Beethoven genio universal en Teatro Municipal

Cuando hice mi compra del abono de este año 2012, no pude evitar considerar este evento con la maravillosa música de Beethoven. No es trivial, ya que para llegar a una función esencialmente auditiva, debo dejar de escuchar el bullicio de Santiasco y además el retumbar de mi frenética actividad diaria y con tan solo 15 minutos para acomodar mi cuerpo y sentidos.

Con un notorio retraso, imagino proporcional al ego de quien sería el pianista solista, la belleza comenzó con el Concierto para piano N°2 en Si bemol mayor Op 19 con el solista en piano Gustavo Miranda, muy joven, tan  solo 22 años y con gran maestría pero excesivo ego, lo cual no obsta para aplaudir la ejemplar ejecución.

La segunda pieza del espectáculo, Fantasía para piano, coro y orquesta en Do menor, Op 80, sorprendente ya que en mi ignorancia esperaba que el enorme despligue del coro se hiciera presente desde un comienzo, pero Beethoven tenía otra idea, el coro aparece al final, pero extraordinario y sobrecogedor. Esta pieza musical es extraordinaria!!

Tras un intermedio prudente, la segunda parte del concierto arremete con la Sinfonía N°4 en Si bemol mayor, Op 60, esplendorosa en cada uno de sus pacíficos movimientos. Delicioso concierto!!

Sorprendente la calidad de la orquesta filarmónica de Santiago dirigida por Rani Calderón y ese magnífico Coro del Teatro Municipal.

 

Ricardo Castro : un concierto de piano delicioso

Aunque fue todo un atado, ya que cambió la fecha inesperadamente y me tuve que acomodar en otra fecha que no tenía considerada, me hice el espacio en mi agenda y me sumé al placer de una buena sesión de piano en manos de un maestro excepcional.

Este Bahíano, es un verdadero genio del piano y además desde los 3 años de edad, por lo que tener la oportunidad de escucharlo es una delicia que no me perdería por nada. El concierto comenzó con algunos minutos de retraso, pero desde el comienzo quedó claro que era una maravilla. Una selección de piezas de Mozart, fue la primera salida. Luego vino una arremetida de partituras de Beetovhen con lo que eclipsó al nutrido público, que llenaba el Teatro Municipal. Tras un receso vino la selección de Chopin, claramente la especialidad del pianista.

Tras la espasmódica y deliciosa interpretación, el maestro se dió maña para recordar al gran chileno Claudio Arrau con una arreglo de Lizt para El Rigoletto, y posteriormente con una deliciosa pieza de Schubert.

Maravillosa presentación, el piano es una maravilla que siempre sorprende!!!