Sunset Limited : una obra excepcional

Si bien tener un premio Pulitzer no necesariamente garantiza algo, es menester declarar que en el caso del estadounidense Cormac McCarthy claramente hay mérito. La adaptación que hace Rafael Gumucio y el talento de Roberto Farías junto a Marcelo Alonso en el escenario, nos dejaron fascinados en esta última incursión al Teatro de la UC en Plaza Ñuñoa. Ambos actores muy reconocidos y premiados, versátiles tanto en cine, teatro o dirección, pero verlos en este diálogo ha sido una revelación.

Por un hecho fortuito, ser salvado de su suicidio en una estación del sunset limited hace aparecer al personaje de Alonso en la pequeña y pobre habitación del personaje de Farías. Así, repentinamente, dos hombres solos y encerrados en cuatro paredes se enfrentan cordialmente (la mayoría de las veces) desde sus profundas creencias y motivaciones en un diálogo impecable y potente. Alonso de origen acomodado, sufre moral y emocionalmente por un mundo oscuro y sin sentido y que pese a su fortuna material solo ve salida en la muerte. Farías, en una maravillosa actuación, representa un individuo simple y pobre, de pasado oscuro y reinvidicado a sangre y fuego en la creencia de dios y en su misión de salvar al otro.

No solo se enfrentan en potentes argumentos, falacias y metáforas, sino que profundizan cada cierto tiempo en los arquetipos del creyente a ultranza y el ateo sin causa. Los pequeños gestos de nobleza de Farías hacen vacilar por momentos las convicciones de Alonso y batallan entre sí para acortar las distancias abismales entre ellos. Hay momentos de ternura y de furia que los acercan y alejan según avanzan en un camino que finalmente los dejará donde mismo. En la soledad de ese enfrentamiento histórico cada cual persigue un objetivo que no puede ser coincidente.

Al final, Alonso en el umbral de la puerta que lo devuelve a su vida (o muerte) mira hacia atrás a Farías, quien aletea e invoca a su Dios por no permitirle hacer su misión. Realmente, no hay respuesta, solo en la mente del espectador se descubre la propia creencia y el verdadero final de esta fantástica obra. Absolutamente recomendable!!!

Dos obras para comenzar la temporada del Santiago a mil

Comienza Enero después del fallido fin del mundo y comienza el mejor carrete cultural de Santiasco. Me refiero a la increíble programación de teatro, danza, ballet y música que trae el Santiago a Mil. De hecho, hoy voy a comentar dos obras que marcan mi inicio en esta versión 20 (veinte años!!!) de esta fiesta cultural.

La primera obra corresponde a a una adaptación de Alfredo Castro de la obra original de Eugene O’neill llamada Distinto, que se mostró en el  Teatro Municipal de Las Condes. Llegamos sin grandes pretensiones pero convencidos que sería una buena obra dada nuestra experiencia con el trabajo de Castro. Extraordinaria la obra, la tensión sexual de los personajes y las volteretas estúpidas de la mente y del comportamiento humano se evidencian de manera muy clara. Una historia de amor marcada por la brutal incapacidad de Emma de amar y la torpeza imperdonable de su amante que la espera 30 años para que aparezca la madurez que jamás llegaría. De alguna forma me hizo pensar en que muchas veces esperamos de la pareja cosas que jamás serán capaces de dar y malgastamos la vida en dicha espera. Definitivamente la obra me gustó, me mostró que en actos de amor podemos ser demasiado enfermos.

La siguiente parada fue una obra de danza moderna, Travelogue I Twenty to eight (Diario de viaje I – veinte para las ocho) en el Teatro Municipal de Santiago, una pieza de la heredera de Pina Bausch, llena de erotismo y sensualidad en donde los objetos cotidianos se transforman en artefactos de significados como correlato natural del virtuoso despliegue físico de los artistas. Hay mucha histeria y convulsión erótica no resuelta que los bailarines hacen notar en cada momento y que finalmente hablan de la cotidianidad humana y con todos sus defectos.

Santiago a Mil, comienza y promete mucho. He elegido 14 espectáculos que me ocuparán todo el mes de enero y que espero sean puro goce.