Volviendo a Gabriela : un almuerzo divertido

Presionado por los plazos de un proyecto común, invité a mi partner eterno a discutir los detalles en un almuerzo rico.

Entre las opciones que estuvieran adecuadamente lejos de las lacrimógenas, única y estúpida respuesta del estado chileno al cuestionamiento profundo que la juventud chilena hace al estado del arte de la educación chilena, debía alejarme del centro de Santiasco. Lo más adecuado, era el barrio Lastarria y un lugar que deseaba volver a visitar era el GAM, es decir, el restoran Gabriela del Centro Cultural Gabriela Mistral.

El restorán sigue con su terraza deliciosa pero sin su patente de alcoholes, lo cual limita defintivamente los placeres. Un agua mineral y un rico jugo natural de mango vinieron a suplir la falta de algo adecuado, pero eso no nos amilanó para seguir con un pedido delicioso para almorzar.

Partimos con una sopa especial, una crema de zapallo, una delicia de sopa contenida en un camote deliciosamente presentado, como en películas, ya que al sacar la tapa delicadamente cortada en el camote aparecía la crema de zapallo maravillosa y caliente, demasiado adecuada para este día gélido.

Seguimos con una reineta a la plancha con puré rústico y un risotto con champignones, platos potentes y exquisitos que añoraron un buen vino. En fin, teníamos temas más importantes que discutir, así que nos acercamos a los postres como sin querer. Nos entusiasmamos con un tronco de marquise de chocolate bitter cubierto de pistachos y salsa de naranjas y helado por mi parte y Rorro eligió una crema volteada clásica, ambos postres deliciosos.

Extasiados del placer y bien encausados en nuestro proyecto, el café negro de cierre resultó perfecto.

Gabriela : delicias en el GAM

Desde que partió para los días del bicentenario el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), he venido acumulando ricas experiencias relacionadas con el arte y la música. Sin embargo, claramente faltaba el toque gastronómico y eso llegó hace unas cuantas semanas con la inauguración del restoran Gabriela (también hay un rico café gourmet del mismo nombre en el primer piso).

Ubicado en el zócalo del GAM, se proyecta disfrutosamente en una terraza (el zócalo mismo), lo que en estos días aún calurosos es una delicia imperdible. Por tratarse de un emprendimiento nuevo, aún está en marcha blanca el menú y el detalle que yo más lamento, aún no posee patente de alcoholes, por lo cual todavía no podré disfrutar comida y vinos como a mi me gusta.

La atención un poco desordenada y lenta, imagino que los mozos todavía están en rodaje y manejan torpemente los tiempos y los ciclos del proceso. Algo que tendrán que mejorar para garantizar buenas experiencias en los clientes.

La carta es breve pero se adivina sabrosa. Elegí un risotto de champignones, con especies Portobello, el común Paris y callampas secas. Exquisito, un sabor bien logrado y lleno de texturas deliciosas. Habría sido excdelente un syrah o quizás un carignan, pero debí conformarme con un jugo de mango natural, rico después de todo pero muy poco aceptable como acompañamiento del rico plato disfrutado.

Dada la lenta atención, tuve que postergar para mi siguiente visita (cuando ya sea un restoran completo), el disfrutar un buen postre.  Van a tener que educar a los mozos, no es presentable  tener que pedir la cuenta cuatro veces!!!!

Sabroso lugar y con tareas pendientes.