enfermedad de Mimí, sintiéndose culpable de dañar a su pequeñita. Mimí se aparece y se juran nuevamente acompañarse ese invierno (porque es triste el invierno solo) y separarse en primavera, cuando el sol puede acompañar a Mimí. El amor profundo contrastado en los cantos con la pelea que inician Marcelo y su amante, uno celoso y ella reclamando su libertad sexual, porque él no es su marido.

El cuarto acto, vuelve a ubicarse en la buhardilla de los miserables. A ella llega en estado agónico Mimí y en una triste y tremenda escena, tras haber estado viviendo con otra persona, Mimí, vuelve a morir a los brazos de su amado poeta. Ufff, un drama impresionante.

Bellísima puesta en escena, voces impecables, actuaciones perfectas y la música divina y precisa, para dar un todo dramático magnífico.

La Bohème, la historia de un verdadero amor.