Bar Minga : día de la mujer y sin mujeres

Llevamos una gran cantidad de semanas planificando y abortando una salida con compañeros de oficina. Pareciera que siempre hay alguna buena razón para no hacerlo, a pesar del entusiasmo declarado de todos.

Como sea el caso, enfrentamos un nuevo intento de salida que coincidió con la celebración mundial de la mujer y como nuevamente se decidió suspender, algunos nos pareció inaceptable y nos fuimos de celebración.

Casi pareció una salida por venganza, ya que entre los comensales no habían mujeres. Casualmente nos vimos involucrados en una celebración del día de la mujer, sin mujeres!!!

Nos fuimos a un lugar que ya conocemos bien, el Bar Minga en el barrio Manuel Montt, donde ya sabemos la receta infalible, buenos tragos y ricas pizzas a la piedra. Una tertulia graciosa y amenizada por la gran cantidad de anécdotas que acumulamos tras años de compartir juntos trabajo y diversiones.

Es la primera salida grupal post vacaciones y esperamos que pronto se concrete la salida oficial que se ha quedado en puras amenazas hasta el momento. Debo destacar la variedad y sabrosura de las pizzas del lugar, son francamente adictivas y se disfrutan mucho más en la posición que habitualmente usamos en la terraza.

En cualquier caso, nuestra solidaridad plena en el día de la mujer, las celebramos con mucho gusto!!.

Retorno al Minga : buenas pizzas a la piedra

Habíamos decidido juntarnos a conversar después del trabajo, pero mi amigo y yo somos trabajólicos (buuhh), por lo que terminamos sentados en este rico lugar pasadas las 21:30 horas. Llegó con su compañera, tras 50 minutos de espera que yo amenicé con una cerveza artesanal Perra Brava rubia y una pizza basada en queso azul, mozarella, aceitunas negras y aderezos deliciosos. Llegaron justo a tiempo para compartir mi delicia y pedir una buena botella de vino, un ensamblaje de cabernet fran con carmenere que estuvo muy bien. Seguidamente, al tenor de la buena conversación, pedimos una pizza basada en queso de cabra y rúcula que me encanta y que a mis amigos les pareció exótica y disfrutable. Sin embargo, el hambre daba para más, pedimos una pizza marinera basada en camarones y calamares que fue una maravilla y pedimos otra botella de vino, un increíble ensamblaje de sauvignon blan con carmenere, insólito, una cepa blanca con tinta que Oveja Negra ofrecía y que me sorprendió. Extraordinaria combinación!!!

Grandes placeres en Minga, rico lugar!!!